Esta es una historia que me contó un compañero de trabajo, dice haberle ocurrido en su juventud por lo que el relato podría ser verídico
Esta es una historia que me contó un compañero de trabajo, dice haberle ocurrido en su juventud por lo que el relato podría ser verídico.
Soy de complexión normal y mido 1.70 m. Mi nombre es Alfredo y en mi no hay nada destacable excepto dos cosas: 1ª mi verga mide ya 19 cm. La 2ª Soy el terror del barrio. Vivo con mi madre, quedó viuda hace un año y una hermana que tiene 8 años, mi madre trabaja todo el día y cuando se marcha por las mañanas se lleva consigo a mi hermana por lo cual yo paso todo el día solo y desde luego la fama que tengo está mas que justificada soy bastante gamberro.
Mi madre tiene una hermana de 29 años casada con un individuo que se considera muy listo y la verdad es que es un verdadero imbécil. Un día mama hablando con ellos se quejaba de los disgustos que yo le daba debido a todas las quejas que de mi le daba todo el mundo, el tonto de mi tío muy animoso le dijo…
No te preocupes María a este lo enderezo yo, me lo llevaré una temporada a casa y ya verás tu como lo arreglo.
Contra mi voluntad y muy enrabietado no me quedó mas remedio que irme con el tonto de mi tío, aunque por otro lado tampoco me importaba estar cerca de mi tía, ella estaba divina, no demasiado alta 1.66 m. con unas piernas, un culo y unas tetas que eran todo un compendio de las cosas bien hechas, mi tía era una señora bandera.
Mi tío trabajaba en una fábrica como vigilante nocturno por lo cual era norma en su casa sistemáticamente hacer la siesta después de comer. Los primeros días yo esperaba a que se durmieran y en cuanto podía me levantaba sigilosamente y me marchaba de casa para hacer de las mías por todo el barrio, eso sí cuando calculaba que se despertarían regresaba a casa y me metía en cama como un angelito, pero un buen día al llegar a casa en la puerta me encontré con mi tío que me estaba esperando, me sacudió dos soberanas hostias y a partir de ese día yo dormiría la siesta con ellos en su cama, acostándose ellos en la posición normal y yo a los pies de la cama.
Uno de los días yo me acosté antes que ellos y mi tía creyéndome dormido se desnudó en el centro de la habitación, yo tenía los ojos entreabiertos, al verla en bragas y sujetador me puse a mil, ella se quitó el sujetador y al ver sus tetas por poco me corro, sé le veían unas tetas duras y firmes con unos pezones preciosos ni grandes ni pequeños (Tenían el tamaño justo) rodeados de una aureola marrón oscuro, se puso un camisón bastante fino y se acostó, se la notaba un poco intranquila como inquieta no paraba de dar vueltas en la cama, le cuchicheó algo al cerdo de mi tío pero el le dijo que se callara y que le dejara dormir que hablarían al otro día por la mañana cuando el regresara, al poco rato el muy cabrón roncaba como un desgraciado, en un giro que me di en la cama sin querer situé una de mis piernas en medio de las piernas de mi tía, iba a retirarla pero al notar que ella no hacía nada la dejé quedar, con mucho atrevimiento por mi parte rocé con mi pie la cara interna de sus muslos y… ¡O sorpresa! Ella abre las piernas ligeramente como dándome a entender que siguiera avanzando, me deslicé un poquito hacia abajo y mi pie entró en contacto con sus braguitas, ella dio un ligero respingo pero hizo como que dormía profundamente no obstante abrió un poco mas las piernas entonces yo me dediqué a deslizar suavemente el dedo pulgar sobre su rajita de arriba a bajo, al poco rato empecé a notar una cierta humedad y a escuchar algún que otro ligero suspiro, fui mas osado y traté de meter el dedo por el lateral de la braguita y de pronto me encontré que tenia el dedo metido en medio de los labios vaginales de ella (Fue ella la que apartó la braga hacia un lado) Empecé a deslizar el dedo por toda la raja sin saber realmente donde tocaba pero en un momento ella elevó su culo y mi dedo penetró ligeramente en su interior entonces ella cogió con sus manos mi pie y se pegó un polvo de puta madre, note un espasmo y como un ronquido apagado y al ratito apartó mi pie a un lado y si noté que se quedó dormida, yo en cambio no podía pegar ojo estaba empalmado como un burro y por añadidura no podía cascarme una paja, si mi tío me pillaba en plena faena era capaz de matarme a hostias por lo cual no me quedó mas remedio que aguantarme, cuando a las siete de la tarde me permitieron levantarme lo primero que hice fue encerrarme en el baño, coger de la cesta de la ropa sucia unas bragas de mi tía y cascarme una paja fenomenal, luego salí un rato hasta la hora de la cena. Estando cenando mi tía volvió a sorprenderme cuando le dijo a su marido…
Oye Fernando yo no me fío nada de este elemento de sobrino nuestro.
¿Por qué? Preguntó él.
Tengo miedo que de noche se largue de casa sin que yo me entere.
Si hace eso lo reviento a hostias, de todos modos será mejor que siga durmiendo a los pies de nuestra cama hasta ver que se puede hacer.
Yo escuchaba con la cabeza baja pero mi corazón daba verdaderos botes, intuía que mi tía pretendía algo mas, la disculpa de que yo me largara de casa por la noche solo el tonto de mi tío se lo podía creer.
Mi tío trabajaba de 23,30 a 7,30 de la mañana por lo cual a las 23,00 me ordenó que me acostara y el se fue a trabajar, pasaría una media hora y llegó mi tía ya con el camisón puesto, estaba bastante oscuro pero me dio la sensación de que debajo no tenía nada puesto, se acostó y…
– ¿Estas despierto Alfredo?
Sí tía.
Bien, date la vuelta y acuéstate a mi lado, tengo frío, pégate a mi espalda y pórtate bien ¿De acuerdo?
Sí, tía.
Hice lo que ella me dijo pero mi polla ya estaba a mil, no sabía que hacer para que ella no la notara ella se hizo la dormida y parecía no enterarse de nada. Yo no podía soportar la presión de mi polla contra el calzoncillo y me dolía un montón por lo cual sin pensarlo dos veces me lo quité, mi polla quedó libre como un pajarito y sin querer rocé con ella los muslos de mi tía, ella los abrió ligeramente quedando mi polla alojada entre ellos. Ella alargó una mano y al tocar la cabeza de mi polla que le salía por la parte delantera de sus muslos dio un salto en la cama encendió la luz y al verla exclamó…
– ¡Dios mío! ¡Que barbaridad! ¡Que maravilla de polla!
Yo estaba acojonado perdido. Ella contemplaba mi polla arrobada, roja como una amapola, alargo la mano y me la rozó con un dedo…
Lo que yo me estuve perdiendo en todo este tiempo.
Cogió mi pollón con una mano y la levantó como si fuera un mástil contemplándola con verdadera devoción y admiración…
– Pero que cosa tan linda que tiene aquí mi sobrinito, que maravilla de instrumento.
Bajó la cabeza lentamente y comenzó a darle lametones al glande para a continuación metérselo suavemente en la boca empezando a chupar de él con verdadero deleite. Cuando estaba a punto de correrme la muy guarra paró de golpe, se quitó el camisón, se abrió de patas y me ordenó metiera mi cabeza en su chocho, era la primera vez que hacía una cosa semejante pero desde luego no me hice de rogar, olía de una forma divina, tenía los labios vaginales inchaditos y rosaditos los flujos ya afloraban al exterior y el clítoris lo tenía totalmente inflamado. Empecé a pasar mi lengua suavemente a lo largo de la rajita de abajo arriba, de arriba abajo, ella colocó sus manos sobre mi cabeza dirigiéndola hacia donde mas le convenía, cogí con mis labios su clítoris y empecé a chupárselo con glotonería mientras tanto le introduje tres dedos en el interior de la vagina metiéndolos y sacándolos con mucha suavidad, ella se retorcía, gemía y gritaba por el placer que estaba experimentando, de pronto empezó a temblar y a dar sacudidas apretó mi cabeza con sus manos y muslos y lanzó un alarido (Tubo toda una cadena de orgasmos) Yo estaba desesperado y rápidamente me situé sobre ella con la intención de ensartarla con mi machete pero la hija puta me dio un empujón y me quitó de encima, yo me la quedé mirando con cara de bobo y totalmente desconcertado, no podía entender nada, ella al ver mi cara emp
ezó a reír y me dijo…
Mira Alfredo esto que vamos a hacer está mal pero yo lo deseo con locura, pero solo te permitiré hacerlo si me prometes que jamás contarás nada de esto y que a partir de ahora te comportarás como un hombre hecho y derecho.
Si tía te lo juro por lo más sagrado.
Dicho esto ella se situó sobre mí cogió con una mano mi pollón, lo situó en la entrada de su vagina y fue bajando lentamente sobre él, según iba penetrando en ella los dos suspirábamos de gusto, de pronto se echó hacia adelante para que le chupara las tetas y empezó a bajar y subir el culo a velocidad desenfrenada yo empecé a rugir igual que un León y le mande una descarga de espeso y caliente semen que debió llegarle directamente al estómago ella dio un alarido y empezó a correrse también de una forma desaforada quedó semi inconsciente sobre mi durante unos minutos, mi polla seguía en su interior exactamente igual de dura, ella se quejó un poco y yo empece un movimiento muy suave de saca y mete ella entonces reaccionó, abrió los ojos, se echó totalmente sobre mí besándome con pasión estaba como enloquecida, nunca en su vida había tenido semejantes orgasmos, su marido tenia una pollita de unos 10 cm. Aproximadamente y por añadidura cuando le hacía el amor solo pensaba en él, se corría y se echaba a dormir. Ella me miraba amorosamente y empezó a acelerar los movimientos de su culo sobre mi polla, con mis manos amasaba sus tetas y comía sus pezones, baje mis manos a su culo y mientras mi boca pasaba de un pezón al otro apreté su culo con todas mis fuerzas, ella quedó incrustada hasta los mismísimos cojones y ahí fue la gran corrida, los dos subimos a la gloria las sensaciones eran como descargas eléctricas que nos sacudían al unísono, nos quedamos estrechamente abrazados hasta que por fin mi polla se encogió y salió de ella, entonces me dijo…
Cariñito, sitúate a los pies de la cama y duerme, mañana hablaremos ¿De a cuerdo?
Si tiíta, seguro que hablaremos.
Cuando por la mañana llegó a casa mi tío me ordenaron ir a dormir a mi cuarto, desperté sobre las diez, el cornudo de mi tío soplaba y roncaba igual a una locomotora vieja, me dirigí a la cocina y allí estaba mi queridísima tiíta fregando los cacharros del día anterior, tenía puesta una bata sobre el camisón y debajo ¡Nada! Me le acerqué por detrás y con mis manos abarqué sus hermosas tetas, ella se giró y me dio un beso en la boca, nuestras lenguas se enzarzaron entre sí, la cogí por la cintura y la deposité sobre la mesa de la cocina con las piernas colgando, subí su bata y el camisón y su coñito quedó esplendorosamente expuesto ante mí, con los dedos abrí sus labios vaginales, le di una serie de lametones y la puse a 2000 revoluciones, en cuanto estuvo bien lubricadita apoyé la cabeza de mi pollón entre sus labios vaginales y suavemente fue directamente al fondo de su vagina que lo recibió con suma alegría, follamos con suavidad y sin hacer ruido, disfrutando del placer enorme que ambos nos estábamos prodigando, mi polla entraba y salía de su chochito a un ritmo lento pero constante hasta que ambos plenamente de acuerdo empezamos a corrernos salvajemente pero sin poder expresarnos por temor a despertar a mi tío. Fue terminar el polvazo y adecentarnos un poco cuando por la puerta apareció el muy cornudo (Tuvimos mucha suerte, sí entra dos minutos antes nos pilla en plena follada)
Desde ese día yo me hice el mas serio y sensato de los chicos, todo el mundo estaba asombrado del tremendo cambio que había experimentado, mi tío estaba tan contento que ya nunca mas me obligó a dormir la siesta, pero lo que el nunca llegó a saber es que todas las noches yo dormía con mi tía.
FIN