Esther acompañada de su nueva se montan una orgía en un concierto
Bueno estando ya en casa con mi nuera Sandy, me dice Alejandro el morenito que si le dejaba ir el fin de semana a Barcelona a ver a unos familiares, le dije que sí, mi nuera Sandy quería ir ese fin de semana aún concierto de Bisbal, por lo que decidimos que se fuera el Morenito.
Entonces decidimos ir de viaje para asistir a un concierto. Alquilamos una habitación en un hotel que por suerte estaba de oferta, aquel fin de semana se celebraba un salón erótico en la ciudad y sin darse cuenta Sandy habíamos pillado una promoción para «viciosos”, y mi nuera dijo, Esther quizás podamos darnos una alegría en el cuerpo, con los viciosos que acudan al concierto o en el Hotel, nosotras bebíamos bastante, bailando con la música.
Volvíamos del concierto un poco bebidas y, sobretodo, cansadas. Coincidieron en el vestíbulo del Hotel con un grupito de hombres maduros que venían del salón, cachondos como perros en celo y nosotras sin saberlo. Y si metes a dos hembras de buen ver entre un grupo de viciosos cuarentones, que llevan todo el día viendo a sus estrellas porno favoritas sin haber podido descargar, pasa lo que pasa.
Todo comenzó sin palabras, los hombres nos miraban con lujuria y se miraban entre ellos. Uno no tardó en tocarle el culo a Sandy que se sorprendió y me lo susurró al oído: «Me acaban de tocar el culo». Esther sonrío y le respondió: «Ahora se van a enterar». Y ni corta ni perezosa, se echó un poco para atrás y frotó su impresionante culazo contra el hombre que tenía detrás.
No hizo falta más invitación, aunque eso no lo fuera. El tío aceptó el envite y lanzó ambas manos a las tetas de Sandy, a la que pilló por sorpresa. No se esperaba una reacción así, pensó que el tío se amedrentaría tal y como hacían muchos de los maduros con los que había tonteado. Pero no, esta vez no iba a ser así.
El resto del grupo vio lo que ocurría y pasó a la acción. Pronto un par de manos asaltaban a Sandy, levantándole la minifalda que llevaba. Ella hizo ademán de resistirse, pero el alcohol turbaba su capacidad de reacción y cuando fue a abrir la boca para reaccionar, otro de los hombres se abalanzó sobre ella y la calló con su mano. Y entonces fue cuando alguien paró el ascensor entre dos pisos.
A Sandy ya le habían bajado el top y su sujetador había desaparecido. Sus dos preciosas tetas estaban al aire y alguien estaba chupándolas con ansia mientras el primer hombre seguía frotándose contra su culo. Ella no estaba tan bebida como yo, pero era mucho más zorra y supo ver la oportunidad que el destino había puesto en sus manos. Y esa oportunidad era una buena colección de pollas.
Sandy todavía no tenía los pechos al aire, pero una mano había apartado ya su tanga y una polla se abría camino entre sus apretadas piernas hacia su coñito. El hombre que tenía tapándola la boca vio los problemas de su amigo y empezó a separarle las piernas con su mano libre, frotando su clítoris por el camino. Yo estaba sorprendida porque a mi no me metían mano.
Sandy fue la primera en llevarse una polla a la boca, la del tío que tenía delante, el que había parado el ascensor. No tuvo ni que pedirlo, en cuanto alargó su mano hacia él y la tocó por encima del pantalón, el hombre la sacó de su prisión y se la metió en la boca sin estar todavía del todo dura. Pero no tardó en ponerse como una piedra, ya que la lengua de Sandy sabía cómo sacarle todo el jugo a una buena polla, y aquella lo era.
Se la empezaron a follar mientras todavía tenía las piernas medio cerradas. Pero en cuanto sintió aquella polla dura entrar en su coño, y, decidió dejarse llevar. Y abrió sus piernas. El tío que tenía delante se dio cuenta y se sacó su polla del pantalón. Una polla gorda, no muy larga pero muy ancha. Y no pudo evitar lanzarse a hacia mí diciendo tu serás la madre y yo te voy a follar a ti estas buenísima y no se lo negaras a un hambre de coño.
Sandy ya estaba en el suelo, montada encima de la polla del tío, saltando sobre ella como si cabalgase en un caballo, y yo con una pierna levantada estaba recibiendo la polla del que estaba conmigo. No nos habíamos parado a mirarles las caras, todo lo que queríamos saber de ellos era lo gordos que eran sus pollas.
Sandy sólo estaba con dos, pero por el rabillo del ojo pude ver cómo otros dos hombres esperaban en un rincón con su polla fuera. Decidió no pensar en ellos de momento y concentrarse en lo que tenía entre manos… y entre las piernas. Chupaba aquella polla gorda con pasión sintiendo cómo llenaba su boca en cada embestida, se vinieron en busca mía los otros, ya que el mío se estaba ya corriendo en mi interior, yo ni me había corrido, y me apetecía hacer un sándwich con los otros dos, por lo que les indique que nos fuésemos a la habitación los 6 y se lo dije a Sandy.
Mi nuera ya tenía a los dos hombres a punto de caramelo, y viendo que estaban a punto de terminar soltó aquellas pollas y con gesto picarón y les dijo vámonos a nuestra habitación y allí seguimos. Los cuatro se acercaron y no hubo más indicaciones que dar, todos sabían que había llegado la hora de cambiar de sitio Y de nuevo, cada una con dos pollas en las manos nos lo llevamos a nuestra habitación, no hicimos nada más que llegar y yo le hice tumbar a uno en la cama, y me monte enseguida sobre él, metiéndome la polla que entro enseguida y al otro le dije, venga flamenco tu por el culo, y zas enseguida adentro, que gusto. -oye oye más despacio – le decía, Pero él estaba muy excitado, y sacó su polla, estaba bien tiesa, hizo a un lado el que la tenía metida en el coño y sin esperar mi aprobación me la metió en el coño, y le dije que haces no te gusta por el culo y me contesto por ahí solo dan los maricones, toma dos pollas, so puta. Las pollas entraban y salían de mí. Así estuvieron casi 15 minutos hasta que, corrieron dentro de mi coño, un mar de leche me estaba inundando el coño y ellos se volvían locos, y otra vez me la metían asi estuvieron jugando conmigo un rato, yo echada sobre el pecho de uno de ellos.
Sandy, por otro lado, seguía con los dos del principio. Pero algo iba a cambiar: el que tenía detrás decidió cambiar de agujero y de repente la polla que estaba en su coñito se abrió paso sin piedad por su estrecho culito. Irene no pudo hacer otra cosa que gemir, mitad de dolor y mitad de placer. Pero ese gemido dio a entender al hombre de la polla gorda que uno de los agujeros había quedado libre. Y agarrándola por debajo de las rodillas, la levantó en volandas le metió aquella gorda monstruosidad en su vagina. Irene sintió sus dos agujeros a punto de reventar, repletos de carne, y gritó como si la estuviesen partiendo en dos.
Aquel grito puso a Sandy sobre aviso y más cachonda de lo que ya estaba. Sacó de su coño la polla sobre la que saltaba y la condujo hacia su culo. Y se dejó caer sobre ella, clavándosela hasta el fondo y sintiéndose empalada como nunca lo había estado. Y con su coño libre ya no necesitaba andar alternando con su boca entre polla y polla. Pronto uno de los hombres se puso sobre ella y le llenó el coño de polla.
Mi nuera ya no podía más, tenía su coño y su culo a punto de reventar y el flujo que antes le caía piernas abajo, ahora caía directamente en un charco en el suelo. Los dos hombres que a mí me habían dejado libres se acercaron a ella y la manosearon con vicio mientras los otros dos se la seguían follando.
Entonces Sandy, que ya estaba también al borde de explotar y soltó de sopetón las palabras mágicas: “Dadme vuestra leche, cabrones!!!”. Y como si sus deseos fuesen órdenes, los hombres que estaban con ella la descabalgaron y la cogieron de los brazos las pusieron una al lado de, y se pusieron a masturbarse para correrse encima de ella.
Lo que vino a continuación fue la tormenta perfecta: chorros y chorros de semen, de pollas de todos los tamaños y grosores, fueron disparados uno tras otro sobre la cara y el cuerpo de ella. La leche cayó sobre su pelo, su frente, su boca, sus ojos… y resbaló sobre sus pechos, sus piernas y sus brazos.
Sandy no se atrevía a abrir los ojos, pero sentían mi cuerpo cuando me acerque a ella, y no tardamos en reaccionar. Yo enseguida supe qué hacer: empecé a lamer su cara aquella leche espesa, a sorber la crema que recogía con sus dedos todo lo recolectado. Sandy hizo otro tanto, y entre las dos calentamos tanto a aquellos hombres que pronto una segunda ronda de corridas aterrizó sobre nosotras..
Pero esa segunda vez ya estaban preparadas y, juntando nuestras cabezas, abrimos ambas la boca y recibimos chorro tras chorro de blanco néctar. Y tragamos. Nos lo tragamos todo, ante la mirada estupefacta de aquellos cuatro suertudos bastardos.
Al terminar, las dos encima de un charco de leche respiramos profundamente y se quedaron mirando por primera vez con atención a aquellos tipos que nos acababan de follar., entonces dijeron buenos nos vamos vaya dos pedazo de putas, esperamos que os ayais quedado bien arregladas, y se marcharon a su habitaciones.
Mi nuera me dijo, hay que ver suegra lo putas que somos y los cuernos que tienen tu hijo y tu marido.