Estoy perdidamente enamorada de mi hijo

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Hola, mis amores, este relato me fue compartido como carta a aquellas mujeres o hijos que se encuentran a puertas de una relación y no saben si dar el paso o no.

Hola mi nombre es Susana o susi como muchos me llaman.

Me describiré, soy una mujer de 35 años, de estatura media 1.66m, de piel blanca, cabello negro a media espalda, delgada, con pechos 36b y unas nalgas respingonas.

A los 18 años me casé con quien fuese mi marido por 19 años y con el único hombre con quien estuve en la intimidad y con quien felizmente concebí dos hijos, un niño quien en aquel momento tenía 18 años de nombre Jose y mi pequeña de nombre Alondra de apenas 5 años.

No sé cómo describir mi matrimonio puesto que me case enamorada de un hombre alto de 1.75m que quizá a muchos no les parezca tal alto pero en la comunidad en la que vivo él es el más alto, tenía un cuerpo musculoso, y de piel morena y por si hiciera falta es carismático, los problemas con él a lo largo de este tiempo fueron muchos, pero el más significativo y causa de esta historia es el hecho de que a pesar de la descripción anteriormente redactada que da a entender de un hombre que impone y daría protección a su familia, él no nos la daba a mis hijos y a mí, lo peor de todo es que no lo hacía ante personas en específico, su familia, dado que a mi hijo lo golpeaban sus sobrinos y él no le daba importancia, a mí, sus cuñados y hermanos me hacían proposiciones del índole sexual esto claro que lo sabía el pues yo se lo decía y con pruebas por si acaso el llegara a pensar que eran inventos míos y el al contrario de cualquier otro hombre solo se limitaba a decir que algo abre hecho o que si él no me hacía feliz que lo hiciera otro dando pie a ser le infiel con ellos, mi respuesta a esto era que si le llegara a poner los cuernos seria con un verdadero hombre no con los pendejos de su familia.

No sé a ciencia cierta por que aguante tantos años casada con él, quizá la costumbre, el miedo a quedar sola, la rígida educación conservadora de mis padres o el hecho de que a pesar de todo también había momentos muy hermosos y de amor.

El otro protagonista de mi historia es mi hijo Jose, quien desde el primer momento que lo vi supe que era especial, su carita siempre quería hablar, expresar cosas a pesar de que sus labios callaban, como he mencionado anteriormente durante bastante tiempo sufrió los golpes de sus primos, recuerdo hasta los 11 años que llego a casa lleno de ira, había golpeado hasta el cansancio a dos de sus agresores en la escuela y con ello mi hijo se volvió mi respaldo ante todo lo que yo necesitaba, era mi acompañante, cuando iba a cualquier lugar por cualquier motivo él iba conmigo hasta el punto de que solo bastaba decir que saldría para que él ya me esperara para salir, era mis fuerzas cuando tenía que hacer algo fuera una actividad pesada o no el me ayudaba, si me sentía mal, el me procuraba y cuidaba de mí, un verdadero ángel en mi vida

poco a poco mi niño se volvió un joven que cambio un cuerpo menudo a uno musculoso a que nadie se podía o se atrevía a poner de frente pues a pesar de que conmigo y su hermana se portaba con todo amor con otros se ponía a la defensiva a primeras, su estatura apenas pasaba el metro setenta, si, es un poco más bajo que su padre pero aun así es más alto que otros chicos de su edad, su piel es moreno claro y aun que no llega a ser irracionalmente guapo si ha captado la atención de muchas chicas por varios aspectos, a mayor medida porque es la típica fantasía de una chica, rockero, cabello semilargo y delgado (supongo que era la fantasía en mis tiempo no los de ahora).

Mi historia da comienzo un fin de año en el que toda empresa da la fiesta de fin de año y en la que yo laboraba no fue la excepción solo que aquel año se dio la oportunidad de llevar a las parejas de los empleados o a un acompañante, a mí me hacía ilusión poder compartir ese día con mi esposo, me compre ropa muy linda para que el me presumiera e incluso se la mostré y me alentó a usarla, constaba de un vestido ajustado de color blanco con un escote bastante pronunciado, la parte baja solo tapaba un poco más de la mitad de mis piernas torneadas, mi lencería constaba de un brasier de encaje blanco y una tanga blanca con un diseño muy coqueto, casi no soy de usar tangas pero para el vestido era justo su huso además de que el ir con mi esposo me daba seguridad. un par de días antes del evento note que me faltaban un par de calzones y buscándolos me di cuenta de que los había perdido, este hecho ya lo había pasado años antes, por actos, hechos y miradas empecé a sospechar de un sobrino de mi esposo que vive a escasos 50 metros de nuestra casa, nuevamente mi esposo no hizo ni dijo nada, a mi hijo no le dije nada para evitar más problemas, el día de la fiesta ya lista para salir mi esposo de la nada me dijo que no iría solo porque no le daba la gana, obviamente mi hijo en cuestión de minutos se arregló para la ocasión, se portó como todo un caballero evitando me brotaran las lagrimas por el disgusto con su padre, en la recepción del evento nos sentamos en una mesa redonda en donde nos sentamos con 3 de mis amigas del trabajo las cuales eran divorciadas.

– Oye pero que guapo tu acompañante, ¿Qué, te lo estas cogiendo?

– No, que te pasa es mi hijo.

– ¿me lo podrías prestar para que me tape una fuga que tengo en casa?

Comentarios como los anteriores me empezaban a poner celosa, pero suponiendo que eran palabras de cuarentonas necesitadas lo empecé a tomar a forma de broma.

– Si claro.

Mi hijo tuvo que darse abasto con las cuatro para sacarnos a bailar, puesto que como en todo trabajo, no falta el que se quiera hacer el simpático para manosear o tratar de llevarte a un hotel.

Entre copas y cervezas mi hijo tuvo que ir al baño además de supongo que también era pretexto para descansar de tanto baile, lo cual un compañero de trabajo al que le llamare Enrique aprovecho para acercarse a nuestra mesa.

– Oye susi que guapa, ¿me permitirías bailar contigo?

– No gracias ya estoy algo cansada además de que vengo con mi hijo.

– Por favor solo será una canción

Al final acepte para que dejara de molestar, además de que supuse que la canción que bailaríamos duraría menos de lo que mi hijo de salir del baño.

– Que preciosa estas Susi, lástima que no estés bien atendida.

– Gracias, ¿pero a ti que te importa si estoy bien a tendida o no? Además de que ¿tu como sabes que no estoy bien atendida?

– Simple si lo estuvieras vendrías con tu esposo y no con tu hijo

– Mi esposo no pudo venir por su trabajo, pero mando a nuestro hijo para que ningún pendejo se me acercara.

– Si, como digas.

Poco a poco la mano derecha que tenia tomada mi cintura fue a una de mis nalgas, mi mano iba directo a su cara, pero antes de despegarla de su hombro me vino a la mente lo sucedido en casa, mi esposo que al parecer quería ser un cornudo, me dije ensimismada “Si quieres que otro me coja así será pendejo”. Mi mano derecha tomo la de Enrique que ya hacia en mi nalga y se la empecé a restregar en mi nalga y con una sonrisa confirmamos que nos gustaba la situación, con la cabeza Enrique me hiso señas de ir a otro lado a lo cual lo seguí caminando detrás de él, entramos a la primera oficina del pasillo del lugar. Me coloque detrás de una silla de donde recargue las manos y empine las nalgas, enrique se posiciono detrás de mí.

– No te imaginas las veces que me la jale imaginando que te la metía.

– Cállate y métemela.

– Tu esposo tan desatendida que te tiene y tu tan putita que eres.

Enrique decía en mi oído mientras subía mi vestido, una vez el vestido ya hacia en mi cintura se escuchó que abrían la puerta y ambos volteamos, era Jose, este al verme empinada solo se quedo viendo por unos segundos los cuales a mí me parecieron horas.Pude ver como la persona que mas amaba en el mundo, el que hacia una hora había evitado con su amor que yo llorara, ahora por mi culpa él había derramado pequeñas lágrimas. Azotando la puerta la serró.

Sin siquiera bajarme el vestido quise correr detrás de mi hijo, pero Enrique me tomo del brazo haciéndome volver a él, no soy el tipo de mujer que dice groserías, mas bien soy muy tranquila, pero en esta ocasión con un puño en la mano golpee la nariz de enrique diciéndole “vete a la mierda imbécil”, baje el vestido y tratando de alcanzar a Jose llegue a la mesa en donde estaban solas mis amigas con una cara muy seria.

– Han visto a mi hijo.

– Si, ¿Qué le hiciste? se veía muy enojado y salió a la calle

Sin decir nada me dirigí al estacionamiento, al chico que me atendió le pregunte si mi acompañante le pidió el auto a lo que me contesto que no, lo había visto salir, pero no le dijo nada. Pedí me llevara el auto para ir a casa, en el camino solo iba mirando hacia ambos lados del camino buscando mirarlo entre la gente aun que de esta había poco puesto que ya eran cerca de las 10 de la noche, mis manos, pies, todo mi cuerpo temblaba, no por mi esposo o el que se enterase de lo sucedido parte de mi quería que así fuera pero en realidad temía a lo que sucediera con mi hijo tanto en su integridad como por nuestra relación.

Llegué a casa sin saber de él, me dirigí a su habitación esperando verlo ahí, pero nada, fui a mi habitación en donde mi marido se encontraba viendo una serie.

– ¿Ya llegaron? ¿Cómo les fue en su dichosa fiesta?

Trague saliva.

– Bien gracias.

Salía hacia la sala y llame al celular de mi hijo.

Después de media hora mi esposo bajo y me pregunto por nuestro hijo, empecé a llorar y le dije que no sabía, que había salido de la fiesta sin mí, aun no terminaba de decir nada cuando me interrumpió.

– Era lógico, es que quien va a soportar esas ridiculeces, seguramente habrá ido con sus amigos a tomar algunas copas o con alguna chica a lo que cualquier chico de su edad hace.

Era insoportable oírle por lo que preferí entrar a la habitación de mi hijo y espérale ahí, me venció el sueño, al despertar la cama estaba tendida y yo temblando de frio “en otro caso él me hubiera despertado y metido bajo las sabanas o me hubiera puesto una manta, pero a mi esposo le valía como había dormido”, baje a la sala en donde mi hijo junto a su padre se reía, solo alcance a escuchar que mi esposo le decía “ese es mi hijo caray”, era la primera vez que escuchaba que se expresara así con nuestro hijo o siquiera que ellos interactuaran, siempre vi que Jose le guardaba rencor por no haberle defendido cuando era un pequeño, pero la visión que tenia en ese momento era de un padre e hijo de revista.

– Bueno campeón, nos vemos, diviértete mucho.

– Si padre gracias, ve con cuidado.

A mi solo volteo a verme y secamente me dijo un “nos vemos más tarde” como siempre. Quise hablar con mi hijo, pero detrás de mi esposo salió el, durante todo el día quise procesar lo que había visto en la mañana, ¿Qué le había dicho mi hijo a mi esposo como para qué los dos estuvieran riendo juntos? ¿en dónde estuvo mi hijo durante toda la noche? Entre otras cuestionantés que me hice durante todo el día era sábado por lo cual él no tenía clases y yo no tenia que ir al trabajo pues solo trabajo 5 días a la semana, esa era otra duda ¿en dónde abra estado durante todo el día?

Había momentos en los que trataba de no pensar en el atendiendo a Alondra, pero me era imposible, después de una hora de que llegara mi esposo llego el, eran las 7:00 pm.

– Ya llegaste campeón, que bien justo para comer.

– Emm no gracias, solo vine a bañarme y vuelvo a salir.

– ¿lo mismo de ayer?

– Parecido

– Eso es todo campeón

– A donde, ¿Qué es lo mismo de ayer?

– Nada, cosas de hombres.

Después de cuarenta y cinco minutos salió como tenia mucho que no lo veía vestido, jeans un tanto ajustados de color negro, una chamarra negra abierta, una playera ajustada de color caqui y zapatos tipo botín.

Solo dormí a mi hija y enfrente a mi esposo.

– En que anda metido mi hijo.

– En nada mujer, tu deberías de saberlo a mi apenas hoy en la mañana me hablo.

– Tu le preguntaste que sí “a lo mismo de ayer” ¿Qué sabes?

– Ya te dije que nada, solo que ya no es un niño, ¿creíste que siempre estaría metido entre tus faldas o qué?

– …

– ¡ya no es un niño! ¡Déjalo que sea hombre caramba!

Nuevamente no soporte a mi esposo y volví a dormir en la cama de mi hijo esperando a que llegara durante la noche, en esta ocasión lleve a Alondra para dormir junto a ella, en algunas ocasiones cuando me sentía triste solía dormir con los dos, mi hija, yo y Jose detrás de mí, así sentía que él nos protegía a las dos.

Paso una semana en la cual mi hijo solo aparecía por la casa para bañarse y solo hablaba con su padre, eso lo entendí, el sentía remordimiento por su padre puesto que al parecer no le conto lo que vio, mi trabajo lo deje pues sentía que no tenia cara para ver a mis amigas, de algo se abran enterado pues cuando fui a presentar mi renuncia me vieron con cierto coraje, la decisión de renunciar la tome dado que volvería a ver a Enrique y sentía que el era el culpable de lo que sucedía entre mi hijo y yo, sentía que si lo miraba lo iba a golpear como una loca, pero a quien engañaba, la culpa era mía.

Era sábado otra vez y la casa ya olía a polvo por lo cual mi esposo me reclamo diciendo que me estaba volviendo una inútil, qué demonios hacia durante todo el día que no limpiaba la casa, por ello decidí hacer los quehaceres, al barrer la habitación de mi hijo decidí acomodar su closet pues el ya no acomodaba su ropa como hacia antes, al sacar todo vi un baúl pequeño quizá de 30cm de largo, 20 cm de ancho y 30 cm de alto, lo abrí con curiosidad.

Al abrirlo descubrí bastantes tangas, Conte 30 diferentes donde en la parte de enfrente tenía escrito un nombre y un número telefónico, la mayoría eran de diferentes chicas otras se repetían, no pude contener el llanto, sabia que estaba perdiendo a mi hijo en todos los sentidos posibles, los celos me invadieron.

Recordé a una amiga de la soltería que conocí en uno de mis primeros trabajos la cual vivía cerca de la casa de mis padres, en la zona donde reside hay varios chicos punks quisa podía saber algo de Jose por ahí dado que en la época de preparatoria había tenido una banda de rock Junto a otros 4 chicos ya que el papá de uno de estos cantaba en un grupo norteño amateur, cargándome a Alondra fui hasta la casa de mi amiga con la esperanza de que un viviera ahí.

Al llegar me recibió una chica vestida con unos jeans ajustados y una playera negra de “Kiss”.

– hola se encontrará Esmeralda.

– No ¿quién la busca?

– Susana, ella me conoce ¿eres hija de Esmeralda?

– Si ¿Por qué?

– Tienes unos ojos muy parecidos a los de ella

– Gracias.

– Oye creo que me puedes ayudar

Con cada de sorpresa la chica me quedo viendo

– Te explico, sucede que tengo un hijo que en estos últimos días no ha llegado a casa veo que te gusta el rock ¿vas a las tocadas? (en México una tocada es un concierto de rock)

– Si

– Bueno, pasa que hace años mi hijo tenía una banda y no sé si hayan vuelto a dar tocadas.

Después de mencionar el nombre que tenia la banda la chica me queda viendo sorprendida y me confirma el lugar donde se presentarían ese mismo día por la noche, me retiro hacia casa quedando en verme con la chica la cual me dice orgullosa que nunca se había perdido una tocada de los muchachos pero que últimamente le estaba cayendo mal mi hijo puesto que “Carlos” el baterista tenía puras amigas zorritas y ella sospechaba que ellas se dejaban coger por los cinco.

Al llegar a casa me dirigí a la casa de mi hermana a encargar a Alondra, dadas las 9 de la noche salí de casa con el pretexto de ir a la casa de mi hermana por Alondra.

Llegamos al lugar del evento en el preciso instante el que presentaban a los integrantes de la banda, mi hijo solo salió con los Jeans ajustados de color negro, la parte frontal de su torso lo cubría una guitarra eléctrica, me sorprendió la aparición de una chica como corista dado que antes no estaba en la banda, me horrorice al ver que su atuendo constaba de un top de red donde casi se le veía totalmente las tetas una chaqueta de cuero negro, una minifalda de cuero negro que cubría parte de un liguero rosa y este sujetaba unas medias de red negra de tal forma que si la hubiera visto por la calle hubiera jurado que era una sexoservidora.

Desde la parte de atrás del lugar estuve escuchando el concierto donde la mayoría de las canciones las canto mi hijo el cual, si bien no cantaba como los ángeles si lo hacia de una buena manera, solo que me llamo la atención que algunas canciones “románticas” cambiaba la voz a una poco entendible “death voice”.

Después de una hora dieron por terminado su turno para tocar y subiría otra banda al escenario, la hija de Esmeralda me dijo que ella se quedaría a escuchar las otras bandas y regresaría con otras chicas de su colonia.

Después de que la banda de mi hijo subieran sus instrumentos a una camioneta los vi platicando, tomando cervezas y fumando, abran pasado una o dos horas así hasta que vi que una de tantas chicas abrazo a mi hijo y este la llevaba de la mano hasta un auto negro el cual parecía de lujo, con cierta distancia los seguí hasta una casa a la entrada de la ciudad, después de quince minutos de angustia entre a la casa, pues en sus apuros no cerraron la puerta de la entrada, se podían escuchar como algunas cosas se caían y otras de vidrio se rompían, al entrar a la habitación de donde provenían los ruidos, pude ver a la chica encima de mi hijo cabalgándole, las manos de mi hijo estaban en la cintura de la chica y esta como toda una amazona subía y bajaba ensartándose en la verga de mi hijo, sus manos tomaban de los cabellos a mi hijo el cual impulsándose con el colchón de la cama daba envestidas muy fuertes al coño de la chica.

Quería ir hasta ahí, tomar de los pelos a esta puta y quitarla de encima de mi hijo, darle una golpiza, pero sabia que no tenía ningún derecho, ya no era mi niño, salí de prisa, pero tratando de no hacer ruido, al cruzar la calle para subir al auto, solo alcancé a ver una luz, había cruzado sin darme cuenta de que se aproximaba una camioneta, afortunadamente este se detuvo cerca de mí. Se escucharon dos puertas abriéndose y posteriormente siendo azotadas.

– ¡Porque carajos no te fijas!

Escuche la voz de un hombre joven.

– Disculpa, disculpa.

Solo podía repetidamente pedir disculpas, tenía los oídos ensordecidos, la vista nublada y los ojos llenos de lágrimas (*tal como en el momento de platicarles esta parte de mi historia*)

– ¿estás bien?

Oía la voz de una chica con cierto tono de preocupación.

– Creo que está mal esta mujer, vamos a llevarla al hospital.

– No, no, estoy bien gracias.

– ¿te podemos ayudar en algo?

– No, solo quiero irme de aquí.

Algo hablaron entre ellos dos, pero por mi estado y mis berridos no escuche que decían. Sentí unos brazos fuertes cargándome, los cuales me parecieron los de mi hijo, me recordaba cuando me dormía esperando a mi esposo y mi hijo me cargaba hasta mi cama.

– ¿Jose?

No recibí respuesta. Recordé fugazmente mi auto.

– ¿Cuál es tu auto?

Con el dedo lo señalé, los chicos nuevamente hablaron entre ellos, el chico me subió a una camioneta negra pude distinguir, la chica me pidió las llaves de mi auto, después de algún tiempo el chico detuvo la marcha y nuevamente me volvió a cargar a la entrada de una casa.

– Ana prepara café por favor, a ver si con un café reacciona.

Después de media hora ya era mas consiente de mí, este par de chicos los cuales me dijeron que eran hermanos me preguntaban que me había sucedido, buscando un desahogo les conté el martirio por el cual estaba pasando.

Entre ambos me trataban de explicar cosas que no veía.

Lo que mi hijo vio le había roto las cadenas morales, si bien el me protegía y daba un buen comportamiento era por que se había consagrado a cuidar de mi al verme sola, después de verme empinada como puta el ya no veía por qué seguir portándose bien, yo le libere sus demonios.

Mi esposo sabia de los encuentros sexuales de mi hijo por eso se enorgulleció aquella primera mañana.

Algo estaban pensando los dos chicos, pues hacían énfasis en que me había puesto celosa en varias ocasiones con respecto a mi hijo, también en que me sentía muy a gusto y protegida con él.

– ¿Y cómo es tu vida sexual con tu esposo?

Esta pregunta me incomodo un poco pero creí que era parte de lo que me ayudaría pues vi que las preguntas llevaban a algo que me hacia sentir triste pero a la vez me hacían tener solo a mi hijo en la mente y veían lo importante que él era para mí, es como la típica frase “nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”, en mi caso estos hermanos me repetían que podía recuperar aquello que había perdido de mi hijo.

– Desde que concebí a mi hija no he estado con nadie y solo ocurrió por que mi esposo estaba muy ebrio.

– Bien, cuando mi hermano te cargo en brazos le has llamado Jose, asumo que ha sido porque tienen algún parecido ¿estoy en lo correcto?

– Si, son bastante parecidos.

– Ok vamos a hacer una cosa.

La idea de estos dos era algo loca, pero mi mente solo estaba enfocada en recuperar a mi hijo aun que todo fuera una locura.

Pude ver a Jose (el cual era el nombre del chico de veintitrés años) desnudándose ante su hermana y de mí, su mirada cambio a una mirada penetrante cual lobo asechando a su presa, ¡Dios! Casi me corría.

– Piensa en tu hijo

Me decía Ana con una voz tenue, en mi cuerpo se mezclaron sentimientos, eran muy parecidos entre ellos, mi hijo y este chico, me sentía excitada casi a punto del orgasmo, a la vez que en mi mente estaba la imagen de mi hijo mirándome empinada.

El chico me tomo de la muñeca y tal como les había dicho que me vio mi hijo me hizo recargarme de un sillón y me empino, lentamente paso sus manos para desabrochar el botón de mis jeans y los bajo hasta mis rodillas, dejando a su vista mi calzoncito que cubría la mitad de mis nalgas, sentí como algo puntiagudo subía, bajaba y se curveaba en mis nalgas sobre la tela del calzón, no era una verga, era algo más delgado, después de dos minutos Ana me preguntaba si quería sentir el cariño de mi hijo a lo que conteste afirmativamente, en eso empiezo a sentir como el chico empieza a restregarme su gran pedazo de carne, era una sensación extraña imaginar que era mi hijo quien me restregaba esa verga, otras situaciones similares se presentaron durante la noche, hasta el punto en el que ambos me sacaron del transe en el que estaba cuando me deje de excitar con la verga, la gran verga que tenía enfrente.

Lo siguiente fue lo que me hiso regresar totalmente a este mundo.

Ana se hincaba frente a su hermano y con la boca tragaba la mitad de la verga que su hermano le ofrecía.

– ¿y después de ver lo que acabo de hacer te sientes excitada?

Por la impresión no me di cuenta de que no me sentía excitada, pero si tenia a mi hijo en mente.

– No.

Tome mi pantalón y me lo acomode. Eran casi las cuatro de la madrugada y agradecí a ambos con un beso en la boca por hacerme comprender tantas cosas, antes de entrar al auto el chico me dice.

– Por cierto, muy lindas nalgas, peo te aconsejo uses algo más sexy.

Llame a mi hermana para saber si podía pasar por mi hija, pero no me contesto, en un mensaje le envié “¿se puede quedar alondra a dormir contigo esta noche? Gracias”.

Apenas iba a introducir la llave a la puerta de mi casa cuando suena mi teléfono. La llamada provenía de la cruz roja, mi hijo había sufrido un accidente de moto.

Después de 12 horas en el hospital y tras enyesarle la pierna y brazo derecho, por fin le dieron de alta, tuvimos que contratar una ambulancia para que lo llevaran con más seguridad hasta casa, mi hermana yo y Alondra los seguimos con el auto, mi esposo tuvo que volver al trabajo por lo cual tenía que quedarse más tarde de lo habitual para cubrir el tiempo que había salido.

Al llegar a casa mi hermana se fue a su casa, tenia que bañar a mi hijo pues aun estaba muy sucio, para ello deje a Alondra en mi habitación, me quite la ropa excepto el calzoncito y me puse un corpiño para evitar mojar la ropa, encima una bata , cuando entre en la habitación de mi hijo había quitado la playera y el pantalón, iba a poner mi cuello bajo su brazo para que el se apoyara en mi y no se cansara mucho al trasladarse bajo la regadera, pero al agacharme él se giró evitándome.

– ¡No, no necesito de ti!

Apoyándose de una muleta fue hacia el baño y yo me quede sentada en su cama llorando, abrían pasado 5 minutos o menos cuando escuche ruido en el baño seguido de un grito desgarrador de mi hijo, corrí hacia él, al entrar al baño la bata se atoro en la manija de la puerta, estire los bazos hacia atrás para que la bata saliera pronto, al asomar tras la cortina plástica que separa la ducha del vestidor, pude ver a mi hijo tirado sobre sus nalgas como si estuviera sentado, su cara expresaba dolor y contenía un poco el aire. Sin dudarlo me senté tras de él abrazándolo con todas mis fuerzas.

– Perdóname hijo, perdóname por favor.

– Vete, no te necesito, ¡vete!

Tras sus gritos iracundos lo abrace aun con más fuerzas.

– Tu padre me orillo a hacer lo que nunca sucedió, tu padre me arrojo a los brazos de otros hombres y lo peor de todo, a los brazos de sus hermanos y de sus cuñados aun así nunca le fui infiel, hace dos semanas seme perdieron un par de calzones por eso el día de la fiesta se me nublo el pensamiento y ocurrió lo que viste, pero solo lo que viste, solo tenia el vestido levantado no más, a rais de todo esto, veo que en realidad si le fui infiel, con el pensamiento con un hombre, con el único hombre que he amado además de él, ese hombre eres tú, tu que nos has cuidado a tu hermana y a mí como si fuéramos tus mujeres y te lo agradezco profundamente y te amo, no se a que grado pero te amo.

– Sal por favor, no quiero saber nada ahorita.

Comprendía que tenia que poner en orden sus pensamientos por lo cual le obedecí, al darle la espalda con voz extrañada me dice.

– ¿Has hurgado en mis cosas?

– No ¿por qué?

Tenia la misma mirada penetrante que el chico de la madrugada anterior.

– Que linda que quieras regalarme tus calzones como mis amigas lo hacen, pero no te será fácil conseguir mi perdón… pero pues dámelo, aunque un moñito hubiera estado bien.

No entendía sus palabras, pero no quería que sospechara que alguien mas me había visto los calzones, así que me di unas vueltas por el vestidor para verme de reojo en el espejo, no alcance a leer totalmente lo que decía, pero si distinguí letras.

– Antes de dártelo o si quiera de bajármelo quiero que entiendas que solo a ti te voy a regalar una prenda mía y aun mas siendo una prenda intima, ni en el futuro ni en el pasado a nadie le he regalado nada ni a tu padre… otra cosa, esta claro que irrumpiré en mi intimidad ante ti y solo lo are por que te amo como mi hijo y como el hombre que siempre me ha apoyado y el amor que siento por ti no es por lo que ha hecho o no tu padre si no por lo que tu has hecho, ver por mi y por tu hermana.

Después de ir bajando poco a poco mi calzón y sacármelo totalmente lo acomodé y vi lo que decía, “para Jose con amor de susi”. A diferencia de lo que pude pensar su mirada iba siguiendo a la mía mientras ambos estirábamos los brazos, yo para entregarle la prenda y el para recibirla.

– Bien, ahora sal por favor.

Nuevamente obedecí, Sali del baño. No pasaron más de diez minutos cuando escucho que me habla, para esto yo ya me había puesto otro calzón color gris.

– ¿Me hablaste?

– Si

– Ayúdame por favor

Mi hijo ya estaba de pie nuevamente fui por un pequeño banquito que uso para sentarme o sentar a Alondra cuando la baño para no cansarme al estar mucho tiempo inclinada ante ella.

– Siéntate para que no te canses.

– Gracias.

Abrí la llave de la regadera para mojar su cuerpo y empecé a ponerle champú a su cabello.

– ¿Entiendes que aun que perdoné lo que vi, nuestra vida ya no será la misma?

– Si, lo se y no quiero que sea la misma, le pediré el divorcio a tu padre.

Después de esta advertencia hubo un silencio en el cual nos dedicamos a asearle, le ayudé a vestirse, en cuanto hubo llegado mi esposo le pedí habláramos, le planteé la razón por la cual nuestro hijo me había dejado aquella noche, acepté la culpa que me correspondía.

– Veo que me equivoque contigo, pensé que eras el hombre que me protegería, que vería por mi y por mis hijos, hoy veo que por ti ya me hubieran cogido cuantos hubieran querido y cuantas veces les hubiera dado la gana, pero no te voy a dar ese gusto sé que no soy mujer para cualquier pendejo así que adiós.

Esa misma noche mis hijos y yo nos fuimos a un hotel y posteriormente rentamos un departamento. El día en el que firmamos el divorcio mi ahora exesposo nos pidió disculpas por sus errores, pero no había marcha atrás, le pidió a mi hijo cuidarnos como el no supo hacerlo.

En cuanto tuvimos las llaves del departamento le pedí siguiera siendo mi respaldo como siempre había sido a lo que él me respondió poniendo su mano en mi hombro derecho, al tercer día en el departamento sus amigos lo visitaron aunque a él no le hiso gracia que ellos fueran estando yo y su hermana en casa, pero si le alegro que le llevaran su guitarra, esto me dio una idea, descargue la pista de una canción que me gustaba “te quiero, de hombres G”.

Después de algunos meses le retiraron los yesos a mi hijo, ese día para celebrar le pedí fuéramos los tres a comprar algunas cosas para festejar el retiro de los yesos, así lo hicimos. Entre algunos ingredientes para una cena especial también pase al área de lencería en donde mi hijo ya no se inmuto como antes hacia a pesar de que durante el tiempo que llevábamos no me había mostrado en ropa interior frente a el puesto que no quería dejarlo con el calentón pues no se podía autosatisfacer. Aun que el vio la mayoría de las cositas que me compre evite viera algunas otras.

Durante el camino de regreso a casa Jose me dejo claro que entre las cosas que no cambiarían es que el seguiría yendo a las tocadas, aunque también agrego que solo a dar el show, quisa una o dos cervezas y seria todo “Tengo a dos hermosas nenas que cuidar”, asentí con la cabeza y solo le pedí que se cuidara, al llegar a casa entre los dos preparamos los alimentos, una vez estando listo y haber comido saque una botella de vino para brindar por una buena vida juntos, después de este primer trago, me levante de mi silla y me pose detrás de él.

– Bueno mi amor, ahora que ya estas bien de salud, tomas posesión del lugar que te corresponde como el responsable de la familia, siempre has visto por los tres, en algunas ocasiones lo hacías hasta por los cuatro por lo cual no te será difícil.

Una vez habiendo terminado de decir lo anterior entrelace mis manos en su cuello y me agache a besar sus labios, el pareció no sorprenderle el beso.

Después de un rato viendo televisión y de que Alondra quedara dormida Jose la cargo y la llevo hasta la habitación en donde ella y yo dormíamos, le pedí la dejara en el medio de la cama, después de esto me dio las buenas noches, beso mis labios y se retiró a su habitación.

Apenas el había salido de la habitación y yo me apure a desnudarme y ponerme un calzón limpio al igual que un corpiño y encima una bata.

Me dirigía la habitación de mi hijo el cual estaba a punto de entrar a bañarse, sigilosamente me metí en su cama.

– Hola

– Hola, emm y ¿ahora?

– Pues ahora esta también es mi cama.

– ¿y como esta eso o qué?

Me levanté de la cama y me dirigí a él.

– Cuando aún estábamos en casa con tu padre te dije que te amaba y ahora como responsable de la casa tú tienes que cuidar de mí, como mujer y yo siempre quise un hombre fuerte que me supiera hacer su mujer, así que ¿quieres el puesto? Además de que tu también necesitas a una mujer que sepa ser hembra para ti y que mejor que yo para complacerte en lo que desees.

– Pues bienvenida a tu nueva cama.

Dejé caer la bata y al igual que el dirigí mi mirada a la suya, ambos entramos bajo la ducha, estando ambos de frente empezó de despojarme del corpiño y posteriormente poco a poco fue bajándome el calzoncito, en segundos el agua mojo nuestros cuerpos, tomo el jabón y lo fue untando por mi cuerpo mientras sus labios besaban mis hombros cuello y parte superior de mi espalda, conforme el jabón iba bajando por enfrente de mí, sus labios también lo hacían besando milímetro a milímetro por detrás hasta que su mano enjabonada empezó a frotar los bellos púbicos y sus labios besaban, mordían y lengüeteaban mis nalgas, una lengua lenta surco entre mis dos nalgas haciéndome suspirar y la vez que inconscientemente me hiso elevar los talones e ir parando las nalgas como si la lengua las jalara, en una segunda lamida entre mis nalgas la lengua no paro hasta llegar a mi nuca, busque su boca con la mía y mientras una mano amasaba mis tetas y nuestras lenguas reconocían nuestras bocas otra mano de mi hijo acariciaba mi ingle sin llegar aun a mi vagina la cual ya pedía ser estimulada, mis manos inexpertas no sabían que hacer así que con una recorría el cuerpo de mi delirio y con otra acariciaba sin llegar a ser masturbación a aquel manjar que quería devorar y anhelaba me penetrar asiéndome suya, la cual deseaba me supiera dominar.

Por fin llegaba el momento en el que la mano de mi hijo perdió timidez o levantaba el castigo a mi vagina y se decidió acariciar desde la parte trasera de mi cuerpo, en movimientos rápidos sobaba la vulva, el ano y mis nalgas.

Mi boca hambrienta solo se separaba de la boca de mi hijo para dejar escapar gemidos de placer.

– ¡¡¡Soy tuya papi, haaaa, hazme tu mujer!!!

Con fuerzas mi hijo me tomo de la cintura y me empino haciéndome recargar sobre la pared nuevamente paso su lengua entre mis langas y cual gata pare más las nalgas.

– Son para ti mi amor, comételas a lengüetazos y así lo quieres ¡¡¡huuuumm!!!

El solo pensar que la hora de penetrarme había llegado me puso a punto del orgasmo, pero solo me restregaba su verga entre mis nalgas, mi vagina secreto una cantidad impresionante de jugos, la pared impedía me dejara caer al piso.

– Te necesito dentro de mi papi, mi conchita esta muy caliente y te necesita a ti mi amor.

Con nuestros cuerpos húmedos me alza por las piernas dejando mi abdomen sobre su hombro izquierdo y me deposita sobre su cama, jala de mis pies para situarme a la orilla de su cama.

– Ven papi.

Abro mis piernas para recibirle gustosa y hambrienta de verga, ni yo misma me reconocía ni por la forma en la que tanto pedía me penetrara ni por el estar tan cachonda, mi hijo sujeta firmemente sus manos en mis piernas introduce el glande en mi entrada y empieza con arremetidas lentas pero fuertes donde en cada momento estas se vuelven mas constantes hasta tomar un ritmo rápido.

– Papi me destrozas pero que rico se siente ummm

Mi mente quedo aturdida apenas pocos minutos de haber empezado el vaivén, solo sentía placer y las arremetidas de mi hijo, mi cuerpo se tensaba una y otra vez hasta que una sensación de estar suspendida y pequeñas descargas me invadían.

Vi a mi hijo, saliéndose de mí y postrándose sobre la cama, algo me decía, pero mis oídos no le escuchaban con claridad me tomo de la cintura y me hiso cabalgarle solo miraba su rostro lleno de sudor y su cabello le cubría parcialmente la frente y parte de los ojos, sentía como su verga entraba y salía de mí, me parecía estar revotando encima de su verga.

Al día siguiente desperté entre sus brazos con una sensación de plenitud total note tanta esperma entre mis piernas que no dude de un embarazo pues aun que ya no soy una Jovencita sigo siendo muy fértil.

Desde aquella mañana no hay día que mi hijo no me haga sentir hembra en celo, deseada y sobre todo me hace sentir hembra con dueño.

En ocasiones asisto con mi hija a los eventos de mi hijo los cuales serán solo hasta terminar la universidad, de ahí en adelante se dedicará solo a su profesión, en muchas ocasiones dormimos los tres juntos después de hacerme su mujer claro.

Retome algunas amistades del pasado y aun que no saben de la relación con mi hijo, me han insinuado que lo comprenderían por lo guapo, responsable y hombre de familia que es y que si no fuera porque somos madre e hijo dirían que hacemos una hermosa pareja.

Lo cierto es que lo somos…