Un estudiante del Instituto Ramón Carande, en una tarde lluviosa se queda estudiando con sus compañeras de clase en su casa, entre ellas Carla
Un estudiante del Instituto Ramón Carande, en una tarde lluviosa se queda estudiando con sus compañeras de clase en su casa, entre ellas Carla, un charla amena un toqueteo de pelo, unas caricias hacen que el chico se de cuenta que su compañera quiere mandanga de la buena, buena. Su nombres es Simon y voy a contar su historia…
Era un tarde de jueves y estábamos estudiando para un examen con mis compañeras Pilar, Carla y Inma. Ya estamos hasta el culo de estudiar en la biblioteca así que nos fuimos al parque a fumar unos porros. Cuando salimos estaba lloviendo así que nuestro plan del parque se canceló.
– Oye porque no nos vamos a mi casa? – les dije yo.
– Vale. – dijo Pilar
– Vale. – dijo Carla
– Vale. – dijo Inma
Caminamos hasta mi piso el cual comparto con dos amigos, en ese momento no estaban, no tenían clase el viernes y se habían ido a sus pueblo como era normal en ellos los jueves. Antes de subir compramos varias cervezas de litro y algunas patatas para picar algo cuando nos entra el hambre yonki.
En mi piso estuvimos fumando y bebiendo, pasamos una tarde muy buena. Con el morado yonky, la tranquilidad que estaba en mi casa y la cosa que Pilar se había levantado para coger otra cerveza de la nevera me tumbé poniendo la cabeza encima de Carla.
– Anda acaríciame el pelo que me encanta – le dije y ella comenzó a hacerlo.
Al momento vieno Pilar y viendo que me había apoderado del sofá se sentó junto a Inma en el mismo sillón.
Carla siguió durante un rato acariciándome la cabeza yo le indicaba por donde, la verdad es que tenía unas uñas muy largas que daban cosquillas en el pelo. Las otras dos estaban viendo como Carla me hacía un masaje craneal soltando risas entre las tres a mí me daba igual estaba en mi casa y me estaba gustando lo que me estaba haciendo.
Tras un largo rato Carla paró y me dijo.
– Simon, tengo que ir al baño. me incorporé y la dejé salir del hueco. Cuando pasó delante mía me fijé en su culo. Mentiría si no dijera que varias veces lo había mirado pero quizás esta vez me pareció algo especial.
– Tio, no veas que sobeo te ha dado carla.- me dijo Pilar.
– Si, yo creo que quiere algo contigo – dijo Inma
– Estais de coña, ella está con Felipe – dije yo.
– Ya no – dijo Inma- cortaron la semana pasada.
– Sí – confirmó Pilar.
– Yo creo que le gustas, ve y le dices – dijo Inma.
Creo que sería el morado pero me convencieron para ir. Me levanté y fui hasta el fondo del pasillo que era donde estaba el baño. Cuando llegué al baño Carla estaba mirándose al espejo.
– ahh bien, creía que esta gente había dejado algún trasto.
– Pues no está todo bien – me dijo ella sonriendome.
Me acerqué a ella y poniendo mis manos en su cintura.
– Es que mis compañeros son un desastre.
– Ya veo – dijo ella sonriendo.
Empecé a acariciar su camiseta pasando las yemas de los dedos por su cintura.
– y has venido a ver si estaba todo bien – dijo ella siguiendo sonriendome.
– sí – respondí yo acariciando su trasero.
– Y está todo bien – dijo ella mirando mis manos en su trasero y sonriendome mientras que ponía su manos en mi rostro.
– parece que está todo en su sitio, le dije mientras que acariciaba sus pechos por encima de su camiseta.
– sí.- dijo ella bajando sus manos a mi trasero.
– Todo muy bien..- dije antes de besarla.
Comenzamos a besarnos y nuestras manos comenzaron a tocar lentamente al otro, estábamos las dos muy cachondos o por lo menos yo. largo rato estuvimos besandonos y tocandonos cuando ella paró de besarme.
– No era coña, tengo que mear – dijo.
– Bueno salgo – dije yo
– No hace falta, simplemente cierra la puerta – dijo ella.
Cerré la puerta y cuando me di la vuelta ella se había quitado el pantalón, sus bragas y estaba sentada en la taza del váter mirándome. la miré y ella se fijó en mi paquete.
– anda ven aquí.
Me bajó el pantalón y los calzoncillos y comenzó a comerme la polla sentada en el váter. Yo le acariciaba la cara mientras ella me miraba desde abajo y se metía mi polla en su boca. Cuando se cansó de mi polla comenzó a lamer mis bolas, era una mamadora fantástica la muy guarra. No pude aguantar más y le hoce que se levantara para comerle la boca y acariciar sus pechos, ella con sus manos continuó acariciando mi polla.
Le quité la camiseta y comencé a mamar sus pechos bajando el sujetador, ella al momento dejó mi polla para desabrocharse el sujetador, contemplaba sus pechos mientras que me los comía sus manos volvieron a mi polla la cual seguía erecta, mis manos se desplazaron a su coñito para acariciarlo y meterle un dedito dentro de él, estaba muy mojada la muy guarra así que me agaché y introduje mi lengua en su coñito, creo que ella no se lo esperaba porque cuando mi lengua tocó su raja soltó un “Ahhh”.
Mi lengua entraba en su cueva y ella agarraba mi cabellera gimiendo como lo guarra que era, Gemía de placer ante las embestidas de mi lengua en su coño.
– Follarme Follamé – me pedía a gritos mi compañera.
Me levanté y ella me dió la espalda apoyándose en el lavabo del cuarto de baño. Puse la punta de mi polla en la entrada de su ano, pero ella la colocó en la entrada de su coño, comenzó a echarse para atrás y mi polla se fue metiendo dentro hasta llegar al fondo de este. Comencé a embestirla con mi polla totalmente tiesa resoplando, ella gemía cada vez más alto, ella estaba apunto de correrse y yo también. de repente ella soltó un grito
– AHHHHHHHHHHHHHHHHH
Sentí toda mi polla húmeda y como de mis huevos chorreaba su flujo.
– Quita, quita – dijo ella y yo me aparté.
Ella me miró la polla totalmente llena de su flujo.
– Siéntate – me, senté en el váter y ella se puso de rodilla y comenzó a lavarme la polla con su boca.
Cuando esta la polla limpia se puso de espalda y abrió sus nalgas sentándose encima de mi polla. Ahora mi polla estaba en su culo, le pellizcaba los pechos mientras ella saltaba sobre mi polla repetidas veces, podía sentir mi polla en su culo entrando cada vez más adentro y más adentro me estaba gustando y a ella también.
– AH AH AH AH – gritaba yo.
– SI SI SI SI SI – gritaba ella.
– AH AH AH AH – gritaba yo.
– SI SI SI SI SI – gritaba ella.
– AH AH AH AH – gritaba yo.
– SI SI SI SI SI – gritaba ella.
– AH AH AH AH – gritaba yo.
– SI SI SI SI SI – gritaba ella.
Tanto movimiento había hecho que me volvieran a entrar ganas de correrme y aunque estuve aguantando lo que pude le dije.
– Voy a correrme, voy a correrme.
Ella paró de saltar y se puso de rodillas enfrente. Comenzó a mamar y mover mi polla haciéndome una paja hasta que todo mi semen salió disparado hacia fuera. las primeras gotas fueron a parar a su cara, luego abrazó mi polla con su boca y el resto cayeron dentro de esta. Cuando terminé de correrme ella limpio los resto de semen de mi polla, nos levantamos y tiró de la cisterna saliendo juntos. Pilar y Inma cuando nos vieron salir se rieron supongo que escucharon los gritos.