Follando con el profesor insoportable

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Hola, soy Biana, tengo 22 años y soy estudiante universitaria. Mido 1,65, soy tengo tetas pequeñas y unas nalgas grandes, soy cubana. Se dice que cuando las cubanas caminamos nos contoneamos, y es la verdad, muchas somos sensuales por naturaleza. Al caminar escucho hombres decirme piropos, pero responso solo a algunos, porque otros son muy groseros, sin embargo me gusta sentirme bella y sensual y disfruto de la atención de los hombres. Descubrí mis gustos sexuales leyendo y viendo porno, me di cuenta de que me gustaba que me den nalgadas, que me agarren del cabello y del cuello, que me follen duro y me traten como una puta en la cama, pero solo en la cama.

Hace algunos meses tuvimos un nuevo profesor, se comenta que tienes muchos problemas, la verdad es un tipo insoportable y su mal genio lo soportamos los alumnos. Es un hombre alto con un poco de barriga, y siempre llega sudado al aula. Un martes tuvimos una prueba y aquel hombre llegó con más enojo que nunca, no nos dio suficiente tiempo para terminar, todos estábamos enojados, pero como sabemos que es insoportable el hombre me tocó a mí hablar con él porque soy la jeja de la clase.

En la próxima clase cuando los demás se retiraron me quedé solo con el para hablar del tema. Con aire despectivo me miro de abajo hacia arriba e hizo una mueca de desaprobación. Yo traía unas sandalias y un vestido amarillo mostaza que aunque estaba por encima de mis rodillas era ajustado, dejando ver mis curvas.

-Que desea Biana, muy mal por su nota por cierto.

-Profesor, quisiera habar con usted como representante del aula, la verdad es que no tuvimos suficiente riempo pata terminar la prueba y eso se refleja en las notas, estamos en el últimos año y tememmos que nos afecte en la nota final.

-No es mi culpa que sean unos ineptos todos, tuvieron suficiente tiempo. –Recogió sus cosas e intentó marcharse, pero me puse delante de él tan rápido que chocamos, al seoararse me miró otra vez pero de una forma distinta.-Que piensa que hace Biana, quiere más problemas?

-Disculpa profesor, pero de verdad no qisieramos bajar el índice que nos ha costado cuatro años de sacrificio, por favor profesor auudenos al menos por esta vez. –Lnazó una carcada sarcástica y dijo:

-Y que harán ustedes por mí, quieren que los ayude pero a mi no me interesa y no me beneficia.

-Al menos yo estoy dispuesta a ayuddarlo profesor, en lo que necesite. Tomemoslo como un intercambio de favores donde todos ganamos, por favor. – Me miró otra vez, pero ahora más despacio, de una manera diferente.

-Sígame. –Me quedé petrificada, no pensé que fuera a funcionar, corrí rapiso detrñaás de el hasta que entró a su pequeña oficina.- Estta es la cosa, tengo muchos problemas en casa y necesito relajarme, Como puedes ayudarme?

-Como udted me diga profesor, -dije con una voz sumisa sabiendo que me tenía en sus manos.

Agarro un lápiz y los tiró al suelo.-Pongase de espaldas a mi y recójalo despacio.-Hice lo que me dijo.-Ahor acércate, ponte de rodillas. – Pobedecí cada orden mientras el se desabrochaba el pantalón.- Ahora has lo que sabes.

Me acerque más y agarré su verga con mis manos, comencé a masturbarlo hasta que se puso dura, y le pasé la lengua hasta meterla en mi boca, despacio, aquel hombre soltó un gemigo de placer y me agarró el pelopara meterse m´´as netro, sentí como llegaba a mi garganta. Continúa rapdo y hondo hasta que se detuvo y se puso de pie. Frente a mi me quetó el vestido con rapidez, y luego la roa interior. Me puse de espaldas de forma brusca y se metió dentro de mi co rapidez, aquello lo sentí un poco incómodo y rico a la vez. Con una mano agarraba una de mis tetas y con otra mis caderas, me penetraba profundo y rápido, con desespero, mientras yo me apoyaba en su escritorio. No tardó en venirse, y se desplomó sobre la silla con una sonrisa de placer. Era la primera vez que veía una sonrisa real en aquel hombre. Me vestí, y me dijo:

-Voy a repetir el examen y que esto quede entre nosotros. Además como dijiste que harías lo que fuera a partir de ahora, eres mi puta.-Dijo aquello con un tono suave, y me beso en los labios.

En la próxima clase dijo a los demás que tendrían otra oportunidad, e increíblemente su humor había mejorado…