Follando con mi arrendador

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El inicio de una aventura caliente Parte 1

Soy nueva en esto , lo que voy a contar paso hace un año el mejor de mi vida, para entrar en contexto me llamo Carolina en ese momento tenia 22 años, soy pequeña mido 1,62 cm , morena y delgada con curvas, y recientemente me había graduado de médica en la universidad javeriana, vivia en Bogotá y me toco una plaza del sorteo en un pueblito de cundinamarca , debo condensar que aún no tenía novio y me sentía bien frustrada sexualmente porque no tenía con quien descargar mi apetito sexual por lo que solía recurrir a tanta dia y novelas erotticas en mis tiempos libres. La fecha esperada llegó me fui al pueblo sola y di con una casa con una habitación económica y lujosa y lo mejor es que no tenía que preocuparme por cocinar porque venía incluido, era un matrimonio de 40 años confirmado por el señor Carlos , de 56 años bajito , calvo y gorditoy la señora Ana, el primero era pensionado y no salía de la casa en cambio la señora pasaba todo el día trabajando en veredas porque era maestra, a las dos semanas de mi llegada no pasaba nada extraordinario charlaba poco con el señor Carlos y solo notaba que algunas veces miraba mi escote con disimulo pero no le presté mucha atención porque era muy respetuoso y nunca pasó la línea , llegaba a dormir por los turnos pero un día todo cambio. Estaba en mi cuarto estudiando , hace cinco minutos había hablado con mis papás y en diez minutos me disponía a dormir aunque no tenía turno al día siguiente estaba agotada por el turno cuando el señor Carlos llamó a la puerta anunciando que ya estaba lista la cena ese día la señora Ana estaba trabajando y regresaba en dos horas , después de terminar mi plato , hablé de cosas cotidianas preguntándole por el día y de repente el señor Carlos me interrumpe y me dice: Dra Carolina tengo que pedirle un favor el cual le agradecería eternamente.

Carolina: Estaba extrañado pero accedí, Claro Don Carlos pasa algo con su salud o que necesita?

carlos : No dra , no es nada de eso, en dos meses cumplo aniversario con mi amada Anita y quiero llevarla a cenar y a bailar toda la noche pero me da pena hacer el ridiculo y y por eso quería que me enseñara a bailar dra.

Carolina: Adale dor Carlos con mucho gusto pero yo la verdad soy pésima bailando.

Carlos: Dra usted es mi única esperanza , es sencillo es solo seguir los pasos de los videos diga que si es más si puede iniciamos hoy mismo.

Carolina: No hay problema pero con una condición el otro mes me hace una rebaja del arriendo

Carlos: No se preocupe por eso dra , es un trato.

carolina: Bien y como iniciamos?

Carlos: Bueno practiquemos en la sala, voy a buscar música de salsa que es la que le encanta a mi mujer. Sono una canción del grupo biche aunque estaba un poco incómoda me relaje y ya en la tercera canción llevábamos un mejor ritmo porque al inicio fue un desastre , el señor Carlos me ofreció un trago y notó el ambiente un poco más subido de tono, el me miraba intensamente las tetas y las nalgas y rozaba su entrepierna como accidente cuando tenía oportunidad, lo cual no me incomodaba me estaba calentando y en eso le digo

carolina: Señor Carlos hay que poner chámpeta , yo le enseño.

Cuando suena la canción seguimos cuidadosamente los pasos y Don Carlos aprovechaba para rozarme el culo con su verga la cual se hincha cada vez más aunque la canción para sigue rozándome dura poniéndome más caliente y empieza a sonarme el culo le digo que deberíamos ir al cuarto para tener mas comoxidad a lo cual accede sin reparo, al llegar cierro la puerta con seguro y lo beso y nos tiramos a la cama y con ropa nos frotamos sin parar , el señor Carlos no para de darme besos en la boca y él cuello y duramos así 20 minutos pero nos detenemos porque no demoraba en llegar su esposa , antes de acabar le digo, al día siguiente continuamos con la segunda clase y nos besamos intensamente por más de diez minutos antes de separarnos y esperar la llegada de la señora Ana yo en mi cuarto imaginando cómo me folla de mil maneras y él haciéndose la paja en el baño para quitarse las ganas .