Gracias a una travesti pude sacar a mi verdadero yo, pude hacer lo que tanto deseaba sin tanto remordimiento

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Había bebido un poco, no demasiado. Pero lo suficiente para deshinbirme e ir a buscar una profesional del sexo en las calles que, aun no conociendo mucho la ciudad sabía que se colocaban allí, por otras visitas realizadas. Di un par de vueltas por la zona portuaria y vi una rubia, algo entrada en años pero todavía de buen ver. La subí al coche, no recuerdo ni su nombre ni su origen, era sudamericana, eso si. Empezamos el magreo en la parte de atrás del coche, rapidamente desnudándonos. Estaba buena, buen culo y buenas tetas, con un precioso coño depilado, que se humedeció sin necesidad de lubricación artificial. Me puso un condón y se sentó sobre ella, me cabalgó un rato y a pesar de que me estaba gustando, agarrando aquel magnífico culo y chupeteando sus tetas, poco a poco se bajó mi erección, que nunca llegó a ser muy consistente. Se descabalgó y me preguntó que me pasaba, por qué no me corría.

-No lo sé, le dije, tal vez el alcohol.

-Vale, veremos si con una mamada lo conseguimos.

Se puso a ello y algo mejoraba, pero yo no sentía llegar el orgasmo. Ella insistía con sus preguntas una y otra vez. De repente no sé que pasó por mi cabeza, pero imaginármelo contándoselo me excitó muchísimo y sin saber bien como, de una manera irreflexiva, se lo solté:

-Me gustan las pollas!

Me miró con gran sorpresa.

-Que dices? Te gustan las pollas???

En ese momento me moría de vergüenza, mi cara ardía de lo ruborizado que estaba.

-Si, me gustan.

-Ahora entiendo porque no acabas de funcionar. Vaya. Y has probado alguna?

-No, pero siempre tengo fantasías, veo vídeos y me masturbo imaginando cosas.

-Como te gustan? Te gustan las grandes verdad?

-Si, me gustan las grandes, me pone que sean más grandes que la mía.

-jajajajaja eso no es muy difícil, me soltó.

Literalmente me moría de vergüenza.

-Te gustan grandes y gordas verdad maricón?

-Si.. si… siii!

Entonces me tocó de nuevo la polla.

-Mira como se te ha puesto de durita ahora, casi parece una polla de verdad.

Con sus frases me estaba poniendo cada vez más cachondo, obtenía gran placer en sentirme humillado desa manera y en confesar mi gran secreto de macho: mi adoración por las pollas. Comenzó a masturbarme diciéndome:

-Voy a hacer que te corras como una putita. Dime cuanto te gusta un buen pollón! Dímelo!

-Me encanta!

-Dímelo más fuerte, dime que te gustan las pollas zorra!

-Me encantan las pollas!! grité

-Así me gusta puta, dime que te gustaría hacer con un buen pollón!

-Me gustaría mamar una buena polla!

-Claro que si putita, te encantaría estoy segura, sentir como te llena la boca el pollón de un buen macho.

-No… dije tímidamente

-No??? preguntó ella

-No, me gustan las pollas de travestis, travestis femeninos con grandes pollas.

-Ah vale putita, ya te entiendo. Encuentras placer en la humillación que te produce que un maricón vestido de mujer tenga una polla más grande que la tuya, verdad?

-Siiiiiiiiiiii, me encanta eso, imaginarme que una mujer con polla hace conmigo lo que quiere.

Seguía masturbándome y yo sentía llegar el orgasmo. Entonces me dijo que bajaramos del coche. Era un sitio oscuro, casi no se veía nada, pero había otros coches que estaban a lo mismo. Me apoyó contra el lateral y siguió masturbándome, y me dijo al oído:

-Ahora quiero que se enteren de lo que de verdad te gusta maricón. Dilo!

-Me gustan las pollas! Dije en voz alta.

-Más alto y di cuanto te gustan y lo que te gustaría hacer zorra! Esta vez su tono fue muy imperativo.

-Me encantan las pollas!!! grité

-Más! Dime más puta!!!

-Me encantan los pollones, quiero mamar una buena polla por favor!!! Grité de tal manera que en alguno de los coches sin duda me habían oído.

-Así me gusta zorra, grita más!

-Quiero que me folle una travesti con un rabo enormeeeeeeeeeeeee!!!!! grité, y aquí comencé a correrme mientras ella seguía masturbándome y llamándome de todo:

-si maricón, así puta dilo, como te gustan zorra!

Acabé de correrme gritando como un loco:

-Me encantan las pollas, quiero polla por favor!!!

Fue un orgasmo tan intenso que casi me desmayo. Ella se reía y miraba como me corría. Cuando acabé se escucharon risas y comentarios jocosos.

-Te doy toda la que quieras maricón! Jajajajajaja

-Ven aquí a probala!

Una vez que se me pasó el subidón de la excitanción me volví a meter en el coche, limpiándome como pude y arrancando cuanto antes para marcharme de allí.

Ella no dejaba de sonreir.

-Nunca pensé que una pollita tan pequeña pudiera soltar tanta leche jajajajajajaja Te ha encantado jajajajajajaja Tienes más dinero?

-Por que lo preguntas?

-Porque creo que ha llegado el día de que pruebes una polla, y una de verdad.

-Que dices??? pregunté asombrado

-Que vas a venir comigo a mi casa. Y te voy a presentar a alguien. Haré que con 50 euros sea suficiente. Quiero presenciarlo.

No sabía que decir, solo pude balbucear:

-No.. yo no… no.. imposible…

-No quieres por fin tocar una polla que no sea la tuya? No quieres masturbarla y sentir como crece entre tus manos hasta hacerse el doble que la tuya?

Puso entonces su mano en mi paquete y dijo:

-Sólo de imaginarlo mira como la tienes otra vez! Te gustan más que a mi!

No sabía que decir. Sería ese el día que por fin probaría una polla?

A partir de ahí me fue dando indicaciones de por donde ir hasta que me ordenó aparcar. Bajamos y la seguí como un autómata a un edificio cercano, subimos en ascensor hasta un piso oscuro y misterioso, pero acogedor, con buena temperatura y buen olor. Durante todo el tiempo mi corazón latía a mil por hora. Me dejó en una habitación y me dijo:

-Dame 50 euros y desnúdate.

Hice lo que me pidió sin rechistar. Aquella mujer me había dominado por completo. Era la única persona del mundo que conocía mi secreto.

Al cabo de un rato regresó. Yo estaba de pie en el medio de la habitación, completamente empalmado. Me dijo:

-Vas a hacer todo lo que te mande y vas a disfrutarlo. Lo primero que voy a hacer se medir tu pollita.

Y dicho y hecho se arrodilló, y con una cinta métrica midió la longitud de mi pene erecto.

-11 cm ajajjajajajaja. La más pequeña que he medido nunca. La verdad, mejor como putita y maricón que como macho follador jajajajajaj Y con ese corpachón grande y musculado jajajajaja

Ahora ya ni vergüenza me daba, sólo me excitaba que me humillara de esa manera.

-Ponte esto, llega para tapar esa ridiculez.

Me dio un tanga violeta de encaje transparente, con muy poca tela. Cuando me lo puse llegaba escasamente para tapar la punta de mi pollita.

-Ha llegado el momento dijo.

Salió y al rato volvió. Esta vez acompañada.

-Esta es Paola. Te va a hacer feliz, te lo aseguro.

Es difícil describir lo que veían mis ojos. Paola era una mulata de más de un metro ochenta, con los tacones que llevaba era más alta que yo. Era muy hermosa y femenina. Con un cuerpazo espectacular cubierto por un tanga y un sujetador blancos que realzaban su piel morena. Unos pechos preciosos se insinuaban asomando bajo la tela. Piernas largas, esbelta y larga cabellera negra. Labios carnosos. Era espectacular. Un sueño. Se acercó a mi, cogiéndome de la mano me dijo:

-Así que eres virgen guapito. Hoy va a ser un día especial para ti, como lo vas a disfrutar!

Entonces me beso con aquella boca tan sensual, tan femenina era que no pude oponer la más mínima resistencia. Sería posible que fuera una travesti? Sería una mujer y usarían conmigo pollas de plástico?

La chica se nos unió acariciándonos y ya las manos recorrían todos los cuerpos en un caos delicioso. Entonces la chica me ordenó que me arrodillara.

-Bájale el tanga. Quiero que tú misma descubras lo que te espera.

El tratamiento en femenino me hizo más sumiso si cabe. Me arrodillé y miré hacia arriba viendo sus sonrisas. Tiré de la tela y saltó hacia delante como un resorte, casi dándome en la cara. No sé que cara pude poner. Ni puedo describir lo que sentí en ese momento. Fue como una anulación completa de mi voluntad, una entrega absoluta de mi ser rindiéndose delante de aquella majestuosidad. Tenía a escasos centímetros de mi una polla enorme y perfecta. De piel oscura, larga y gruesa, aun morcillona dejaba la piel de su prepucio asomar la punta del glande que se veía hermoso y proporcionado. No podía dejar de mirarla. Me hipnotizaba y me subyugaba, me dominaba. Tantas había visto en internet, alguna parecida sin duda. Pero tenerla allí delante, yo de rodillas asumiendo mi papel de sumiso, era algo increíble. Ni tan siquiera podía atender sus comentarios jocosos:

-Mira como le gusta, no le quita ojo.

-Está embelesado jajajajajaja

Y no sé que más.

-Bésala, dijo la chica.

Lo hice. No dudé nada en absoluto. Acerqué mis labios y los posé sobre la piel de su prepucio, sentí su calor y su suavidad. Me encantó.

Miré hacia arriba y Paola sonreía satisfecha.

-Así me gusta.

La cogió con la mano, la aproximó a mi cara y me rozó con ella las mejillas, la nariz, los ojos, yo me dejaba hacer disfrutando casa sensación, cada roce, su olor, su calor… Sólo deseaba que hiciera lo que sin duda estaba apunto de hacer. Y así fue. La separó un poco de mi y tiró de la piel hacia abajo. No fue ninguna sorpresa comprobar la perfección de su glande. Lo acercó a mi boca y tocó con el mis labios. Lo siguiente fue lo más natural del mundo, la secuencia lógica e inevitable: abrí mi boca y dejé entrar en ella todo aquel glande que ocupó pronto mi cavidad bucal. Que sensación dios mío! Sentir como me la llenaba, su calor, mi saliva saliendo, su suavidad extrema. Era delicioso sentir todo aquello. Su calor! Ay su calor! Sé que lo repito constantemente, pero me encantaba como se sentía, cada vez más a medida que se iba llenando de sangre. Y su suavidad??? Como puede haber una piel tan suave en un órgano tan rígido, tan amenazador, tan salvaje. Una mano en mi cabeza y un ligero movimiento de caderas hicieron que comenzara la primera mamada de mi vida. Fue una delicia continua, cada vez mejor. Apretaba con mis labios, cada vez más saliva, entraba y salía follándome la boca.

-Que bien lo hace!

-Si, dijo Paola, se nota que ha nacido para esto y que lleva demasiados años esperando. Hoy se a a llevar una buena ración jajajajaja

Entonces la chica se arrodilló también y me dijo:

-Prueba sus huevos y déjame seguir a mi. Disfrútalo todo.

Cedí el pollón sólo porque quería hacer lo que me decía, chupar sus huevos también, eran no muy grandes, depilados y algo colgantes. Resultó otra delicia más. Pero pronto volví a la polla, a recorrer con mi lengua todo el tronco que quedaba fuera de la boca. Entonces fue una locura, como dos putas salidas, que era lo que eramos, luchamos por devorar el glande y todo lo que podíamos de la polla, ora en su boca ora en la mía, ensalivándola de manera brutal. Dos zorras a los pies de un pollón de macho. Fue Paola quien puso fin. La mandó tumbarse en la cama con las piernas abiertas. Me quitó el tanga y comparó su pollón con mi pollita sonriendo siempre, y me dijo:

-Venga anda, cómele el coño antes de que la folle, putita. Luego te tocará a ti, no te preocupes. Pero quiero que veas lo que mi polla le hace a una mujer, muy diferente a lo que tú puedes hacer con esa birria.

Así lo hice. Comí aquel coño de puta como si fuera el de una virgen. No me importó nada. Y fue delicioso porque ella estaba excitadísima. Hacía aquello sólo para disfrutar. Paola se puso a su lado con su pollón. Entonces la chica me dijo:

-Mira lo que te toca probar hoy.

Con la cinta métrica sobre el pollón de Paola, me mostró la cifra:

-22 cm, exactamente el doble que la tuya maricón! Jajajajajajajajaja Como vas a disfrutarla.

Entonces Paola me apartó y me dijo,

-Acércate y no pierdas detalle. Mira como se hace disfrutar a una mujer.

Poniéndose entre sus piernas acercó el enorme glande a la entrada de su coño y comenzó a empujar. Yo no perdía detalle, veía como la carne se abría para dejar pasar a la bestia, la cara desencajada por el placer de la chica y la sonrisa de satisfacción de Paola. Poco a poco fue entrand toda.

-Así! Asi! Dios que pollón! Mira maricón como lo hace, eso si es una polla!!

y gemía y gritaba, Paola sonreía y le daba cada vez más caña. De vez en cuando la quitaba y me la metía con fuerza en la boca, cogiéndome por la nuca diciéndome:

-Prueba sus flujos zorra!

Finalmente se corrió. Entonces Paola sacó su pollón y me lo mostró claramente en todo su esplendor. Empapado en sus flujos, completamente duro e hinchado con todas las venas marcadas, era impresionante, sentí algo de miedo. Pero sabía lo que venía, lo que tenía que ser.

Ocupé el sitio boca arriba en la cama, con las piernas recogidas y Paola entre ellas sonriéndome:

-No te precupes, sé como hacerlo y esa puta la ha dejado perfectamente lubricada.

Pronto sentí como apoyaba el glande en la entrada de mi culo. Fue otra de las sensaciones sublimes de la noche. Presionó y comenzó a introducir. Dolía y yo gemía y me quejaba. Cada centímetro conquistado era un suplicio. Cuando llegó a la mitad que parecía la parte más gruesa, de mis ojos escaparon lagrimones. Ella seguía sonriendo. Poco a poco, no sé aún como entró toda. Yo lloraba y gemía y le suplicaba que parara, que fuese despacio. Casi nin oia los comentarios y las risas de la chica. Sólo me concentraba en el dolor que sentía y en la mirada de determinación de Paola. Cuando estuvo toda dentro se inclino sobre mi y me dio un largo beso.

-Me gustas, me dijo, y voy a hacerte disfrutar mucho, ya lo verás.

Y poco a poco, con sus besos y sus susurros, fue comenzando a bombear y el dolor a mitigar, y apareció ese placer que todo el que lo prueba sabe que lo buscará siempre.

-Así mi amor, ya está, ya eres mia. Soy la dueña de tu culo.

-Toda dentro una y otra vez, así, siéntete mía

Yo me iba animando a responder:

-Siiii, me encanta, sigue, no pares, soy tuya

al cabo de un rato todo era placer, era increible y sublime. Como me follaba con aquel pollón, a veces más rápido otras más lento, durante un rato la dejaba toda dentro, luego la sacaba casi por completo para clavármela de un golpe haciéndome aullar. Finalmente me dijo:

-Ahora quiero que seas tú quien marque el ritmo.

Se tumbó sobre la cama con su pollón apuntando al techo y enseguida supe lo que tenía que hacer. Me senté sobre ella dirigiendo su pollón a mi culo, introduciéndolo poco a poco. No me costó nada, comencé a moverme como sabía que hacían las chicas. Era algo instintivo. Acabé moviéndome como una loca, gritando de placer, acariciándome los pezones y gimiendo como una puta, sintiéndome muy mujer, notando como me agarraba por la cintura Paola, tratando de marcarme el ritmo que a ella le apetecía, y tratando de darle placer. En un momento dado comenzó ella a bombear desde abajo, y aquí vino lo mejor. Me ardía el culo y el placer era intensísimo, subía desde el rozamiento de su pollón por todo el tallo de mi pollita hasta el glande, no tarde en comenzar a correrme gritando como una mujer. Fue absolutamente increíble e indescriptible. Cuando terminé me la sacó, dejándome un vacío que me daba ganas de llorar. Pero rapidamente acercó su pollón a mi boca masturbándose y llamándome de todo me lo metió en la boca para correrse dentro:

-toma puta!!! toma mi leche! Disfrútala zorra, te la vas a tragar toda! Eres mia! Te follaré siempre que quiera.

Noté el calor de su leche en mi boca, conseguir que se corriera era maravilloso para mi, para su putita. Ella era una travesti, pero su polla era de macho semental. La saboree toda y la tragué, por supuesto. Y no pude sentirme más feliz.

La chica nos miraba alucinada y sonriente:

-Si que le gustan las pollas, o mejor dicho tu polla Paola. En mi vida había visto cosa igual. No es capaz de separarse de ella, mírala jjajajaja

Yo permanecia con su polla ya desinflada apoyada en mi mejilla, con restos de su leche, completamente feliz, casi a punto de llorar de pura felicidad.

Ya nada me importaba, sabía bien lo que necesitaba para el resto de mi vida. Paola me sonreía y me miraba con amor.