Intercambios de verano y locuras de las más excitantes y hermosas que tuve en mi vida
Madrugada de un 30 de Diciembre, revisando la lista para no olvidar nada y ya listos para partir hacia Mar del Plata, saliendo bien temprano para evitar viajar con una ruta muy cargada, todos quieren estar el ultimo día del año allá, en nuestro caso para pasar fin de año con mis padres y luego las merecidas vacaciones. Solo nos detuvimos una vez, e un famoso parador de la ruta, para desayunar, comprar medialunas para la familia y cambiarle los pañales a Nahuel y despertar a Luchy que aun continuaba dormida, fue un viaje tranquilo, llegamos tipo 11 de la mañana, bajamos todas las valijas en nuestro departamento y fuimos al de mi padre que tienen otro edificio por medio al nuestro, salimos a hacer las compas de fin de año sin dejar de pasar por un boliche donde se suelen juntar parejas del ambiente swinger, debido a la cercanía de fin de año, había muy poca gente, desistimos y nos fuimos. Llamamos a un par de parejas conocidas a la noche, pero todas ocupadas con fiestas de despedidas, luego de este fracasado intento , Pablo me dijo «Mal inicio, espero que mejore» y se rio. Así paso la noche del 30, fin de año con muchos fuegos artificiales y el 1ro de Enero con un asado familiar en la quinta de amigos de mis padres, preparándonos para ir, me di cuenta que no tenia traje de baño, que no había llevado ninguno ya que pensábamos ir todos los días a la playa nudista, así que rápidamente fui a la peatonal y buscar algún comercio donde comprar uno, entre al lugar indicado y después que me mostraron varios, me quede con uno rojo con pequeñas manchitas blancas muy chiquitas que asemejaban a una lluvia, el problema que ambas prendas eran uno, según la vendedora, varios según mi mama, talles menos. El biquini mostraba con lujo de detalles el contorno de mis labios vaginales, la parte de atrás, se me metía en el culo como clavada y el corpiño, dejaba mis tetas a punto de estallar, y desoyendo los consejos de mi madre para que comprara uno menos provocativo, pedí que me lo dieran y lo lleve. En el asado, permanecí hasta después del almuerzo con una remera, pasado este y cuando la gente se metía en la pileta, me dispuse a tomar sol, Pablo llevo a Luchy a la pileta de los chicos y yo puse al bebe bajo una sobrilla y me tire sobre una colchoneta a tomar sol, en el instante que me saque la remera, hombres y mujeres por igual se dieron vuelta para mirarme, mi madre mirándome con cara de fastidio, mi papa, como siempre, apoyándonos en todas las locuras que hacen sus hijas, Pablo, tirándome un beso y al leer sus labios decía «Te quiero, SOS lo mejor de mi vida» y mi hermana que vino a mi lado para reprocharme el por qué no le compre una igual para ella, la conforme diciéndole que solo la usaría esa tarde y luego se la daría a ella. Pase ese momento divirtiéndome como los hombres disimuladamente algunos y directamente otros miraban todo lo que esas diminutas prendas dejan ver, eso me puso más que caliente, así que debí recurrir a zambullirme en la pileta para disimular la humedad de mi concha que ya se notaba en mi diminuta bikini, terminada la reunión, regresamos a nuestro departamento y a los minutos de llegar, vino mi hermana a reclamar mi provocativo traje de baño, se lo di, le dije que lo lavara, la muy puta lo acerco a su nariz y me dijo «este olor no es del agua de la pileta» para luego pedirme nuevamente que al otro día la lleváramos con nosotros a la playa (nudista)}
Al día siguiente, luego de desayunar, cargamos los implementos de playa en el auto y partimos hacia la playa, al llegar notamos que aun había poca gente, instalamos la carpita, la sombrilla, me saque la remera (era la única prenda que tenia puesta), le di a Luchy su baldecito y palita para que jugara en la arena y ella sola, me pidió que le sacara su mallita, ya que según dijo, le molestaba.
Pasado el mediodía, a nuestro lado se instalo una pareja, ella rubia, pelo corto, al quedar desnuda vi unas tetas naturales, no muy grandes pero firme, hermosas piernas y culo, totalmente depilada, de unos 35 años y su marido, de algo más de 40, rapado y al momento que se saco su short, una pija realmente hermosa y grande, nos saludamos amablemente y gracias a las monerías y piruetas que hacia Luchy, la charla se hizo fluida, se presentaron como Carla de 38 profe de gym y Eduardo de 44, corredor inmobiliario, eran de Córdoba Capital, con un hijo de 15 años, que prefirió ir de campamento con sus primos en su provincia natal, lo que le permitía a ellos, manejarse con total libertad y hacer todo tipo de «locuras», a lo cual Pablo le pregunto, que tipos de «locuras», tríos, intercambios y dar rienda suelta nuestra sexualidad, contestaron, intervine yo contándoles que nosotros hacíamos esas «locuras» hacia ya un par de años. Ya con las cartas sobre la mesa y luego de decirles nuestras experiencias y las de ellos, Eduardo me dijo que yo estaba muy buena y en agradecimiento le comente que lo que se veía del, era más que interesante, Carla me pregunto si me gustaba la pija de su marido, obvio fue mi respuesta, mejor así, ya que mi me encantaría probar la del tuyo, ahí reímos los cuatro, luego le propusimos salir a la noche, después de cenar y una vez que les hayamos dejado los chicos a los abuelos, muy contentos nos respondieron que les encantaría. Yo quería tener aunque sea una probadita de esa pija, así que mientras Carla y Pablo charlaban y jugaban con Luchy y el bebe, le propuse a Eduardo, caminar por la zona de los acantilados, donde hay grandes rocas, le gusto la idea y partimos. Una vez que pasamos la zona con bañistas y con la excusa que las piedras estaban patinases, lo tome de su mano y el comenzó con una cataratas de elogios a mis tetas, mi culo, mi boca y mi concha.
«Gracias, me encanta y me calienta lo que me decís. Acá no se puede tener sexo pero si nos acomodamos detrás de alguna de las piedras grandes, tal vez te pueda dar un adelanto» y así fue, luego de caminar un rato encontramos dos piedras, una que tapaba la mitas de mi cuerpo y una más chica al lado, mire hacia atrás, solo había un par de hombres algo lejos de donde estábamos, así que le pedí que se sentara en la piedra chica, me apoye en la otra, puse mi pierna derecha sobre su hombro y le dije «acá esta el adelanto, cómemela». El estar ahí, con peligro de ser descubiertos solo logro que cuando su lengua toco mi vagina muy mojada, un golpe eléctrico recorrido mi cuerpo y me puso al borde del orgasmo, el introdujo su lengua y fue suficiente, acabe por primera vez, trate de ser silenciosa lo mas que pude pero un leve grito y muchos gemidos se me escaparon, le pedí que no parara y él como sintió que ya estaba al borde de una nueva explosión, muy hábilmente metió un dedo en mi culo mientras succionaba fuertemente mi clítoris, sentí que mis piernas se aflojaban con ese orgasmo, esta vez no me pude contener y grite con más fuerza, por suerte el ruido del mar y las olas rompiendo entre las rocas lograr taparlo un poco. Le agradecí con un fuerte beso en su boca y luego de mirar nuevamente si aquellos hombres estaban lejos aun, le dije que era mi turno. Me senté en la roca pequeña, tome su pija que ya estaba casi lista, tire su capullo para atrás para dejar totalmente descubierta su cabeza, la cual lamí como si un helado se tratar, baje para chupar sus huevos, uno por vez, teniendo un rato a cada uno mientras los masajeaba con mi lengua, mientras el no paraba de decirme que era una diosa divina, le agradecí y me dedique a chuparlo, me fui metiendo poco a poco toda su pija en mi boca, disfrutando cada rugosidad, cada vena, una vez que ya lo había explorado todo, comencé a chupar con fuerza y un continuo entra y sale, lo tome de sus glúteos, para dar el ritmo mientras me cogía la boca, sus jadeos se hicieron más intensos, sus venas se engrosaba, la temperatura de su pija aumentaba como las contracciones de su pelvis, su cabeza tomo su máximo tamaño y disparo dentro de mi boca el primer chorro de leche inmediatamente el segundo y el tercero, yo sin dejar de chupar y tratando de que no se me escapara ni una gota de su preciado liquido, trague todo, su sabor era riquísimo, en ese momento, escuchamos unos aplausos, miramos hacia nuestro costado y vimos a dos hombres, que resultaron ser una pareja gay disfrutando del show que le dimos, los chicos me dijeron que era una maestra, que les permitiera hacerlo ellos, me causo mucha gracia eso y Eduardo se puso todo colorado, los saludamos y lentamente regresamos con nuestras parejas, al llegar, los vimos charlando tranquilamente mientras jugaban con los niños, les contamos todo lo sucedido y Carla pudo el mismo tratamiento, así que nos quedamos nosotros tomando algo fresco mientras Carla y Pablo iban a disfrutar un poco. A su regreso, con mucha cara de felicidad de ambos, charlamos de como continuar esto a la noche, quedando en que asariamos a buscarlos para ir a un boliche donde se junta parejas del ambiente. Nos saludamos y volvimos a la ciudad, antes de ir a nuestro departamento, pase por el de nuestros padres para pedirles que nos cuidaran los chicos a la noche, grande fue la sorpresa cuando me contaron que ya tenían planes, una cena con amigos y entradas al teatro, así que dimos inicio al plan B, pedirle a mi hermana que lo haga, con el peligro que nos haga alguna solicitud extraña, la busque en su cuarto y le dije si podía hacernos el gran favor de cuidar a los niños, recuerda que te regale una malla nueva, su respuesta fue «Los acompaño al ascensor, salude a mis padres, le dije que se divirtieran y salimos de su departamento, ya en el pasillo mi hermana me dijo! no me vas a comprar con una malla, vine sin mi novio para poder divertirme sin que el proteste a cada cosa que hago»
«De que manera queras divertirte?» pregunte
Ella, levantándome la remera y mostrando mi desnudez dijo «de la misma forma que Uds., quiero ir a conocer la playa nudista y pasarla bien, de la misma forma que vos y Pablo»
Yo, haciéndome la tonta y que no entendía lo que me decía le dije «no sé a qué te réferis» y ella riéndose contesto,
«Este mundo es chico, y la hermana de una pareja que hicieron intercambio es amiga mía y su hermana le cuenta todo, así que no te hagas la tonta, tenemos un acuerdo» y extendió su mano esperando mi respuesta, le di la mía con una sonrisa picara y le respondí que sí.
Al regresar a nuestro departamento, le conté todo a Pablo y él me dijo, que si yo no tenía problemas que ella nos viera cogiendo con otra gente, el tampoco.
Así fue que nos bañamos, cenamos, prepare una mochila con ropa y pañales y lleve a mis hijos para que los cuide mi hermana, al recibirlos me dijo «espero que cumplas nuestro acuerdo»
«Obvio conteste, nunca te falle», le di un beso y me fui.
Pasamos a buscar a la hora acordada a Carla y Eduardo y partimos al boliche, deje que Eduardo se sentara adelante con Pablo y yo me fui atrás con Carla, al sentarme al lado de ella, le dije que tenía un vestido hermoso, corto de color lila con breteles finitos y unos lindos tacones, ella se levanto el vestido para mostrarme su tanga negra de encaje y su corpiño sin breteles.
«Hermoso», le dije «lastima que debajo del mío, no llevo nada» levantándome el vestido para mostrar mi desnudez.
Eduardo se dio vuelta como un rayo para mirarme y Pablo acoto
«Para que las cosas sean igualitarias, Carla tampoco debería llevar nada»
Ella lo miro a su esposo, como esperando una respuesta de él, dudo un poco y se saco su ropa interior, nos reímos los cuatro mientras llegábamos al boliche.
Al bajar, la brisa del mar levantaban un poco nuestros vestidos, ella con miedo a que se viera que no traía nada debajo, ponía sus manos agarrándolo
«No te preocupes» le dije «si algo se nos ve, será para el deleite de los que nos miran» y entramos al boliche.
Pedimos algo para tomar y después de un tiempo y viendo que el ambiente era muy tranquilo, Pablo dijo «Querían hacer locuras? Pues acá no creo que las hagamos, si se animan tengo una idea, sé que mi mujer se anima a todo y Uds.?» pago la cuenta y se dirigió a la salida, los tres nos miramos sin saber de qué se trataba y fuimos detrás de él.
Al llegar al auto y antes de subir nos dijo «Que ples parece si subimos con las parejas cambiadas, mientras dos van adelante, los dos de atrás tienen sexo, circularíamos por las avenidas y si se animan un poco mas, bajaríamos algo los vidrios para que algunos que pasen a nuestro lado, nos vea»
Escuchar esa idea hizo que me mojara, solo esperaba la respuesta de ellos.
Se miraron por unos segundos y Eduardo dijo «Muy loco» a lo cual, Carla con una sonrisa respondió «Para eso vinimos, aprovechemos que estamos solos»
Paso siguiente, Pablo saco una moneda, la tiro al aire y dijo «Seca» pero salió cara, es decir Eduardo y yo haríamos el primer show.
Nos subimos al auto, Pablo arranco y comencé a desprenderle la camisa a Eduardo mientras es se sacaba los zapatos y los pantalones, lo ayude con los calzoncillos justo que pasábamos al lado de un micro, aunque dudo que alguien viera algo raro, le toco el turno a él , ayudándome a sacar el vestido y ya estábamos listos para jugar, Carla se dio vuelta para poder ver mejor, mientras Pablo usaba de a ratos los espejos mientras manejaba.
Comenzamos besándonos muy apasionadamente, mientras yo sostenía su pija en mi mano, el masajeaba mis tetas.
Me saque mis sandalias para facilitar mis movimientos, ya que resulta difícil, por lo que pude comprobar, tratar de tener buen sexo en el asiento trasero de un auto, me recosté un poco, bajando lentamente por su pecho hasta llegar a su pija, no teníamos apuro, así que me tome todo el tiempo para saborearla bien y disfrutar a cada instante, Pablo nos pregunto si bajaba un poco los vidrios y le dije «bájalo todo» olvidando que tenía el tope de seguridad para nos niños, freno un momento, abrió ambas puertas de atrás y desbloqueo el sistema, todo esto sin que yo dejara de mamarlo y al estar yo recostada, mi culo quedo apuntando a la vereda, justo que un grupo de chicos pasaban y al mirar dijeron «Inviten, también queremos coger a la rubia» Pablo se apresuro a subir y retomar la marcha para evitar algún inconveniente.
Ya con los vidrios bajos, me recosté contra la puerta, abrí bien mis piernas, apoyándolas, una, en el cabezal del asiento del conductor y la otra en el respaldar del asiento trasero e invite a Eduardo a que hiciera su parte, se acomodo como pudo y luego de darme un hermoso beso con mucha lengua, pasando por mi lóbulo izquierdo, se detuvo en mis tetas, dándole una hermosa chupada, que solo aumento el tamaño de mis pezones y el sonido de mis gemidos.
Llego a mi concha, que ya estaba muy mojada y esperando sentir su lengua ahí.
El ver desde mi posición los techos de los autos, las luces de la calle y las ventanillas de los colectivos fue suficiente para que en el primer roce de su lengua con mis labios externos acabara con un grito fuerte, no conforme, tome su cabeza con mis manos apretándolo contra mi vulva para que sus lamidas fueran más fuertes y me haga acabar nuevamente de forma rápida, ya que en la forma que estaba el metido entre ambos asientos, creía yo, corría peligro de acalambrarse, mientras esto pasaba, Carla, desde el asiento de adelante, masajeaba mis tetas, que ya estaban a punto de explotar. Todo ese coctel logro un nuevo orgasmo, que como el anterior, fue demostrado con mis contracciones y un fuerte grito.
Al ver que ambos estábamos listos, Eduardo se sentó en el medio del asiento y yo lo monte, con su pija apuntando al techo fue muy fácil que mi concha la encontrara y de un solo golpe entro hasta el fondo.
Comencé a cabalgarlo despacio, mientras nuestras lenguas se fundían, en eso sentí un dedo entrando en mi culo, sin saber si era Carla o Pablo los que me daban un poco mas de placer.
En un semáforo y al estar las ventanillas abiertas e iluminados por las luces de la calle una pareja que iba en otro auto nos vio, comenzaron los gritos de aliento y los bocinazos, Eduardo, emocionado por el show que estábamos dando, aumento la frecuencia de su bombeo, sintiendo yo como sus bolas golpeaban contra mi culo y en un momento mientras miraba a nuestros espectadores que viajaban en su auto a la par del nuestro, acabe, con un gran aullido y un calor intenso que subió desde mis pies a mi cabeza, instantes después sentí como Eduardo, muy excitado, largaba varios chorros de semen en mi interior. El salió de adentro mío, me limpie con papel para evitar que su semen y mis jugos mancharan el tapizado del auto, nos vestimos y en una calle tranquila cambiamos de posición, Carla y Pablo pasaron al asiento trasero y nosotros fuimos adelante, tomando Eduardo el rol de piloto.
Carla se saco en vestido antes de subir al coche y ayudo a Pablo a despojarse de sus prendas rápidamente. Yo logre meter un dedo en su concha y comprobé que ya estaba a full. Se arrodillo en el asiento con su culo apuntando a la ventanilla (me imagino la imagen desde afuera, con semejante culo y la puerta como marco) comenzando con una terrible mamada a Pablo, que con una hermosa cara de felicidad, se encontraba en el cielo.
Con mucho esfuerzo (debido a la altura de Pablo) lograron hacer un 69. Yo con ganas de intervenir, aunque solo sea de una mínima forma, me di vuelta y mientras metía un dedo en el culo de
Carla, con la otra mano masajeaba los huevos de Pablo, mientras ella me decía que estaba enamorada de la pija de mi marido, todo esto sin darme cuenta que debido a que Eduardo vio un patrullero en la Avenida Colon, tomo por la calle Santa Fe, una calle angosta que pasa por dos peatonales muy concurridas y donde se debe circular a paso de hombre, desesperadamente utilizando la ropa de ellos y un par de mantas que había de los chicos, taparlos, sino hubiésemos terminado en un escándalo. Ellos dos, sin molestarse por la situación, continuaron con su mutua chupada, entre jadeos y gemidos.
Cuando logramos retomar la Avenida Colon, Pablo se sentó para que Carla lo montara y al igual que lo que nos paso a nosotros, no le costó nada la penetración, de un solo golpe, la pija de mi esposo se perdió en el interior Carla, a ellos los vieron varias personas de distintos vehículos, hasta una camioneta con varios adolecentes se pusieron a la par gritando todo tipo de cosas, para evitar un accidente, nos metimos en una calle más tranquila y de esa forma evadir a los chicos.
Todo esto logro poner a nuestras parejas al límite del orgasmo y cuando Carla comenzó a acabar, yo le grite a Pablo «Dale mi amor, llena a esa putita que quiere toda tu leche» en ese momento el se tenso, sus huevos se pusieron duros y escupió toda su leche dentro de nuestra nueva amiga.
Luego que se limpiara y vistiera, nos bajamos en un pequeño café oscuro del puerto, lugar seguro para que no vieran en el estado calamitoso que estábamos ambas, tomamos un café, descansamos y partimos hacia la zona del faro, ahí nos estacionamos a la vera de un camino secundario que lleva a un camping, nos bajamos los cuatro y poniéndonos parados del lado contrario al camino y ambas apoyándonos de frente al auto, dejamos las espaldas a merced de nuestros maridos, Eduardo se bajo los pantalones, subió un poco mi vestido, yo levante mi culo y poco le costó meter su pija en mi concha, sucedió igual con Carla y Pablo. Con tanta adrenalina en el cuerpo, costo poco para que ambas acabáramos y que nuestros momentáneos amantes se descargaran sus miles de espermatozoides dentro nuestro.
Ya más tranquilos, volvimos al boliche oscuro que habíamos estado un rato antes, tomamos un café y los llevamos a su departamento.
Pasadas las vacaciones, a mediado de Marzo, me llego un mail de Carla, preguntándome como estábamos, que nos mandaban saludos y contándome que levaba dos meses de embarazo y ahí llego mi duda,
¿QUIEN SERA EL PADRE?