Invita a su compañera a comer a su casa y se terminan comiendo entre ellos
Apartamento para tres
Todo empezó en la semana de exámenes de junio, yo estaba en la biblioteca estudiando “enseñanzas de la educación” solo, cuando de repente entró por la puerta de la biblioteca, María una chica de 20 años con pelo rizado pelirrojo, piel blanquecina, ojos verdes, con un peso de 60 kilogramos y una sonrisa preciosa, ataviada con un pantaloncito corto aunque fuera hacía calor también llevaba un chaleco ya que en la biblioteca hacía frío porque solían poner el aire acondicionado al máximo. Ella estaba en mi clase de ciencias de la educación de segundo de Grado de Psicopedagogía. Solía sentarse detrás de mí en clase por lo que pocas veces había mantenido una conversación larga con ella solamente lo tipo de comentar temas de la asignatura. Ella me saludó se sentó en frente mía, no venía sola sino con su amiga Ana, una chica morena de 19 años con gafas de unos 50 kilos de peso y ojos marrones que iba vestida con un pantalón vaquero y una camiseta muy grande. Estuvimos hablando del examen que teníamos al día siguiente y que pensamos que podría entrar en él. Tras hacer una gran repaso y hacer nuestras quinielas de que iba a entrar, que no y darle más de dos vueltas al temario, nos dio la hora de comer por lo que les pregunté dónde iba a comer. Ellas me dijeron que iban a comer en su casa, ambas compartían un piso cerca de la universidad, que si no tenía donde ir podría comer en su casa y podría resolverles algunas dudas que ellas tenían y que yo mismo tenía, la verdad es que no había quedado con nadie y para estar comiendo solo en una cafetería de la facultad preferí comer con ellas en su casa.
Su piso no era muy grande era una apartamento de tres dormitorios, donde vivían ellas y otra compañera, Julia, que era mayor que ellas tenía 25 años y estudiaba cuarto de infantil. Nada más llegar se pusieron cómodas, Ana se fue a su habitación y se quitó el pantalón vaquero y se puso unos calzones que le tapaban únicamente el culo dejando al descubierto sus depiladas, largas y hermosas piernas y por su parte María se quitó el chaleco que llevaba dejando al descubierto un hermoso escote y una camiseta corta que dejaba ver el piercing de su ombligo, al ver ese panorama se me hizo muy difícil no mirar el escote de María, intentaba en la medida de lo posible no mirarlo mientras que hablaba con ella pero ese canalillo llamaba a mis ojos y no podía evitar que se dirigieran hacia él. Mientras Ana y María hacían la comida yo empecé a poner la mesa dando viajes desde la cocina hasta el salón, me estuve fijando que Ana no tenía un mal culo, que digo era redondo y bien firme sin embargo el rasgo que se podría destacar del cuerpo de María era sin duda sus pechos no eran muy grandes pero si muy redondos y sobre todo muy turgentes, en los viaje que hacía de la cocina al comedor muchas veces me quedaba quieto en el quicio de la puerta para observarlas, gracias a Dios que no se dieron cuenta o si se dieron cuenta no me dijeron nada.
Nos sentamos a comer un rico plato de pasta (lacitos con salsa de queso) en una mesa cuadra, no muy grande, para 4 comensales María y yo en dos silla a ambos lados de Ana que estaba en el sofá de dos plazas que había frente al televisor mientras veíamos la tele, yo en muchas ocasiones despistaba, mientras hablaba o preguntaba algo, mi mirada hacía el escote de María o cuando se levantaba Ana su culo. Terminamos de comer y mientras recogíamos lo platos decidimos ponernos a estudiar un poco de “Ciencias de la educación”. Sentado en la misma mesa del comedor. Yo en una punta de la mesa Ana a mi izquierda y María en frente mía. Yo leía mis apuntes y de vez en cuando levantaba la mirada para ver el escote de María, no se si ella se daba cuenta o no pero el caso es que ella se rascaba el canalillo muy de vez en cuando lo que hacía que mi vista se centrara más en esa zona. Eran las 16:20 cuando Ana dijo que se iba a echar un rato, María y yo nos reímos, Ana se echó en el mismo sofá que estaba sentada.
Al rato María no entendía un concepto del método Dalcroziano de enseñanza de música y cogí mi silla y me puse a su lado. Con sus apuntes y con los míos no nos aclarábamos por lo que ella sacó el portátil lo que hizo que nos uniéramos más. Estaba tan cerca de de ella y podía olerle el pelo, “Dios santo” olía a paraíso terrenal y no dudé en decírselo lo que hizo que ella se echara su hermosa melena pelirroja hacía la derecha formando un tirabuzón y dejándome a la vista su cuello además de una vista diferente de su escote. El documento de los apuntes que intentábamos abrir tardaba mucho, yo clavaba mi mirada en la nueva visión que tenía de su escote, ella mientras mirada a la pantalla mientras que con la mano derecha se rascaba el escote, no sé si intencionadamente o no. Cuando se abrió la página me acerqué a verla más de cerca chocando mi codo sin intención contra su pecho izquierdo en un breve espacio de tiempo, me quedé helado cuando me di cuenta de lo que había sucedido como mi codo había impactado en su pecho y había notado lo que me había parecido antes que era muy turgente, más helado me quedé cuando ella se echó hacía adelante y pegó su pecho a mi ante brazo sin echarle cuenta a lo que había sucedido hacía un instante, hubo unos minutos que estuve conmocionado mientras parecía que estaba leyendo la página y esta analizado lo que estaba pasado, es que esta chica se me estaba lanzando los tejos o era quizás imaginaciones mías, lo que si estaba seguro que la situación me estaba desbordando, me dejé llevar por lo que empecé a hacer movimientos con mi antebrazo haciendo más que evidente el contacto con su pecho, ella lo notaba y muchas veces me seguí el juego separando el pecho un poco para que mi brazo al moverse chocara contra él. Estuvimos un rato jugando a ese juego hasta que ella con su manos derecha quiso coger el ratón para enseñarme un artículo sobre el tema lo que no me dio más opciones que desplazar mi brazo desde la mesa hasta el respaldo de su silla, esta acción no tendría más importancia sino diera a pie a que ella empezara a apoyarse sobre mi pierna derecha a escasos centímetros del bulto de mi pantalón sus manos.
Primero apoyaba una mano pero pronto eran las dos manos las que apoyaba para hablar conmigo acercándose cada vez más y poniendo una voz más suave para no despertar a su amiga, yo le miraba sus carnosos labios y más de una vez se me iban los ojos a su escote, estaba a mil y mi bulto me pedía a gritos que lo liberara. Ella me hablaba mirándome a los ojos y yo también le miraba a los ojos y los labios y más de una vez a su escote, ella también despistaba su mirada hacía mis labios mientras que con sus manos exploraba mi cuerpo primero fue la pierna luego a veces mientras se reía poyaba sus manos en mi pecho, esta situación me estaba desbordando o no sé si fue que toda mi sangre estaba en el mismo sitio pero de repente sin pensarlo en un momento en una de las veces que ella tenía su mano en mi pierna cerca de mi bulto me lancé a besarla en eso labios tan apetitosos que tenía.
Primero fue un beso el cual no le sorprendió a ella en absoluto ya que su respuesta al separar mis labios de los de ella fue lanzarme un beso esta vez con lengua. Nuestras lenguas se juntaban como las llamas de una hoguera enlazándose formando un solo cuerpo su saliva sabía a gloria y a triunfo. Su mano se movía hacía mi entre pierna, mis manos no perdieron el tiempo y se dirigieron hacía su cintura.
Mis manos subían por su cintura buscando como si fuera una montaña esperando coronar la cima, sus pechos, sin prisa mientras que mis labios saboreaban su boca. Sus manos estaban palpando el bulto que había salido entres mis piernas debajo de mi pantalón mientras que mis manos ya había subido medio chaleco dejando al descubierto el piercing que tenía en el ombligo y gran parte de la barriguita ya podía tocar la base de sus pechos. De repente sonó la puerta, Ana se despertó, María y yo nos asustamos, dejamos de besarnos y nos separamos asustados por el ruido que había hecho la puerta. Apareció una chica por el marco de la puerta del salón, era Julia la dueña de la otra habitación, una chica de unos 25 años con el pelo negro, pechos grandes y un cuerpo delgado que acentuaba más la enormidad de sus pechos.
Ana se espabiló tras su siesta, yo me levanté para saludar a la tercera compañera de piso mientras que cuidadosamente María se baja la camiseta que se había subido tras mi incursión.
Ana y Julia se fueron a preparar café mientras que María y yo recogíamos los apuntes mientras nos lanzábamos miradas del tipo de casi nos pillan, yo seguía con el calentón mientras que los pechos de María bailaban a ritmo del brazo mientras limpiaba la mesa. Cuando la mesa estaba limpia vinieron las chicas con los cafés y algunas galletas, estuvimos tomando el café mientras conversábamos.
Después del café Julia se fue a su habitación y nos quedamos los tres solos en salón por lo que reanudamos el estudio. Estuvimos cerca de tres hora absortos en los estudios hasta que María casada de estudiar empezó a hacer aspavientos lo que hacía que nos desconcertáramos, dejamos el estudio por hoy. Estaba recogiendo mis cosas en mi maleta cuando Ana abrió una cerveza de 1,5, y empezamos a bebernos la cuando se acabó abrimos otra mientras poníamos a caldo a todos los compañeros y compañeras de la clase. Se hizo tarde y les dije que me marchaba a lo que ellas me dijeron que me quedara a cenar, yo acepté pero con la condición que les hacía yo la cena, ellas aceptaron. Al abrir la despensa vi que no tenía los ingredientes para poder hacer una cena decente como era “Filetes de pescado al horno con papas y salsa blanca” por lo que tenía que ir al supermercado a comprar lo que me faltaba, ambas se ofrecieron para acompañarme y por lo que fuimos los tres. En el camino al supermercado con el puntito estábamos gastando bromas unos a otros, de repente Ana le cogía a maría el culo dándole un gran pellizco, yo le seguía el juego a una o a otra cogiendo a la otra para que le diera el pellizco, muchas veces en esos lances más de una vez le tocaba un pecho sin querer a una o a la otra.
En el supermercado yo iba con el carro cada una iba cogida de uno de mis brazos, era la envidia de todos los chicos del súper, ya que veían a dos pibones que me acompañaban y veía quedaban con la boca abierta. Nos acercamos a la parte de fruta y ambas jugaban a con toda la fruta que podía tener forma fálica. Yo las miraba y sonreía por fuera porque por dentro estaba más caliente que el cenicero de un bingo, y más ver como María cogía una banana enorme e imitaba una felacion y Ana tomaba dos melocotones y los acariciaba como si fueran sus senos, todo esto mientras miraban mi reacción y la del resto de hombres que estaban en el super. Yo cogí los ingredientes y ellas cogieron refrescos y alguna que otra botella espiritual que metieron en el carro entre risas, dos botellas de lambrusco y tres botellas de cerveza de 1,5 l.
Cuando llegamos a la casa nos encontramos a Julia en el salón y le dijimos si se iba a quedar a cenar, a lo que dijo que había quedado entonces me fui a la cocina a preparar la cena, María y Ana abrieron la primera botella de cerveza y con las risas me pusieron con un mandil de Italia, lucía el torso del David de Miguel Ángel, que había en el piso, , María fue a su habitación y se puso más cómoda aún se quitó el pantalón y se puso una camisa de pijama que tenía únicamente 4 botones y entre debido a sus turgentes pechos los botones de arriba dejaban ver más de los que debían esconder. Entre risas, bromas y demás preparación de la cena la segunda botella de cerveza cayó entre los tres.
Nos sentamos a cenar de la misma forma que lo habíamos hecho antes para comer, Ana en el sofá de dos plazas y en cada punta María y yo, en la cena seguíamos con el puntito que nos había dejado las botellas de cerveza y abrí la primera botella de lambrusco para tomar mientras comíamos. Esa botella, la controlé yo sirviendo a las chicas antes de que se acabarán la copa por supuesto a mí no me servía por lo también cayó muy rápida entre brindis y dejas tonterías mientras en la televisión empezó una película de lo más aburrida. Nos pusimos a verla, María se cambió de sitio y se sentó junto a Ana en el sofá yo me quedé en mi silla y abrí la segunda botella de lambrusco seguía llenando las copas de mis anfitrionas la cuales lo agradecen y echaba un chorrito a mi copa con lo que siempre parecía que la tenía llena y mojándome los labios únicamente. Muchas veces miraba al sofá para ver cómo estaban las copas de llenas también miraba a las dos hermosas chicas que estaban sentadas en él, no se si fue el alcohol o fue el calentón que aún llevaba encima tras la escenas del súper y el beso de María de la tarde que no podía dejar de pensar en los pechos de María e incluso me había empezado a fijar en los pechos de Ana también. En una de estas miradas furtivas Ana se dio cuenta que estaba mirando y creo entender que mal interpretó mi acción ya que yo estaba haciendo una pasada para verles los pechos, sobretodo a María ya que entre botón y botón del camisón se veía sujetador y carne también, y Ana me preguntó que si estaba cómodo y que si quería sentarme en el sofá a lo que accedí sentándome entre ellas.
Me senté en el sofá entre las dos compañeras de piso. María puso su mano sobre mi pierna y yo rodeé su cuerpo con mi brazo lo que hizo que me diera un gran escalofrío a la vez que algo de morbo posar mi mano sobre su barriga, barriga que esa misma tarde había acariciado ya que a escasos centímetros estaba su compañera de piso y si se continuaba lo que se había empezado en la tarde podría ser algo violento. Yo empecé disimuladamente a acariciar su mano con la yema de los dedos, ella digo “que guay con lo que me encanta que me hagan cosquilla” a lo que Ana se dio cuenta de lo que estaba haciendo y también quiso que le hiciera así que le pasé el brazo por encima de ella también y empecé a pasarle las yemas de los dedos de mi mano derecha por su brazo derecho, ella apoyó la cabeza sobre mi pecho, María se levantó y puso un disco de Enya para crear ambiente de relación y encendió algunas velas apagó la luz de arriba y la televisión luego se tumbó boca arriba dejando su cabeza sobre mis piernas y sus piernas colgadas del sofá.
Al ritmo de la música de Enya y con dos muchas jóvenes y hermosísimas bajo mis manos con una luz tenue empecé a acariciarlas. A Ana le subía y bajaba las yemas de los dedos por su brazo y a María le hacía círculos sobre la barriga rodeando su piercing, poco a poco los círculos se hacía más grandes tan grandes que muchas veces pasaba mi manos por encima de su chaleco de pijama. Mi manos derecha en su subidas y bajadas del brazo de Ana, muchas veces hacía que mi mano se topará con los pechos de Ana que sutilmente esquiva, ninguna de las dos se quejaba ni daba muestras de desacuerdo con mi forma de acariciar, por lo que me llevó a ser más osado.
A María le empecé a desabrochar los botones de su chalequillo, primero el que estaba más cercano a su ombligo, con un ágil movimiento de dedos cedió el botón y pude tocar algo más de carne, no hubo ningún movimiento de desaprobación es más fue más bien de aceptación de ese paso. Con Ana empecé una jugada similar abandoné su brazo para empezar a acariciar su costado y su barriga subiendo su camiseta poco a poco, ella tampoco puso resistencia es más elevó el brazo para que mi mano pudiera pasar de la espalda a la barriga.
Al chaleco de María se le había abierto dos botones y ya estaba en el botón de la base de los pechos, era una línea de no retorno si quitaba el botón y era tomado de mala manera podría acabar el juego pero si era tomado de buen grado obtendría el premio, en ese momento con algo de cabeza fría cambié de estrategia , su cabeza estaba sobre mi pierna mirando hacia arriba por lo que la intrusión la haría por arriba en vez de por abajo así que empecé a quitarle los pelos pelirrojos de la cara para empezar a acariciarle la cara. Empecé por la frente acariciándole los ojos y la nariz. En los labios me paré un poco más empecé a jugar con su comisura, luego a pasarle un dedo por en medio, su respiración aumentaba junto con mi riesgo. Ella abrió un poco la boca a lo que yo aproveché para pasarle el dedo otra vez a lo que ella respondió sacando la lengua y lamiendose. En la siguiente pasada introduce un poco el dedo en su boca a lo que ella me respondió succionando., estaba mil mis costillas no podían contener el ritmo de mi corazón, mientras jugaba con la boca de María me concentré más en Ana. Había conseguido meter mi mano por debajo de la camiseta de Ana con movimientos en zigzag comencé a subir la mano, pronto me encontré con los pechos, y sin ninguna obstrucción ni ningún movimiento de ella que me hiciera señal de desagrado por lo que con delicadeza empecé a subir por el sujetador de Ana pasando de la tela del sujetador a la carne de su pecho. Pensé que me estaba pasando que Ana podría estar dormida y yo estaba abusando de ella pero pronto pasó algo que me sacó ese pensamiento. De repente el sujetador de Ana se aflojó… ella con el brazo derecho que tenía levantado se había quitado los corchetes por lo que me dio carta blanca para poder continuar con mi exploración. Empecé bajarle el sujetador para hacer círculos sobre su pezón lo que hizo que se excitara, no solo ese pezón sino el otro también podía verlo intentar sobresalir de la camiseta.
Ya tenía los pechos de Ana bajo mi poder ahora le tocaba a los de María, había cruzado la línea de no retorno si María se daba cuenta y se tomaba mal lo que estaba haciendo mi otra mano con su amiga y compañera de piso tendría problemas así que llegados a ese punto quería llevarme el recuerdo de haber tocado esos pechos los cuales llevaba todo el día viéndolos y que debido a la interrupción de Julia no había podido tocar antes. Pasé mi mano de jugar con la boca y la lengua de María a tocar su barbilla, bajar por su cuello y empezar a acariciar por encima esos pecho intenté meter la mano, no había tiempo de quitar los dos botones que faltaban aunque mi mano no podía entrar, había fracasado estaba retirando mi mano perdedora cuando María con sus dedos me abrió los dos ultimo botones y con un movimiento suave de hombros y espalda se desabrochó el sujetador y se desprendió de él dejándolo caer al suelo del piso, en ese momento para mí se paró el tiempo vi los movimientos de María a cámara lenta y lo que duró escaso segundo que era caer el sujetador para mí fue como un minuto. Por fin tenía los pechos de María a la vista y pese a la poca luz que desprendían las velas los pude ver eran blancos con varios lunares y el lunar más llamativo era uno que lo tenía en la aureola del pecho izquierdo, no perdí el tiempo y comencé a acariciarlas con mucho mimo, ya no tenía miedo a nada había conseguido ver los pechos de María y los tenía bajo mis manos, y estaba jugando con los pechos de Ana a la vez, ese momento, no sé si fustigado por el alcohol pero saqué la mano de debajo de la camiseta de Ana, le levanté la barbilla y le planté un beso en su boca, beso que fue bien recibido, nuestras lenguas se juntaron como una bolsa de plástico y un remolino de viento bailando una coreografía improvisada al ritmo de una música celestial, mi mano volvió a debajo de su camiseta mientras que nuestras lenguas se unían beso tras beso, de repente noté que la mano de María, se posaba sobre la mía apretándose sobre uno de sus pechos, algo que me sorprendió e hizo que dejara de besar a Ana. Ella se incorporó con la melena pelirroja despeinada me miró con su ojos verdes mientras cerraba los ojos y abría la boca acercándose a mí rostro con una cara niña desvalida, era muy sensual, empecé a besar a María mientras que Ana se quitaba su sujetador para dejarlo junto al de su compañera de piso, en el suelo.
Tras un corto pero intenso beso, María se separó de mí y se puso de pie si soltar mi mano y cogiendo con la otra mano a su compañera de piso, lo que hizo que nos levantamos del sofá los tres. Estando de pie delante del sofá ella soltó mi mano y la de Ana y fue a apagar todas las velas de que había encendido en el salón y apagar también la música luego no hizo un Adén con el dedo y la seguimos hasta su habitación, esta vez no estaba dispuesta a que nos interrumpiera Julia cuando llegara de salir.
La habitación de María era muy grande tenía una mesa de estudio un armario doble y una cama de 160 (de matrimonio) ella había encendido la lamparilla de noche para que no nos deslumbramos y mantener así la sensualidad del momento. Nada más entrar cerré la puerta tras de mí, me encontraba enfrente mía con el sueño de cualquier hombre dos mujeres para mí solo por lo que tenía que dar la talla, las tomé a ambas por la cintura y empecé a alternar besos a una y a otra mientras en ellas se quitaban la camiseta y demás quedándose solo en bragas entonces me echaron sobre la cama y mientras Ana me besaba María aprovechaba para quitarme los zapato, los pantalones y la camiseta dejándome únicamente con los boxers puestos. Ahora los tres estamos iguales, Yo seguía besando a Ana mientras que María con mucha suavidad bajó mi bóxer dejando salir a mi miembro en todo su esplendor, lo tomó en sus manos y desde la base con los dedos índice y pulgar empezó a moverlo hacia arriba y abajo haciéndome una paja prodigiosa, y con la yema de su dedo índice extendía el líquido que salía por todo el glande, yo mientras seguía besando a Ana y pegando su cuerpo al mío. Estaba notando que estaba dejado abandonada a María por lo que dejé de besar a Ana para abalanzarme sobre María. La cogí por los hombros y la tiré sobre la cama boca arriba junto a su amiga entonces me fijé con más detenimiento en los pechos de ambas amigas, los pechos de Ana eran más grandes y por su piel era su aureola marrón oscura mientras que los de María eran más firmes y blanquecinos con una aureola rosada. Empecé a besarle los pechos ambas amigas a la vez primero me centraba en los pechos de Ana y luego me deleitaba con los pechos de Ana. Mordía, besaba y chupaba cada centímetro de esos cuatro pechos, Ana y María estaban disfrutando de los lindo con esa prodigiosa comida de pechos. Mi excitación llegó hasta los más alto y con mis manos con un juego de dedos del índice y el corazón eché las braguitas de Ana hacía un lado y comencé a meterle mi dedo corazón dentro de cavidad mientras que con el índice sujetaba las bragas, mientras con la otra manos le hacía lo mismo a María apartando las braguitas para meter mi dedo corazón dentro de su vagina. Al sentir ellas mis dedos entrando en su coño dieron un pequeño salto pero pronto entre la comida de tetas y el dedo que les estaba haciendo se relajaron listas para disfrutar.
Cuando las tenía más excitadas me incorporé para acelerar el ritmo ambas chicas estaban bastantes excitadas con los ojos tornados y mordiéndose los labios mientras soltaba pequeños grititos. María fue la primera en correrse, de forma muy abundante llenándome toda la mano derecha de sus jugos. Ana no tardó mucho más que su compañera pero su corrida fue menos abundante pero también me dejó rastro en mi mano izquierda. Con las dos manos húmedas por los flujos de las chicas acaricie a María con la mano derecha en su boca a lo cual ella la abrió para lamer su propios jugos y a Ana le hice los mismo limpiándose sus jugos sobre su boca a lo que ella respondió chupandome cada dedo de mi mano. La mano que lamía Ana pronto esta limpia pero la que María estaba limpiando aún seguía sucia, moví mis manos al centro de las dos chicas y pronto ambas estaban lamiendo la manos que contenía los jugos de María, pronto se encontraron las lenguas de las dos chicas y empezaron a entrelazarse, cada vez con más energía, parecía que la boca de María quería tragarse la lengua de Ana la cual intentaba que fuera su boca la que se tragara la lengua de María, yo estaba disfrutando del espectáculo de ver a mujer contra mujer. No perdí el tiempo y mientras ellas se besaban yo despoje a María de sus bragas y le separé las piernas para meter mi cabeza entre ellas y comer un poco de esos jugos que aún salían de su coño. María soltó un pequeños grito cuando mi lengua se metió por su raja, ummmm esos jugos eran deliciosos igual que su saliva no desperdiciaba ni una sola gota y me lo comía todo, María soltaba gritos cada vez más altos y a veces soltaba frases como “si, si si”, “no pares” y otras palabras un poco más fuertes como “jo.er” “hijo d ..ta”, yo seguía comiendo el dulce néctar de su colmena. Tras un rato la excitación de María era desbordante y se volvió a correr, esta vez menos abundante. Me incorporé un poco y orienté mi polla hacía el coño de maría ya estaba lo suficientemente húmeda para que mi polla pudiera entrar sin problema. Primero empecé a metérsela suavemente poco a poco cuando estuvo toda dentro empecé a sacarla y meterla, el ritmo de respiración de maría aumentaba con cada embestida mientras ella se dejaba besar el cuello por su amiga Ana. La atención y excitación de María se centraron en mis embestidas por lo que los besos de Ana bajaron del cuello a los pechos de María. Ana con una mano acariciaba el rosado pezón de María mientras que a la misma vez con la boca excitaba al otro pezón. Tomé a María por su estrecha cintura y la empujaba hacia mi cuerpo cada vez con más violencia eso hacía que mi embestida fueran cada vez más violenta acompañada por la comida de pechos que le estaba haciendo su amiga acusaba a María más excitación y sus gritos eran más fuertes. Teniendo las piernas de Ana cerca y su coño se me ocurrió aumentar su excitación. Humedecí mi dedo corazón el anular y los guié hacia su coño, el cual aún seguía húmedo del dedo anterior. Con los dos dedos metidos en su coño, debido a la excitación que le producía y acompañado de los gritos de placer de María dejó de comerle los pechos para acariciar los suyos y disfrutar de los dedos que le estaba metiendo por su coño también empezó a soltar gritos al aumento de la velocidad con la que le estaba metiendo los dedos. Seguía dándole placer a las dos amigas mientras que gritaban de placer la velocidad y la fuerza con la que penetraba a María se hacía más fuerte mientras que con mis dedos ya húmedos por los jugos de Ana entraban con relativa facilidad, hasta que hubo un momento en el que María gritó que se iba a correr entonces Ana retiró mi mano, se incorporó poniendo la boca a la altura del coño de su compañera de piso y cuando el coño de María expulsó todo el líquido Ana empezó a comérselo. Me aparté y viendo el culo en pompa de Ana coloqué mi polla en dirección a su coño y le metí la polla cual estoque de torero entra en el toro, hasta el fondo estaba apunto de correrme y no quería hacerlo sin que mi polla hubiera probado el coño de Ana. Tras varias sacudidas fuertes y los gritos de excitación de Ana me corrí dentro de ella, caí exhausto y las dos amigas se incorporaron para limpiar mi polla de sus jugos y mi semen.
Acabamos rendidos y tras un beso a cada una y entre ellas nos quedamos dormidos. A la mañana siguiente recogí mi ropa y me fui al cuarto de baño a ponerme la ropa, no llevaba más de 5 minutos cuando oí un ruido de pasos que se acercaban la puerta del baño se abrió encontrándome en calzoncillos. Era Julia que venía con una bata de baño, de repente la bata la dejó caer dejándome ver todo su cuerpo desnudo, y mi observación era cierta sus pechos eran enormes para un cuerpo tan delgado, me miró a los ojos y me dijo “Yo también quiero disfrutar como mis compañeras” y diciendo esto se abalanzó a por mi cuerpo y … Bueno esa es otra historia que os contaré en otro momento.