Joven abusada y humillada por su jefe.
primero que nada empezaré contando un poco sobre mi, Mi nombre es Emilia y soy una joven chilena de 18 años, carita de niña buena (según mucha gente), piel blanca, ojos cafés, cabello castaño claro, mido 1,58 y peso 55kg, tengo buenas piernas y nalgas grandes, caderona y mis tetas son normales (copa 38b).
soy estudiante de primer año de enfermería, me tocó irme de mi pueblito para poder estudiar en la ciudad, como vengo de familia algo acomodada mis papás me arrendaron un departamento para estar cómoda mientras estudiaba pero de igual manera me busqué un trabajo cerca para poder tener mi independencia y comprarme mis cosas sin pedirle a nadie.
mi trabajo consistía en ayudar a don carlos (mi jefe) los fines de semana en su minimarket, de vendedora o acomodando la mercadería, Don Carlos era un hombre muy simpático, alto, soltero y de aprox. unos 46 años. la verdad la pasaba bastante bien en el trabajo, me ayudaba a relajarme un poco y salir del estrés de la universidad, hasta que empecé a darme cuenta que Don Carlos me miraba con otros ojos, solia mirarme las tetas cuando manteniamos una conversación, me rozaba las nalgas cuando pasaba por detrás de mi, solía abrazarme y pegar su cuerpo al mío, la verdad yo no soy una santa o una blanca paloma asi que al darme cuenta de esto comencé a provocar al viejo solo para molestarlo, total que era lo peor que podía pasar. comencé a vestir más provocativa, a ir con shorts cortitos y un buen escote, a veces con faldita o vestido.
una tarde luego de cerrar me encontraba acomodando las cosas en la bodega junto a don carlos cuando de pronto el cerro la puerta y le puso llave, claramente me espanté pero seguí haciendo mi trabajo calladita.
– estaba esperando este momento hace mucho Putita barata. – me dijo con una sonrisa siniestra mientras se acercaba a mi sosteniendo una cuerda en una de sus grandes manos.
– ¿Que le pasa don carlos? no me puede hablar así. – le dije enfadada mientras retrocedía y chocaba con una de las paredes.
– ¿así? Si tú eres una Puta, te vistes como una cualquiera, yo te voy a enseñar a ser buena perra. – se abalanzó sobre mi tirandome al suelo, me pegó unas buenas cachetadas dejándome aturdida mientras yo trataba de quitarlo de encima. yo lloraba y trataba de pedir ayuda pero Don Carlos era muy fuerte y logro ponerme boca abajo, tomó mis manos y las amarró dejándolas pegadas a mi espalda.
– esto te pasa por provocarme maldita puta ¿pensabas que no haría nada? Te voy a hacer mi perra y sabrás lo que es bueno, las niñas como tú deberían aprender a no andar de putas con señores.
me jalo del pelo con fuerza y lamió desde mi cuello hasta las lagrimas en mis mejillas, luego comenzó a bajarme los shorts junto a mi tanga rosita dejando expuesto mi culito… me posicionó en 4 patas y pegó mi cara al suelo.
– mantente quieta puta si no quieres que te mate.–
mientras yo lloraba y le suplicaba que parara me mantenía quieta temiendo lo peor, Don Carlos se baja los pantalones junto a su boxer dejando expuesto un pene enorme de unos 20 cm y bastante grueso, lo frotó contra la entrada de mi conchita y lo metió de golpe hasta el fondo haciéndome soltar un grito de dolor, comenzó a penetrarme desenfrenadamente mientras me tomaba con fuerza enterrando sus dedos en mis caderas, yo solo lloraba y le gritaba que parara por favor a lo que el me respondió con una dura nalgada sin parar de metermela, asi pasaron los minutos hasta que dijo que estaba por correrse, sacó su pene de mi conchita y escupió mi ano.
– mi linda putita, usaré tu culo de depósito de semen.
metió su pene en mi ano de golpe haciéndome soltar un gran grito de dolor provocando que el se riera, con una mano tomó fuertemente mi cadera y la otra la puso en mi cuello ahorcandome y así comenzó a moverse desenfrenadamente partiendome el culo en dos. sin piedad alguna me desvirgó el culito haciéndomelo sangrar incluso pero ni aún así paro de violarme, comenzó a moverse con más rapidez y fuerza hasta que soltó una buena carga de semen caliente en mi interior.
– ufff…que buen culo tienes, desde ahora eres mi depósito de semen y todas las noches acá mismo te haré mi puta ¿entendido? –
yo permanecí en el suelo en la posición de perrito mientras mi ano escurría semen, gire mi cabeza y asentí aceptando mi destino.
– si señor, soy su puta ahora…–
el río,me posicionó con la cara y el torso pegados al suelo y me hizo empinar más el culo.
– te mereces un regalo por ser buena puta mi niña.–
Puso su pie en mi cabeza y comenzó a orinar mi cuerpo, mi espalda, mis nalgas, todo, pero centrándose más en mi ano y vagina, cuando acabó me tiró su camisa y me dijo que me podia ir, que mañana nos veiamos en el trabajo.
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