Juga prima … Juga …

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Les cuento vivencias con una prima carnal. Cosa que pasaron en el año 1966 y un poco más tarde.
Yo vivía con mis padres y una hermana menor y muchas veces se quedaban algunos días mis dos abuelas.
Teníamos familia en la Provincia de Córdoba, mis tíos con sus 2 hijas, la menor era chica tenía 10 u 11 años, Carola y la mayor tenía 2 años mayor que yo, Beatriz o sea 18 años
En vacaciones, en verano por lo general pasaban unos días en casa, aunque a veces en el invierno también venían a visitarnos.
En general venían los 4, pero hubo un año en que vino Beatriz sola porque el resto de su familia iban al Norte y como a ella no le gusta, se vino a casa.
A ojos de primo era una linda chica, y así la llegaba a mirar, pero no pensando que era prima, puedo decir que era hermosa y además era una potra.
Grandota, alta. Me llevaba una cabeza, tenía tetas grandes, piernas sólidas y una cola que era lo que más se destacaba.
Hacía deportes, creo que natación y voley, con lo cual el físico estaba, además, bien mantenido.
Jamás se me ocurrió nada con ella, primero por ser mí prima, segundo porque siendo mujer y 2 años mayor que yo, sería, para esa época, como inalcanzable. No sabía de su experiencia pero la mía era muy escasa o casi nula.
Tuve un par de novias tipo escolares. Con quienes había mucha franela pero de coger ni hablar.
Por lo menos mí entorno, salvo algún compañero mayor, nadie la ponía, todos éramos franeleros.
Es más si de polvos hablamos esos, fueron con mí abuela. Alguno subiré un relato.
O sea ni pensaba en Beatriz.
Ese verano yo tenía que dar unas cuantas materias en Marzo porque era muy vago durante el año y no me quedaba otra que estudiar en el verano.
Siempre me pasaba lo mismo. Para lo cual me organizaba de tal manera de tener mis horarios, tanto para las 4 comidas diarias, un rato de televisión luego del almuerzo y cena, y luego a estudiar todo el día, cuando faltaban pocos días para los exámenes también estudiaba de noche o parte de ella.
Hasta me había armado un ranchito en la terraza para ir a la tardecita y separarme de todo el movimiento de mí casa, de mí familia.
No lo dije pero Beatriz tenía unos ojazos grandes y entre celestes y azules.
De mirada pícara y su accionar, digamos en familia, también era de hacer bromas, o sea agradable.
En algún momento me di cuenta que alguna indirecta me tiraba, pero no estaba seguro y no sería yo el decir palabra que siguiera con el tema.
Le tenía como un especial respeto, ella hablaba con mis viejos o con mis abuelas en algún día de visitas y para mí eran charlas de gente mayor.
Una de mis costumbres era terminar de almorzar e ir a ver televisión, si no recuerdo mal “Los 3 chiflados” y otra costumbre era tirarme bajo la mesa del comedor y mirar la tele desde ahí.
Cabe aclarar que comíamos en la cocina y la TV estaba en el comedor con lo cual veía una hora a lo sumo hora y media solo, hasta retomar los libros.
Acá comienza una historia para mí inimaginable.
Día de mucho calor, con lo cual yo estaba con un short y nada más.
Estoy mirando la tele, sentí que abrieron la puerta sin saber quién por lo que seguí mirando.
No pasó un minuto que siento en mis brazos que me apoyaban algo. Desde atrás mío.
No digo que me asusté pero si que me sorprendió.
Eran las dos tetas de Beatriz sobre mí.
Me quedé sin decir nada y sin siquiera intentar tocarlas.
Ella se encargó de pasármelas por dónde podía y obvio me las puso en la cara.
Yo seguía con mis dos brazos bajo mi cabeza y cuando algún pezón llegaba a mí boca, intentaba lamer y chupar si lo dejaba.
Jugueteó un rato, no mucho tiempo porque en cualquier momento podría entrar alguien y cuando quise agarrárselas las sacaba, cuando quería mamárselas también las quitaba.
Yo me ponía loco, ella se daba cuenta y seguía jugueteando.
En un momento se estiró, por sobre el short me agarró la pija, la manoseo un poquito se subió, siempre por detrás de mí y me dio un beso de lengua que fue interminable. Se levantó me acaricio la cabeza y se fue, diciéndome: – que lindo sos!
Lo de lindo no fue por la belleza sino por esos minutos que pasamos.
Cambio todo en mí. Seguí el día sin entender y no me podía concentrar para estudiar.
Pensaba mil cosas y como seguir.
En definitiva de ese rato no charlamos, solo en un momento me preguntó si me había gustado, obvio le dije que si, pero esperaba que eso no sea todo, se rio y como manejando la situación me dijo: -vamos a ver.
Los días seguían de la misma forma donde tenía un ratito donde nadie nos viera, seguíamos besándonos y tocándonos. Cada vez más y cada vez de tornaba más peligroso por si alguno nos pescara.
Pero era como un imán. Donde había un lugar, venía una tocada. Por lo general era ella la que buscaba.
Tenía actitudes a las que yo no estaba acostumbrado pero todas me ponían loco por temor que alguien nos descubriera y porque el grado de calentura cada vez subía más.
De repente estábamos en familia y ella sentada frente mío, se corría la bombacha y me mostraba la concha, esa concha de pelos negros.
O en la mesa, estando frente a mí, se descalzaba y me ponía su pie en mí pija, lo movía y yo más loco.
Después me acostumbré yo a ponerle, bajo la mesa, mí pie en su concha. No sé cómo hacía pero corría la bombacha y yo llegaba hasta su trompa.
Así vivíamos. Hablábamos casi nada del tema.
Lo del comedor y sus tetas se repetía casi todos los días.
Un día le dije que ya no daba más que hiciéramos algo. Ese algo era que cogiéramos o que me hiciera la paja si no quería coger.
Me contestó que era imposible. Que lo tomáramos como un juego. Seguía manejando ella la situación.
En casa era un problema porque siempre estábamos a punto de ser pescados por alguien.
La idea era de salir hasta alguna plaza y ahí ver qué pasaba.
Lo intentamos pero Beatriz no quería más que jugar. Yo no entendía, me enojaba pero ella me conformaba y me convencía de seguir así.
Otra posibilidad era ir al cine y ahí ver.
Eso significaba que yo le tenía que pedir plata a mis viejos para la entrada y una pizza … para después.
Un día así hicimos. Fuimos al cine buscamos una ubicación buen atrás y ahí el toqueteo fue al filo.
La toque como quería, la bese como deseaba y por fin le pude meter un dedo y pajearla.
Yo pude sacar la pija y acabar sin que ella se diera cuenta. Ella calculo que algún orgasmo tuvo porque si lo pienso hoy, con el dedo adentro y pajeandola estaría acabando, mojada estaba.
Nos calmamos y el regreso a casa fue en cada vereda besarnos y frotarnos.
Llegamos a casa. Uno entretenía a mis viejos y a mí abuela y el otro iba al baño, así hasta que yo me dedique a estudiar.
Me convenció de no coger y seguir así. Faltaba poco para su regreso a Córdoba.
Yo no solo estaba caliente sino que me habia enamorado. Creo que la amaba y sentía que ella me quería o también me amaría.
Entonces nos sirvió el ranchito que había armado en la terraza.
Ahí me iba con los libros y al rato caía Beatriz y nos matábamos, sabiendo que no íbamos a garchar y tampoco iba a tragar mí leche ante las pajas.
Era hacer todo muy rápido y que ella bajará a estar con la familia o tomar un mate.
Así fue la historia inicial.
Se fue, cada tanto nos escribimos una carta, era lo que se acostumbraba y así pasó el tiempo fuimos espaciando el contacto.
En un par de veranos vino de visita con su hermana se quedó unos días.
Donde pudimos nos besamos. Todo era mas difícil, porque yo trabajaba, tenía una novia y ella también tenía su novio en sus pagos.
Cuando nos besamos seguía ese fuego.
Que hembra estaba hecha. No hacia falta decir que cogía con su novio.
En una charla me contó que el era jugador de Rugby, que estaba muy fuerte y que era un toro en la cama.
Sentí celos pero por otro lado ya lo nuestro no iba a ser y hasta quizás me lo contó a propósito, para que a mí me diera bronca o celos. No lo supe.
Pasaron 2 o 3 años y aviso que se casaba, con este muchacho.
Bueno era lógico y lo tome a bien. Ya no me hacía daño.
Me escribió diciéndome que iba a venir a Capital para comprar algunas cosas para su boda, que esos pocos días que venía iba a vivir en el departamento de una amiga, que le dejaba la llave y ella se iba de sus padres, para que se moviera con libertad.
Me dijo si la acompañaba a hacer las compras y de paso charlábamos y estábamos un rato juntos.
Yo estaba un poco caído porque habíamos terminado un noviazgo con una chica y además y sinceramente mí prima aún me dolía. Trate de olvidarla siempre por eso no quería tomar contacto con ella. Es decir yo la quería como prima y estaba contento con su casamiento pero era mejor no verla.
Tampoco me podía negar, porque ella me pidió cómo un favor el acompañarla para algo que iba a ser importante en su vida.
En la oficina tenía unos días pendientes de toma de vacaciones y pedí permiso para tomarlas, no hubo problemas.
Estando ya en Capital, podíamos hablar por teléfono, me llamó para avisarme que estaba todo bien, y si al otro día nos encontrábamos para ir a comprar y de paso averiguar por un viaje a Uruguay, no para su luna de miel si no para las próximas vacaciones.
Me preparé como si fuera la primera vez que tenía que salir con una mujer. No sé de qué me ilusionaba si era otra circunstancia. Pero bueno así fue.
Nos encontramos. Que hermosa yegua era!!!
La vi contenta. Nos abrazamos mucho. Me dijo: bueno basta!!! Hagamos las compras.
Muy práctica para hacer compras, mucho no me gustó cuando me pregunto si me gustaba un baby-doll que se iba a comprar. No era que no me gustara era que lo iba a lucir para su esposo.
Buehhhh… sigamos.
Fuimos a la casa de turismo y pudo hacer una reserva. Se habían pasado las horas y yo tenía hambre ya eran las 3 de la tarde y no habíamos tomado nada. Le dije de ir a comer a lo que me contestó que ella también quería comer algo.
Fuimos a un bodegón. Mientras almorzábamos charlamos un montón de todo. Tanto de ella como de mí. Obviamente mucho de su casamiento y en un momento de la charla me dijo que se casaba pero que no estaba feliz ni siquiera contenta.
Yo tratando de explicarle que seguramente a poco del casamiento hay momento de crisis que todo se supera. Pero no. El tema era que no tenía buen trato el muchacho con ella. Que un par de veces la insultó.
Yo me imaginé que no solo serían insultos pero tampoco quiso charlar más del tema.
Fuimos hablando de otras cosas. Volvió a estar bien. Siguió: -si yo calculo que todo va estar bien, es como decís vos son crisis prematrimoniales.
Mientras hablaba yo la miraba y me decía a mí mismo … porque no yo ???
Cafecito final y después continuar con alguna compra más.
Estaba hermoso para caminar así que aprovechamos el día. Ya cansados nos sentamos en una plaza y seguimos charlando de todo. Hermoso momento, que yo no quería que se termine más. Pero ya se había hecho de noche, me imaginé que la acompañaría a llevar los paquetes hasta el departamento y yo para mí casa y seguramente volver al otro día para seguir las compras.
Me dijo: -bueno por hoy basta por suerte hicimos un montón. Adelanté mucho. Venís hasta el depto?
-si claro te acompaño.
Tomamos un taxi.
Mientras habría la puerta del ingreso al edificio me dice:
-ahora subimos y te preparo un café o si querés una cerveza. Hay sandwichs de miga y factura !!!
-Bea es tarde ya, mañana tenés que seguir con tus cosas, anda a descansar y coordinamos para mañana.
-vos tenés algún compromiso?
-no compromiso no. Yo por vos.
-vamos subamos que estos paquetes ya pesan.
No sabía si ir al departamento estaba bien, que pensaría su novio?, bueno soy su primo ni va a dudar.
Entramos. Un lujo de departamento.
Me dice: – ponete cómodo y fíjate que querés comer y tomar… con confianza, todo lo que hay lo compré yo para nosotros. Aguántame que voy al baño que no doy más.
Me sonó lindo el “lo compré yo para nosotros”
Tardó un rato bastante, me arrimé a la puerta del baño para preguntarle si estaba bien pero sentí el ruido de la ducha, se estaba bañando.
Yo preparé un poco la mesa para tomar y comer algo.
Salió del baño envuelta en una toalla, el pelo mojado. Me volvió a deslumbrar y vuelta quedarme callado, no era momento para decirle lo hermosa que estaba.
Ni bien vio la mesa servida me dijo: -mi amor sos un divino !!!
Me levanté del sillón para servirle una cerveza, me trabó el paso, me miró a los ojos y dejo caer su toalla.
Su belleza en pelotas, se multiplicaba y yo mudo, la miraba hasta con vergüenza.
Se sonrió y fue el beso que nos dimos que no olvidaré jamás.
Sus tetas apretadas contra mí y su lengua que entraba y salía de mí boca, mordía mí lengua y dejaba la suya para que yo la mordiera, se la chupara.
Agarrarla por la cintura desnuda y bajar con mis manos por sus nalgas, creo que nunca lo soñé.
Nos sentamos en el sillón, mejor dicho me senté y ella se sentó arriba mío.
Brindamos y comenzó a hablar. Entre otras cosas que ella tenía una deuda enorme conmigo. Mientras hablaba me decía: – no me sueltes… acaríciame.
Entre mí decía -esto no será otro juego como el de aquel verano?
Pero no. Ella me dijo abiertamente que fui algo muy importante para ella, que tuvo mucho miedo a enamorarse como sentía y también tenía temor a quedar embarazada si teníamos relaciones.
Esa deuda más que tener una relación era decirme todo lo que sintió y como se negó a continuar con lo nuestro.
Que diosa tenía encima mio. Por favor!!!
Rápidamente me quedé desnudo como ella. El frotarnos y franelear era terrible.
Sin querer nos deslizamos sobre una alfombra.
Su boca la había degustado, fui a sus pechos, una aureolas grandes y pezones duros comencé a devorar, seguí bajando por su vientre, iba a encontrarme con sus pelos negros, pero no… estaba depilada a buen a ras y una trompa ya jugosa afloraba.
Ni idea del tiempo que la mame, solo sentía que sus manos apretaban mí cabeza contra ella para que siga devorándola. Cada tanto un juguito me regalaba y con que gusto lo tragaba, ante cada espasmo que tenía.
Se acomodo lentamente de tal manera que llego a mí verga y nos prendimos en un 69 infernal.
Además de ser una potra era una yegua chupando y dejándose mamar.
Sus gemidos me ponían loco.
-Dame tu leche amor, y chúpame más que te doy más de la mía.
Nos aferramos el uno otro y creo que hasta brincamos hasta acabar.
Yo ya había tragado pero seguía porque Beatriz seguía largando su leche.
Ella trago la mía y no soltaba mí pija.
Como chupaba y lamía !!!
Así estuvimos un buen rato sacándonos la última gota.
-estoy agotada, me dijo sonriendo.
-y yo ni te imaginas, le respondí, que preciosa sos Bea, como me fascina estar con vos. No quisiera que pasé el tiempo.
-si mi me encanta como sos, tan dulce, tan suave, tan hombre, no se cuántas veces me hiciste venir. Tu pito creció no?
No me importaba el tamaño de la pija yo deseaba más de ella. Cogerla!!! Que me cogiera!!!
Nos levantamos besándonos, fuimos al baño y cada uno con un toallón como única ropa volvimos brindamos y comimos con ganas. Comimos pero igual seguíamos tocándonos.
Terminamos y volvimos al sillón, besos y besos, manos por todos lados, sus tetas que delicia, esos pezones!!! Acariciarla toda. Ese orto que me volvía loco.
Ella hacía lo suyo pero no soltaba la verga.
-vamos al dormitorio, dijo.
Fuimos una sommier enorme … fue tirarnos y yo baje otra vez a mamarla.
Solo un rato porque apenas se empezó a mojar me dijo: -cógeme por favor no aguanto más.
Me alcé, ella misma agarró la pija y se la metió muy lentamente como gozando cada milímetro.
Yo solo la dejaba hacer.
Le entró toda se dio cuenta y gimió.
Me dijo: -ahora si amor haceme lo que quieras.
Con suavidad pero entrándosela toda y sacándosela toda afuera, se ponía loca y pedía más.
-garchame amor cógeme…
Y fui acelerando mientras mamaba sus pecho, se la entraba derecha y cuando la volvía a entrar me tiraba hacia la izquierda y en la otra a la derecha. Cosa que la sintiera en todos lados.
Parábamos y nos reacomodábamos, subió sus piernas en mis hombros y quedo su concha abierta, que era hermosa y parecía que pedía pija.
Otra enterrada que fue más profunda. Y darle de nuevo. Ella se movía tratando de que en cada movida le entrara más.
Yo le miraba a su cara y estaba desencajada. Los ojos se abrían y se escapaban para atrás. Su cabeza se movía como diciendo que no. Yo seguía disfrutando todo.
Ya se me venía la leche, me frenaba y le decía:-para para un poquito.
Ella sabía que si se movía yo acababa.
-no paro y acabame adentro … y empezó una carrera hasta que acabamos los dos.
Otra vez exhaustos. Otra vez besándonos con la poca fuerza que nos quedaba.
Me había cogido a mí prima. Después de tantos años y recordando el jugueteó … cogió y como!!!
Nos tapamos y nos dormimos muy abrazados.
Yo ni enterado en que mundo estaba.
A la madrugada me desperté y ella dormía haciéndome cucharita y ese culo apoyado en mí.
No quise despertarla pero comencé a acariciarla toda.
Seguía yo en otro mundo.
Le abrí las nalgas y dejé mí verga entre ellas.
Se fue despertando. Estaba calentita. Se refregaba y más me daba el culo.
No hablábamos pero tome distancia y le puse la cabeza en el hoyo del orto.
La iba a sentir y ahí vería si quería o no.
Ronroneaba. Seguía retorciéndose y abrió las nalgas con sus dos manos.
Indudable ella y yo queríamos por el culo.
Me baje a chupárselo, porque me encantaba y para lubricar. Mientras se lo mamaba jugaba con un dedo. A ponerlo y sacarlo y trasladar la saliva.
Ella estaba quieta pero receptiva.
Fueron dos dedos … fueron tres dedos…
Era tan frontal que me dice:- proba a ver si entra.
Le hice caso. Cuando le entró la cabeza le molestó y me pidió de esperar.
-chupame más que ya se lo traga.
Baje de nuevo y vuelta a chupar a llevar sus jugos de concha al orto y se lo empecé a pajear hasta que los 3 dedos entraban cómodos.
-ponemela cielo.
Subí. Le entró la cabeza y muy despacio fue entrando toda.
Muchos quejidos .. no sabía si eran de dolor o de caliente y sentía que le entraba.
Hice tope.
Ahí me quedé como contenido por ese culo.
Ella se quedó tranquila sin moverse, solo se acomodó y sin sacar la pija se puso boca abajo con lo cual pude quedar montado, esos glúteos en mí vista.
De a poquito se empezó a mover y a sacar la cola para fuera con lo cual ya no entraba más.
Ella con el culo contra mí y yo haciendo fuerza para que la tuviera adentro y gozara.
Así fuimos cogiendo muy suave, muy tranquilos, señal que estábamos gozando.
Ese ritmo lento y acompasado lo mantuvimos un buen rato.
Cada tanto le abría las nalgas y le mandaba una escupida en mí verga para que la saliva bajará y mantuviera la cola mojadita.
Le encantaba sentir la escupida y el abrir y cerrar de las nalgas.
Cuánto goce teníamos, parecíamos dos gatitos haciendo ronroneos.
Así me enseñó como hacer un culo y que ambos nos sintiéramos plenos y llenos.
Sin pensar en la cogida fuimos acelerando el ritmo, cada vez más.
Volvió a frenar y me pidió que me quedara quieto que se iba a arrodillar.
Me daba cuenta que siempre le Obedecí, siempre manejo ella las situaciones.
Se puso en 4 … otra vez la saliva …otra vez enterrarla toda … otra vez a tener ritmo. Ese andar que uno pierde la noción de todo y le da y le da y le da y entre lo que se siente y los quejidos que ella emití, más el golpeteo entre mis inglés y sus glúteos, elevaban la calentura.
Yo ya estaba más que ardiendo para acabar pero quería que ella también se venga.
Mí pensamiento la llevó a frotarse la concha con su mano. Estimo que un par de dedos se metió y ahí me dijo vamos cielo hacerme terminar dame toda!!!
También le Obedecí y acabé yo y mientras me apretaba la pija con su ano, ella iba viniéndose.
Los dos teníamos espasmos y nuestros cuerpos daban como brincos espontáneos.
Hasta que se derrumbó y se aplastó contra la cama con la pija dentro.
Yo sentía como se iba ablandando y despacito se la saqué, mirando como salía leche de su orto.
Ella abajo … yo sin montado sobre ella, ya sin calentura pero seguía sintiendo todo su cuerpo.
Así nos dormimos otra vez, esta vez un poco más de tiempo.
Nos despertamos cerca del mediodía, había que seguir comprando.
Preparó un desayuno rápido, nos arreglamos y salimos.
Resumiendo, nos llevo hasta las 6 de la tarde el tema compras.
Que lindo era estar con Beatriz.
Volvimos al departamento, comimos algo de lo que había sobrado y nos buscábamos para seguir estando juntos, besos y caricias.
Ya no necesitaba garchar sino estar con ella abrazado. Pero me faltaba algo, tenerla encima de mí.
La franela continúo fuimos a la cama, sin explicaciones le dije que subiera sobre mí.
Me montó. Verla así, sentirla así era otro sueño.
Tremenda estaba arriba mío, sus besos me hacían mover, comenzó a pasar toda su trompa a lo largo de toda la pija.
Desde los huevos hasta la cabeza, sentía sus flujos, su concha se abría, pero ella no quería entrarla. Decía paso un rato frotandome y largando flujo.
Disfrutaba de frotarse y yo creo que más la gozaba, subía y bajaba y llegaba un punto que me ponía esas tetas únicas en mí boca, la una y la otra.
Yo solo gozaba ella manejaba como siempre toda la situación.
Llegó un momento que de frotar y frotar, con un pequeño movimiento, la verga le entró sola.
Se la fue enterrando y ahora sus movimientos era para arriba y para abajo.
Un buen rato dentro de ella y sintiendo sus jugos y su calor.
Se acomodó y sentó bien sentada y empezó a cabalgar. De todas las formas suave y salvaje.
Yo gozaba casi sin moverme, tenía un monumento sobre mí y por sobre todo caliente.
Yo agarrado de su cintura ayudaba a que subiera y bajara.
Cuando frenaba era para acomodarla mejor.
De su boca escuchaba las palabras amor, lindo, dame, más, cógeme, te reviento, no acabes, te amo, dame dame. Se desmontó bajo a chupar la pija, más que chupármela era tomar de sus propios jugos.
Mamo un rato y me monto al revés es decir me mostraba ese culo en 3 dimensiones y me dijo:
-te cojo pero tócame que quiero acabar así… tócame la concha y abrime las nalgas que me muero dale.
Hizo todo lo que pedía y más también.
La cabalgada fue terrible, ya no sabía cómo aguantarme, le entraba y le salia toda y la volvía a entrar, yo le acariciaba el clítoris y sus labios, le habría el culo y le metía un dedo.
Cuando le puse dos dedos fue como que iba explotar y grito: vamos que acaboooo papi … acaboooo.
Por supuesto yo también acabeeeeeeee. Ya no quedaba ni fuerza ni leche ni ganas ni nada.
Ella se salió y vino a abrazarme y besar.
Creo que uno de los polvos más lindos que tuve en mí vida.
Quedamos otra vez exhaustos y nos dormimos.
Cuando nos despertamos nos abrazamos y yo me aferré a ella sabiendo que esté sueño se iba a terminar y lloré a su lado.
-nooo no llores amor por qué lloras? No no. No estés mal.
-no estoy mal Beatriz … es que de estar allá arriba como en lo más alto a tu lado, bajo como en picada y quizás nunca más … ni siquiera un juego como en aquel verano …
-se que no podemos seguir, pero quise estar con vos y no por el sexo, no por estar en la cama con vos, necesitaba yo también que me abraces que me contengas y que ambos sepamos que nos amamos quizás, aún sin vernos, nadie nos va a quitar tus sentimientos ni los míos. No seas tonto disfruta este momento que nos regalamos. Vos sabes que lo que vine hacer en Capital lo podría haber hecho en Córdoba. Todo lo que hice no lo hice por vos, lo hice por nosotros.
Me dejó temblando con lo que me dijo y entonces le agradecí mucho, la llene de besos que ella recibía con más besos.
Así se cerró una historia de amores imposibles que, como tales son los amores que permanecen latentes toda la vida.

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