La chica reinaba detrás de la barra del único bar que vi abierto mis amigos se habían marchado a dormir

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Esta historia fue en un pueblo con mar una noche después de un concierto; la chica reinaba detrás de la barra del único bar que vi abierto mis amigos se habían marchado a dormir pero yo estaba con las pilas cargadas.

– Hola ¿ Qué te pongo?- me dijo la rubia de los ojos azules y de una sonrisa encantadora.

– Una cerveza- le contesté.

– en seguida- me respondió.

El bar no estaba lleno, las fiestas eran en el centro y este bar estaba estaba algo alejado.

– Toma, tu cerveza.- me respondió la chica, poniendo una cerveza bien fría en un vaso de chapolin.

me la estuve tomando mientras que la miraba de arriba a abajo, la chica llevaba una camiseta de rayas de colores corta que dejaba a la vista su brazos y que no llevaba sujetador algo que por su edad, no más de 20 años, y por su tamaño, no más de una talla D, no le hacía falta, donde acaba su camiseta se podía apreciar cuando levantaba los brazos su ombligo, en la parte de abajo llevaba un pantalón vaquero corto blanco debajo de un mandil negro el cual no dejaba ver la parte de alante pero su dejaba a la vista el culito bien formado de la muchacha.

Cayeron varias cervezas más y poco a poco empecé a captar la atención de la camarera la cual se paró hablar conmigo al mismo tiempo el bar se iba desalojando algo que hacía que la atención de la camarera se fijara en mí. Cuando salió el último parroquiano la chica echó la llave, yo aún no había terminado mi última cerveza y empecé a darle buches largos a la cerveza pero ella me paró “ no hace falta que corras tengo que rellenar las neveras para el turno de la mañana así que te la puedes tomar con tranquilidad la cerveza” y eso hice.

Cuando mi cerveza estaba vacía le pedí la cuenta, ella tomó mi cerveza y en vez de ponerla en la fregadero la rellenó entera otra vez pero se vé que el barril estaba medio vacío y le salió mucha espuma, dejando el vaso a la mitad de cerveza y la otra de espuma.

– Menudo estropicio, hay más espuma que cerveza- le dije a modo de guasa.

– No hay problema- dijo ella y comenzó a beber de mi vaso quitándose espuma, primero con la punta de la lengua y luego metiendo el dedo y sacándolo con espuma para luego chuparlo mientras que me miraba.

– ¿ qué haces?- le dije con mi tono paposo.

– Quitando espuma- dijo ella con su tono insinuante y posando la cerveza frente de mí.

Tomé la cerveza y bebí mientras que ella se relamía la espuma que le había quedado en los labios.
– Esta rica- me dijo mientras se relamía.

– a ver dame más- me volvió a decir y tomando otra la vez la cerveza comenzó a volver a meter la punta de su lengua, y lamer la espuma que le salía del vaso, metía su dedo índice en el para llenarlo de espuma y volver a meterlo en la boca, yo hacía que no la miraba y saqué un cigarro, le ofrecía a ella pero ella chupando su dedo me dijo que no.

– ¿tienes fuego?- le pregunté, ella se acercó a un lado de la barra y cogió unas cerillas que me las dió.

Me encendí un cigarro y la miraba, miraba como la jovencita rubia metía el dedo en la cerveza y luego lo chupaba, luego me miró a los ojos mientras que con sus dedos me decía que fuera con ella. Le dí una calada a mi cigarro y me levanté yendo detrás de la barra donde ella me esperaba.

Me puso a su lado ante su mirada, creo que el juego de seducción se le había ido de las manos y no se esperaba que yo fuera detrás de la barra. Tomé la cerveza y se la puse en la boca.

– Toma, sigue bebiendo, corazón- le dije

Ella comenzó a lamer el vaso y a introducir la punta de su lengua dentro de la cerveza, luego dejé la cerveza sobre la barra, ella tomó mi cigarro y comenzó a darle caladas, yo la mirada de arriba a abajo.

– Eres muy hermosa.¿ lo sabes?- le dije mientras que fijaba mi mirada en sus pechos – pero muy hermosa- le tiraba de una de las tirantas para ver mas pechos pero ella se giró para jugar conmigo a ese juego del gato y el ratón. Puse mi mano en su mandil y ella se quedó quieta esperando mi siguiente jugada.

– Hace calor aquí o es cosas mía- le dije mientras ponía mi mano en su cintura,

– Lo hace, no es cosa tuya- me respondió ella mirándome a lo ojos.

– Lo que me imaginaba- le dije.
Mi mano comenzó a subir por debajo de su camiseta mientras que mis labios intentan besar su cuello a lo que ella echó la cabeza para atrás para evitar mi beso.

Mi mano acarició su pecho, era suave y duro, su pezón estaba super excitado.

– Tienes unos buenos pechos- le dije.

– Si? en serio- dijo ella medio susurrando.

Le tiré del nudo del mandril el cual cayó al suelo mientras que masajeaba su cintura y su trasero, intenté volver a besarla pero ella me quitó la boca una vez más, así que le terminé de subir la camiseta dejando al descubierto sus pechos los cuales rápidamente comencé a besar, hambriento de ellos. estuve lamiendo y besando eso pechos ante la mirada de su dueña.

– ¿ te gusta lo que te hago? – le dije.

– mmmm…mmm- me respondió ella.

Bajé mi boca por su cuerpo llegando a su ombligo el cual había visto a ráfagas durante toda la noche y ahora estaba al alcance de mi boca, no desaproveche la ocasión y lo besé y lamí y chupé. Mi manos desabrocharon su pantaloncito vaquero blanco y junto con sus braguitas blancas lo bajaron saliendo por sus botines blancos. Su coñito depilado estaba a la vista y abriéndole las piernas comencé a besadlo, primero con la punta de la lengua y luego introducía mi lengua dentro de él, aumentando la velocidad, ella se subió junto al tirador de cerveza para que yo le pudiera abrir más las piernas y poder comerle el coño más profundamente. Llevaba un rato comiéndole el coño y escuchando le gemir cuando vi que había cogido otra vez la cerveza y estaba bebiendo.

– ¿quieres? – me preguntó, yo asentí con la cabeza y ella derramó algo de cerveza por su barriga llegando a su coño. Yo empecé a lamer el rastro que había dejado la cerveza desde su barriga hasta su coño el cual para su disfrute comencé a comer con más ganas.

Estaba muy cachondo y la polla me iba a estallar dentro de mi pantalón, dejé de comerle el coño y la bajé, tomando su mano la puse sobre mi polla mientras me desabrochaba el cinturón, no hubo que decirle más, ella rápidamente se puso de rodillas y terminó de quitarme el cinturón y abrirme el pantalón sacando mi polla de mis calzoncillos. Estrujaba mi polla y se la metía en la boca, haciendo que cada vez creciera mas y mas mientras que yo me quitaba la camiseta y me desprendía de mi pantalón, para desnudarse como ella estaba en esos momentos.

La chica sabía comer polla y me la estaba comiendo de lujo, no pude aguantar mas mis ganas de follármela y la subí nuevamente a las neveras para follármela. Agarrada al tirador de cerveza aguantaba mis embestida como náufrago agarrado a un resto del barco. yo se la metía hasta el fondo y ella aguantaba mi embestida y gemía de placer. la muy zorra en un de las embestida comenzó a chupar el tirador de cerveza como si fuera una polla, yo baje la palanca. Podía ver como se le salía la espuma de la cerveza de la boca, luego ella con la boca llena de espuma comenzó a enseñarla y a dejarla caer por sus pechos y su barriga. Comencé a comerle los pechos para no desperdiciar cerveza y luego le comí la boca para beber el resto de cerveza que aún le quedaba en la boca mientras mi polla seguía penetrándola. Al poco tiempo le dije

– Voy a correrme.
– espera semental mio.- me dijo mientras se bajaba y se ponía de rodillas frente a mi polla con un vaso en la mano. Poco tardó mi semen en salir y ella metió mi polla en el vaso para que todo cayera dentro una vez que salió todo ella metió el dedo y empezó a comérselo, luego volcó el vaso en su boca y todo fue para su garganta.

Me despedí de ella y volví a casa, nunca he vuelto a encontrar el bar no me acurdo como se llamaba pero si vais a un pueblo con mar una noche , y encontráis un bar abierto a altas horas de la noche con una chica muy zorra tened seguro que esa noche folláis.

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