Es la historia de como logre hacerle el amor a una vecina madura, a la cual deseaba desde el momento en que entre a la pubertad

Valorar

Esto me sucedio hace 11 años, en la actualidad tengo 28 años asi que hagan cuentas. Es la historia de como logre hacerle el amor a una vecina madura, a la cual deseaba desde el momento en que entre a la pubertad.

Ella a quien llamaremos «Totey», en ese tiempo de unos 37 años, casada con tres hijos, es una mujer de aproximadamente 1.60, morena clara, senos de buen ver, no muchas pompas, con una boquita bien mamadora. Todos los dias la veia pasar por mi casa al llevar a su hijo mas pequeño al colegio, me encantaba espiarla ver lo buena que estaba, esas minifaldas, o cuando se ponia esas likras pequeñas, que hacia se viera su concha bien rica, se imaginaran como me ponia de caliente.

Pero como ustedes sabran, uno piensa de que manera poder tener a esas hembras en sus manos y nada mas no se puede, por ser mayores, no frecuentarse mucho, los hijos, el marido, etc…, pero un buen punto que tenia a favor era el saber que su marido le pintaba los cuernos y que con ella nada de nada, eso lo escuche mientras estaba en un negocio que tenia un videoclub, al cual me encantaba llegar por una pelicula y verle las nalgas o las piernas mientras estaba sentada llegue al grado de masturbarme mientras la veia ahi en el videoclub, ya que habia un espacio hacia atras desde donde se veia hacia adelante pero ella no podia ver hacia alla.

A veces me la encontraba en la rosticeria buscando pollo asado y mientras esperaba yo la veia imaginando el tenerla, lo que hacia que me calentara, por lo que cuando me paraba por los pollos pasaba junto a ella y rosaba con mis manos sus nalgas, sin que ella me dijera nada. pero no pasaba de eso, ella notaba que me gustaba demasiado y me coketeaba pero yo era muy timido y por miedo no me atrevia a decirle nada, ni a insinuarle nada, a veces en el videoclub platicabamos y me decia lo grande que me estaba poniendo y me preguntaba si tenia novia pero en fin.

Una vez tire las cajas de los videos a propositos de un estante y le avise que se habian caido, ese dia tenia puesta una minifalda negra, por eso lo hice, se agacho y yo le ayude y me agachaba tratando de mirar entre sus piernas deliciosas que se me ofrecian para acariciar mismas que no me atrevia a tocar. hasta que un dia llegue como de costumbre por la mañana como a esos de las 10:00 en que solo ella y yo estabamos en el negocio, empece a curosear me fui a la parte de atras donde estaban las peliculas mexicanas viejas esas que son de albur y sexo, cuando ella llego por alla y empezo a limpiar las cajas de las peliculas con un trapo, yo la vi, ese dia llevaba puesta una minifalda cafe claro, y una blusa blanca de esas que dejan ver los hombros y los pechos, sin decir nada ella empezo a limpiar mientras yo veia las «peliculas», no me movi de mi lugar y como ella me daba la esplada, le veia el trasero y me empece a tocar mi pene, ella estaba muy cerca de mi, como soy alto 1.86 le podia ver sus pechos y me moria de ganas por besarle esa espalda.

Justo cuando ella se movio para ponerse delante de mi, yo di un pasito adelante para poder restregarle mi pene duro y firme, mi pene apenas tocaba sus nalgas, ella limpiaba, y yo al sentir ese calor de sus nalgas se hiba parando mas por lo que lo sintio y se hizo un poquito hacia atras con lo que no aguante y me incline a besarle la espalda, ella nada mas suspiro mientras le agarraba sus nalgas y la voltea para tenerla de frente y besarla, a lo cual ella no ponia ninguna resistencia, le subi la falda para acariciar sus nalgas y apretarselas y acercarla a mi para que sintiera mi pene erecto en su vagina, ella jadeaba, le tome una mano y se la lleve a mi pene eso basto para que empezara a manosearlo como loca, me bajo el cierre lo saco y lo miro me dijo me vas a matar y lo empezo a besar, a darle besitos pequeños, rodearlo con lengua hasta meterlo poco a poco en su boca, y verlo desaparecer casi por completo, no lo podia creer la tenia ahi a mis pies chupandome la verga.

Le baje su calzon, por fin podia ver esa rajita en todo su esplendor meterle el dedo y sentir lo humeda que estaba, le meti dos dedos mientras la besaba y acariciaba sus tetas, lamia sus pezones y se los mordia, hasta que ella me dijo «ya, te quiero sentir dentro, metemelo, por favor», a lo que le dije quieres esto, lo quieres, «si, damelo», y la penetre el solo placer de oirla gemir era mas que suficiente, ahi estabamos los dos en el piso jadeando como dos animales en celo, se movia como solo las mujeres maduras saben hacerlo, le veia su cara como expresaba el placer de sentir un miembro dentro de ella, hasta que no contuve mas y termine dentero de ella.

Bueno, los encuentro fueron mas candentes despues de eso, y arriba las vecinas…

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *