La incondicional ayuda de mi cuñada

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Hola de nuevo, ante todo agradecer los comentarios sobre el relato anterior. Sé que no soy muy bueno redactando pero intentaré mejorar según vaya escribiendo más relatos.

Después de la videollamada que tuvimos, yo no dejaba de pensar en ella y en su última frase que me escribió confirmando que ella también deseaba un encuentro físico entre los dos.

Pasaron varios días en los que no tuvimos contacto alguno hasta que mi mujer me dijo que necesitaba que recogiera unas bolsas de ropa de casa de su hermana y que si podía pasar la mañana siguiente ya que ella no trabajaba y le había confirmado que estaría en casa toda la mañana. Tuve que contener mi entusiasmo e incluso le puse alguna pega para que pareciese que no me hacía gracia perder una mañana haciendo de recadero. Al final de dije que lo haría pero que me debía una por el favor.

Esa tarde me llegó un mensaje de mi cuñada.

Hola cuñado! Me ha dicho mi hermana que tienes que pasarte mañana a por ropa por mi casa. Sabes sobre qué hora vendrás?

Hola! A la hora que mejor te venga que tengo toda la mañana libre.- le dije para hacerle saber que disponía de tiempo para estar con ella.

Ah! Pues vente a primera hora y así nos lo quitamos cuanto antes.- en mi imaginación ya la veía desnuda encima de mí y sus tetas botando mientras follamos.

Perfecto, a las 9:30 estoy allí.

En la breve conversación no hablamos ni planeamos nada pero creo que en la mente de los dos estaba claro lo que iba a pasar o por lo menos en la mía sí era así. En algún momento sí tuve alguna duda de si ella pensaba lo mismo que yo pero luego recordaba la videollamada y lo que me dijo y desaparecían las dudas.

Esa noche no podía dejar de pensar en lo que iba a pasar la mañana siguiente y todas las cosas que deseaba hacerle a mi cuñada. Quería correrme es su boca como ella me había pedido durante la videollamada y me la imaginaba de rodillas con la boca abierta recibiendo mi corrida. Estaba en la cama pensando en ella con mi mujer durmiendo a mi lado y totalmente empalmado. Empecé a tocarme muy muy despacio, en vez de pajearme como lo suelo hacer, o sea agarrándomela con la mano y subiendo y bajando, me acariciaba el capullo con tres dedos muy despacio. Lo hacía así para no despertar a mi mujer. Nunca lo había hecho así y aunque el cuerpo me pedía acelerar la masturbación mantuve el ritmo lento para ver si podía llegar así al orgasmo.

Creo que estuve así como 15 minutos, cada cierto tiempo mojaba mis dedos con saliva y seguía a un ritmo muy lento pero constante mientras, obviamente, me imaginaba a mi cuñada en todas las posturas posibles. Acabé teniendo un orgasmo muy intenso como nunca lo había tenido masturbándome y me pareció más largo de lo normal, os recomiendo que probéis alguna vez a hacerlo así. Me manche la mano y casi todo cayó sobre mi tripa y como no tenía papel ni me podía levantar así me lo esparcí por el cuerpo muy despacio hasta que se secó. Después dormí plácidamente hasta que sonó el despertador.

A las 8 me levanté, ducha, preparar a los niños y todo sin dejar de pensar en mi cuñada y cada vez más nervioso. Después de dejar a los niños en el cole me dirigí a casa de mi cuñada. Vive en una casa grande con piscina y un buen jardín. Era una mañana calurosa de junio y por lo que me dijo mi mujer, mis cuñados ya habían hecho uso de la piscina este año por lo adelantado que venía el verano. Cuando llegué a su casa llamé al telefonillo y en seguida me abrió la puerta sin contestar, entré y oí su voz que me llamaba desde la cocina para que fuese allí.

Buenos días cuñado! – me saludó efusivamente cuando asomé por la puerta.

Llevaba puesta una bata de estar por casa que la verdad no era muy sugerente y tenía pinta de que se acababa de levantar. En esos momentos pensé que a lo mejor ella no iba pensando en lo mismo que yo pero quería ver como se desarrollaba la situación.

Hola cuñada, has dormido bien? Tienes cara de cansada.

Es que me acabo de levantar y necesito un buen café para despejarme. Quieres uno? – me dijo sacando dos tazas del armario

Sí claro- le conteste sentándome en una silla alta que tienen al lado de la encimera y observando cada movimiento que hacía.

Puso dos cafés encima de la mesa y me dijo que lo fuese tomando que iba a cambiarse y que no tardaría mucho.

No pasaron 5 minutos cuando entró en la cocina con el traje de baño puesto y cubierta la parte de abajo con un pareo y sólo con el bikini en la parte de arriba. Un bikini amarillo que le sentaba fabuloso y que le marcaba perfectamente sus preciosas tetas dejando a la vista un canalillo en el que me moría por tener mi polla.

Cuñado, ya que hace tan buen día podíamos aprovechar y darnos un baño en la piscina. – me dijo con una medio sonrisa en su cara.

Es que no tengo bañador guapa, si me lo hubieras dicho ayer me lo habría traído.

Vamos no seas vergonzoso que no voy a ver nada que no haya visto ya. -me dijo guiñándome un ojo. Ademas si quieres me doy la vuelta mientras te metes en la piscina.

Venga, la verdad es que me apetece darme un chapuzón. – le dije mientras me levantaba y me dirigía hacia la puerta que da al jardín.

Ella se levantó y vino detrás de mí. Llegamos a la zona de la piscina y se quitó el pareo dejando a la vista la parte de abajo de su bikini y dándose la vuelta se agachó para dejar el pareo en una hamaca dándome una vista perfecta de su culo solo tapado por su pequeño bikini.

Yo me quité la camiseta, los zapatos y los calcetines mientras ella buscaba algo en una bolsa que tenía al lado de la hamaca. Sacó un bote de crema solar e hizo ademán de dármelo mientras yo ya casi estaba desabrochándome los pantalones.

Me echas crema cuñado que no me gustaría quemarme con el sol que hace. – me dijo mientras yo cogía el bote y ella se daba la vuelta dándome la espalda.

Cogí el bote y me eché crema en las manos y empecé a untarlo por los hombros mientras le daba un suave masaje que me estaba poniendo a mil, sentir por fin el contacto con su piel me estaba llevando a un punto de calentura que mi polla ya estaba dura e intentando salir de los pantalones.

Como los tirantes del bikini me estorbaban deslicé mis manos por debajo arrastrándolos hasta que cayeron por los lados dejando sus hombros libres para que continuara mi masaje. Iba despacio porque quería disfrutar el momento y ella no daba señales de que tuviera ninguna prisa porque yo acabara, incluso algún gemido salía de su boca lo que me daba pie a seguir con mi sensual masaje.

Me eché más crema en una mano y con la otra desabroché el bikini cayendo este al suelo sin que ella hiciera nada por evitarlo y sin dar señales de desaprobación así que seguí con mi masaje bajando por la espalda y pasando por sus costados para poder acariciar el comienzo de sus tetas por los lados cosa que me estaba poniendo extremadamente cachondo pero quería disfrutar el morbo del momento e ir despacio.

Durante todo este tiempo ella permanecía en silencio únicamente emitiendo de vez en cuando algún leve gemido que me indicaba que lo que estaba haciendo le gustaba y me daba pie a seguir lo que estaba haciendo.

Cuando ya había echado bien de crema por la espalda cogí el bote y me eche más crema en las manos y lentamente acercándome algo más a ella pasé mis manos por delante extendiéndole crema por su barriga con mi polla ya rozando su culo cuando algún movimiento de mis manos hacían que ella se echara algo hacia atrás. Empecé a subir despacio hacia sus senos y los rodeé sólo rozándolos por los lados y pasaba mis manos de arriba a abajo sin llegar a tocarlos directamente. Al ver que no había ningún gesto de rechazo los cogí desde abajo rodeándolos con las manos extendiendo la crema suavemente por su contorno disfrutando de su suave tacto sin llegar a tocar los pezones.

Tras un delicado masaje decidí ir a por sus pezones y mientras sujetaba sus tetas con las manos, con mis dedos índice empecé a acariciarlos notando que estaban duros como piedras y a la vez arrimándome a ella sin dejar ya espacio entre su culo y mi dura polla. Empecé un lento movimiento de delante a atrás con mi polla encajada en la raja de su culo y mis manos ya sobando sus tetas descaradamente mientras ella ya gemía sin ningún disimulo.

Yo necesitaba más y con una mano me desabroché los pantalones y tiré de ellos hacia abajo arrastrando con ellos mis calzoncillos dejando al aire mi polla en total erección y ya húmeda por la excitación. Qué sensación tan maravillosa sentir el roce de mi polla con su culo con sólo su bikini entre los dos!

Con la boca le besaba y lamía la parte alta de su espalda ya que casi no llegaba a su cuello por la diferencia de altura, a escasos 30 centímetros había un pequeño escalón al que con lentos movimientos me fui acercando hasta que me pude subir y así tener libre acceso a su cuello y comencé a lamerlo y mordisquearlo haciendo que ella se retorciese de placer.

Deseaba sentirla mejor así que deslice su parte de abajo con mis manos hasta que cayó al suelo quedando mi polla entre sus glúteos sin nada de por medio y yo seguía con mi cada vez más rápido movimiento sintiendo como mi polla se metía por su raja llegando a la parte baja de su coño de donde salía liquido que mojaba y lubricaba mi polla.

Cómo me pones cuñada. – le dije al oído mientras ella gemía

Y qué me vas a hacer? – me contestó

Yo sin decir nada la empujé de los hombros haciéndole ponerse de rodillas en el suelo y de otro empujón hacia delante la coloqué a cuatro patas. La visión era impresionante, su culo en pompa y sus tetas asomando por los lados me estaban poniendo muy bruto así que sin pensarlo más me escupí en la mano y lo extendí por mi polla, me agaché y enfilé mi polla hacía su coño metiéndosela de golpe. Un sonoro gemido salió de su boca cuando mi polla entró hasta el fondo y seguidamente comencé un mete saca que hacía que ella gimiera y se retorciese de placer con cada embestida de mi polla. Yo la sujetaba por las caderas y veía como sus tetas se movían al compás de la follada y sentía que ya no me quedaba mucho para correrme así que la tumbé en el suelo boca arriba y empecé a comerle esas tetas que tanto deseaba.

Le chupaba y mordía los pezones mientras agarraba fuertemente las tetas con mis manos y sus gemidos eran cada vez más altos. Mi polla se frotaba entre sus labios sin llegar a entrar totalmente empapada por sus flujos hasta que la coloqué en la entrada y volví a clavársela de golpe empezando un nuevo mete saca. Con una mano le agarré el pelo por la nuca guiándola hacia mis labios y morreándonos apasionadamente, nuestras lenguas jugaban entre ellas y algún mordisco se me escapaba soltando ella algún leve quejido.

Acerqué mi otra mano a su boca metiendo un dedo dentro de ella a lo que ella respondió chupándolo como si se tratara de una polla. Con el dedo bien humedecido lo metí por debajo de su cuerpo hasta llegar a su culo que empecé a acariciar haciendo círculos, lo saqué y escupí en el para seguidamente volver a estimularlo por fuera. Ella incrementó sus gemidos y soltó algún “joder cuñado, qué me haces?”, lo que me animó a ejercer más presión consiguiendo meter medio dedo dentro de su ano.

Oh dios, qué rico! Me voy a correr cuñado! Mmmmmm – decía casi a gritos

Al oír eso incrementé el ritmo de la follada para intentar correrme a la vez que ella, mi dedo entraba y salía de su culo al mismo ritmo que mi polla lo hacía de su coño y nos comíamos la boca en un beso húmedo y de lo más caliente. Ella empezó a convulsionar y sus gemidos ya eran gritos estallando en un orgasmo increíble que hizo que su coño se contrajese dándome aún más placer y haciendo que me corriese al instante inundando su coño con mi leche.

Seguí follándola despacito sintiendo como nuestros fluidos salían de su coño, dándonos picos mientras ella acariciaba mi espalda y secaba el sudor de mi frente.

Te has portado cuñadito.- me dijo dándome un azote en el culo

Es que te tenía muchas ganas guapa. Pero esto no acaba aquí, hay muchas cosas que te voy a hacer. – le dije pellizcándole un pezón

Estoy segura, pero tendrás que esperar a otro día que se nos ha hecho tarde. – dijo quitándome de encima suya

Se levantó y se puso el bikini, yo me vestía mientras nos dirigíamos hacia la casa. Me encantaba verla por detrás moviendo ese culo que tanto me ponía. Me dio una bolsa con ropa para mi mujer y antes de abrir la puerta de la calle nos abrazamos y besamos aprovechando yo a meter mi mano por debajo del bikini agarrándole el culo con fuerza y con la otra sobarle una teta por debajo de la tela notando que sus pezones aún estaban duros.

Venga que al final no te vas. – me dijo abriendo la puerta y empujándome fuera.

Espero que nos veamos pronto que mira cómo me voy. – le dije señalándome el paquete que ya estaba a punto otra vez mientras me alejaba.

Ella se mordió el labio poniendo cara de lujuria y cerró la puerta.

A este encuentro le sucedieron otros que ya iré relatando cuando tenga tiempo.