La niñera de papá
Antes de empezar el relato quiero disculparme por llevar tanto tiempo ausente, he tenido problemas personales, familiares y económicos y no he tenido tiempo para escribir nada, pero os echaba de menos y he decidido escribir un poco. He cambiado mi correo porque olvidé la contraseña del anterior, como siempre, todos los comentarios y correos serán agradecidos. El nuevo correo es [email protected]
Disfrutad <3
Hace un par de meses, una tía mía habló conmigo porque una madre del colegio de sus hijos estaba buscando a alguien que cuidase de sus críos. Ser niñera no es un trabajo muy común en España, pero entre la gente con dinero es más normal de lo que parece, siempre buscan a alguien que le quite a los niños del medio, sobre todo cuando son muy pequeños como para apuntarlos a deportes, clases particulares, etc. Personalmente no me cae bien la gente así, pero me dan trabajo, así que finjo que sí.
Llegó el día y tenía que quedarme cuidando del niño de este matrimonio. Era pequeño así que sería fácil, simplemente tenía que darle de cenar y mandarlo a la cama temprano, y tendría toda la noche para mí. Cuando llegué, la mujer, que se llamaba Laura como yo, iba muy guapa vestida. Llevaba un vestido corto blanco que me gustó mucho, le pregunté de donde era y me dijo que me lo prestaría, era muy simpática.
-¿A qué hora se duerme normalmente el pequeño? -pregunté para mantener sus horarios.
-Siempre que sea antes de las 23:00, a la hora a la que tu quieras -cogió un bolso y se disponía a marcharse-. Por cierto, mi marido al final no vendrá porque se encuentra mal, así que si escuchas algún ruido es él. Estará en su habitación toda la noche.
-Vale -dije poco convencida.
No me importaba estar en casa con los padres, pero me daba mucho coraje que no me dijesen nada hasta el último momento, porque ya no podría comportarme como si estuviese en mi casa y tendría que tener cuidado de fumar, hablar por teléfono, etc.
Rápidamente decidí hacerle la cena al niño. Era pequeño, por lo que le calenté un poco de puré que su madre me dejó en la cocina y, cuando pasó el suficiente tiempo, comencé a llenar la bañera. Mientras estaba dejando correr el agua se podía escuchar a mi jefe haciendo ruido, no sé si estaba haciendo deporte, moviendo la cama o qué intentaba hacer, pero era muy escándaloso. Cuando la bañera estaba llena, metí al crío y comencé a lavarlo. Estaba limpio, pero la madre me insistió en que antes de meterlo en la cama tenía que darle un baño (a pesar de que ya se había bañado ese mismo día). Lo saqué de la bañera, lo lié en una toalla y lo llevé a su habitación. Tras secarlo y ponerle el pijama, lo metí en la cama y esperé hasta que se durmiese, fue bastante rápido.
Aunque parezca que no, darle de comer a un niño y bañarlo cansa, así que después de descansar me apetecía un cigarro. No debería haberlo hecho, pero decidí asomarme a la habitación de mi jefe para ver si estaba dormido y poder fumar tranquila. Abrí con cuidado la puerta y vi a aquel hombre tirado sobre su cama, roncando. Estaba desnudo, y una sábana le cubría de cintura para abajo, aunque no servía de nada ya que podía ver lo empalmado que estaba bajo la sábana, seguro que estaba teniendo un sueño guarro. Tenía el cuerpo brillante por el sudor, ya que en ese momento se empezaban a notar las temperaturas de verano, y aunque me puse un poco cachonda decidí dejarlo descansar e ir a fumar.
Salí a la terraza y me encendí el cigarro. Miré mi móvil y Carlos (mi novio) me había mandado un vídeo haciéndose una paja. Esto, sumado a lo que había visto en la habitación de mi jefe, me puso super cachonda, y tras terminar de fumar, sabiendo que todo el mundo estaba dormido, decidí masturbarme. Me senté en el sillón y comencé.
Llevaba un pantalón corto, sin ningun tipo de ropa interior bajo él. Eran tan cortos que se me podía ver el culo al andar. También llevaba un top corto negro y nada más, hacía mucha calor, por lo que quería ir fresca. Me desabroché el pantalón y metí la mano bajo la tela vaquera. Saqué el móvil y comencé a masturbarme viendo el vídeo que mi novio me había mandado, se escuchaba el porno de fondo, era un vídeo casero conmigo gimiendo, además se escuchaban los gemidos de mi novio mientras se masturbaba.
Jugaba con mi clítoris y me acariciaba cambiando la velocidad de la mano. De vez en cuando se me escapaba algún gemido que no conseguía reprimir, pero no eran demasiado altos. Me gustaba pellizcarme el clítoris un poco, para darme ese pinchazo de dolor y placer. Dejé el móvil a un lado cuando vi cómo Carlos se corría y decidí llevarme esa mano a las tetas. Comencé a acariciar y pellizcarme los pezones, mientras me metí dos dedos y me mordía el labio. Subí las piernas en el aire, como si alguien estuviese esperando para follarme, y me metí los dedos más profundo, metiendo un tercero. Tras unos minutos así, escuché la puerta de mi jefe abrirse e inmediatamente paré. Me abroché el pantalón lo más rápido que pude y me quedé sentada en el sillón-
-Buenas -dijo acercándose a mí-. Tú debes de ser la niñera.
Asentí.
-Me llamo Óscar -estiró la mano para estrechármela, a lo que le respondí dándole la mano con la que me estaba masturbando, manchada de mis jugos.
-Yo me llamo Laura -dije mientras él miraba nuestras manos, creo que se dio cuenta.
-¿Está dormido el niño?
Asentí de nuevo.
-Genial, voy a darme un baño y saldré para reunirme con mi mujer y nuestros amigos.
Se marchó y miré su silueta, solo llevaba unos calzoncillos y se le notaba cómo la polla botaba con cada vaivén.
Me relajé en el sillón de nuevo, pero esta vez decidí no masturbarme, cuando escuché a Óscar llamarme.
-¡Laura!
Fui lo más rápido que pude al baño y abrí la puerta, sin recordar que me dijo que iba a bañarse, cuando entré lo vi desnudo apoyado en el lavabo.
-¿Me explicas por qué está la bañera llena de agua fría?
Se me había olvidado vaciarla después de bañar al pequeño por distraerme haciendo la guarra.
-Se me ha olvidado vaciarla -contesté.
Parecía no importarle que estuviese delante de él mientras estaba desnudo. Se acercó a la bañera, quitó el tapón y, cuando esta se qued´vacía, volvió a colocarlo y comenzó a llenarla de nuevo.
-Eso te pasa por distraerte.
Pensé que debía haberme olido el aliento a tabaco, aunque era raro porque fumaba como mucho 2 o 3 cigarros a la semana, no era muy fumadora.
-Lo siento…
De pronto comencé a oír un sonido húmedo y mis gemidos. Lo miré y me estaba enseñando un vídeo con su móvil en el que se me veía sentada en el sillón masturbándome. Lo miré a la cara y vi que sonreía. Noté cómo se me subían los colores de la cara y comenzaba a sudar de los nervios.
-Vamos a hacer un trato, nos lo pasamos bien juntos y yo te pago el doble de lo que te ha dado mi mujer.
No me creía lo que estaba diciendo. Como he dicho antes, estoy pasando por unos momentos económicos difíciles, y su mujer me había pagado 500€. Últimamente mis clientes son, en su mayoría, gente con mucho dinero, por lo que cobro 50€ por hora, y Laura había decidido pagarme 10h porque pensaba llegar de madrugada y necesitaba que me quedase por si el niño se despertaba de madrugada. Si él me pagaba el doble, serían 1000€. No me lo pensé mucho.
-Vale -contesté rápidamente.
Se acercó a mí para besarme, pero lo paré empujandole el pecho.
-Primero el dinero.
Se rumoreaba que aquel hombre no hacía negocios demasiado limpios, por lo que sabía que tenía esa cantidad en efectivo, y así fue. Salió, llegó al baño y me dio un taco de billetes de 50€.
Los metí en mi bolsillo antes de quitarme los pantalones, y me quedé desnuda delante de él.
-Uff como estás -me dijo antes de empezar a comerme la boca y pellizcarme los pezones.
La situación me ponía mucho. Había aceptado dinero anteriormente para follar, pero nunca tanto, por lo que me puso muchísimo. Además, mi pasión son los hombres con pareja, por lo que estaba cachondísima. Se separó de mí, cerró el grifo de la bañera y se sentó en el bordillo de esta.
Me puse de rodillas y me metí su polla en la boca. Estaba bien de tamaño, sin ser demasiado grande pero perfecta para ahogarme con ella, y sin previo aviso comenzó a follarme la boca. Le daba igual despertar a su hijo, y en un momento pensé que su intención era hacerme vomitar de lo fuerte que me estaba dando. Mis babas caían por su rabo y sus huevos, y sonaban al chocar contra el suelo. Me aguantó la cabeza un rato y, cuando me puse colorada, soltó para que pudiese respirar.
Se metió en la bañera y, haciendome un gesto, me indicó que me metiese con él. No hacía falta ser muy inteligente para saber que quería que me sentase sobre su polla, así que lo hice. Del tirón me agarró las caderas y comenzó a follarme, al principio iba suave e intentando penetrarme hasta el fondo para que yo lo sintiese, mis gemidos a estas alturas salían solos de mi boca y no podía controlarme. Me incliné y comencé a besarle y moderle los labios, lo que le puso más cachondo y comenzó a follarme más fuerte. Me estaba arrancando gritos de placer, y notaba cómo cada vez aumentaba más la velocidad. Estaba cerca.
-No te corras dentro que no tomo la píldora -dije entre gemidos.
-Mejor, que quiero una hija esta vez -dijo mientras me taladraba tan fuerte como podía.
Agarró fuerte mis caderas, apretandome contra las suyas. Intenté levantarme para que no me rellenase con su lefa pero me sujetaba con firmeza, y cuando menos lo esperábamos se abrió la puerta y vimos a su hijo que se acababa de despertar y nos miraba.
-Vas a tener una hermanita -le gritó.
Me pegó un guantazo y, tras insultarme y llamarme de todo, se corrió dentro de mí. Me dejé caer hacia atrás, cansada. Su polla resbaló fuera de mi coño, su hijo se acercó a ver qué pasaba dentro de la bañera y cuando lo vio rió.
Por la madrugada volví a mi casa en Uber, y cuando llegué recibí un mensaje
«Si quieres más dinero, ya sabes cuál es mi número.»
F I N
Si os ha gustado, dejadmelo en comentarios y, por suupuesto, podéis escribirme a mi nuevo correo. Me encanta hablar con vosotros y saber que os pajeáis con mis experiencias. Un beso!