Las Hijas de Tomas – Mis Sobrinas

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Parecía que estas vacaciones serian muy especiales…

Después de un refrescante baño, me vestí y fui hacia la cocina. Mientras llegaban mi mujer y su hermana, Olga, me deleite comiéndome un mamey que estaba en el frutero, sobre la barra de desayuno. Eran ya las 12:30 del día. No debían tardar mucho.

Así fue. Apenas habían pasado unos minutos cuando llegaban con bolsas llenas de comida. Ayude a sacar unas cuantas de la cajuela del carro y fue allí que me fije en Olga. Los últimos tres anos le habían servido bien. Al parecer, el programa de ejercicio le había hecho bien. Sus brazos, pecho y abdominales estaban duritos. Sus muslos, como para recorrerlos con mi lengua hasta donde llegaran…

Compraron comida como para un mes, indique

Si compadre, tu mujer es muy necia e insistió

Bueno, espero poder disfrutar de sus platillos típicos lo mas que pueda

Si compadre, empezamos hoy por la noche. Mis hermanos y sus hijos vienen a verlos.

Sus hermanos eran dos. Tomas y Arturo. Cada uno tenía tres hijos (dos mujercitas y un varón). Los sobrinos ya andarían sobre los 20 o mas anos. Recordé la buena que se habían puesto ‘las niñas’. Hace tres anos me encontré con la buena sorpresa que las hijas de Tomas; Susana y Ariel eran amantes del sexo. Entonces apenas tendrían 18 o 19 anos…

Habiendo estado una noche platicando ya muy tarde, la comadre Olga recibió una llamada. Era Ariel, la mayor de las niñas, que decía que necesitaban que alguien las fuera a recoger de una fiesta. Se les había hecho tarde y ya no había servicio de camión. A su padre no querían hablarle porque sabían que las regañaría muy fuerte.

Me ofrecí a recogerlas y a llevarlas a casa. Al llegar, note que estaban algo tomadas. Confirme que si se habían pasado de copas. Estaban muy alegres las dos.

Gracias, tío porvenir por nosotras. Eres nuestro héroe, dijo Ariel.

Lucia una minifalda color negro que se le pegaba a su culo como si estuviese pintada. Una blusita que cubría medio torso dejaba que sus tetas empujaran la tela como queriendo escaparse. Ariel era la mas pequeña en estatura, pero tenía un cuerpo fenomenal! Susana no estaba para menos. Ella lucia unos cortos de lycra que también dibujaban su culo y su panochita sin dejar mucho a la imaginación. Sus tetas eran mucho más grandes que las de Ariel y se dejaban ver bajo el corpiño dorado que lucía esta noche.

Niñas, que bien lucen esta noche. Me sorprendo que un galán no las haya podido rescatar.

Ay tío, ya lo estás haciendo tu. Como agradecerte que nos ayudes, dijo Susana.

Ya veremos. Primero, hay que llevarlas a su casa.

No, a casa de papa no…Mejor al apartamento de mi hermano. El esta fuera de la ciudad y nos lo ha prestado. Papa ya sabe que allí estaremos hoy. Ir a casa estaría muy lejos.

Era verdad. Ellos vivían fuera de la ciudad, rumbo a la frontera. Seria cosa de 2 horas o más. Me dirigí al departamento de Tomas Jr. Y estuvimos allí en cosa de 20 minutos. Al salir del carro, ayude a mis sobrinas tomando a cada un de la cintura.. Ellas se apoyaban en mí para asegurar su paso. Mis manos frotaban sus nalgas con cada paso y su abrazo permitía que sus tetas se resbalaran contra mi cuerpo.

Llegamos al apartamento y Ariel me dio las llaves. Ya adentro, comencé a despedirme. Ariel dijo:

Tío, primero un brindis por tu rescate.

Fue en busca de una botella de Centenario. Susana se había desaparecido. Pensé que tal vez se había ido al baño. Regreso Ariel con tres caballitos y la botella de tequila. Cuando servía los tragos apareció Susana vistiendo una pijama compuesta por unos shorts de algodón que apenas si cubrían su panochita. La mitad de sus nalgas se mostraban deliciosamente. Su top era no más que una camiseta corta que dejaba que la parte inferior de sus tetas se vieran con cada paso. Sus pezones, aunque no excitados se veían oscuros bajo la delgada tela.

Pa’rriba, Pa’bajo, Pal centro…Pa’dentro! Dijo Ariel

Todos tomamos el primer trago.

Otro, otro, decía Susana! Para brindar por mi tiito que nos rescato! Mi héroe favorito!

Se acerco a mí para darme un beso de agradecimiento. Al querer besar mi mejilla, termino besándome la mitad en los labios al tiempo que me abrazaba y me dejaba sentir sus tetas al tiempo que la apretaba junto a mí.

Bueno, sirve tu Susana. Mientras yo voy al baño. Dijo Ariel.

Aprovechando que Ariel se desaparecía por unos minutos, Susana sirvió las copas. Luego se se sentó junto a mí, poniendo su cabeza en mi hombro. Su teta ya apretaba contra mis costillas. Mi mano quedo sobre su muslo y naturalmente comencé a sobarlo levemente.

Mi tío favorito. Qué bueno que viniste a vernos. Como pagarte este rescate?

Susie, con verlas estoy pagado. Que mas podrían hacer? Yo soy feliz al estar aquí, con ustedes.

Me volvió a besar en la mejilla y sus tetas volvieron a apretarse contra mi torso. Que delicia de chiquilla.

Estábamos a punto de ir más lejos cuando apareció Ariel, Se había puesto más que cómoda. Lucia un baby-doll de color blanco transparente y bajo de él solamente una tanguita, también de color blanco. Sus tetas lucían bien bajo la tela transparente. Se sentó también junto a mí.

Ejele, Susana, déjame algo de tío para mí…

Ay Ariel, tu toma ese lado y yo aquí.

Así estuve, entre dos bellezas. Tomamos un par más de copas y ellas ya habían perdido toda vergüenza. Fue Ariel quien se levanto, prendió el estéreo y música romántica comenzó a emanar. Ella se empezó a mover ‘al ritmo’ de la música. Su hermana se paro y comenzó a bailar con ella. Trataban de poner un show para mí pero su estado las hacia aparecer algo cómico. Fue entonces que se abrazaron entre si y se besaron. El beso era de lo más sexy que había visto en algún tiempo.

Susana empezó a apretar las tetas de Ariel y esta deslizo su mano hasta llegar a la panochita de Susana. Estaban levantando la calentura del lugar. Me fije a mi reloj. Apenas habían pasado unos minutos desde que habíamos llegado. Mi esposa y su hermana seguirían platicando como solían hacer. Regrese mi atención a las niñas.

Te gusta tiito? Decía Ariel mientras bajaba su cara para lamer un pezón de Susana.

Claro que me gusta, sigan, sigan…

Susana tiraba su cabeza hacia atrás al sentir la lengua de Ariel sobre sus tetas. Sus manos apretaban la cabeza de Ariel contra ella. Ariel aprovecho para sobar la panochita de Susana sobre el short de algodón. Se notaba ya lo mojada que estaba. Me pare y fui hacia ellas. Ya detrás de Ariel, le puse mi verga dura, aun dentro de mi pantalón, sobre su culo y la apreté. Al sentirla allí, ella empujo mi verga contra ella y movió sus nalgas como queriendo tragarla entre ellas. Su mano busco mi verga y la sobaba sobre el pantalón.

Mmm, tío que rica se siente tu verga. Sácala para disfrutarla más.

Ni tarde, ni perezoso me quite el pantalón y la trusa que vestía, dejando mi verga parada ante la mirada de las niñas. Ariel se arrodillo y tomo mi verga entre sus manos y con su lengua comenzó a recorrer el glande. Daba pequeños círculos sobre él y yo sentía su calor.

Susana se paro junto a mí y me beso. Su lengua exploraba cada rincón de mi boca y la mía hacia lo mismo con la de ella. De repente, nuestras lenguas parecían fundirse en una sola. Mientras esto sucedía, mis manos jugaban con sus pezones y ella lanzaba pequeños gemidos de placer.

Mmmm, que rico, decía Susana. Chúpamelas tiito, chúpamelas!

Le quite su camisón y me dirigí a sus ricas tetas. Con mi lengua dibujaba círculos sobre su areola y en las paredes de sus pezones. Ella se volvía loca. Estaba a punto de venirse.

Ahhhh, Tiito, me vas a hacer que me corra! No pares, chupa mis tetas, chúpame…l…a…s…!

Y se vino. Su cuerpo se arqueo y tembló al tiempo que llegaba su orgasmo. Aproveche para correr mis dedos a lo largo de su raja ahora mojada por sus jugos. Al correrse, le aprisione su clítoris entre mis dedos y aplicaba pequeños pinchazos. Esto la mando al cielo en una segunda e i8mediata corrida.

Tiito, que me haces? Me estas matando de gusto. Que rico. Ahhhh, me vengo otra vez!

Mientras Susana explotaba en éxtasis, Ariel no dejaba de chupar mi verga endurecida. Susana se dejo caer entre mis piernas y, al tiempo que su hermana hacia mi verga desaparecer en su boca, comenzó a lamer mis bolas rasuradas. Luego las chupo como si fueran dulces en su boca. A segundos de mi corrida, Susana introdujo un dedo en mi culo y esto desato un sinfín de sensaciones. Un volcán estaba por explotar.

Me voy a correr. Quien quiere mi leche?

Ariel siguió chupando como diciendo que mi leche era para ella. Y así fue. El primer chorro fue directamente dentro de su garganta ya que tenía mi verga en lo más profundo de su cavidad bucal. Los siguientes no se derramaron. Ella los tomo con valentía sin dejar que una gota saliera de su boca.

Ay, tiito, yo también quería tu lechita, dijo Susana…

Ariel soltó mi verga con mucho cuidado y abrió sus labios para mostrarnos mi leche depositada bajo su lengua. Al ver esto, Susana se emociono y se acerco a su hermana. La beso con dulzura y entre las dos compartieron mi leche, saboreándola como un premio mayor.

Yo, satisfecho con la faena, busque mi teléfono y marque el número de mi esposa. Al contestar ella, le conté que las niñas estaban un poco mal; que las había traído al apartamento de su hermano y que tendría que ir en busca de analgésicos. Me contesto que no me preocupara. Que me quedara a cuidarlas y que por la mañana nos veríamos… Eran ya las 2:30 de la madrugada. La fiesta apenas comenzaba…

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