Lechita tibia para su hermanito
Eran las 2 de la tarde del 2 de diciembre de 2009 cuando:
-Estas mirándome otra vez Marcos…- me dijo sin existir una queja real en las palabras de mi hermana. De hecho, podría jurar sus ojos mostraban un placer malicioso.
-Quieres que me vaya?- la desafié dando dos pasos hacia la puerta que se encontraba abierta.
Ese día había sido el último día escolar en la preparatoria antes de salir de vacaciones navideñas. Habían hecho una fiesta con motivo navideño en mi salón pero yo había preferido quedarme en casa.
Esmeralda, mi hermana, al oír mis palabras, rápidamente me dijo que no al tiempo en que mi sobrina de 3 semanas y media de nacida desprendía sus labios del pezón izquierdo de mi hermana.
Mis ojos inmediatamente se posaron en la gota de leche que apareció al final del pezón de mi hermana Esmeralda que en ese momento quedó libre ante mis ojos. No pude evitar relamerme los labios.
-Vaya que esta hambrienta…- me dijo mi hermana mientras acomodaba a mi sobrina cerca de su otro pezón hinchado. La miró a los ojos y me percató de que me ha pillado nuevamente con la cara de bobo mirándole las tetas. Sin saber que hacer, tomo la silla más próxima y la coloco a su lado para sentarme y tratar de esconder la erección que se me esta formando debajo del pantalón.
Si tan solo 3 meses antes me hubieran dicho que pasaría el 90% de mi tiempo pensando en los senos de mi hermana, entonces les hubiera llamado locos y me hubiera reído hasta el cansancio de ustedes. Pero supongo que en este supuesto ustedes me dirían: «te lo dijimos».
Mi hermana Esmeralda es 4 años mayor que yo. Tiene 20 años y recién se ha casado con Ricardo con quien pensaba mudarse pero la imprevista llegada de mi sobrina a sus vidas les había hecho posponer la mudanza y solventar unos cuantos gastos antes. Mi padre les ofreció la casa para que se quedaran mientras volvían a ahorrar dinero y poder comprar una casa, por supuesto que ambos aceptaron gustosos y fue así como terminaron viviendo con nosotros.
Éramos como una gran familia ayudada por las múltiples habitaciones que tenía la casa. Mi madre estaba súper contenta con la llegada de una nieta y yo, yo pronto descubrí que también lo estaba.
A mi edad generalmente solía pensar en sexo, sexo y más sexo. Ya había tenido la ocasión de experimentarlo y no solamente con mi actual novia pero durante el verano pasado, algo en mi había sucedido para sumergirme en aquél mundo tan fascinante de sexo.
Supongo que ver la metamorfosis del cuerpo de Esmeralda me dejó estupefacto. Y claro que ella se percató de ello pues, aprovechando mi enorme interés en su embarazo y tratando de sanar el desinterés que parecía mostrar su esposo, me encontró como soporte incondicional en todo lo que se le ofrecía.
Me dejaba tocar su estómago conforme iba creciendo y hablar con la bebé a través del mismo.
Noté que sus senos no paraban de crecer y me fasciné con ello.
Un lazo íntimo entre mi hermana y yo fue creciendo con los días hasta el grado en que comencé a soñar con ella sexualmente hablando. Que tan enfermo estaba? La verdad es que no me importaba. Lo único que me importaba era poder seguir admirando el crecimiento de sus preciosas tetas y estar con ella lo más posible.
Supuse que una vez que terminara su embarazo todo iba ser igual que antes pero supuse mal. La boca de mi sobrina comenzó a ordeñar los senos de mi hermana y en ese momento comenzó mi obsesión por hacer lo mismo a grado que me encontraba aquella tarde de viernes mirando intensamente como mi sobrina lo hacía.
-Ricardo también lo hace?
-Hacer que?- me preguntó Esmeralda quitando su vista de mi sobrina para posarla sobre mí.
-Beber de ti…- le dije suavemente tratando de esconder mi lujuria.- claro, cuando están en privado.- le aclaré como si hiciera falta.
– Beber mi leche? Directamente de mis senos?- me preguntó y no pude evitar notar cierta diversión en sus palabras. Asentí con la cabeza. Ella rió y luego añadió.- No le parece de buen gusto, de hecho él no quiere ni siquiera que amamante a mi hija. Quiere que le quite este hábito lo más pronto posible…
– Queee!! Acaso esta loco? Que tan estúpido es mi cuñado para prohibir algo tan maravilloso y hermoso.
– Supongo que tiene miedo de que mis senos no luzcan igual de lindos que antes cuando todo esto termine. Pero no es el único, a papá tampoco le agrada mirar cuando amamanto. Pareces ser el único al que le agrada ver…- esa era la primera vez que se quejaba de su esposo conmigo.
-A Samantha también le agrada mirar…- le dije haciendo alusión a nuestra hermana menor, yo era el de en medio.
-Si, quizá también a ella le agrade… o quizá este curiosa de saber porque estas tan interesado tú en mi proceso de madre…
-No es por nada…- enseguida proteste sintiéndome sumamente avergonzado.- Yo tan solo…
Mi hermana me interrumpió diciendo:
-No te preocupes. No me molestas… de hecho estoy muy feliz de que estés siempre conmigo.
-En serio…?- pregunté sin apartar mi mirada de sus senos. Mi hermana asintió con la cabeza y enseguida añadí.- No se de que se preocupa mi cuñado, son hermosas y siempre lo serán.
Mi hermana no pudo evitar esconder la felicidad que provocaron mis palabras.
-En serio? Tu crees?
-Claro…- le contesté justo cuando mi hermana levantaba a mi sobrina para ofrecérmela en los brazos.
-Hazla eructar, quieres?
Torpemente traté de hacer lo que le había visto decenas de veces hacer a mi hermana pero finalmente conseguí que mi sobrinita eructara.
-Son demasiado grandes…- me dijo mi hermana alzándose los senos por debajo de la blusa sin mostrar ningún pudor.
-Son encantadoras…- le dije envalentonado por el momento.
-Estas loco…- me dijo riendo cuando aún seguía con las tetas semi desnudas.
Un par de minutos después, abandonamos la habitación… el espectáculo había terminado.
3:30 AM del 21 de diciembre:
Lentamente mi hermana y yo fuimos cayendo en una rutina desde el nacimiento de mi sobrina: la rutina de amamantar.
Esmeralda siempre cuidaba de no mostrar más de lo necesario cuando amamantaba a mi sobrina a menos que solamente estuviéramos ella y yo en la habitación.
Pronto aprendí a seguir su agenda y estar en el momento preciso. Pero era precisamente durante las noches cuando mejor se ponía la cosa. Tal vez porque sabíamos que no seríamos interrumpidos por nadie…
Invariablemente me levantaba todas las noches cuando escuchaba a mi sobrina llorar. Pero aquella noche había salido con mi novia al cine y recién iba llegando justo a tiempo para el espectáculo.
-Vas llegando…?- me preguntó mi hermana y de inmediato noté un poco de molestia en su voz; quizá incluso celos?
-Temía llegar tarde…- le contesté mientras me acomodaba a su lado exhausto de haber tenido que correr 3 cuadras y media.
-Tu sobrina te espero…- me dijo mi hermana acomodando a su bebé para amamantarla. De inmediato noté como hambrientamente la bebé buscaba el pezón de mi hermana.
-Gracias cariño…- le dije a mi sobrina haciéndole una caricia sobre la frente. Fue ahí cuando accidentalmente toqué con mi mano el precioso seno de Esmeralda quien ignoró el toqueteó y de inmediato sacó tema a flote para romper el silencio tan incómodo que seguramente estaba por formarse.
-A donde fueron Lucía y tú?- preguntó haciendo referencia a mi cita con mi actual novia.
-Al cine…- le contesté nervioso por haberle tocado el seno que mi sobrina mamaba tan efusivamente.
-Y hasta ahora has llegado?- otra queja más de mi hermana.
-No estamos tan viejos como ustedes los casados…- bromee un poco con ella. – fuimos a su casa… sus padres están de viaje.
-Tuvieron sexo?- me preguntó al tiempo en que cambiaba de pezón a mi sobrina.
-Algo parecido…- le contesté y en ese momento, vi como una gota de leche resbalaba por la pequeña mejilla de mi sobrina así que, limpiándola con uno de mis dedos, decidí probarla.
-No lo hagas…!- me dijo pero ya era demasiado tarde. Mi hermana miraba asombrada como lamía mi dedo para probar su rica leche.
-Vaya que esta rica…- le dije.
-No deberías…
-Porque no?
-Es de mi hija… no podemos desperdiciarla en alguien que no la necesita.
-Pero tienes montones… de hecho estuve estudiando en Internet acerca de ello y aprendí que entre más leche consuma mi sobrina más producirás. Así que puedes alimentar a cuantas personas quieras…
-Cuantas personas quiera?
-Si… lo puedes hacer…
-Bueno pues solo alimentaré a mi hija…
-Que suerte tienes de que yo no sea tu esposo…
-Porque?
-Porque así tendrías 2 bocas de las cuales preocuparte…
-Bueno pero no lo eres… y no puedes volver a probarla entendiste?
Mientras mi hermana hablaba yo estaba más que seguro que la probaría de nuevo pues no había forma de controlar mi apetito ahora que había probado tremenda delicia.
Aún así era tiempo de cambiar de tema así que:
-Sus senos no son ni la mitad de lindos que los tuyos…
-Los senos de quien?
-De Lucía…
-Acaso ya se los has visto?
-No solo eso, hace rato que trate de ordeñárselos…
-Queee?
-No tenían leche desafortunadamente…
-Ella te lo permitió…?
-Tocarlos, mamarlos? Si…
-Eres muy joven para andar en esos pasos Marcos…
-Pues no tanto como para no follar porque ya lo hemos hecho… y muchas veces…
-No deberías usar esa palabra tan fea en tu vocabulario…
-Follar?
-Si…
-Bueno pues no encuentro otra para hacer alusión a las 3 veces que follamos esta noche…
-Hiciste el amor con ella 3 veces seguidas?
-Si y luego fue que traté de ordeñarla…
-Usaron protección cierto??? Estas loco…- enseguida retiró de sus pezones a mi sobrina y me la ofreció para que la hiciera eructar como ya se nos estaba haciendo costumbre.- Ten cuidado con ella…
-Lucía también cree que estoy loco… Ni si quiera me creía cuando le comenté que al dar de lactar se le ha llamado un anticonceptivo «natural», y como muchos métodos de control natal, cuando se usa de manera adecuada, es altamente efectivo en la prevención del embarazo.
-Pero estoy segura de que ella no esta ni embarazada ni en estado para dar de lactar así que más les vale que hayan usado condón…- Mi hermana me miró a los ojos tiernamente y luego me dijo no del todo convencida.- Creo que es hora de volver a mi habitación… Ricardo debe estar esperándome…
-Supongo que si…- le dije poniéndome de pie para entregarle a mi sobrina. Justo cuando se la entregué, me incliné un poco y le di un beso cerca de sus labios. Sin decir más me di vuelta y justo cuando estaba por marcharme me dijo en un tono bajo, como no queriendo:
-Porque dices que mis senos son más lindos que los de Lucía?
Voltee a verla, la miré a los ojos y luego, bajando mi mirada hacia sus preciosos senos, le dije:
-Porque lo son…- Acababa de hacer 3 veces el amor con Lucía y aún así mi verga estaba que reventaba en ese momento. Estoy seguro que mi hermana se percató de ello.
Minutos más tarde, acostado en mi cama, me masturbé como nunca.
La tarde del 22 de diciembre de 2009.- Samantha.
Estaba en mi habitación, sentado en la silla frente al monitor de ordenador cuando:
-Eres un pervertido…- escuché un susurro en mi oído y de inmediato salté de mi silla soltando con ello la risa de mis hermana Samantha.
-Se supone que uno debe llamar a la puerta antes de entrar…- le ordené a mi hermana menor.
Pero como siempre, Samantha hizo caso omiso a mis palabras y, apoyándose sobre mi hombro derecho, acercó su rostro para mirar más de cerca el monitor.- Senos!!! Es en lo único que piensan los hombres!- dijo mirando el video de la japonesa que estaba siendo ordeñada por su amante y que se reproducía en mi computadora en ese momento.
-Tendrás que madurar algún día… y con ello quizá tus senos también lo hagan…- le dije sintiendo como sus firmes y jóvenes senos de adolescente golpeteaban en mi hombro.
-Jaja, que risa hermanito…- replicó poniéndose de pie e irguiéndose de una manera que extenuaba todos sus atributos de mujer. Luego me miró a los ojos y me desafió con la mirada como diciendo a que no te atreves a verme a detalle…
Lentamente fui observando sus curvas… vaya que eran lindas para su edad! Pero no se lo iba a dejar saber así que le dije:
-Quizá en 3 o 4 años alcances la madurez…
Me dio un golpe al hombro y molesta me reveló lo que se imaginaba:
-Tú lo que quieres es ordeñar a Esmeralda no es así? Quieres ordeñar a tu propia hermana!!! Eres un pervertido!!
-No, yo solo estoy interesado en el proceso de…
-Seguro doctor Marcos… Seguro que si, como usted esta estudiando la medicina no veo nada de raro…- me decía pero con una pícara sonrisa que ahuyentaba mis peores miedos.
Pero, conforme platicaba con Samantha, me iba dando cuenta de que mi hermanita no había dejado de ser aquella persona tan linda y confiable que siempre lo había sido… había estado tan metido con Esmeralda que me había olvidado completamente de ella. Pobrecita… esa tarde decidí pasarle en su compañía como en los viejos tiempos.
Más tarde, esa misma noche de diciembre:
Mi hermana mayor y mi sobrina me sonreían al verme entrar en su habitación. Su esposo Ricardo había decidido pasar la noche previa a navidad en casa de sus padres así que mi hermana no había tenido que salir de la habitación con la niña cuando esta llorase.
-No deberías levantarte siempre que llora…- me dijo mi hermosa hermana.- Que es eso?- me preguntó al ver el álbum de fotos que traía conmigo.
-Alguna ves habías visto este álbum?- le pregunté al sentarme a su lado y abrirlo.
-No lo se, quien aparece en el?- Miró la primera página y exclamo.- oh dios mío!
El álbum mostraba cientos de fotos de mamá alimentándola a ella cuando era una recién nacida.
-Soy yo? Esa bebé soy yo?
-Si…
-Donde lo encontraste?
-Por accidente… lo encontré hace un par de semanas cuando buscaba un viejo libro en la habitación de mamá…
-Debes regresarlo… mamá se enfurecerá.
-No sin antes mostrártelo…
Mi hermana seguía maravillada mirando.
-Papá debe haberlas tomado… no deberíamos mirarlas… son privadas!
El álbum continuaba mostrando varias fotografías que los hijos no deberían ver de sus padres. De pronto mostró una que hizo temblar a mi hermana:
-No puedo creerlo!! A papá se le ve su… pene!
A mitad del álbum, dejaban de aparecer fotografías de lactancia para dar paso a desnudos de mamá y papá en playas, alcobas y todo tipo de lugares.
-Los senos de mamá eran hermosos…- continuaba diciendo sin apartar su mirada.
-Los tuyos son mucho mejores…
-No deberías decir eso…
En ese momento, saque de una bolsa un sacaleches manual y se lo ofrecí.
-Para que es eso?- preguntó mi hermana curiosa pero seguramente sabía para que era. Espere a que ella sola lo descubriera. Miró a su hija, seguramente no era para ella. Luego me miró y me dijo sonrojada:- No podemos… eso esta mal…
-Quiero probarte…
-No puedes…
-Quieres que yo mismo lo haga?- pregunté moviendo mis manos hacia sus senos.
-No! Detente!- casi gritó apartándose de mí.
-Entonces hazlo tú…- insistí.
Esmeralda lentamente tomó el sacaleches y el resto fue historia. Primero ordeño de de la izquierda y luego de la otra. Al final el sacaleches mostraba una cantidad de leche pequeña… no la rechacé y la bebí de un solo trago:
-Quiero más…- le insistí relamiéndome los bigotes como comúnmente se dice.
-No tengo más…
-Tu hermano esta hambriento y tu le niegas el alimento?
-Es un niño muy travieso…- me dijo tomando nuevamente el sacaleches…
-No puedes culparlo… realmente adora los senos de su hermana…
-pues no debería…
Esta vez lleno un poco más y volví a beberlo gustoso. Sabía que para la próxima vez que lo hiciera no necesitaría el sacaleches…
La noche de navidad:
Era tarde, era la noche de navidad, pero a diferencia de cualquier historia de este tipo, había ciertas criaturas muy emocionadas y agitadas.
-Feliz navidad linda…- le dije a mi sobrina levantándola del porta bebé.- Y feliz navidad a ti también…- le dije a Esmeralda al entregarle a su hija.
No había ningún pudor en los movimientos de Esmeralda justo cuando comenzaba a sacar su seno dispuesto a alimentar a su hija. «No habrá leche para ti esta noche» me había dicho más temprano ese día cuando nos cruzamos y discretamente intercambiamos miradas durante la cena de navidad.
Justo cuando mi sobrina comenzaba a mamar, saqué mi cámara digital del bolsillo de mi pijama y comencé a sacar fotos.
-Marcos!
Ignorándola seguí sacando fotos de ella amamantando a su bebé.
-Necesitamos hacer nuestro propio álbum.
-Y si alguien entra?
-Todos están dormidos… y el imbécil de tu marido nuevamente ha preferido irse a dormir con sus padres. Al parecer no puede despegarse de su madre… vaya hombre que te has conseguido.
-Esta bien pero prométeme que no dejaras que nadie las vea… ni siquiera Samantha!
-Tomaré unas cuantas más… ponte en pose…
-esta mal… esto esta mal Marcos…
Mientras me posaba frente a ella, no pude evitar que notara la erección que sobresalía de mi pijama. Me daba igual, al parecer ya de poco importaba esconderla…
Cuando terminé de tomar fotografías, me incline y la bese de piquito en los labios. «Feliz navidad» le dije y ella me respondió lo mismo.
-Sabes que es lo que quiero de navidad no es así?- le pregunté justo antes de irme…
-Sabes que no podemos… sabes que no puedo…- continuó diciendo al tiempo en que abandoné la habitación.
Navidad, 25 de diciembre:
Le compré un suéter a Esmeralda. Un suéter que sabía resaltaría sus preciosos senos al máximo. Sus preciosos y lechosos senos…
Pero claro, no podía darle a mi hermana un regalo de más de mil pesos frente a mí otra hermana quien se sentiría despreciada así que terminé comprándole a Samantha un vestido seductor de mil pesos también. Su primer vestido de mujer madura…
2:30 AM:
Esmeralda se encontraba sentada en la sala. Apenas y la leve luz de la lámpara la iluminaba. Su esposo seguramente dormía en la habitación, había salido a amamantar a su hija y como de costumbre ahí estaba yo.
Llevaba puesta una bata de dormir que no escondía nada! Sumamente sexy!
Al llegar a su lado, para mi sorpresa, la bebé dormía en su cesto.
-La alimenté a media noche… quizá no tenga que hacerlo hasta mañana.
Yo no llevaba puesto más que un bóxer. Eso era todo…
-Habrá más para mí entonces…- le respondí.
-No esta bien que hagamos esto Marcos… en verdad no deberíamos… que diría la gente?- me preguntaba mientras yo me sentaba a su lado.
-Es perfectamente natural… tan solo estas alimentando a tu hermano como lo haces con tu hija…- en ese momento comencé a abrir su bata con mis temblorosas manos.
-Trajiste el sacaleches?- me preguntó ella sabiendo perfectamente que no.
Pronto su bata cayó hasta la cintura revelando el par de senos más hermosos que hasta ese entonces había visto.
-OOOOHHHH…- Gimió al sentir como tomaba sus bamboleantes senos con mis manos.
Comencé a estrujarlos y en cuestión de segundos las gotas de leche comenzaron a hacerse presentes. Hundí mi cara en ellos y en menos de un segundo abrí los labios para mamarlos.
Mamaba y tragaba mientras mi hermana gemía ligeramente.
-HMMMM OHHH… Marcosss…
Mi verga estaba gigante.
-Se siente tan distinto… es tan distinto… HMMM…- Le escuchaba decir a mi hermanita y más me prendía de su pezón.
-Que es tan diferente?- pregunté fingiendo cierta ignorancia.
-Es diferente a como lo hace mi hija…
-Tal vez yo tenga más hambre…- le dije al tiempo en que mi verga luchaba por liberarse del bóxer.
-Succionas con más fuerza y… eres muy travieso sabes?
Su mano tímidamente comenzaba a ir en dirección de mi verga. Pero justo cuando estaba a centímetros, mi mano derecha apretujó su teta de forma que un enorme chorro de leche salió disparado a mi boca y mi hermana gimió con fuerza:
-AAAHHHHHH HMMMMMMMMMMMM… MARCOSSSSS…- En ese momento tocó la punta de mi verga pero no se atrevió a más. Continué mamando mientras se le pasaba lo que seguramente había sido un orgasmo.
La mano de Esmeralda ahora sí había perdido toda desconfianza y se dedicaba a subir y bajar por todo lo largo de mi pito.
Y así, mi hermana terminó alimentándome durante minutos mientras me masturbaba ligeramente. Esa noche no fuimos más lejos…
Tarde de diciembre 28:
-Te dejo, no es así?- Samantha me preguntaba exigiendo la verdad. Nuevamente se había metido sin avisar a mi habitación justo cuando observaba otro video de lactancia. Acaso tenía radar? Pero lo que más me sorprendía era como se había enterado de que Esmeralda me había dejado mamarle los senos.
-Me dejo que?- pregunté inocentemente.
-Ordeñarla!
-No es cierto…
-Mentiroso…
-Además, aún si me hubiera dejado recuerda que voy a ser doctor así que…
-Si claro… ya te dejo verdad?- insistió nuevamente.
Le tenía tanta confianza que no pude ocultárselo y asentí con la cabeza.
-Pervertido!- me acusó de inmediato de pervertido pero luego sonrió y preguntó.- A que sabe?
-No te lo diré…
-Anda vamos Marcos… no seas grosero conmigo…
-Prométeme algo…
-Que cosa?
-Si me prometes que cuando seas grande y te conviertas en mamá me dejarás probarte entonces te lo digo…
-Ya soy grande… y porque habría de dejarte?
-Tú sabes bien porque…
-Porque me diste ese vestido tan hermoso de regalo? Entonces te dejaré pero dime…
Esa tarde le confié todo a mi hermana menor.
Después de eso, por la tarde del mismo día:
-Deberíamos hacerlo todas las mañanas, tardes y noches…- le decía a Esmeralda mientras le amasaba las tetas en su habitación donde su esposo siempre estaba ausente.- Eres realmente hermosa…- le dije justo antes de empezar a mamarla.
-Espera, mi hija va primero… y no quiero que te pongas duro esta vez entiendes?
-Yo no puedo controlar eso…- mientras mi hermana terminaba de amamantar a mi sobrina, le revelé que nuestra hermana menor sabía todo.- Samantha ya lo sabe todo…
-Que!!!- De inmediato puso a mi sobrina sobre su cesto de dormir y en cuanto se sentó a mi lado corrí como perro hambriento y empecé a mamarle los senos sin dejarla terminar de quejarse.- No tan rápido Marcos… HMMM…
De inmediato mi verga, que ya estaba preparada para el momento, salió como resorte de mi bóxer.
-Niño malo…- me dijo mi hermana al momento en que la tomaba con su mano.
-Creo que es tu turno…
-Que?
-Te toca ordeñarme…- le dije mientras su mano comenzaba a subir y bajar por mi garrote.
Esta vez mi hermanita si terminó lo que comenzó y en cuestión de minutos de mi verga brotaban cientos de chorros de semen.
-Es tu turno… hazlo.- le dije cuando la última gota de semen salió de mi verga.
-Mi turno de que?- Yo sabía que ella sabía perfectamente a lo que me refería así que solo me basto esperar unos cuantos segundos para que con su dedo tomara un poco de mi semen y lo llevara hasta su boca.
-Sabe rico… mucho mejor que el de…- Se detuvo, se veía confundida. Había estado a punto de decir el nombre de su marido. Bajo la mirada y le di un beso tierno en los labios.
1 de enero del 2010 a las 3 de la madrugada:
-Estas despierto?
-Si…- contesté desde mi cama.
-Esta borracho e inconciente…- pude ver la silueta de Esmeralda acercándose iluminada por la luz de la luna.- Mamá y papá también están algo tomados… ya se fueron a dormir. Menos mal que tu no tomaste… Esta Samantha en casa?
-Si, apenas la oí entrar a su habitación… pero no te preocupes, esta un poco mareada también.
-Que? Pero si es muy joven…
-Cierra la puerta…- le ordené quitándome las sábanas de encima.
-Estas desnudo…
-Tu otro bebé esta hambriento…- le dije poniéndome de pie para acercarme a ella.
-Siempre estas hambriento… y con una erección descomunal por lo que también veo…
Retiró su bata de dormir y la contempló desnuda:
-Eres tremendamente hermosa… la mamá de este niño travieso es preciosa!
-Yo no soy tu madre… Además solo te daré leche hoy… ni pienses en repetir lo del otro día…
-Siéntate sobre mí a ahorcajadas…- le dije sentándome yo en el filo de mi cama.
-Así?- me preguntó conforme se trepaba en mí teniendo el suficiente cuidado con mi verga.
-Si, así mero…- le dije y de inmediato capturé sus labios con mi boca.
Mientras la besaba podía sentir sus preciosos senos presionados contra mi pecho. Mi pene capturado entre nuestros abdómenes y mis manos sentían la delicia de aquellas nalgas tan firmes y redondas.
-No deberíamos… estamos contraviniendo a la ley… a la biblia… a la sociedad…- protestaba sin dejar de besarme.- Es enorme… tu pene es enorme…- me decía al momento en que comenzaba a masturbarme con su mano y a pasarlo por la entrada de su conchita. Su mojada y lista para sexo conchita.
Luego, ajustando nuestros cuerpos, colocamos la punta de mi pene en su abertura y…
-AAAHHHHHHHHHH…- Gimió Esmeralda al sentir como comenzaba a penetrarla.- Es tan grande… HMMMMMM…- Se quejaba pero a la vez sonreía y se la encajaba más. Luego comenzó a moverse de arriba hacia abajo.
Yo estaba extasiado. Que diferencia había entre hacerlo con Lucía a con mi hermana? La diferencia era abismal!! No había punto de comparación. Era simple y sencillamente maravilloso. Pero porque salían lágrimas de nuestros ojos?
-Marcos… HMMMM… Marcos…- me susurró en el oído sin poder articular una oración.
No podía creerlo, me estaba follando a mi hermana!!! Mi verga estaba completamente ensartada en su rico agujero!
-Estas bien apretada… Jamás lo creí después del nacimiento…
-Lo que pasa es que tu pene es enorme Marcos… HMMM… Nunca antes había tenido uno así dentro… es mucho mejor que el de Ricardo…
-Lo es?
-Por mucho…HMMM
En ese momento los dos estallamos al mismo tiempo. No se cuanta leche habrá dado a parar dentro de mi hermana pero les aseguro que fueron montones.
Sin sacar mi pene de Esmeralda le dije:
-debemos repetirlo muchas veces más… La noche es larga…
-Debo regresar… – enseguida me guiño el ojo y comenzó a menear el culo poniéndome la verga dura de nuevo. Esta vez las arremetidas y la forma en que me cabalgaba era casi salvaje.
El escándalo era tal que pensé que nuestra hermana menor nos podía escuchar a través de la pared.
Esa noche terminamos cogiendo 5 veces seguidas pues al parecer su orgullo de mujer le hacía ir más allá de las 3 que yo le había confesado con Lucía. La encaminé hasta su habitación a pesar de sus quejas y en la entrada le di un beso apasionado que hizo que mi verga se pusiera dura de nuevo.
-Entremos…- le dije.
-No podemos, Ricardo esta dormido… puede despertarse…
-Corramos el riesgo… no me puedes dejar así…
-Tenemos que calmarnos… mañana lo repetiremos pero por esta noche ya es suficiente…
-Bésalo de buenas noches entonces…- Mi hermana dudo por un momento pero luego bajó y me mamó el pene hasta que me vine en su boca.
-Te amo…- me dijo y me besó en los labios antes de desaparecer en su cuarto.
Ambos sabíamos que nos quedaban miles de noches juntos. Ella dormiría a diario con su esposo pero me pertenecería a mí como mujer. Esa noche era prueba de ello pues al estar ella dormida junto a él yo sabía que de sus entrañas aún escurría mi semen.
Regresé a mi cuarto sintiéndome más que sexualmente potente. Mi verga había tenido 6 eyaculaciones pero en cualquier momento estaría lista para más.
Justo cuando pasé por la habitación de Samantha noté que su puerta estaba entre abierta. Por numerosos segundos espié al interior mirando la forma de su cuerpo formada debajo de las sábanas. Sabía que estaba despierta y sabía de lo nuestro. Finalmente me alejé de su cuarto y regrese al mío.
Apunto estaba de meterme bajo las sábanas cuando de pronto noto que había una tarjeta navideña justo en medio de mi cama.
-Yo también te amo…- decía el mensaje del frente. La abro y dentro de ella venía una fotografía de Samantha luciendo hermosa con el vestido sexy que le había regalado en navidad…- Sólo falta un mes para tu cumpleaños… ya sabes que pedirme de regalo Marcos?- decía la parte trasera de la fotografía.
No había duda de que me quedaba mucha pero mucha diversión en casa.