Les contare un poco de mi vida de casados, de cómo todo han sido estos 25 años en todo lo que es la vida sexual

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Escribí la primera parte de esta serie en Enero del 2016. Después de esto me bloqueé al tratar de organizar de forma continua todos los relatos, pero llegaban recuerdos que hacian que moviera y volviera a organizar.

Por fin decidí solo dar un orden cronológico a los primeros tres capitulos. Los restantes serán como vaya recordando haciendo la aclaración oportunda.

Espero que estas memorias sean de su agrado y les entusiasme tanto leerlos como a mi me ha gustado plasmarlos y revivirlos nuevamente.

Capítulo 2

Me recluí en mi estudio mientras mi esposa y mi suegra chismorreaban todos sus asuntos. Se hizo tarde y me fui a dormir.

Al día siguiente me desperté cuando escuché ruidos en el piso de abajo, me acerco a la cocina y ahi estaban mi suegra, mi esposa y mis hijas. La mayor ya empezaba a comer sola y mi hija menor tenía que recibir ayuda. Creo que por eso el lugar que estaba disponible era entre mi hija mayor y mi suegra, por lo que me dirigí a esa silla.

— ¿Por que tan temprano? – Pregunte. Ya que para ser domingo todas estaban listas y arregladas.

— ¿Que no recuerdas el cumpleaños de Lucía? – Aclaró mi esposa. Hasta ese momento recordé que teníamos invitación para el cumpleaños de Lucía, hija de unos amigos cercanos.

— ¿Tengo que ir? – Dije yo poniendo una cara de resignación.

— No, solo será una fiesta infantil y al único que conoces es a Martín – Martín es el padre de Lucía — ¿Mamá tú quieres ir o prefieres quedarte? – Verónica dirigiéndose a su madre

— Si Álvaro no va a ir, yo también prefiero quedarme. – Dijo mi suegra mientras apretaba su pierna contra la mía y ponía su mano en mi muslo casi sobre mi verga que se disparó en un instante.

No había mas que decir al respecto. Le pusieron prisa a las niñas para que acabaran de desayunar y pudieran partir al cumpleaños.

Cuando estubieron listas yo ya había terminado de desayunar, entonces acompañé a mis esposa y mis hijas al carro, le ayudé a acomodar a las niñas y me despedí desde la puerta. Una vez que partieron me fui a la casa gritando:

— Verónica me voy a bañar, ¿Quieres hacer algún plan o nos quedamos en casa? – Dije alzando la voz solo lo suficiente para que ella me escuchara.

— Yo también aprovecho para bañarme. Si tengo planes pero son aquí en casa – Dijo ella ya entrando la sala donde me encontraba. Se habia quitado la bata y solo quedaba con un camisón corto, de tirantes, a medio muslo muy sensual.

Se giró en dirección a su baño, mirandome de lado y sonriendo. El vuelo del camisón hizo que subiera ligeramente hasta casi la cintura por lo que pude observar que no tenía absolutamente nada

— ¿Quieres que te acompañe? – le pregunte.

— No, no alcanzaríamos a oir si alguien llega. – Vaya esta mujer está en todo, fue lo único que pensé.

Ya sabía lo que venia, y saberlo me puso muy caliente. Tube que hacer un gran esfuerzo para evitar la tentación de marturbarme en la regadera. Acabé de bañarme, me vestí con un pantalon de mezclilla y una playera holgada. Bajé a la sala a leer en lo que ella estaba lista.

Estaba pensando en como abordaría la situación, cuando entra ya bañada, el pelo húmedo y con su camisón de seda corto que ya le habia visto puesto. Sin nada debajo.

— Alvaro, ¿Donde guarda Verónica la plancha?. Mi ropa llego arrugada y necesito plancharla – Me dijo ella mientras se acercaba a mi secandose el pelo.

Se veia sumamente sensual y asumí que igual que hace rato no traia nada debajo del camisón. Sus senos son grandes y apenas eran cubiertos por la copas del camisón.

— La tenemos en el closet, pero quedate así, te ves muy bien. – Le dije yo

— ¿Quieres que me quede así? ¿No prefieres así? – Dijo mientras desplazaba los tirantes del camizón hacia sus hombros, hizo unos movimientos en su cuerpo y el camizón calló hasta el piso quedando completamente desnuda.

Fue ver eso y que se iba acercando a mi con lo que mi pene reacionó inmediatamente. Deje el libro a un lado y vino y se sento en mis piernas. Nos empezamos a besar desesperadamente, entre beso y beso no dejaba de hablar.

— Me tienes caliente desde ayer – Me decía al oido. – Estoy loca por cogerte – Y yo solo pensaba que estaba irreconocible mientras decía estas palabras.

Me sacó la playera por la cabeza dejando mi dorso desnudo y continuo besandome. ¡ Como me calentaba sentir sus senos en mi pecho !

Se separó de mi, se hincó en el piso entre mis piernas desabrochando mi cinturón y bajando el cierre del pantalón.Me bajó el slip y descubrió mi pene. Empezó a chuparlo mientras me veía a los ojos.

— Me gusta, es grande – Dijo mientras lo metió a su boca. Agarró la base de mi pene con su mano y empezó un movimiento ascendete y descendete de su cabeza tragandose lo mas que podia de mi pene.

— Me encanta tu verga – Me dijo mientras seguía moviendo su mano.

Yo solo atiné a decirle – Espera que vas a hacer que me venga – por que era mucho el impetu que le ponia a su mamada. – Quiero tu semen, dámelo. Tenemos mucho tiempo. – Y a continuación se tragó mi verga nuevamente.

La deje continuar y solo me dedice a disfrutar de todas las sencaciónes que me provocaba. Fue un poco más de un minuto cuando le dije que ya me venía. Ella solo continuó mamando hasta que explote en su boca. Siguió mamando hasta que mi pene disminuyo su tamaño, tuve que decirle que parara por que ya era molesta la sencación de la punta de mi pene.

Ella solo se paró y me dijo – Recuperate rápido que ya quiero que me cojas – y se fue del cuarto poniendose nuevamente el camisón. Me quedé sin saber que decir, estaba todo alucinado. Que mamada me habían dado y todavía venía más.

No pasaron ni cinco minutos cuando la vi regresar por el pasillo cargando el burro de planchado. Me levante para ayudarla, – Me vine a planchar aquí para ver la tele y acompañarte mientras lees. Lo coloque frente a la televisión. – Voy por la plancha. Ahorita regreso – Y salió nuevamente del cuarto.

Actuaba como si no hubiera pasado nada antes. Regresó solo con las prendas que se iba a poner, conectó la plancha y empezo a planchar. Yo solo la veía. Era exitante ver elmovimiento de su cuerpo mientras planchaba. Ver sus piernas largas el costado de sus pechos apenas cubiertos. Era una visión que me tenia totalmente exitado aunque apenas hacia unos minutos me había venido en su boca.

Observé todo el ritual del planchado del vestido de Verónica totalmente exitado. Deje de leer y me dedique a observarla, ver como volaba el camisón con cada movimiento hasta casi ver el inicio de sus nalgas. Ver el bamboleo de sus senos. Ella solo volteaba a verme y sonreia sabedora de lo que estaba provocando. Yo estaba totalmente exitado y lo sabia.

Terminó de planchar y se disponia a enrollar el cable de la plancha.

— Déjalo – Le dije – Ahorita guardo todo yo.

— OK, voy a vestirme – Dijo tomando su vestido y dirigiendose a su cuarto.

Yo me levante y la seguí pero no entre a su cuarto. Me quede en el marco de su cuarto observando. Me volteó a ver sonriendo y yo solo atine a decirle

— Continua, quiero ver como te vistes.

— Pues toma asiento, hoy voy a hacerte un striptease al reves.

Yo pasé y me coloque en el sillón de lectura del cuarto. Ella mientras acomodó su maleta e la cama de tal forma que cuando sacara su ropa me daría la espalda

— ¿Quieres que ponga música? – Me preguntaba mientras abría la maleta.

— No, solo quiero ver tu ritual, tengo ganas de irme a la cama contigo, pero quiero ver como te vistes.

— Acomodate y disfrutalo – fue lo único que dijo

Y empezo su „streptease al reves“ como ella lo dijo. Lo primero que hizo fue inclinarse sobre la maleta, pero no flexionó las rodillas, se inclinó empinando el culo, con un movimiento premeditado. Su camisón se subio a media nalga. Se podía ver claramente su culo y el inicio de su vulva.

— ¿Como lo hago? ¿Te gusta? – Preguntó volteandome a ver con una increible sonrisa.

— Sabes, esto me tiene muy caliente – Observó mientras buscaba las prendas de ropa interior que se iba a poner – Mira – dijo mientras recorria con su dedo medio la raya de sus nalgas hasta llegar a su vulva. Metió levemente su dedo y lo saco todo brilloso.

— ¿Ves como me tienes humeda? – No supe como iba a aguantar ver todo su proceso de vestido, pero quería verlo. Sabía que después me iba a desquitar.

Sacó dos conjuntos de ropa interior, los dos a juego, de encaje. Uno beige y el otro blanco. Tomo cada una de las pantys con cada mano y me las mostró.

— Hoy tienes la posibilidad de elegir que me pongo. ¿Cual te gusta mas? –remarcó.

— La blanca – remarque.

A continuación guardó las prendas que no utilizaría y se volteó frente a mi. Se sienta en la cama mientras sube una de sus piernas y empieza a colocarse la panty abriendo sus piernas dejando a mi vista toda su vulva. Estaba humeda y brillante.

Se para para subir la pantaleta y acomdarsela, recorría sus dedos por los resortes del panty acomodandosela.

Siguió con el sostén abrochándolo al frente y girandolo para ponerse las copas. El acodmarse las copas fue algo teatral, acariciandose los senos mientras me veia a los ojos.

Realmente yo estaba muy exitado. Casi me venía dentro de los pantalones. Pero queria verla terminar de vestirse. A continuación tomó el vestido y se lo colocó. Levantando una pierna, después la otra

Terminó de vestirse, se acerco a mi y me dio un beso agarrando mi verga

— Veo que ya te recuperaste. Llevame al centro comercial, necesito comprar unas cosas – Dijo mientras se acercaba al tocador a recoger su monedero.

Para salir del cuarto paso junto a mi, la tomé y la cargué, me abrazo con sus piernas y nos empezamos a besar. Estaba caliente igual que yo. Estuvimos besandonos unos dos minutos, jungado con nuestras lenguas. Yo la sostenía con mis manos en sus nalgas.

— Vamos primero a la plaza, necesito comprar algo – Dijo Verónica mientras me soltaba de sus piernas y dejaba de besarme.

Salimos de la casa y nos subimos al carro. Nos dirijimos a la plaza. Yo iba encandilado con su belleza. Ibamos platicando abiertamente, sin intentar nada, solo algunas miradas complices. La compra fue rápida, solo compró algunos cosmeticos que había dejado olvidados y le hicieron falta.

El regreso a la casa fue rápido. Ya suponía lo que pasaría llegando a la casa y no me defraudo. Nada más llegando cerro la puerta y se acerca a mí. Nos empezamos a besar y me fue empujando hacia la pared, ahí se inco frente a mi desabrochando el cinturon y liberando mi verga. Empezó a chuparmela con ansia.

— Me vuelve loca este pene, me vuelve loca esta situación – Decía mientras me la chupaba.

— Dejame compensarte la mamada de la mañana, no quiero terminar sin cogerte – Le dije mientras gentilmente la levantaba. Nos fuimos besando hasta la sala e hice que se sentara.

Fuí yo quien se sento ahora entre sus piernas, meti mis manos acariciando sus muslos hasta llegar a sus pantys. Se las saque y subí el vestido hasta la cintura. Empece a lamer su vulva. Estaba mojada practiccamente chorreando. Tomé su clitoris con mis labios y lo apretaba, de repente lo acariciaba con mi lengua.

Hice que subiera las piernas y su vulva quedo a la orilla del sillón. Empece a cogerla con la lengua, le metia y la movia dentro de su vulva. Estaba loca, me agarraba la cabeza y me empujaba hacia ella.

De repente suena el teléfono. Los dos dimos un brinco del susto y no se por que ella contestó.

— Hola – Dijo ella todavía con la voz agitada – A hola hija ¿Como estás? ¿Como estan mis nietos? – Ahora supuse que llamaba una de sus hijas, a Elvia que era la única que tenía dos hijos.

— Si, ya estoy en Querétaro. Verónica llevó a las niñas a una fiesta y yo estoy con Alvaro. Por cierto, me está dando una comida de almeja que para que te cuento – Creo que se me cayó la mandibula en ese momento. Lo primero que me imaginé fue una broma de mi suegra pero el grito que apenas alcancé a oir del telefono me confirmó que efectivamente estaba hablando con Elvia.

— Si, es bueno y tiene una verga hermosa. Tienes que probarla. – Dijo Verónica mientras tomaba mi cabeza y la acercaba a su vulva

Todavía sorprendido y sin saber que pensar, pero sobre todo muy caliente, segui chupando su vulva. Practicamente me la cogí con la lengua. No tardo mucho en correrse mientras platicaba con mi cuñada. No entendía que le decía a su hija, solo percibía algunas frases sueltas. Pero en resumen le estaba contando como me la cogía con la lengua

Se despidió de su hija y colgó el teléfono.

— Ahora si amor, meteme esa vergota tuya. La estoy queriendo probar desde ayer – Me dijo mientras se paraba y me empujaba para quedar sentado en el sillon.

Se sentó sobre mi, montandome. Tomo mi verga y la apuntó a su vulva, se dejó caer suavemente hasta que quedó totalmente ensartada. Empezó a moverse, se balanceaba hacia adelantae y hacia atras. De repente se levantaba y se debaja caer sobre mi verga, como intentando alcanzar un punto en su interior.

Me ofrecía sus tetas y yo con gusto las tomaba con mis labios, se las mamaba, chupaba sus pezones. Ella estaba desaforrada, se movía muy rápido y pensé que estaba a punto de correrse. De repente se levanta

“Esta mujer le gusta hacer cambios repentinos mientras coge.” Fue lo único que pensé.

Se va al sillón de enfrente y se empina, se voltea a mí y me dice

— Cógeme así, me encanta – Mientras se acaricia sus nalgas y las mueve en círculos

Me levanto y me acerco a ella, tomo mi verga y la apunto a su vulva. Empujo y choco contra sus nalgas. Ella solo emite un gemido ronco y largo. Empiezo a taladrar con mi cintura cogiéndomela. La agarré de la cintura y la jalaba hacia mí. Chocaba contra sus nalgas. Una y otra vez.

Aquí los dos nos desatamos, ella gritaba, decía algunas incongruencias. Yo la taladraba mientras acariciaba su espalda. A veces llevaba mis manos hasta sus tetas. Las apretaba, las acariciaba.

— Alvaro sigue, cógeme. Estoy por venirme – Me decía mientras yo a un ritmo impetuoso la perforaba. Solo tardó unos cuantos segundos más y se corrió. Yo aumente mis embestidas y me deje ir derramándome en su interior.

Seguí embistiéndola más despacio por unos mientras nuestra respiración se relajaba, me salí de ella y me senté en el sillón a un lado suyo. Ella me volvió a montar y solo se frotaba contra mí. Nos besábamos, nos acariciábamos, besaba sus tetas hasta que estuvimos totalmente relajados y nuestra respiración se normalizó.

Se levantó, buscó su ropa y se encamino desnuda hacia la puerta con sus cosas en el brazo. Antes de llegar se regresa y me da un beso largo, me acaricia con su lengua y se vuelve a encaminar a su cuarto.

— Me encantó, no voy a dejar de hacer el amor contigo a cada oportunidad – Me dijo mientras volteaba su cabeza y sonreía.

— Sabes que voy a terminar cogiendote por el culo – Fue mi respuesta.

— Si lo se y lo ansío, pero hoy no será. Tu señora debe estar por llegar – Fue lo último que me dijo antes de salir de la sala hacia su cuarto.

Yo me levante y tome mis cosas. Tenía que darme una ducha. Mientras me enjuagaba pensaba en que me esperaba de ahora en adelante y sobre todo, que había sido eso de decirle a mi cuñada lo que estabamos haciendo.

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