Lo prohibido me atrae tanto que pongo en peligro mi vida, pero eso no me importa porque en lo único que puedo pensar ahora es en tenerlo cuesto lo que cueste

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Lo prohibido es tentador… Siempre he escuchado esa frase y jamás la había tomado en serio porque no había deseado tanto algo tan lejos de mi alcance, al menos eso pensé…
El mundo es un pañuelo, ¿Cómo nos fijamos en personas que sabemos muy bien quienes son? quizás cuándo éramos tan solo unos niños no lo hubiese mirado con los mismos ojos, nunca fuimos tan cercanos, de hecho creí no haberlo visto jamás.
Un moreno muy atractivo, con una sonrisa encantadora, la cual estoy segura de que ha derretido a más de unas cuántas. Sus ojos, son color café oscuro, brillantes y chinos cuando sonríe, una piel suave y limpia, podría decir que un chico físicamente agraciado.
Quién diría que yo caería en los hechizos de su sonrisa y esa manera de bailar tan sensual… Baila divino, me lleva el paso bastante bien, de hecho una de las mejores parejas de baile que he tenido.
Recuerdo aquella noche de fiesta en la que bailando no podía dejar de mirarlo, Dios! Es que es muy guapo! además de ese rostro tan hermoso, tiene un cuerpo espectacular digno de admirar. Sí, soy una pícara que observa sin descaro aquel cuerpo tan varoníl…
Las mujeres también miramos descaradamente la figura de un hombre. Sí y no se avergüencen, es algo natural, la belleza es digna de ser admirada por los ojos que lo ven y ese moreno es tan sexy que me lo comería con los ojos de poder hacerlo.
Vale pero ¿Qué sucede? no se espanten! sean sinceras consigo mismas, dejen de lado el tabú, aprendan a expandir sus mentes, todas las mujeres alguna vez hemos pensado perversidades al ver a la persona que nos gusta y no me digan que no.
Expandir la mente no quiere decir que debamos pensar en cosas que puedan afectar el bienestar propio y ajeno, significa el empezar a trabajar la mente de manera que nos podamos librar de pensamientos que reflejen ataduras, infelicidad y frustración. Si abrimos la mente comenzaremos a pensar sin juzgar la libre personalidad que otros puedan poseer, nos libraremos de prejuicios, beligerancias internas que insistan en avasallar las ansias de ser feliz con lo que se es como persona y con lo que se desea, se llama tener libre albedrío, ese sentido de pertenencia ante tus propios anhelos y que no dependas de la opinión de nadie para vivir como deseas vivir.
Un hombre con una linda sonrisa, unos ojos pequeños, un rostro precioso, un cuerpo trabajado, abdominales deseables y glúteos redondos y duros… Ujum ¿Ahora qué piensan? ¿Es o no es digno de desear?
«El es prohibido, deja de fijarte en el» eso pensé. Sí, ajá, lo que sucede es que soy tan testaruda que en lugar de querer alejarme, solo me estaba acercando y es que hubiese sido tan sencillo si la loca hubiese sido solo yo, pero no es así…
A un hombre lo vuelve loco una mujer que no puede tener, lo difícil, aquella chica que se le niega o que simplemente signifique un reto y si de retos y peligros hablamos… Ahí estaba yo y el me miraba de la misma manera.
Una canción, dos y tres, siempre era divertido bailar con el, mis nervios afloraban al quedar tan cerca de su boca irresistible, porque así es… Esa boca tan bonita y sus deliciosos labios. Sí, es lo que piensan, me devoré esos labios con tantas ganas que jamás lo olvidaré. No fué bailando, no fué frente a todos, ni en su casa, ni cerca de su familia, ni cerca de la mía.
Lo mejor vino luego de hablarnos con las miradas, hasta su madre lo notó, quizás nos ganamos un pequeño problema a causa de eso, pero jamás fué un impedimento para confesarnos nuestro pequeño secreto compartido…
«Me gustas y yo a tí también lo sé por la manera en la que me miras»
Así de simple era confesarnos que nos gustamos y nos deseamos mutuamente. Es que las cosas fueran más sencillas si el resto de las personas fueran sinceras consigo mismas y con los demás.
Muero por besarte y morder la manzana de Eva, quiero devorarte y morir con ese recuerdo grabado en mi memoria»
Éxtasis, esa fué la sensación que recorrió mi cuerpo al besar sus labios por primera vez en aquella habitación lejos de todos, lejos del qué dirán, lejos de los malos comentarios y los reproches ajenos, solo el y yo en nuestro pequeño infierno hirviendo en llamas a fuego lento.
Sentir su espalda, su pecho rozándome suavemente al compás de nuestros movimientos. No fué de prisa, pasó con la tranquilidad absoluta con la que deseabamos grabar cada momento de aquella noche lejos de la ciudad.
Risas, tonterías, caricias inquietantes, miradas cómplices de aquel delito cometido por dos seres destinados a estar separados deseándose eternamente. Mi imposible, mi pequeño pecado, así como me dijo una vez «Lo que jamás podré tener a placer»
Quizás volvamos a encontrarnos y volvamos a pecar inclusive más que aquella noche, porque nuestras mentes han madurado mucho más, me he librado de prejuicios, aquellas cosas que nos limitan de pensar de manera independiente sobre lo que deseamos hacer y no lo hacemos por temor al qué dirán.
«Quiero besarlo y morder aquellos labios tan bonitos» pensamientos genuinos y sinceros tanto como aquello que pensé al observarlo bailar «¿Cómo sería tenerlo en la cama?» las mujeres también deseamos carnalmente, también fantaseamos con situaciones y personas, también podemos proponer, podemos ser atrevidas y morbosas, podemos dominar y ser sumisas… Miles de cosas han pasado por mi mente cada vez que aquel moreno aparece frente a mí, cosas que quizás logre cumplir…
«Cada cabeza es un mundo y cada mujer es un universo» Yo soy una pequeña proporción de un universo en medio de miles.
ANGELICA ESCORCHA

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