Los amigos de mi papá se follan a mi madre mientras él duerme
o sé desde cuando mis padres habían empezado a discutir, yo no sabía el motivo puesto que cada vez que les preguntaba el porqué de sus discusiones mi madre solo decía.
– Son cosas de casados hijo, no te preocupes.
ó
– Son algunos problemitas típicos de matrimonió.
Realmente, aunque sus discusiones no escalaban a agresiones físicas si me preocupaban pues estas eran diarias.
En una ocasión mi padre llego a casa con su cuñado, esposo de su difunta hermana, con el cual coincidió en la calle, en las manos de ambos traían botellas de tequila, sabía que a mi padre le gustaba beber demasiado y el haberse encontrado a su cuñado era pretexto para volver hacerlo.
Por mi parte solo me restringí a saludar y a meterme a mi habitación ya que odiaba el tufo a ebrio y sus tontas platicas que dan cuando se les suelta la lengua por el alcohol, mi madre por educación y buen anfitrión se quedó con ellos, animada por mi padre y su cuñado también estaba bebiendo, en momentos pasaba donde ellos para ir a la cocina por algo de beber o comer, en ocasiones salia al patio o por otro motivo pero pasaba y de reojo les veía, las horas pasaron hasta que anocheció, yo sin ánimos de ver a mi padre y su cuñado ebrios me fui a la cama ahí estuve hasta que no escuche voces, pensé que el señor aquel ya se había marchado por ello baje para ayudar a mi madre a subir a mi padre para que durmiera en su cama sabiendo que para esa hora el ya no podría ni moverse del sillón.
Al bajar de las escaleras me percate que ni madre ni el cuñado estaban, mi padre por su parte estaba dormido, «le abra acompañado a despedirle afuera» pensé, abrí la puerta y el auto del señor ahí seguía pero se veía vacío, entonces en donde estaban, esa situación me empezó a poner nervioso, pues para nada era natural que ambos no se encontraran, trate de agudizar el oído para darme una idea de donde podrían estar, pero nada, recorrí la planta baja y nada, me dirigí a la habitación de mis padres, «No pienses pendejadas», me dije, «Quizá mamá ya se fue a su habitación y el cuñado de papá quizá le agarro el sueño en su auto», al llegar a la habitación de mis padres vi la puerta semiabierta y se escuchaban susurros.
– Desde que te conocí he deseado metértela
– Cállate y hazlo.
Sigilosamente me asome teniendo teléfono en mano, en mi mente solo tenía pensado en no dejar que se cogiera a mi madre sin embargo algo podría sacar de esto.
Tomé un par de fotos de ambos besándose, mientras sus manos retiraban la ropa del otro, luego entre furioso, encontré a mi madre totalmente desnuda y a aquel señor solo en boxers.
– Mamá! qué demonios estás haciendo.
– Has nos el favor de largarte, que le voy a dar a esta zorra lo que tanto quiere.
– José, vete a tu habitación por favor.
La voz de mi madre denotaba excitación.
– El que se va a largar eres tu hijo de puta.
Por el grado de embriaguez me fue fácil tomarle del brazo y espalda empujándolo hacia el pisó, mi madre fue a mi espalda trato de brincar sobre mí, pero su agilidad era torpe, tomé una de las manos de mi madre y la hice caer a la cama, volví con el cuñado de mi padre e hice que saliera de la casa aventándole su ropa, regrese donde mi madre.
– ¿Qué hiciste?
Dijo mi madre llorando.
– Y que querías que hiciera, ¿que dejara que ese imbécil te cogiera? ¿y en nuestra casa? ¿en mis narices?
– Ese no es tu maldito problema
Rápidamente se levantó y me fue a dar pequeños golpes al pecho con ambas manos.
– ¿Prefieres a ese idiota que, a mi padre, que a mí?
Sus golpes empezaron a cesar dejando ambas manos contra mi pecho, posteriormente fue recorriendo sus manos a mi espalda volviéndose en abrazó, su cabeza se posó contra mi pecho.
El pleno contacto de sus pechos con mi cuerpo me fue excitando, mi verga empezó a darse a notar bajo el short que uso para dormir, después de varios minutos en los que estuvimos en la misma posición la lleve a la cama para sentarse, me zafe de ella y me dirigía a mi habitación.
– No te vallas.
No hice caso, me encontraba demasiado enojado y excitado.
– Por favor, no te vallas.
Voltee hacia ella y regrese, la pude ver aun sentada, con un par de pechos medianos pero firmes, no se notaban carne de más, por el contrario, todo estaba bien tonificado, sin rastro de piel colgada o sobresaliente, se podían ver algunos vellos púbicos.
– Ven por favor.
me acerqué a ella y me senté a su lado.
– Perdoname por favor.
– Mamá… no… no sé, me es difícil poder digerir el haberte visto poniéndole los cuernos a mi papá y luego aquí, no pensaste en mí, en cómo me iba a sentir.
– Perdón hijo, me deje llevar… Tu papá, tiene años que no me toca, tú has visto que a cada rato discutimos… soy mujer y tengo mis necesidades y es que… no sé cómo decirte.
Tomo mis manos y sin soltarlas las llevo a enzima de sus piernas.
– Sucede que… bueno, soy una mujer fogosa y… me pongo muy cachonda durante mi semana de ovulación… y pues con la bebida y algunas preguntas que me hizo el cuñado de tu papá, le conté que tu papá y yo teníamos problemas y una cosa llevo a la otra.
Mientras mis oídos escuchaban mis ojos veían los pechos y pubis de mi madre, La cabeza la tenía baja para disimular un poco.
– En verdad hijo, tenía tantas ganas de que me ensartara la verga…
Al darse cuenta mi madre del vocabulario que estaba usando se llevó la mano a la boca.
– Disculpa hijo, creo que aún estoy un poco desinhibida.
– No te preocupes ma.
– ¿Mi amor, te puedo pedir un favor?
– Cual?
– Es que… después de lo que te he contado te imaginaras que… no puedo prometerte ser le fiel a tu padre… y es que ya hablé con él, ya intenté todo y nada funciona… hasta he pensado que quizá tenga a alguna amante. Tu eres mi hijo y te amo, quisiera que me ayudes.
– ¿De qué manera ma?
– Bueno he notado que no te es indiferente mi cuerpo así que creo que no te será problema metérsela a tu mami.
La proposición de mi madre me dejo sin habla, puesto que, si lo tenía en mente no me hubiera creído que ella misma me lo pediría.
– Anda toca.
– …
– Anda tontito, que eres mi hijo y si Antonio me desnudó, no veo por qué tu no puedas tocarme.
No supe con certeza si las palabras de mi madre eran para retarme o eran para denotar confianza entre ambos, pero el que mencionara el suceso anterior me altero la sangré y con cierta confianza lleve mis manos a sus duras tetas, cerré los ojos en tanto mis manos entraron en contacto con sus pechos, empecé a girar las muñecas acariciando con las palmas de la mano, se sentía rico sus pezones el en centro de mis manos, en un movimiento súbito mi madre paso su pierna izquierda a mi lado izquierdo haciéndose sentar en mis piernas quedando frente a mí, pude notar unos hilitos de líquido cayendo de su sexo.
– has me el amor mi vida, méteme tu verga que mami la necesita.
Apenas terminaba la frase cuando sus labios tocaban los míos, su lengua se movía tan fuerte, ágil, y sensual dentro de mi boca, mis manos se dirigieron a resistir el peso de mi madre desde las nalgas.
La lengua de mi madre se canso mas en mi ya hacia el fuego de la lujuria haciéndome querer recorrer cada milímetro de su cuello, mientras su espalda se arqueba yo empezaba a lamer sus pechos.
– Mi amor, que rico… que hombre tengo en casa…
Los labios de mi madre son delgado y siempre me habían causado una inquietud, me apetecía acariciarlos con mi lengua, asi los recorrí para luego introducir mi lengua en su boca con cada beso.
Las manos de mi madre presos en deseo bajaron a mi pantalón desabotonandolo levante a mi madre ligeramente para que bajara las prendas que mantenían cautivo mi falo, ella sabia lo que deseaba y sólo basto con acomodar mi glande en su entrada para que en cuanto me senté mi verga entrara en ella.
La estatura de mi madre le permitía apoyar sus pies al piso para darse de sentones en mi verga.
– Mi amor, que gusto le das a mamá, que rica verga tienes.
– Me alegra que te guste mami.
– Si papito, me encanta… hay que rico, después de tanto tiempo.
Sus labios nuevamente fueron en busca de los mios, mientras mi verga entraba una y otra vez en su vagina.
Después de vario rato mi madre se mete entre mis piernas y se da vuelta, nuevamente toma mi verga y se la acomoda bajando las nalgas ensartandose.
– Hay mi amor, me alegra que ya sean todo un hombresito y me puedas llenar… y valla que me tienes bien llena.
Los sentones de mi madre empezaron a disminuir en su ritmo, entonces la tomo de la cintura y me levantó de la cama, le doy vuelta de manera que ella queda inclinada hacia la cama y yo detrás de ella. empieza mis embestidas empujándola hacia delante para después jalarla hacia mi, al momento que con la cintura aceleraba la penetración.
– Hayyy, mi amor si, así, dame fuerte… si que te rico mi amor…
– haaaa… huuummmffff… haaaa. mi amor mas fuerte, mas fuerte… haaaa!
– Mamá, me voy a venir, me voy a venir.
– Si mi amor… llename… llena la conchita de mamá.
– Y si te embarazo?
– No te preocupes… Mi amor… He querido tener otro bebé y tu papá mañana no va a recordar nada.
No aguante mas y me corrí dentro de mi madre procurando meter mi verga lo mas posible. Aunque ya había terminado de eyacular seguía en la misma posición, m era impresionante haber cogido con mi madre, en cuanto mi verga perdió su dureza y tamaño me deje deje caer a la cama, mi madre no tardo mucho en acostarse a mi lado abrazandome.
– Mi amor, que rico… ha sido la mejor cogida que me han dado.
– Y cuantos te han cogido.
– Supongo que después de esto no tengo nada que ocultarte, solo tu papá y a partir de hoy tu.
– No ma… Hoy solo fue para no dejarte así nomas… habla con papá.
– Por que no mi amor, a mi me gusto mucho hacer el amor contigo… a ti no?
– Si, pero como voy a mirar a la cara a mi padre sabiendo que le pones los cuernos conmigo… de por si me va a ser difícil mirarlo sin decirle que le ibas a ser infiel con su cuñado.
– No le vallas a decir eso por favor.
– No te preocupes… siempre y cuando no vuelva a pasar.
Después de una pequeña charla en la que me prometió intentar convencer a mi padre de mejorar sus relaciones nos vestimos para ir por mi padre y simular una buena escena de sexo.
Pasaron algunos días en los que note a mi madre vestirse de manera coqueta para cuando llegara mi padre de trabajar, en un día de esos mi padre llego ebrio con un compañero de su trabajó, ambos se sentaron a tomar, mi madre ese día llevaba puesto un minishort con una blusa larga a media pierna sin brazier por lo que se le notaban los pezones, en cuanto ella vio al compañero de mi padre se disponía a ir a su habitación a cambiar su vestimenta pero mi padre le pidió se sentara con ellos.
– Ahora regreso, voy a ponerme algo mas apropiado.
– No… que dices, ven, que va a decir Jesús, que eres descortés con las visitas.
Mi madre me quedo mirando por unos segundos y luego obedeció las instrucciones de mi padre.
– Voy por una botella que tengo en la cocina.
Advirtió mi padre mientras mi madre llegaba donde aquel tipo.
– Buenas noches señora.
Pude notar que al tomar de la mano a mi madre para saludarla este la jalo sutilmente hacia el para darle el besó en la mejilla, mientras la otra mano la tomaba de la espalda baja, mi madre contesto con una sonrisa nerviosa.
Durante algunas horas me la pase entre la cocina y la sala, pero mas en la cocina para que mi padre no me llamara a estar junto a ellos.
Durante el tiempo que estaba en la sala note a mi madre nerviosa y a aquel tipo con la mirada fija en ella entre nada de disimuló.
Al final de todo mi padre nuevamente quedo dormido y aquel tipo me miraba nervioso, después volvía a mirar a mi madre quien nuevamente bebió por presión de mi padre.
Finalmente al ver que yo estaba al pendiente el tipo decidió marcharse.
Mi madre rápidamente subió a su habitación solo haciéndome señas de seguirla.
Al entrar a la habitación empezó a besarme.
– No mamá, ya te había dicho que no volvería a pasar.
– Por favor mi amor, tu papá no me quiere tocar y yo lo necesitó… Sabes que me dijo aquel tipo?
– No… no se, que te dijo.
– Que se le había antojado lo que tu papá no se comía… haber, como supo el que tu papá y yo… nada de nada?
Lo que mi madre decía tenia lógica y dejaba una incógnita.
– La verdad no se que piensa tu papá o que es lo que busca, pero… bueno, no se… te necesito… si no, en algún momento caeré en lo que seguramente tu papá tiene planeado o sin querer forza a que suceda.
Nuevamente no dije nada, pues mi madre tenía razón, el le dijo que se quedara con la ropa «atrevida» que tenia puesta para el, el era quien llevaba a aquellos tipos, el era quien se quedaba dormido.
– Por favor mi amor, si no quieres que otro haga lo que tu padre tendría que hacer, has lo tu.
Definitivamente mi madre tendría que estar urgida como para pedirme que yo fuera su amante.
– has de mi tu amante, tu mujer, tu perra si así lo quieres.
Creó que en mi lugar algún otro se hubiera excitado con tales palabras y tal petición pero en ese momento había remordimiento y atención moral en mi, además de un dolor de cabeza producto de pensar en que era lo que buscaba mi padre.
Esa noche dejamos a mi padre dormir en la sala, mi madre y yo dormimos cada uno en su habitación.
Al día siguiente mi padre nuevamente llego ebrio con otro sugeto, también compañero de trabajo, mi madre a petición mía volvió a vestir sexy, pues pensé que el reflexionaría al haberlo dejado dormir en la sala y no volvería a llegar ebrio. En esta ocasión mi madre vestía un corset bustier negro y una tanga colales del mismo color que yo mismo le acompañe a comprar.
Nuevamente, mi madre al percatarse del compañero de mi padre, trato de ir a su habitación a cambiarse, pero solo logro dar media vuelta ya que mi padre la sujeto del brazo y la hizo acompalarlos a beber con ellos solo cubriéndose con una bata negra transparente a juego con su ropa erótica.
En mi mente volvieron a pasar muchas cosas pues era mas que evidente que a mi padre no le importaba que sus amiguetes vieran a mi madre semidesnuda, sin embargo no dije nada por respeto a la figura que representaba ante mi.
En esta ocasión hasta yo bebí un poco para bajar la presión en mi mente, aun así, me di por enterado que el nuevo acompañante de mi padre se comía a mi madre con los ojos y esta primero se incomodaba y volteaba a mirarme pero el alcohol empezó a hervirle la sangre haciendo que cuando le daba hielos al baso de mi padre ella se inclinara dando buena vista de sus nalgas a aquel tipo. En un momento que fui a la cocina empecé a escuchar musica, al regresar con ellos vi a mi madre bailando con el compañero de mi padre, este la tenia sujeta por las nalgas, mientras ella le tomaba por los hombros, miraba a mi madre como una cabaretera, bailando ebria y semi desnuda, esa escena termino por romper el respeto que le tenia a mi padre, el prácticamente esta ofreciendo a mi madre a sus conocidos, en mi mente paso el pensamiento, «Pues entonces que se la cojan, que le pongan los cuernos por pendejo».
Me quede en el marco de la puerta solo viendo como aquel hombre tenia en las manos las nalgas de mi madre estrujándolas, mientras ella solo lo miraba a los ojos. De repente aquel tipo voltea a ver a mi padre totalmente dormido.
– Ahora si perra, vas a ser mía, que el idiota de tu marido no tiene lo que se necesita para tenerte satisfecha… Si fueras mi vieja yo no te dejaba de coger ni a sol ni a sombra.
Escuchar que había llamado perra a mi madre me lleno de ira. Estaba dispuesto a que se la cogiera, pero igual, que había de mi, como me sentiría después, como iba a ser sabiendo que a mi madre se la cogía cualquiera.
Entre a la sala y enfrente a aquel tipo.
– Suelta a mi madre!
La cara de aquel tipo expresaba sorpresa.
– Largate que tu padre ya me dio permiso de cogerme a esta zorra.
Mi madre paresia no enterase de mucho o por lo menos su rostro no expresaba sorpresa, enojo o frustración como en la ocasión pasada.
Como pude eche de casa a aquel tipejo.
Curiosamente no estaba enfadado con mi madre mas bien estaba excitado con lo que había visto.
– Bailamos?
– Claro que si, (dijo mi madre con una sonrisa en la cara)
guíe mis manos a su cintura y las de ella a mi cuello, empezamos a bailar de una manera un tanto sensual, con los pasos propios del baila quede frente a mi padre, solo basto mirarlo para que en mi entrara el coraje, baje las manos para tomar las nalgas de mi madre, ella por su parte se acerco aun mas a mi
En mi mente vagaba los recuerdos de como aquel tipo tenia las manos en donde ahora yo las tenia, pero me era preferible así, ser yo quien posara las manos en el redondo y duro culo de mi madre que solo mirar como otro lo hacia.
Cada vez el morbo me segaba mas, así que no bastandome con solo tomar las nalgas, gire mis manos hacia el centro de ella llegando a meter los dedos en el canalillo de sus nalgas.
Mi madre sin dejar de sonreír busco mis labios con los suyos hasta fundirnos, solté su nalga izquierda y con la mano libre la tome de la nuca para aferraría mas a mi boca, ella soltó mi cuello y llevando sus manos a su espalda soltó el corset, dejándolo caer hasta la cadera y luego al piso, yo ayude con el colaless, dejándola totalmente desnuda.
– Ahora si papito, hasme tuya.
– Claro que si… si mi padre quiere ser un cornudo, yo le daré ese gusto.
– Si mi amor… desde hoy tu eres mi hombre y yo tu mujer, solo a ti te seré fiel mi vida.
Me tomo de la mano y me guió tras de ella hacia su habitación.
Apenas entramos y ella se giro hacia mi, buscando mi boca con la suya, sus manos empezaron a retirarme la ropa con ansias, mis manos volvieron a tomar las redondeces de sus nalgas, esta vez separándolas dejando al aire su culo, no tardo mucho en despojarme completamente de mis vestiduras.
En cuanto mi verga estuvo al descubierto mi madre se hinco frente a mi, esa imagen me lleno de pena, nunca imagine a mi madre hincada y menos frente a mi, el colmo era que lo hacia para darme la primera mamada de mi vida.
En cuanto sentí como mi verga entraba a su boca solo atine a tomarla de la nuca, mis ojos se entre cerraron, dejándome disfrutar del momento y placer que la tierna boca de mi madre me brindaba, no se cuanto había practicado pero mi madre parecía lamer una paleta, poco a poco mi respiración se fue acelerando, para esto mi madre saca mi verga de su boca y manteniéndola en su mano me mira sonriendo, como si de un paseo por el parque se tratara todo esto.
– Mi amor, esperó no te sea un problema regresarme el favorsito.
– No para nada ma.
– Hayyy, que bueno por que a tu padre le daba asco esto y siempre me quede con las ganas de experimentarlo.
– …
– Anda papito lindo, (dijo mientras se acostaba con las piernas abiertas en la cama).
Apenas me puse frente a ella, la jale para ponerla al filo de la cama y pude notar que sus rodillas tenia las marcas del piso por el tiempo que duro de rodillas. La tome de los muslos mientras le daba de lenguetasos en su clítoris ligeramente hinchado.
– Hay papito que rico se siente tu lengua ahí… que rico mi amor, que rico me das lengua…
Después de un largo rato en el que empecé a sentir cansancio en la lengua, sentí un pequeño torrente de jugos vaginales bajando a mi boca, empecé a succionar con ánimos de tragarme aquel elixir producto de la satisfacción sexual de mi madre.
– Haaa! papito lindó, que rico me hiciste venir, ya estaba olvidando que se siente un orgasmo.
Tome ambas piernas de mi madre y las recargue en mi hombro derecho, ella tomo una almohada y la puso bajo su cintura para elevar sus nalgas, apunte mi verga en su vagina y con un pequeño empujo entro todo mi miembro a causa de lo húmeda que ya tenia la vagina produciendo un tímido «plook».
La mirada de mi madre estaba centrada en mi y la mía en ella, tenia sometida a mi madre, a mi propia madre, a ese ser tan respetada y amada por mi, y solo pensarlo me daba aun mas morbo.
Mientras embestía su rica vulva, pensaba en que así la pudo haber tenido sometida alguien mas, pero no, era yo quien la tenia empalada, era yo quien disfrutaba de su apretada vagina, era yo quien llenaba su conducto vaginal, era por mi que tenia todos sus músculos mas íntimos dilatados, era por mi que de su vagina emanaba ricos jugos en altas cantidades e iba a ser yo quien inundara su útero con mi esperma. «mi leche en el útero fértil de mi madre», esta frase retumbo en mi mente haciéndome acelerar mis embestidas.
– Si, si, si… papito, siii, que rico me coges mi amor, papito lindó, fecunda mi útero papito, deja preñada a tu mami, mi amor.
– Si, haaaa… Si no te deje panzona el otro día, hoy hasta gemelos te hago…
Después de varios minutos mas, los músculos vaginales de mi madre empezaron a contraerse haciéndome terminar junto con ella.
– Hay mi amor… eres el mejor… que rica verga tienes… si ya te amaba… ahora te amo mas papito lindo… (decía entre cortado a causa de su agitada respiración).
Después de unos momentos que nos tomo recuperar el aliento, mi madre empezó a mamar mi verga hasta dejarla parada para después darse vuelta en cuatro y dejar las nalgas paradas.
– Este es tu regalo papito, quién mejor que tu para que me desvirguez la colita.
– Es en cerio, eres virgen de la colita?
– Si mi amor, ya te dije, a tu papá le parece asqueroso todo esto… anda estrenalo tu, mi amor, es para ti papito, montame como a una perra.
– Mamá..! no digas eso.
– Disculpame mi amor, si no te gusta no lo diré mas.
– No es eso, solo que no me acostumbro a oírte hablar así, con esas palabras.
– Disculpame papi, solo que cuando estoy… cuando me hacen el amor no me fijo en mi vocabulario.
– No te preocupes ma, ya me iré acostumbrando.
Una vez dejamos de hablar empecé a lamer la colita de mi madre tratando de penetrarla con la lengua.
– Hayyy, si papito, que rico se siente tu lengua ahí, que rico me comes la colita mi amor.
En cuanto la colita de mi madre estaba lo suficientemente dilatada dirigí mi verga a su colita.
– Despacito mi amor, que no quiero que me lastimes.
– No te preocupes zorrita… (la palabra me salio sin pensarla) disculpa ma, no se como me salio esa palabra.
– No te preocupes papi, en la cama llámame como quieras, en la cama son tu puta, tu perra, tu zorra, lo que tu quieras mi amor.
Empecé a dar las primeras embestidas un tanto delicadas para no lastimas, con los dedos medio e índice, llevaba los jugos de mi madre a su culo para lubricar, hasta que pude penetrarla completamente.
– Quedate un momento ahí papito, para que mi colita se acostumbra a tu vergota.
Después de un par de minutos me pidió que le diera fuerte y así lo hice, me recreaba teniendo así a mi madre, a la mujer que mi padre quería que sus amigos se cogieran, en cambio, era yo quien la estaba enculando, era por mi que mi madre gemía de placer.
Mientras embestía a mi madre, con la mano derecha le acariciaba las nalgas, esas que volvían loco a muchos, de la cuales se había prendido el amigo de mi padre esas ricas nalgas ahora eran mías.
– Mi amor, que gusto le das a mami. huuuumm.
Después de algún tiempo el cuerpo de mi madre se volvió a tensar perdiendo las fuerzas y con ello dejándose caer casi totalmente en la cama, después de dos minutos yo también me corrí dentro de la colita de mi madre dejándome caer sobre ella.
En cuanto mi verga salio por si sola de aquel orificio, me hice aun lado abrazando a mi madre y acariciándole a la vez.
La respiración de mi madre fue relajándose, mi madre quería que durmieramos juntos esa primera noche sin embargo, no sabia si mi padre podría despertar y encontrarnos juntos, por tanto decidí irme a mi habitación, ya por la mañana mi padre se había ido a trabajar cuando desperté.
Mi madre entro a mi habitación solo en tanga.
– Buenos días mi amor.
– Hola.
– Oye, no se te antoja hacer cositas para empezar bien el día.
– Mamá tenemos que hablar.
– Tu dirás, mi amor.
– Pues que vas a hacer con papá ahora que sabes que te ofreció y que seguramente te va a seguir ofreciendo a sus amigos?
– Pues, no se, a tu papá lo quiero, pero como que es estúpido eso de ofrecerme a otros y también tendrá que saber por que lo hace.
– Bueno esa ya es tu decisión yo te apoyo si quieres seguir con el o si le pides el divorcio.
– Gracias mi amor… pero dime tu, que piensas.
– De mi parte si papá quiere que tengas amante, yo me ofrezco.
– Je, je, je… y yo feliz de aceptarte, pero no hay que verlo así, mejor como que me amas y yo a ti, como sea eres mi hijo y no hay otra persona que ame mas que a ti.
– Gracias ma, entonces todo sigue normal, no?
– Mmmm, Si, sólo que cuando tu papá se emborrache o traiga a sus amigos tu duermes conmigo y me das amor a nuestra manera.
– Me parece bien ma… oye te puedo pedir un favor?
– Cual?
– Que cuando estemos solos te pogas un body o un corset, es que te ves súper sexy.
– je, je, je, claro que si mi amor, es mas, mas tarde vamos d compras haber que te gusta que me ponga.
Después de la charla con mi madre volvimos a hacer el amor.
A mi padre no se le comento nada, en cuanto llegaba con sus amigos mi madre se quedaba con ellos hasta que mi padre estaba bastante ebrio para ese entonces aparecía yo para frustrar los planes de aquellos tipos, al final de la noche era conmigo con quien mi madre le ponía los cuernos a mi padre, aquellos cuernos que el buscaba que le pusieran.