Luego de enterarse de la infidelidad de su mujer, planea su venganza

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Cuando Cándido Pazos se presento en mi despacho, su mirada lo decía todo, y las sospechas se confirmaban.

Mi mujer, mi santa esposa, madre de mis hijos, esposa perfecta, hija perfecta, cristiana y devota, de tan buena familia, de la que si no hubiese sido por esa estúpida casualidad en la que me pareció verla entrando en el hotel Petit Palace a las cinco de la tarde, hubiera puesto la mano en el fuego por ella, sin dudarlo, de que jamás me seria desleal, y mucho menos infiel.

Cándido Pazos, tras pedir permiso, tomo asiento frente a mí, y me extendió un sobre a la vez que con voz tenue pero segura me puso al corriente sobre las pruebas que portaba.

– Don Armando, lo siento de verdad, pero debo confirmarle sus sospechas.

Fue un mazazo, el pulso se me acelero y me costaba respirar, pero haciéndome el fuerte, tome el sobre y extraje las fotos de su interior.

En la primera pude ver a Manuela hablando con un hombre de color, en decimas de segundo pensé que se trataba de una foto ubicándola dejando el coche a un “aparca,” un gorrilla de esos… pero a la vez, mi inquietud paso a otro grado, un rayo atravesó mi cuerpo, ¡no creo que se haya liado con un negro! pensé… pero al pasar a la siguiente… Manuela estaba dentro de un coche desconocido y otra vez ese puto negro.

Pase la siguiente tan nervioso que el resto de fotos se me cayeron al suelo y tan solo me quede con la foto del sopetón… El cabron del negro le comía la boca a la puta de Manuela.

Me quede petrificado durante unos segundos, mientras que Cándido también algo nervioso por mi posible mala reacción, se apresuraba a coger las fotos debajo de la mesa, y justo en ese maldito momento,” toc, toc,” se abre la puerta, y entra Bárbara, mi secretaria, que al ver la escena hecho una sonrisilla mientras me dejo unos papeles en la pequeña mesa de reuniones, de los cuales la mitad se cayeron y se esparcieron por el suelo reuniéndose casualmente con las fotos, pero Bárbara se apresuro a recogerlos, mi silencio la incómoda, pero al agacharse puedo ver sus grandes ubres que cuelgan a punto de reventar los pequeños botones de su blusa blanca y ella mira a Cándido y sonríe al verle ensimismado con el espectáculo, termina de dejarlos y se va indicándome:

– le dejo los informes anuales Don Armando, y perdone… (Haciendo un gesto sobreactuado a los que ya me tiene tan acostumbrado, mientras le da dentelladas a un chicle que machaca nerviosa entre sus muelas).

A mi no me salió ni una palabra, mi cabeza no me daba para más, y Cándido contrariado y todavía de rodillas en el suelo, asoma su cabeza por delante de la mesa y como para relajar tensión, de la forma más inoportuna, me dice sonriente y guiñando su ojo pipa, ¡joder que culazo tiene la jaca!, le miro con ojos inyectados de odio y le digo apretando los dientes, ESTA CASADA, UN RESPETO COÑOOO – hay perdón, me contesta haciéndose el resignado, y continua buscando por el suelo.

Tras marchar Cándido, el subnormal e inoportuno detective mamarracho, me quedo por fin solo en mi despacho, entorno las persianillas de las mamparas de vidrio, apago las luces y cierro la puerta con pestillo, mientras, lloro compulsivamente ahogando el llanto en el silencio.

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Son más de las dos y el personal ha salido a almorzar, lo cual me permitirá estar solo y tratar de pensar con claridad.

Repaso las fotos e intentando serenarme, me concentro en descifrar en que lugar quedo yo ante tales acontecimientos, es importante para mi saber de que tipo de relación estamos hablando, no todos los cuernos son iguales pienso… no es lo mismo tener el capricho de follarte a un negro, que ya es de ser muy puta, que haberte enamorado de ese tipo, lo cual se convertiría en una situación sin remedio ante cualquier posibilidad de arreglo.

Por otro lado, tampoco es lo mismo “dar” que “recibir”, pienso. El que recibe se somete, con lo cual además de infiel es desleal, y claro, si al menos ella fuese la que somete al guarro, yo me lo tomaría mejor, digamos que seria un atenuante. Pero no me imagino a Manuela dando por culo al negro con un dildo de correas mientras le palmea el culo, le tira del pelo y le insulta.

Y según pensaba todo esto, volví a revisar las fotos…

– El negro besando a Manuela

– El negro ríe y Manuela le abraza divertida y con cara de boba

– Manuela a cuatro patas y el negro enchufándosela sin piedad

– ¿COMO?… LA ZORRA DE MANUELA MAMANDOSELA AL GORILA ESE… ¡¡PERO SI A MÍ JAMÁS ME LA HA COMIDO!! SE HA NEGADO SIEMPRE. – Que si tienes mucho pelo. – Que si me babea demasiado. – Que si sabe a jabón. Toda una sarta de escusas para no hacer nada, con toda esta locura de acontecimientos me da un vahído, aunque consigo sobreponerme a duras penas para continuar viendo los detalles que necesito saber.

Mientras veía las fotos sentía celos, rabia, indignación, tristeza…pero también había una mezcla de excitación.

No quería sentir eso en un momento como el que estaba pasando, pero mi polla estaba como un poste, iba por libre y mi voluntad no tenía ningún efecto, así que me la saque para liberarme al menos de la presión de mis pantalones y empecé a meneármela lentamente intentando calmar el dolor, para pasar a agitármela como un mono.

Pensaba en Manuela tragándose la leche del negro o comiéndole el culo de pelo rizado. Pensaba en que le hacia las mayores cochinadas, no sé por qué imaginaba esas cosas pero también pensaba en el tipo dando por el culo a mi mujer, llenándole el coño de carne, metiéndosela en la garganta como a una puta cualquiera, y ella sumisa y obediente, dejándose hacer, y cuanto más lo pensaba, más rabia a la vez que morbo sentía y seguía meneándomela, furioso y excitado.

Mientras hiperventilaba notaba como estaba a punto de correrme como un perro,

Y de repente…

-escuche que alguien abría la puerta de la oficina. Por inercia solté mi polla y apoye los codos en la mesa para ocultar mi estado, mientras, mi polla ya de forma inevitable soltaba leche como una manguera enloquecida por la presión del agua que sin mano que la guie lanza chorros a discreción.

Escuche como alguien accionaba el pomo. Era la zorra de Bárbara, que decía desde el otro lado, ¡DON ARMANDO!, ¿ESTA USTED? – Yo no abrí el pico, me quede paralizado, lo último es que me pidiese poder entrar para recoger cualquier documento, y ella al comprobar que mi puerta estaba cerrada dijo a las demás…

– ¡Estamos solas chicasss! – ¡¡Yuujuuuuuu!!

Bárbara es una cachonda empedernida de 38 años, tiene a todo el personal revolucionado sobre todo cuando llega el buen tiempo, sus faldas cortas hacen estragos en la oficina, tiene unas piernas grandes y poderosas, un culo carnoso, estrecha de cintura y unas tetas abundantes, pesadas y lechosas, que siempre le rebosan en cualquier sostén que se ponga, son naturales y cuando anda se le mueven como flanes.

Me limpie como pude con unos pañuelos de papel, y escuche a mi secretaria que daba grandes carcajadas y elevaba la voz.

Ella y su grupito de chismosas se habían situado en la sala contigua a mi despacho lo que me permitía escuchar sus comentarios con gran nitidez.

Bárbara – Sabéis chicas que la mujer de Don Armando le pone los cuernos??

Yoli – que me dices…si!!

Elena – no me extraña porque Don Armando tiene una pinta de sieso, además aquí no hace nada, es un “pan de coño”

Bárbara – y lo mejor chicas… ¡¡¡con un negro!!! Jajajajajajaja

Elena – ala siii??? Yoli – ¿¿¿con un negro tiaaa???

Bárbara – Lo que os estoy contando y que no salga de aquí

Yoli – ¿y cómo te has enterado?

Bárbara – Porque me encontré esta foto esta mañana en el suelo, y además hoy vino un señor a verle y resulta que es detective y como me resultaba raro me quede tras la puerta y les escuche.

Elena – ¡pues que se joda por maricon!

Bárbara – yo pienso igual, se ve que no la atiende como es debido y claro…

Elena – yo te digo que este es maricon no, lo siguiente.

Bárbara – a mi me paso con Tito, me tubo descuidada un año porque se quedo en paro y de la depresión ni se le levantaba, así que yo me lie con mi vecino Pepote. Fue un año de locura, con deciros que había días que me follaba hasta cuatro veces. – Le decía…Tito voy a sacar al perro, y pasaba a casa de Pepote y me follaba. Luego…voy a por tabaco…y otra vez. Por la noche… ¡voy a sacar la basura!… y como Pepote estaba reventado me ponía los ligueros me pintaba los labios en plan cochina y le pedía que me la metiera por detrás que es lo que más le gustaba.

Bueno… ¡he tragado leche con Pepote! que no os lo imagináis, el tío es lechero y te suelta la cuajada jjjjj cuando menos te lo esperas…¡huy!… pero por qué os cuento yo esto, madre mía si se entera Tito, me mata y me pone de comida pa los cerdos, con lo puritano que es, siempre que hemos follado es con la luz apagada y por mi sitio, bueno el único exceso que me hace es que a veces me llama puta y se corre como un bendito, ¡¡¡jajajajaja!!!

Yoli – pues a mí me gusta que me insulten pero por el culo nunca lo he hecho y tías la leche me da mucho asco, yo no dejo que se me corran en la boca.

Elena – ¿noooo tiaa? – Pues a mí me encanta tragármela y mi marido me da de vez en cuando por detrás y me llama de todo…- puta, guarra, chupa pollas, vacaburra. – Se ve que le da morbo verme en plan viciosa y se desata el muy cabrón.

Bárbara – Jajajaja…vacaburra, a mi Pepote me lo decía siempre, que gracioso, pero a mí me pasa como a Yoli, no me lo puedo tragar me da un ascazo, prefiero que se corran en las tetas.

Yoli – Pero no dices que te has tragado la leche de Pepote tiaaa?

Bárbara – La única tía, pero porque siempre se va cuando la tengo en la campanilla, y me entra directa, ni la saboreo jajajajajajajaja!! – Pero la de Tito nunca tías, es que es muy asquerosa, es como con grumos ¡¡¡aaagggg!!! Además cuando le veo la barriga… puaaagggg

Yoli – joder tías, nos dan más asco los maridos que los de fuera ¡¡¡jajajajajajajaja!!!

Elena –nunca habéis ido a un club de intercambio tías?? – Joder hay un antes y un después. Yo he follado hasta con siete tíos distintos, es una pasada, y mi marido como un pelele follandose a lo bestia a las putarranas de pago que acompañan a los muy guarros, creyendo que son las mujeres verdaderas, jajajajajaja, ¡¡¡es que los tíos son tontos tiaaaa!!! Jajajajajaj

Bárbara –Hay que fuerte tía, a mi me daría corte, ¿y si te encuentras con alguien conocido?

Elena – Joder tía, pues estará haciendo lo mismo que tu jajajajajajaja

Yoli – Yo solo he estado una vez con dos tíos en LLoret de Mar, eran los monitores del hotel donde estaba con Lucas y los niños, y los muy cabrones le apuntaron a un campeonato de tiro con arco para tenerle entretenido y mientras los caraduras me propusieron hacérmelo con los dos, yo solo se la chupe dos veces a cada uno, y a los dos juntos, pero también querían follarme y no me deje porque me daba miedo quedarme preñada, y por el culo, que es lo que querían, les dije que ni hablar. Y luego Lucas haciéndose fotos de despedida con ellos, y hasta les dio la propina por que nos habían tratado muy bien, jajajaja, ¡¡¡50 euros pa cada uno!!!

Bárbara – Joder, si sois mas putas que yo, jajajajajaja

Yoli – ¿y aquí en el trabajo? ¿Habéis follado con alguien?

Bárbara ¡¡¡PERO SI SON UNA PANDA MARICONES!!! Y los que no o son críos o dan asco, que quieres que te diga, empezando por mi jefe y acabando por los musculocas de los seguratas.

Yoli – (con gesto apocado) Pues a mi Don Armando me da morbo, con esa cara bobo y lo educadito que es me lo imagino comiéndome el coño en esos días tan especiales jjjjjjjj

Elena – Joder que puta guarra eres tía!!! ¡Que asco!

Bárbara – Pues yo no le toco ni con un palo y mira que me he follado a media oficina, pero le veo poco macho, tierno y blando, a mí me gusta que sean como Don Genaro, ¿os acordáis? Ese sí que era un cabronazo, el muy hijo puta sabía de qué pie cojeaba cada una y te lo vendía de puta madre, cuando te querías enterar estabas en un hotel poniéndote hasta el culo de todo y con el biberón en la boca o en el culo, ¡jajajaja! menudo el Genaro, al final se tuvo que ir porque dejo preñada a la Manuela a la mujer de Don Armando, y el tío decía…joder si es imposible, si siempre me la follo por el culo, que guasa tenía el cabronazo, la tía al final aborto para que no se entrase el tonto del culo del Armando. Mira que fue boba, si ese no se entera de naa…

Elena – Joder por eso dejo la empresa tía, parece mentira siendo la hija del dueño y con el pastón que cobraba de Export Manager.

Bárbara – sí, pero la gente comentaba y creo que su padre se entero y la invito a irse…ya sabes…

Y el gilipollas de su marido ni se oreó – ¡pero ojo! – porque con los últimos cuernos y ahora que ya murió su padre, no os extrañe que a la vuelta de unos meses nos encontremos con un jefe negro…jajajajajajaja

Todas –¡¡¡jajajajajajajajajajjajajajajaja!!!!

Mientras escuchaba callado, jure vengarme de esas tres putas. Si se creen que porque mi mujer es la heredera de la empresa me va a sustituir por uno cualquiera, no me conocen absolutamente. Sobre el resto de los comentarios cada una tendrá lo suyo… lo juro.

Salí de la oficina cuando todos se habían marchado, me puse a caminar sin ningún destino, quería pensar, necesitaba poner en equilibrio mis sentimientos con mis intereses. Ahora no era el mejor momento de romper con Manuela, tenía que disimular, aparentar que todo seguía igual.

Mi futuro estaba en manos de una zorra caprichosa, pero ella era demasiado tradicional para dar un escándalo, yo estaba seguro que mientras me hiciese el sueco podría continuar con mi vida, lo de su amante seguro que se podría solucionar de alguna forma, tampoco me corría tanta prisa, necesitaba un poco de tiempo para pensar.

Empecé a encontrarme mejor, aunque me sentía atacado en mi hombría.

Según el informe de Cándido, Manuela se veía con “Baltasar” los martes y sábados. Ella me ponía de excusa sus ensayos en el coro de la iglesia, así que hoy siendo martes y justo a esta hora estaría “tocando la gaita”.

Me fui para casa dando un largo paseo, por el camino recordé la conversación de las tres lobas. Eran unas engaña maridos y a cual más puta, pero no podía soportar su falta de consideración y respeto hacia mí, tampoco me resultaba muy agradable que supieran lo de Manuela, y me llevaban los demonios pensar en cómo había sido el hazmerreir de todas ellas por culpa de las pocas luces de mi mujer, habiéndose rebozado miserablemente con un espécimen que se jactaba de follar con todas sin rubor. Y encima la había preñado a la muy puta, esto ya era demasiado para digerirlo el mismo día, ¿y cómo es que yo ni me había enterado? – no recuerdo haber notado nada raro en aquella época.

Y lo del negro….mmmm

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Llegue a casa, me duche y me puse el pijama.

Prepare la cena y espere que llegase Manuela.

Al rato escuche las llaves y la puerta al abrirse. Manuela dijo en voz alta – ¡ya estoy en casa cariño! Y se acerco, muy cumplidora, a darme un beso con cara seria y solemne.

Yo interpretando mi papel de todo estar normal, le comente mi día en el trabajo mientras cenábamos.

Manuela apenas me prestaba atención, tan solo estaba pendiente de los wathsaap que le entraban como misiles, y de repente se levanto y me dijo que estaba muy cansada y que se iba a acostar dejándome casi con la palabra en la boca.

A los 10 minutos decidí acostarme yo también. Al apartar la sabana pude ver el culo de manuela partido por un diminuto tanga fino como un hilo, me resulto raro, pues a ella no le gustaba llevar tanga, aunque encontré como explicación que se lo había puesto pa follar con el mandril.

Me coloque a su lado, a la cucharita, y empecé a manosearla, le metí un dedo en la raja del coño, y ella me aparto la mano y con cierto enfado me dijo seria y con rotundidad… ¿Qué quieres? ¡No me apetece! Estoy cansada. (Claro, después de la hartada que se había dado con el señor pollote…estaba cansado para su marido)

Yo sin hacer caso me baje al pilón y empecé a comerle el coño, ella trato de apartarme agarrándome la cabeza por el pelo, pero yo la sujete con fuerza y proseguí introduciendo mi lengua violadora hasta llegar a sus pliegues mas íntimos, también le lamí el ano y seguí mamándole el coño hasta que se puso blando y comenzó a rezumar un liquido viscoso que yo absorbía con fuerza, note como una lechada espesa y tibia entraba en mi boca, creo que eran flujos mezclados con leche de polla. ¡Aaaaaggg!- me estaba tragando la lefa del negro, estaba llena la muy puta y soltaba los restos de sus corridas y la pedazo puta lo sabía y la importaba un comino.

Tenía que disimular, hacerme el tonto, así que me lo trague, pero una extraña locura se apodero de mi, la lechada advenediza me sentó como un elixir vigorizante y cogí a Manuela por las caderas volteándola sin atender sus quejas ni importarme su resistencia inicial y tumbada boca a bajo se la endiñe por el culo, que por cierto estaba muy dilatado y lubricado, tanto que mi pene apenas rozaba su esfínter.

Mientras culeaba buscando mi placer, ella me insultaba, me decía cosas indignas de una mujer hacia su marido

– cerdo. Eres una maricona que solo te gustan los culos, ¿me la has metido o todavía está afuera? ¡Venga córrete ya! que tengo sueño cabron! Puto muermo, me aburres, no me voy a correr así que termina ya moíñas

_ Parecía la niña del exorcista

Con tanto desprecio acabe teniendo un gatillazo, y la cacho puta se empezó a reír.

Yo no paraba de pensar en los cuernos, el engaño. Lo puta que era. El Genaro jodiendosela por detrás. La guarra preñada por un golfante. – Y me empecé a cabrear, hasta el punto de que le perdí el respeto y la di un par de bofetones, la cogí por el pelo y tire de ella hasta que salto de la cama al suelo.

Cuando esperaba la peor de sus reacciones, ella salto hacia mí y me beso en la boca, me metió la lengua. La muy puta se había puesto cachonda y quería guerra.

La palmee las nalgas, y poniéndola contra el suelo me senté en su cara, ella me engancho la picha y tiro fuerte para conseguir apartarme, pero yo apreté su muñeca hasta que soltó, abrió la boca intentando morderme los testículos, y yo aproveche para acoplar mi ano en su nariz y al verse sin respiración comenzó un aleteo con la lengua en mi ojete en señal de sumisión.

La forcé y la folle tratándola como puta. Me corrí en su cara y me limpie los restos de semen en su pelo, luego, ya exhaustos, nos callamos los dos como si nada hubiera pasado, y nos acostamos dándonos la espalda como si no existiéramos el uno para el otro, y evitando rozarnos piel con piel hasta que me dormí.

La venganza con las chicas de la oficina

A primera hora de la mañana llame a las tres putas a mi despacho.

– Voy a ser muy claro con ustedes, quiero comunicarles que la compañía está pensando en reducir el personal y lamentablemente dos de ustedes tendrán que dejar de prestarnos sus servicios, tan solo podre mantener uno de los puestos de trabajo que pasaría a ocupar el puesto de Adjunto a Dirección para lo cual tenemos que elegir a la que más se adecue a esta nueva responsabilidad.

– Este nuevo puesto será retribuido con un aumento considerable de sueldo así como vehículo de empresa y móvil además de ventajas sociales, pero lamento decir que solo hay un puesto y que la decisión se tomara en una semana por parte del comité de dirección, así que, les deseo suerte a las tres. Si tienen alguna duda pueden dirigirse a mí con toda confianza e intentare resolvérsela, no obstante, quisiera repasar su trayectoria profesional así como su grado de cualificación en relación al nuevo puesto de forma individual con cada una de ustedes.

– El comité de dirección me ha pedido que realice mi propia recomendación para ayudarles a tomar la decisión, y quiero ser lo más objetivo posible, en beneficio de todos. Así pues, la decisión depende en gran parte de mí, espero no equivocarme.

– Pueden retirarse y gracias.

– – Les iré llamando una a una durante la semana.

Se levantaron de las sillas con la cara pálida, ahora ya no tenían tantas ganas de cachondeo, me pareció ver que Elena tenía lágrimas en los ojos.

Empezaba mi venganza, iba a ser muy divertido verlas como se apuñalaban para conseguir el puesto, y sobre todo… ¿de qué manera me convencerían a mí de ser la mejor opción?