Luego del teatro tengo sexo con mi vecino

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Hace unos días iba a ir al teatro con mi hijo, lamentablemente se enfermó un par de días antes y no podía ir; traté de vender e incluso regalar los boletos pero nadie podía o quería, así que me había resignado a que se perdieran, sin embargo, pocas horas antes de la función me encontré con Beto, hijo de mis vecinos de a lado –un chico de 25 años con quien ya he tenido mis aventuras- y accedió a acompañarme. Me arreglé rápido con una falda negra corta, una blusa blanca semitransparente, un saco negro ceñido, medias negras y una pequeña ropa interior blanca. Dejé a mi hijo acostado, descansando, reponiéndose y me fui al teatro.

Al regresar, cerca de las once de la noche, Beto y yo pasamos a mi casa para tomar una copa de vino y platicar un rato. Fui a checar a mi hijo y estaba profundamente dormido; la medicina lo noquea. Bajé a la sala y Beto ya había abierto el vino y sacado un par de copas; nos sentamos en el sillón y brindamos. Como no quería despertar a mi hijo hablamos susurrando; claro que después de la primera botella, el coqueteo y el manoseo discreto se incrementaron. Beto y yo nos hemos acostado varias veces, así que me parece que sabíamos en qué acabaría la velada. Yo tenía la pierna izquierda cruzada tocando sus piernas. Beto empezó a acariciarme la pierna.

Beto – Estás muy sexy, Ingrid…bueno, eres sexy.

Yo – En serio? Te parece?

Beto – Pero por supuesto! Para muestra un botón.

Yo – Por qué? Dime.

Beto – Con esta falda se te ve riquísimo todo.

Yo – Dime –me acomodé para estar más cerca, ya con mi pierna más sobre él para que me pudiera acariciar más-.

Beto – Eres una canija, Ingrid; se te ven muy ricas las piernas…y uno va subiendo la mirada a tu cadera…el trasero, puta, se te ve delicioso.

Yo – En serio?

Beto – Uf! Tienes unas nalgas riquísimas, Ingrid.

Yo – Qué más?

Beto – Me mataste con esa blusa transparente, se te ven bien ricas las tetas; se te quedaban viendo babeando jajajaja.

Yo – Y tú también babeaste por mi?

Beto – Desde que te vi…tengo toda la noche pensando en…todo eso –me miró-.

Yo – Ah, sí…-me acerqué a él y empezamos a besarnos, primero suavemente, pero enseguida nos dejamos ir por la calentura y estábamos fajando en la sala de mi casa, mientras mi hijo dormía en su cuarto, fue muy caliente-.

Beto – Estás deliciosa, Ingrid…ya extrañaba esto…

Yo – Sí?…Qué rico…yo también…me pones muy hot, Beto…-sus manos me magreaban las tetas y las nalgas, desacomodándome la ropa y metiéndome el calzón entre mis nalgas; yo le agarré el paquete, estaba durísimo-.

Beto – Ya viste cómo me tienes?

Yo – Mmm…está durísimo, qué rico –él me lamió el cuello, los hombros, me abrió la blusa, me bajó el brassiere y empezó a comerme las tetas; Beto sabe que eso me pone súper hot- sabes cómo prenderme un chingo –metí la mano en su pantalón y comencé a jalársela sobre el bóxer, después metí la mano en su ropa interior y seguí jalándosela-.

Beto – Me encantan tus tetas, Ingrid…mmmmmmmm…qué rico me la jalas.

Yo – Quiero jalártela y mamártela hasta que te vengas…quiero saborear tu semen.

Beto – Primero quiero comerte la concha.

Yo – Está Toño arriba.

Beto – Está dormido, no va a bajar; ándale, déjame comerte la conchita –puso la mano en mi entrepierna por encima de mi calzoncito, pero pudo sentir lo caliente y húmedo de mi sexo, yo seguía jalándosela- yo creo que sí tiene ganas de que la saboreen.

Yo – Y si se despierta?

Beto – Con esa medicina ni madres que se despierta –me dedeó un poquito-.

Yo – Déjame checar que esté bien dormido.

Beto – Bueno, aquí te espero para devorarte, preciosa.

Me medio acomodé la ropa y subí para confirmar que mi hijo estuviera dormido; lo estaba, profundamente, entonces volví con Beto, él me sentó en sus piernas y empezó a acariciarme las piernas, metiendo sus manos debajo de mi faldita y entre las piernas, volviendo a acariciarme la conchita. Abrí las piernas para darle más espacio y pudiera dedearme mejor; me abrí la blusa y le puse mis tetas en la cara para me las comiera.

Yo – Ay, qué rico…me estás poniendo súper hot, Beto.

Beto – Me encanta que te lo recortes bien chiquito –se refería a mi conchita, a veces me depilo todita y a veces me recorto el vello- tienes una concha deliciosa.

Yo – Es tuya…me tienes empapada.

Beto – Qué rico! Te mojas en chingo…tienes el calzón bien mojado.

Yo – Así me pones de caliente, Beto.

Beto – Ah, sí…y te calienta recordar cómo te meto mano?

Yo – Un chingo!

Beto – Qué ganas de comerte la concha.

Yo – Mmmmm…cuando quieras…–después de unos minutos me acostó en el sillón, me levantó la faldita y me quitó el calzoncito-.

Beto – Me encanta cómo te ves con las piernas abiertas, Ingrid…con esas medias…

Yo – Te gusta? –yo jugueteaba un poco con mi faldita-.

Beto – Me encanta! Y más sin calzones –entonces se acercó a mi conchita, me lamió las piernas cerca de mi sexo, se fue acercando poco a poco, la olió, le dio algunas lamidas y después empezó a comerme la conchita- mmmmmmm…mmmmmmmm.

Yo – Ay, qué rica lengua…mmmmmmmm…mmmmmmmmmm…me pones a mil, Beto.

Beto – Me encanta cómo huele tu panochita, Ingrid…me la pone súper dura…mmmmmmmm…

Yo – Ah sí? Te calienta cómo huele mi conchita?

Beto – M-hm…

Yo – A qué huele? Dime.

Beto – A que quieres que te la metan bien rico…mmmmmmm…a que eres una putita, Ingrid –me golpeteó la concha con la mano-…o no? Mmmmmmm…mmmmmmm.

Yo – (Sonreí) Mmmm…qué rico…sigue comiéndome…lo haces bien rico! –empezó a pellizcarme los pezones y así estuvimos varios minutos-.

Beto – Mmmmmmmm…verdad que eres una putita cogelona? Mmmmmmm…

Yo – Sí, papi…soy muy cogelona…me encanta que me den verga…así, síguele, síguele, Beto…ay, cabrón, me voy a venir…me voy a venir…ay, sí, así…así…

Beto – Mmmmmmm…sí, vente…déjame saborear tus jugos…mmmmmmmmm…-le agarré del cabello para pegarlo más a mi sexo- mmmmmmmm…estás deliciosa!

Yo – Agárrame fuerte las tetas…así, los pezones…mmmmm…aaaaahhhhh…-tuve mi primer orgasmo mientras Beto me comía la conchita y me agarraba fuerte las tetas; fue delicioso- mmmmmm…qué rico!!!! –me dio lamidas en mi sexo y me dio ligeras palmadas-.

Beto – Rico?

Yo – Mmmmm…riquísimo!! Me encanta cómo lo haces.

Beto – Quieres que te la meta, Ingrid?

Yo – Por favor! Métemela…cógeme…necesito que me la metas, Beto, estoy muy hot.

Beto – Jajaja es lo que me encanta de ti –me dijo mientras se desvestía-.

Yo – Qué?

Beto – Que eres toda una zorra…que pides verga bien rico –yo seguía acostada, él se hincó frente a mi-.

Yo – Es muy rico andar de putita…es muy rico que se calienten conmigo.

Beto – Me encanta cuando vas a caminar con esas mallas…se te marca todito –empezó a darme golpecitos con su verga en mi conchita- y me encanta lo rica que te ves con las piernas abiertas…así…abiertita y mojadita, lista para recibir verga.

Yo – Ay, sí, Beto…métemela…cógeme…-entonces me la metió de un empujón- ay, no mames, qué rico!! Qué rica verga tienes, papi!

Beto – Qué rico te entra! –me bombeó delicioso- Estás súper mojada!

Yo – Sí, papi, me entra todita…me tienes empapada…súper hot!

Beto – Qué rico! Desde que me dijiste del teatro pensé en acabar metiéndotela.

Yo – Yo también, papi…estoy con ganas de que me cojas desde hace rato…en el teatro no sabes cómo me mojé pensando en esto…en que me la metías rico.

Beto – Ah sí?

Yo – M-hm. Ay, extrañaba que me comieras la concha, que me cogieras, Beto.

Beto – Tenías muchas ganas de que te diera verga, putita?

Yo – Ay, sí…es que desde que andas de novio ya casi no me pelas -después de unos minutos me puso de lado, me encanta esa posición porque me manosean todita mientras me cogen-.

Beto – Estás bien pinche buena, Ingrid…-me dio unas nalgadas y me manoseó las tetas- me la pones bien dura, cabrona.

Yo – Entonces todavía te gusto? Todavía se te antoja cogerme, Beto?

Beto – Claro que sí, pero también hay que darle su ración a la novia…tú también andas de novia, no?

Yo – Pero no dejes de atenderme, eh.

Beto – Jajaja Y tu novio?

Yo – Me da mis permisos…y si no, me los tomo –me dio una nalgada fuerte-.

Beto – Jajajaja te digo que eres una puta –aceleró sus embestidas; entonces me escupió en las nalgas, cerca de mi culito, se mojó el pulgar y empezó a estimularme el culito con su dedo metiéndolo poco a poco- me encanta lo apretado que lo tienes, Ingrid…cómo se me antoja darte por ahí.

Yo – Quieres darme por el culo? Se te antoja, Beto?

Beto – Un chingo…nunca me lo has dado, putita.

Yo – En tu cumple voy a dejar que me hagas lo que quieras, que me la metas por donde quieras…voy a ser tu puta todo el día, papi –enseguida sentí cómo empezó a palpitar su verga-.

Beto – No te rajes, eh, Ingrid –empecé a apretarle la verga con mi conchita-.

Yo – No, papi…me encanta cómo me la metes, no mames, la tienes enorme, Beto –me metió el pulgar en el culo y estuvo bombeándome así, su verga en mi conchita y su pulgar en mi culito; fue súper rico!! Después de unos minutos le pedí que cambiáramos de posición- métemela de perrito, Beto.

Beto – Encantado! Me fascina verte de así, con esas nalgotas pidiendo verga, Ingrid.

Yo – Y a mi que me la des! –me acomodé en el sillón parando las nalgas y agachando el tronco para sentir mejor cómo me penetra- Así te gusta, papi? Así se pone tu novia?

Beto – Mira nada más lo que me como…lo que andas ofreciendo, Ingrid, no mames, qué culote! Qué panochota se te ve!

Yo – Todo esto es tuyo, Beto –me la metió delicioso- ay, papi, qué cosota!

Beto – Y te entra todita, mami.

Yo – Ay, sí!

Beto – Entonces has andado de putita, Ingrid? –me dio una nalgada y yo sentía exquisito cómo entraba y salía su verga-.

Yo – Sí, papito, he andado de putita…he estado de cogelona.

Beto – Y con quiénes, eh putita? –me dio otra nalgada-.

Yo – No los conoces –me dio una nalgada más fuerte y me jaló el cabello-.

Beto – Dime, zorra! Dime, cabrona, con quiénes has estado de puta?

Yo – Ay, qué rico!! Con unos clientes para que me den eventos el próximo año…un par de proveedores…un amigo de mi hijo…-su verga palpitaba bastante-.

Beto – Eres muy puta, Ingrid…qué rico…sigue contándome, cabrona.

Yo – Y unos amigos de la prepa que me encontré hace poco…me cogieron bien rico.

Beto – Te fuiste con los dos, puta?

Yo – Sí, después de la una reunión de ex alumnos…me llevaron a un hotel y me la metieron delicioso…se aprovecharon de que cuando me tomo me pongo muy hot.

Beto – Más bien se dieron cuenta de que andabas con ganas de verga, putita –aceleró sus embestidas y me di cuenta que no tardaría en echarme su lechita-.

Yo – Muchas ganas, papito…ay qué rico me coges, Beto, me encanta tu verga!

Beto – Y el amigo de tu hijo, es el que ha venido cuando no está el, verdad?

Yo – M-hm…quiero sentir tu semen, papi.

Beto – El cabrón aprovecha que la mamá de su cuate es una puta y se la come…yo también lo haría, me cae…

Yo – En serio?

Beto – Creo que aunque fueras mi mamá te daba verga, Ingrid.

Yo – Ay, eres un cabrón, Beto…dame tu leche papi, ya me quiero venir otra vez.

Beto – Quieres mi lechita, cabrona? Quieres mi lechita, putita?

Yo – Sí, papi…quiero sentir tu semen calientito.

Beto – Mámamela –entonces me di la vuelta y así, de perrito se la mamé-.

Yo – Mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmm…me encanta mamártela!

Beto – Cuando quieras, putita…sabes que me mata cómo me la mamas, Ingrid.

Yo – Mmmmmmm…-mientras se la mamaba, él me quitaba el cabello de la cara para ver lo mejor posible cómo su verga entraba y salía de mi boquita, cómo se la lamía, cómo se la jalaba; yo sentía cómo su verga palpitaba cada vez más-.

Beto – Me vas a sacar la lechita, mamita…mmmmmmm…la mamas de poca madre!

Yo – Mmmmmmmmm…mmmmmmmm…me encanta tu verga…mmmmmmmm…

Beto – Aaahhh…mmmmmm…hija de la chingada tómatela…mmmmmmm –me agarró de la cabeza para darme todo su semen en mi boquita; sentí delicioso cómo me inundó la boca; la saborée- ay, pinche, Ingrid, qué rico, cabrona!!!

Yo – Mmmmmmmm…-yo se la jalaba para que me diera hasta la última gota de su lechita- -jugaba con su semen en mi boquita, se la chupaba con su semen aún en ella y luego me lo tragué- mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm.

Beto – Aahh…me encanta venirme en tu boca…

Yo – Me encanta que lo hagas, papi…mmmmmmmmm…mmmmmmmm.

Se la mamé un poco más hasta que perdió la erección. Nos quedamos acostados en el sillón un rato más. Después él se sentó y yo me recosté en él. Comencé a juguetear con su verga y empezó a endurecerse un poco, entonces comencé a mamársela un poco, sólo quería tontear antes de que se fuera, pero me calenté de nuevo y él también. Me agarraba las nalgas y me dedeaba un poco. Ya que se puso duro de nuevo, lo masturbé unos minutos.

Yo – Ya se te puso dura otra vez, Beto…qué rico…

Beto – Y tú estás mojadita, Ingrid…quieres más, verdad?

Yo – No la voy a desperdiciar –entonces lo monté poniéndole mis tetas en la cara, me acomodé su verga en la entrada de mi conchita y me senté en ella- mmmm. Me encanta montar una rica verga.

Beto – Cuando quieras, mami –me agarró bien rico de las nalgas y me ayudaba con el sube y baja- estás bien piche buena, cabrona –empezó a chuparme las tetas-.

Yo – Sí, chúpamelas, papi…mmmmmmmm…eso pone súper hot…dame nalgadas…-así lo hizo- ay, así…así…déjame un chupetón en las tetas, Beto…márcame las tetas.

Beto – Mmmmm…sssshhhhllllpppp…sssshhhhllllpppp….me matan tus tetas, Ingrid.

Yo – Me encanta que vengas a cogerme, papi…me encanta tu verga.

Beto – Coges con otros de la privada, verdad, putita?

Yo – Sí…pero ninguno me coge como tu, papi…tu verga es deliciosa, además duras más y te repones más rápido –yo seguía montándolo y mi orgasmo no tardaría mucho-.

Beto – Las mieles de la juventud, mami. Así que cuando quieras una buena cogida…no hay mejor vecino que yo, putita.

Yo – Es la verga que más me gusta, Beto.

Beto – Te acuerdas cuando te llevé a dejar a Toño a una fiesta y me la mamaste de regreso, putita? Tú mamándomela y yo dándote dedo, te acuerdas? –asentí-.

Yo – Me voy a venir, Beto.

Beto – Y después nos metimos a un hotel para darte rico, te acuerdas? –asentí- Cogimos en el jacuzzi, putita…-asentí- luego te puse en el pinche mueble ese con las nalgas hacia arriba y te la metí de poca madre, te acuerdas, putita? Te llené de leche!

Yo – Ya, papi…me voy a venir otra vez…me voy a venir.

Beto – Me voy a venir contigo, mami…te voy a echar mi lechita adentro, putita.

Yo – Sí, dámela…dámela…dame tu semen, papito…

Beto – Eres una puta riquísma, Ingrid.

Yo – Sí, papi…soy tu puta…quiero tu leche…

Beto – Quiero tu culo, Ingrid…dame tu culo…

Yo – En tu cumple me vas a dar por donde quieras…me vas a dar por el culo, papi en ese momento sentí su caliente semen dentro de mi y yo tuve otros orgasmo; me una cogida exquisita-.

Y sí, cumplí mi palabra y en su cumple le di mi culito.

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