Luna, una chica travesti sale de la escuela sin saber mamara la polla de un maduro
¡Hola! soy Luna, un chic@ afeminado que le gusta travestirse! ¡Aquí les traigo una nueva historia, disfrútenla!
Besos cachondos y ricos.
Era un miércoles de fin de semestre, había realizado un examen final y caminaba rumbo a mi hogar, el día había sido asoleado y la tarde era agradable, por no decir perfecta. Era alrededor de las 6 de la tarde y por tratarse de verano todavía se apreciaba con buena luz solar el ambiente, a pesar de ello algunos comercios empezaban a cerrarse, se escuchaba las cortinas de metal al ser deslizadas, mientras yo continuaba mi camino, pase por un edificio el cual tenía un pasaje que conectaba atraves de su interior a la calle por donde transitaba con la calle de atrás, en uno de los comercios de dicho pasaje, un letrero de luces neón llamo mi atención, así que me metí. La curiosidad y la vistosidad de dicho anuncio con luces neón que parpadeaban de color rosa y morado llamaban mi atención, era un letrero que decía “CINE”, su aspecto daba la apariencia de descuidado y viejo, sugería épocas pasadas donde todo anuncio era neón , sin embargo, seguía conservando su esencia de atracción, me acerque para ver la cartelera y me percate que era de contenido pornográfico, había pocas funciones y para mi sorpresa había dos dentro de poco tiempo, la excitación invadió mi cuerpo, me entró la idea de conocer su interior, voltee a ambos lados del pasaje y me percate que era la única persona en el lugar, así que me acerque a la taquilla. Una mujer obesa de entre unos 50-60 años observó la ventana, dejó de ver su programa de tv y se acercó a la ventana de la taquilla, como si esperara las palabras mágicas para otorgarme algo; con voz temblorosa pedí un boleto para la función más próxima que era dentro de 15 minutos, mientras soltaba el dinero sobre la charola de la taquilla, la taquillera con su mano regordeta deslizó por debajo del vidrio el boleto que parecía un simple papel de color rosa, y con su voz rasposa me dijo:
–¡al fondo subes las escaleras, la sala es a mano derecha, la otra es a lado, pero comienza después! —
Al decir eso, volvió a reclinarse en su cómodo asiento y siguió viendo la tv como si nada hubiera pasado.
Seguí las indicaciones de la mujer. Camine unos instantes y sobre las paredes del pasillo que lucía de antaño, como de épocas doradas del cine, que a mi poco conocimiento sobre la historia del cine, daba el aspecto de décadas del 30 o 40, no soy experta, pero era fabuloso y de antaño, lucía una alfombra roja, con detalles en dorado, pasillos con líneas en dorado y un azul marino, en las paredes había anuncios de películas, mujeres desnudas sonrientes con títulos tan llamativos como si se tratasen de comics, en imágenes más pequeñas dentro del mismo poster se veían algunas poses y me llamó la atención una en donde había una mujer devorando un enorme pene mientras era sujetada por sus cabellos, el pene a juzgar ,se veía enorme, esa imagen me lleno de excitación. Pronto subí las escaleras con pequeñas luces opacas que las alumbraban tenuemente el piso, sin percatarme, al subir, cada paso que daba era el de una chica, con una gracia que parecía que estaba modelando frente a varios caballeros, deseosa de provocarlos; debí haber perdido la noción del tiempo al ver los anuncios, porque cuando llegue, las dos salas se encontraban abiertas ,en vez de entrar al de la derecha entre al de la izquierda ,la entrada era en el punto más bajo de la sala, los asientos tenían una pendiente como de estadio.
Al entrar vi a dos hombres maduros entre 40-50 años sentados a distancia, uno era barbudo y flaco, quien no se percató de mi presencia. El otro, se encontraba sentado próximo al lugar donde me senté (dos filas de asientos) tenía un aspecto regordete con canas tenues que se asomaban ya en su cabello, él me volteo a ver y de inmediato se dirigió su mano a su pantalón y comenzó a restregarse la entrepierna, mis ojos siguieron su mano y fueron testigos de dichos movimientos, los cuales fueron los responsables de derramar la última gota de excitación de un vaso que se llenó rápidamente en el camino a la sala. De pronto, las luces comenzaron a menguar y antes de que se apagaran en su totalidad como si fuera una señal, voltee antes de que se extinguieran, el hombre se percató que lo observe y de nuevo se restregó, pero esta vez se aflojo el cinturón y desabotono su pantalón, una vez apagadas las luces entre lapsos de luces y obscuros, invadida por la excitación me senté en la misma fila que el hombre, ahora solo nos separaban 5 o 6 asientos. Entre los destellos de las imágenes, vi surgir de entre sus ropas la cabeza de su pene que se asomaba de forma deliciosa y enorme, así que me agaché y gateando fui hasta el lugar donde se encontraba.
–vente para acá peque—exclamó, mientras con su brazo extendía la butaca continua del lado derecho.
Me senté, un poco inclinada hacia el lado donde se encontraba, subí los pies en la butaca, mientras veía como con su mano agitaba su pene grueso y algo pequeño. Con pequeños vistazos me percate que era una función de shemales (que coincidencia enorme y fabulosa).
— ¿la quieres tocar?, tócala—mientras me miraba
Yo embargada por la excitación deslice mi mano pequeña que se abrió camino entre su vello púbico y su ropa hasta alcanzar el premio por el que mi mano quería llegar, comencé a realizar los mismos movimientos que él hacía unos instantes. Comenzó a relajarse y cerro por unos instantes los ojos.
—sigue así, ¿Cómo te llamas? —
–Luna, ¿y tú? – exclame, mientras lo masturbaba, o como en el argot pornográfico, hacia un handjob.
— me llamo Martin… oye, ¿no quieres hacer algo más?, no te preocupes me gustan las teens como tú, con confianza haz lo que quieras, es toda tuya…—
Mientras me veía, me puse boca abajo y acerqué mi rostro hacia su pene que estando a unos centímetros, se me hacía extremadamente grueso pero delicioso. La cabeza del pene lucia erguida y enorme, como deseando estar empapada de mi saliva, mi boca mandaba señales de deseo de probarla a mi cerebro, así que, sin más, me metí semejante cosa a mi pequeña boca, que invadió toda su circunferencia. La deslicé en mi boca hasta llegar introducirla completamente en mi boca, podía sentir como se movía en mi interior, como su cabeza tocaba mi garganta, así que me dispuse con mi lengua a acariciarla sin sacarla de mi boca. Su enorme grosor apenas permitía algunos movimientos de mi lengua, alcé como pude la mirada y vi la cara de felicidad de Martin, así que para comodidad mía me estiré a lo largo de las butacas. De pronto, sentí su mano tibia acariciar mi espalda, me masajeo lentamente mi pequeña espalda mientras yo devoraba su pene. Comencé a hacer los movimientos típicos de un blowjob (una mamada) lentamente, después, retiré mi boca dejando tras de sí hilos de saliva que unían su pene con mi boca, aparte de gotear baba y hacer pequeños caminos de saliva por mi boca para caer en la butaca.
Volví a hacer las envestidas de un blowjob cada vez más rápido y de manera salvaje, hasta que me anime en introducir todo su pene y me propuse en comerme además sus testículos, hecho que busque en más de una ocasión hasta que lo logre, en ese momento como premio escuche su gemir…
—¡hughhhh! fantástico, ¡la mamas como una diosa!… ¡haaaaa que rico la mamas! —
Él, en recompensa deslizó sus manos y comenzó a quitarme la playera algo femenina que portaba, deje de mamarla para que me quitara completamente la playera, me tomo de mi torso y alzo, me besó los pezones y acaricio de nuevo mi espalda, acto seguido me dispuse a continuar con mi labor, me agache de nuevo. Y Martin con sus manos me masajeo toda la espalda hasta alcanzar mi pequeña cintura, sus manos se introdujeron entre mi pantalón un poco entallado y en mi bóxer femenino de teen hasta alcanzar mis pequeñas nalgas que las apretujaba y extendía como si fueran pequeños cojines o muñecos de peluche, con tanta fuerza que me producían un dolor delicioso. Sus manos ásperas se deslizaron y de nuevo se introdujeron, esta vez ya no habría tela que las cubriera, había introducido sus manos por debajo del bóxer, y de nuevo fui víctima de semejante apretón. Mientras Martin deshacía mis nalgas con sus manos a su antojo yo engullía con esmero su pene, una y otra vez los movimientos de mis labios tocaban cada centímetro de pene ,pronto mi boca se impregnó de un sabor salado como si indicara que algo estaba por venir, para evitar ese sabor yo destilaba litros de saliva que escurrían alrededor mi boca formando ríos y cascadas por mi quijada, el sonido de los gemidos de las actrices de la película y los destellos que iluminaban tenuemente las butacas era algo excitante e inolvidable, más por lo que me estaba pasando, de pronto deje de sentir las manos de Martin en mi trasero y con ello su brutalidad a la que fueron sometidas, alce la mirada y retire mi boca de su pene, me voltee boca arriba y deslice mi cabeza un poco, rápidamente Martin colocó su pesado pene en los bordes de mi boca que comenzaron a ser salpicados por un líquido abundante y caliente que invadió cada rincón de mi boca, al mismo tiempo que Martin me acariciaba la frente.
–wow, que rico, la mamaste como diosa, que rico cuerpo pequeño y tu culito chiquito y rico ufff—mientas movía su pene y me daba pequeños golpes en mi boca con él.
En fin, no podía creer lo que había ocurrido en menos de una hora de haber salido de la escuela. Me encontraba con la boca salpicada de semen mirando al techo finamente ornamentado con motivos neoclásicos, sin playera, dejando ver mi delgadez, delicadeza y pequeñas curvas de mi cuerpo a lado de un hombre maduro, mientras todo el espacio seguía siendo iluminado por la tenue luz de la proyección y el ambiente era ambientado por los gemidos de la película. Sin lugar a dudas una experiencia inolvidable
FIN