Mi madre era la mujer más abnegada que conocí, hasta se empezó a portar como una putita solo por un hombre
Esta historia real pertenece a un amigo, la ha publicado en otras páginas y me ha pedido que la publique por él en este sitio.
Hace varios años cuando yo era un niño, mi vida cambió de repente, cuando encontré a mi mama revolcándose con un vecino en mi propia casa.
Yo vivía con mis papás y mi hermana, tenía 5 años, mi hermana tenía 6 y ella iba a la primaria en la la mañana mientras que yo en la tarde; mi papá trabaja de administrador de una empresa y esto nos hace vivir muy bien. Mi mamá era ama de casa abnegada y muy respetuosa, eso sí, sobre todo recatada aunque he de reconocer que es guapa, un poco alta, morena y de cabello castaño oscuro, a pesar de que viste ropa muy holgada se le nota un buen cuerpo, con enormes tetas y culo.
El cambio ocurrió cuando llegó a vivir a la colonia un tipo rudo, un sujeto alto de piel morena con varios tatuajes y cabello negro, de buen cuerpo, muy fornido de pelo en pecho, bastante mal hablado por las personas del lugar. Muchas mujeres de ahí se le insinuaban pero él no las pelaba, desgraciadamente para mí quien lo excitaba y le gustaba era mi mamá, ya que cuando íbamos a su negocio, el tipo se la comía con la mirada, le comentaba obsenidades como «mire, qué bueno tengo el plátano macho para su papaya» o «aquí tengo un buen camote, pruébemelo», y yo notaba que mi mamá se ruborizaba por dentro cuando le decía eso.
Un día fue más directo y le dijo:
«Mira cómo me prendes, chiquita. Te lo voy a decir sin rodeos, ricura. Quiero follarte.»
Y mi mamá le respondió: «Pero soy casada».
Él contesto: «Eso me excita más. Anda, vamos a follar».
Seguramente a mi mamá nadie le había hablado así, ya que eso encendió su lujuria y el tipo dijo:
«No te voy a dejar ir hasta que me digas cuándo follaremos».
Mi mamá y yo salimos de ahí para irnos a casa, yo de crío no entendía nada, como era de mañana mi hermana estaba en la escuela y mi papá en el trabajo. Así que estábamos solos en el patio de la casa, lo que me sorprendió fue que el tipo de la recauderia nos alcanzó en la entrada de la casa y le dijo a mi mamá:
«Te dije que no te ibas a escapar, chiquita».
Mi mamá sólo se quedó atontada mirándolo, él la tomó de la cintura y la llevó adentro de la casa mientras el hombre al verme me dijo:
«Tú quédate aquí, niño. Tu mamá y yo vamos a estar ocupados toda la mañana haciendo cosas de grandes». y entraron a la casa.
Pasaron varios minutos, yo por curiosidad les estuve tocando la puerta pero nadie abrió, así que decidí entrar por la ventana y llegué a la sala pero no encontré nada. Después me dirigí al comedor y nada, fui a la cocina y nada, el baño y tampoco encontré nada. Posteriormente llegué a mi recamara y empecé a oír unos ruidos extraños, unos rechinidos, me asomé por la ventana a la recamara de mis padres que era de donde provenía el ruido y ahí fue donde me impactó ver la ropa de mi mamá y el vecino tirada, sobre todo sus calzones enredados en el suelo mientras que en la cama se encontraba ella desnuda, estaba recostada boca arriba abierta de patas. El sujeto le hacía sexo oral, era impresionante ver cómo su lengua en forma circular chupaba a placer su clítoris.
Mi madre se contoneaba de placer, gemía riquísimo:»Ahhhhhh, mmmmhh, oooohhhh» soltando gemidos de placer, luego de un rato el vecino dijo:
«Hagamos el 69, perrita. Quiero que pruebes mi polla.»
Ella quedó recostada como estaba, mientras que él se acomodó encima de ella e hicieron esa majestuosa posición. Él seguía chupando a placer la vagina de mi mamá pero ahora también mi madre le mamaba el pene a él, su lengua lamía su miembro de forma libidinosa y enseguida empezó a chuparle también los huevos. Así estuvieron un rato hasta que él dijo:
«Ya estoy bien prendido. Ya no aguanto, vamos a follar.»
El tipo se levantó dejando a mi madre en su posición y se puso de frente encima de ella, puso su enorme verga en la entrada de su vagina y comenzó a penetrarla. Para mí era rico ver cómo se estaban revolcando, pues a esa corta edad era algo bastante nuevo el ver a un hombre y una mujer haciendo el amor de esa manera. Ellos por lo calientes que estaban no me vieron, me sorprendía mucho el mirar el ritmo y el goce que ellos tenían, ver por primera vez el coño de mi madre, un poco peludo siendo penetrado por una verga enorme un poco velluda también. Me impactó sobre todo ver cómo se besaban, cómo ambos sacaban sus grandes lenguas y las giraban entre sí, introduciéndolas en la boca del otro. Antes había visto a mis padres darse pequeños besos, pero era la primera vez que miraba a alguien entrecruzar sus lenguas de esa manera, notar cómo tronaban fuertemente sus bocas por los besotes que se daban.
Ellos rodaban en la cama, el tipo comenzó a penetrarla más fuerte mientras que le acariciaba las piernas, al mismo tiempo le mamaba como desesperado los senos, mientras ella lo abrazaba y le acariciaba la espalda .
El tipo le decía: «Zorrita, follas bien rico».
Y mi mamá le respondía: «Cómo me estoy atreviendo a hacer esto, soy casada esto no está bien, detente por favor».
El se reía burlonamente y le dijo: «¡Ni loco! A partir de hoy tú y yo nos vamos a pasar las mañanas follando».
Ella sólo expresó entre fuertes gemidos: No, por favor, detente. ¿Qué van a pensar mi esposo y mis hijos? Basta.
Pero el amante le contestó: «Ya deja de pensar en ellos, ahora eres sólo mía. Olvídate de ellos por ahora, yo sé que te encanta follar conmigo. Entregate al placer, apuesto a que tu marido nunca te ha follado así. Vamos, entregate a mí y tu familia no lo sabrá. Anda, zorra, admite que te encanta follar conmigo».
Y mi madre le respondió: «Sí».
Y el sujeto le volvió a preguntar: «¿Sí, qué?»
Y me impactó lo que le respondió mi mamá: «Sí, me encanta follar contigo. De hecho me gustas desde que llegaste aquí, quiero que follemos todos los días de ahora en adelante. Mi esposo y mis hijos nunca lo sabrán, te amo».
Después comenzaron a besarse otra vez con mucha pasión, así que con eso la abnegada ama de casa se convertía en una hembra en celo a la que sólo le importaba saciar su lujuria revolcándose con su amante. Yo solo escuché cómo el le decía: «ábreme más las piernas chiquita, siéntelo hasta adentro» y mi mamá sólo gemía.
Él decía: «zorrita, finalmente te estoy follando».
Y mi mamá sólo decía: «Me gusta follar contigo, ¿a ti te gusta follarme?
Y él respondió: «mmmhhhh sí, qué rico lo tienes».
De pronto el tipo aceleró su follada y dijo: «Voy a correrme, zorrita. Qué ganas tengo de eyacular dentro de ti, quiero dejarte embarazada».
Mi madre ya entregada respondió: «Sí, correte dentro de mí. Quiero que me embaraces y tengamos un bebé, le diré a mi marido que es suyo y nunca lo descubrirá».
De repente el sujeto comenzó a gritar y a correrse dentro de mi mamá, después sacó su pene de la vagina y vi salir líquido blanco de ella.
El tipo dijo: «Oh, que corrida me he tirado. Perrita, quiero que me des las nalgas y ahora quiero follarte por el culo, de seguro tu marido nunca te ha follado así», y ella lo confimó.
Entonces ahora ella se levantó de la cama, se quedó empinada frente al intruso y le empezó a mamar el culo, ella tenía unas nalgas riquísimas. Mi madre sólo gemía de sentir las mamadas en su culo y luego de un rato, el hombre comenzó a penetrarla por el ano, le daba unas grandes embestidas. Para ese momento, sus cuerpos ya estaban bañados en sudor, mientras la penetraba el patán le besaba la espalda a mi madre y le acariciaba los senos.
Nuevamente ambos acercaron sus bocas, sacaron sus lenguas y las saborearon de nuevo, mamándolas y metiendolas en sus bocas a placer. Me impactó ver a mi mamá, que era tan recatada, olvidarse de todo, de su familia, de sus hijos, y de todo para estarse revolcando con el vecino. Yo me salí al patio, no pude más.
Un rato después volví a entrar a la casa y oi sus gemidos mas fuertes, mi mamá y el tipo seguían follando en el baño, ella estaba recargada en la pared abierta de patas y el tipo la embestía con fuerza al tiempo que se abrazaban y se besaban apasionadamente. Gemían como locos mientras el agua era insuficiente para apagar su calentura, después se notaba que se compenetraban hasta que finalmente el sujeto volvió a correrse dentro de la vagina de mi madre.
Después se bañaron y descansaron de tan arduo encuentro sexual y a partir de ahí inició su historia de amantes. Actualmente soy mayor de edad, han pasado 11 años después de todo eso, mi madre se embarazó tres veces después de ese suceso y obviamente son hijos de ese sujeto, ya que los críos se parecen a ese patán. Mi madre y el sujeto aún siguen follando a escondidas de mi padre, pues de vez en cuando me escabullo y los encuentro follando en nuestra casa o en el negocio del sujeto