Mamar polla a un desconocido en un autobús

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De un semestre pesadísimo ya regresaba a mi ciudad para pasar unos días con mis padres, el viaje no era muy largo es de aproximado 1 hora nada más, eran casi las 10 de la noche y subí al autobús, me subí hasta los últimos asientos.

Subió un hombre, de unos 30 años y se sentó en los asientos últimos, cerca de los míos, me sonrió al pasar.

Por tema de pandemia solo se podía una persona por fila de asiento, así que el bus no estaba lleno, el bus arranco.

A los 5 minutos empecé a escuchar como el hombre de atrás empezó a hacer ruidos algo raros, me fui a levantar y cuando lo hice y le fui a decir algo vi como el hombre estaba con los ojos cerrados, una manta pero que no lo tapaba bien y su mano moviéndose de arriba hacia abajo en su verga, yo me volví a sentar, me impresiono el tamaño que tenía, se veía mamable.

No sabía qué hacer, sentía como mis pezones se ponían duros, me levante para ir al baño, el hombre al verme se tapó con la manta y disimulo que no pasaba nada.

Al verme al espejo ya en el baño, notaba como en mi blusa se veía perfectamente como tenía los pezones duros, ver la verga de ese hombre me tenía loca, Salí del baño, cerré la puerta y no te como el hombre se volvió a tapar y a disimular que miraba en la ventana, me acerqué a su asiento, El bus solo tenía unas luces muy leves.

– Oye disculpa – El hombre se sorprendió y me miro con cara de un poco asustado, mientras hablaba me sentaba junto a el – Es que estoy algo aburrida sola, ¿me puedo sentar?

– Mmmmm supongo que sí, pero no pondrán problema

– No creo, el viaje es corto, ya vamos como medio camino, ¿Te noto nervioso? – Quería mamarle la verga que escondía en esa cobija.

– Pueeeees, heeee me sorprendiste un poco

– Ah siiii – Le sonreí mientras mi mano se acercaba a su cobija, él se notaba entre nervioso y sorprendido, le quité un poco la cobija –Pero que tenemos aquí, vi cómo te estabas tocando.

– Perdón no sabía que… – Le agarre la verga con mi mano

– Que rico – Me acerqué a él y lo empecé a besar mientras con mi mano lo masturbaba lentamente.

Nos comenzamos a besar con ganas, yo subía la intensidad en la masturbación el gozaba con lo que sucedía.

– ¿Te la puedo mmmmm, te la puedo chupar?

– ¿Esto es una clase de broma o algo?

– ¿Sí o no? – Lo mire con ganas de saborear esa verga

– Okey, dale – Su cara era de felicidad

Comencé a agacharme lentamente, sacando mi lengua y pasándolo por su grande, noté como se erizaba y mis pezones se ponían duritos, movía mi lengua en su glande, su sabor era delicioso, no sabía el cómo me calentaba chuparle la verga a alguien que ni sabía cómo se llamaba, mi lengua recorría el tallo de su verga, subía y bajaba, cada vena la sentía en mi lengua.

Le escupí un poquito en la lengua mientras lo masturbaba de nuevo, no podía hacer tanto ruido, nos iban a descubrí, bajé mi cabeza y comencé a meter su pene en mi boca, su verga comenzaba a penetrarme cada rincón de mi boca, y sentir como su mano inquieta buscaba mis tetas encima de la blusa me excitaba más, me manoseaba muy bien mis lolas.

Me tomo del pelo, mientras su verga entraba cada vez más y más en mi boca, yo mamaba cada vez más rápido, el me dio una cachetada.

Comencé a succionar, sentía como el aguantaba un poco la respiración, le estaba gustando, estaba llegando al final, pronto probaría su leche de extraño.

– MMMMMM oye no mmmm me corro mmm nooo

– Mmmmmmmmmmmmm

– Es enserio, me corro mmm

– Mmmmmm

Sentir como de un momento a otro su leche llena mi boca es un placer, sabia hasta algo dulce, toda en mi boca, me la trague completa, estuve otro momento allí consintiendo su verga, me arregle y volví a mi asiento.

Al bajar de autobús el bajo detrás mío sin decir nada, bajo rápido y abrazo y beso a su novia, ella no sabía que la leche de su novio estaba en mi boca.