Mi marido y yo, somos una pareja muy abierta en cuanto a sexo se refiere, hemos participado en intercambios
Mi marido y yo, somos una pareja muy abierta en cuanto a sexo se refiere, hemos participado en intercambios, trios con otra chica y ahora toca con un chico.
Mi marido tiene un amigo desde la infancia, que es muy majo y porque no decirlo, atractivo, una tarde en el gimnasio, mi marido se lo comento, que si le apetecía hacer un trio, nada entre ellos, solo los dos para mi.
El acepto, nos conocemos y físicamente le atria como para tener sexo conmigo.
Quedamos para ese fin de semana, llegado el dia, nos reunimos en mi casa.
Soy una mujer delgada, pero con curvas y buenos pechos, todo natural, labios carnosos y larga melena rizada, mi marido es moreno de ojos verdes con un cuerpo musculado y su amigo es de esos morenos de ojos negros que con barba de dos días, te quitan el hipo.
Nos sentamos en el salon y pusimos a tomar una copa, nadie se atrevía a romper el hielo por lo que decidí hacerlo yo, me sente en el medio de ambos, comenzando a besar a mi marido, para luego girarme para besarlo a el.
El hielo se había roto, ellos dos me besaban, me tocaban los pechos, yo a ellos sus duras pollas por encima del pantalon.
Me levante para poner música y despojarme de la ropa al ritmo de esta, bajo la atenta mirada de ellos, cuando solo había desabrochado mi camisa tejana, dejando verse mi abdomen, mis pechos todavía tapados por el sujetador rojo que llevaba, su amigo se levanto cogiéndome en brazos hasta la cama, mi marido nos siguio.
Una vez allí, el amigo comenzó a besar mis pechos, apartando el sujetador, hasta despojarme de el, mi marido me retiraba los tejanos ajustados que llevaba, estaba encantada.
Me puse de rodillas para desabrochar sus camisas, dejando estas resbalar por sus fuertes brazos para descubrir esos torsos musculados, luego continué desabrochando sus cinturones.
Ellos se bajaron el pantalón, dejando sus pollas apuntándome directamente a la cara, cogí una en cada mano, con firmeza y comencé a chupársela a los dos alternando.
Su amigo metió su mano entre mis piernas, mientras mi marido masajeaba mis pechos.
Me tumbe boca arriba en la cama, super cachonda ya, deseosa de mas.
Su amigo se coloco en el borde de la cama, para que yo, atravesada en la cama con la cabeza colgando del borde, chupara sus huevos y su polla, mientras mi marido me la metía arrodillado en la cama, con mis piernas en V cogiéndome por los muslos.
Estaba muy excitado viendo la polla de su amigo en mi boca, viendo como tocaba mis pechos, mientras el me follaba , yo no podía dejar de gemir.
Antes de corrernos, cambiamos de postura, me coloque a cuatro patas, mi marido delante para que se la comiera, su amigo por detrás para penetrarme.
Debido al tamaño de su polla a pesar de estar super cachonda, humeda y chorreando, el aconsejo un lubricante muy bueno que había traído, Black door, es para sexo anal por ser vasodilatador, pero puede usarse también para el sexo convencional.
Lo cogí de sus manos, para lubricar su polla entre juegos, el también se puso en la mano comenzando a ponérmelo en el coño.
Me penetro y en ese momento entendí porque el lubricante, era enorme y super gruesa, comenzó a follarme sin piedad, mi marido en frente de el súper excitado, le decía, follatela, quiero que disfrute como nunca, yo seguía chupando su polla mientras su amigo me daba candela.
Mi marido se corrió en mi boca, estaba como loco de verme disfrutando y gimiendo de aquella manera.
Luego lejos de dejar de participar, me coloco boca arriba para lamer mi coño súper húmedo y abierto por la polla de su amigo, su amigo se coloco en la cabecera para dejar su polla a merced de mi boca.
Mientras mi marido me comía todo el coño, pasando su lengua rápidamente para luego meterla dentro, hasta donde podía, yo chupaba entre suspiros y gemidos la polla del amigo, el se corrió enseguida, sacándola, para correrse en mis pechos.
Yo no dejaba de gemir por lo que mi marido ya recuperado y muy empalmado, se coloco detrás de mi, penetrándome por detrás, ayudo mucho el uso del lubricante black door, facilito muchísimo la penetración anal.
Su amigo todavía empalmado a pesar de haber tenido el orgasmo, se coloco debajo de mi para lamer mi coño y agitar mi clítoris mientras mi marido me daba por detrás.
No tarde en correrme gimiendo como una loca mientras, ellos me decían, eso córrete, córrete, no te dejes nada.
Fue el mejor orgasmo jamas sentido, hasta ese momento, luego masturbe a ambos para que se corrieran de nuevo.
Ellos acariciaban, mi clítoris, mis pechos y nos corrimos de nuevo los tres al mismo tiempo, Ellos sobre mis pechos, mi cara y yo sobre sus maravillosas manos.
Luego nos duchamos, preparamos la cena y aqui no ha pasado nada, excepto que repetimos alguna vez y me quede con el nombre del lubricante black door, muy bueno para las penetraciones anales.