Mi compañera de piso dormida

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Marta. Mi compañera de piso dormida.

En primer lugar saludar y felicitar a los muchos autores que con sus relatos me han hecho gozar y distraer en muchas ocasiones. Es mi primer relato y espero lo disfruten.

En segundo lugar decir que esto que voy a contar ocurrió de verdad, aunque por prudencia no usaré nombres reales ni lugares exactamente detallados.

En mi segundo año de carrera, por allá el 2013, decidí que era el momento de buscarme una habitación de alquiler en Barcelona ciudad, pues al ser de las afueras mis idas y venidas de la Universidad me hacían perder mucho tiempo. El dinero que ahorraría, lo destinaria a mi nuevo propósito. Después de visitar algunos pisos de estudiantes la mayoría, sin que ninguno me convenciera, me encontré en un agradable inmueble en un barrio céntrico que estaba bastante de moda, muy frecuentado por gente joven y con mucha oferta nocturna.

Lara había puesto un anuncio en una cafetería cercana y, fue por casualidad, que lo vi, justo cuando estaba dudando de si quedarme en uno que había visitado antes. Por aquel entonces yo tenía 29 años y mi interlocutora 24. Era un chica agradable, muy amable, educada, no era especialmente atractiva, pero des del primer momento me inspiró tranquilidad y confianza. Lara me dijo que compartía piso con Alex, un chico de 25 años que estaba poco por casa, y con Marta, una chica de 23 que en ese momento se estaba duchando o arreglando para salir.

Después de mostrarme lo que sería mi habitación, una sala bastante amplia con ventana exterior, cama doble y unos muebles más que aceptables, vino el momento delicado de hablar de precio. Yo no andaba muy boyante, así que no estaba muy seguro y menos cuando me pidió 350€. Lara siguió hablándome mientras que yo, un poco resignado por dentro, buscaba la manera de decirle que no aún a mi pesar, cuando de repente la vi salir de su habitación. Pareció hecho a posta. Marta apareció por el pasillo con un vestido veraniego, morena de piel, mas de lo que ella ya era, su melena larga y negra de pelo bien cuidado y brillante todavía un poco mojado… estaba guapísima. Todavía recuerdo el pequeño bamboleo de sus tetas al andar y acercarse directamente con una sonrisa hermosa. Se presentó muy educadamente y de forma graciosa, era un encanto. Me dijo que estudiaba interpretación y que le gustaba cocinar, la música y algunas cosas más las cuales ni escuché pues me quedé absorto desnudándola con la mirada.

Me considero un chico educado y de buen trato, pero dentro de mí habita un auténtico depredador sexual y no pude evitar retratar su cuerpo y grabarlo en mi mente. Tenía una piel suave y sana, el vestido le marcaba sus formas perfectas…mediría 1, 67 más o menos, y unos 57kg. Dentadura perfecta y sonrisa seductora. Me llegó su olor mezcla del champú de su pelo, de su perfume y de su piel. Se sentó a mi lado para incorporarse a la conversación y me animó a quedarme en su casa. Sus palabras seduciéndome para que me quedara y la visión de su vestidito subido un poco más de la cuenta , provocaron que mi polla respondiera de forma repentina. Se puso dura bajo mis pantalones. Por suerte no se veía nada. Un minuto más tarde ya dije que aceptaba su oferta y compartiría piso con ellas… y Alex claro, que por mi podría no volver jamás.

Salí de del piso un poco aturdido por tanta belleza y buen trato, pero enseguida mi mente y mi ser perverso empezaron a fantasear con Marta y a buscar la manera de poseerla, de tenerla, tocarla, comerla, chuparla, penetrarla, de correrme en ella como fuera y donde fuera, de mil maneras…imagine ese cuerpo en tanga a cuatro patas y yo embistiendo como un animal, la vi sentada en la punta da la mesa con el vestido veraniego en la cintura, sus tetas fuera , y mi polla clavada hasta lo más profundo mientras nos besábamos lascivamente…así caminé un buen rato con mi polla durísima dentro de mis pantalones, hasta que un mensaje desconocido en el móvil me despertó: “-Hola Toni, soy Marta, Lara me ha pasado tu contacto y como vamos a ser compañeros de piso, te paso el mío por si necesitas cualquier cosa. Bienvenido a casa”. El corazón me dio un vuelco y mi polla empezó a babear liquido preseminal que me hizo manchar los calzoncillos ya más de lo que los tenía y sin tocarme. Esa noche me masturbé con ella y después me dormí pensando como un tipo como yo, de estatura media, un poco más alto que ella, sin ser un guaperas y del montón (cuerpo proporcionado, pero no atlético) podría llegar a beneficiarse a ese bombón. Mi polla se puso dura otra vez. Eso era. Mi polla era un regalo de Diós. No era tremendamente grande, pero sus 17 cm i 4.7 de grosor era un tamaña considerable para cualquier mujer, y más para ella que era menudita. Además, se me ponía muy dura, curvada hacia arriba, venosa…al empalmarme se descapullaba y mostraba un glande hinchado y unas proporciones perfectas. Lo mejor? Aguantaba lo que quería y que echaba unas corrida de película. Eso me daba confianza.

No pasaron muchos días que ya había hecho el traslado y en los cuales había intercambiado ya algunos mensajes con Marta. Enseguida se estableció muy buen rollo y ya des del primer día que entré parecía que éramos amigos, más que con Lara que en teoría es con la persona que hice el primer trato.

Podemos decir que me establecí en el piso a finales de julio, pues mi idea era estar ya asentado en septiembre para empezar las clases. Desde mi llegada mi relación con Marta fue a más, pues compartíamos aficiones y gustos muy similares entre comida, cine, música y otras cosas. Lara estaba atareada o ocupada con un nuevo novio al que visitaba a menudo. Con Alex solo nos vimos alguna veces de manera casi fugaz; entraba al piso, saludaba, nos contaba algunas cosas, se iba a la habitación y apenas salía solo para ir al baño o, simplemente, no aparecía durante tres o cuatro días los cuales pasaba en casa de sus padres mejor alimentado y cuidado.

Por el contrario yo y Marta hacíamos compra para cocinar a medias, compartíamos vino y, en más de una ocasión fuimos al cine, teatro, concierto o miramos una película en el sofá de casa.

Es en ese sofá donde se formó mi mayor fantasía o mejor dicho obsesión y donde salió mi lado más perverso, alimentado, está claro, por el desea hacia esa muchacha tan hermosa y deseable. En un primer momento, tuve dudas de si esa relación tan cercana podía cobrar una dimensión mayor en mi vida y fantasee en lo dichoso que me habría sentido. Pero al ser muy observador y cauto, por suerte, me fui dando cuenta que lo que se estaba formando era una buena amistad. Una amistad desequilibrada, esos sí, pues si bien apreciaba mucho esa situación y confianza, mi polla se ponía gordísima solo de notarla cerca. En esos días experimenté cosas que si bien las había imaginado o pensado, jamás las había hecho. Pero la situación las provocó casi de forma natural. Así de natural me sorprendí husmeando en su ropa “sucia” y pajeandome con sus bragas y tangas, al igual que haciéndome pajas con sus fotos de facebook. Cuanto más nos relacionábamos, más confianza teníamos, más natural se paseaba por casa sin sujetador, y más natural nos tumbábamos con ropa de verano o de cama a ver una peli en el salón. Mi mente se nutria de deseo, pues pasaban cosas que la alimentaban. Así pasaron varias semanas, avanzaba el verano, su piel se ponía más morena casi a la par que aumentaba mi deseo. Yo ya dudaba de si había llegado al límite de mi calentura o podía eso ir a más? A mediados de agosto, mis dudas se despejaron de golpe, pues lo que parecí una noche de “salida normal” a tomar algo, me hizo empezar a vislumbrar los horizontes posibles de la excitación y el placer.

Recuerdo que esa noche, finalmente, acudimos a un concierto en un Pub, en el cual nos pusimos a hacer un juego de tratarnos como desconocidos. La propuesta la hice yo, pues como dije, ella estudiaba interpretación y me pareció divertido. Aceptó de inmediato y preguntó hasta donde quería llegar. Yo en broma le dije que hasta la cama, ella sonrió y dijo que estaba de coña..pero que podríamos llegar al beso..como en una peli. Esa broma había salido con anterioridad, y ese momento vino a huevo. Yo para añadir juego y morbo añadí; con lengua! Nos reímos y nos separamos para jugar.

Debo decir que para quién lo quiera intentar y sepa jugar y ponerse en el papel, puede ser muy morboso. No sé si fue por la bebida o por las ganas que fué increíble. Los dos jugamos como profesionales. Realmente tenía la sensación de flechazo con una chica guapísima y empezar a ligar con ella. Solo los dos primeros besos al presentarnos, rozarla o darle la mano para acompañarla a la barra. Pagarle una copa. Tocarla con ternura flirteando. Estuvimos un buen rato así y se notaba que ella lo estaba disfrutando, me atrevería a decir que estaba cachonda también. O muy cachonda. Me atreví a poner mi mano encima de su muslo con un vestido y a bajar mi mano por su pierna mientras hablábamos con nuestras caras muy cerca, respondiendo a preguntas de las cuales ya sabíamos la respuesta pues nos conocíamos de sobra, pero siempre añadiendo algo nuevo o gracioso. Un par de veces le miré la boca cuando hablaba en señal que quería besarla. Dudamos. Y al final, imagino que alimentados por el alcohol, nos comimos la boca en un morreo que me pareció eterno y que le metí la lengua de forma lasciva. Ella hizo lo mismo, y ahí entendimos que en ese ámbito (sexual) , hablábamos el mismo lenguaje. Mi polla se puso a reventar y se notó enseguida bajo mis pantalones. Se separó, me miró, miró mi paquete, se rió, y fin del juego.

La noche transcurrió como de costumbre y como si nada extraño hubiera pasado, solo que mi mente calenturrienta estaba más ardiente que nunca. Al volver a casa juntos solo fantaseaba en empotrarla en algun portal, levantarle el vestido, sacarle las tetas, romperle las bragas, penetrarla y embestirla como un animal. En mi mente se mezclaban sensaciones de estima y ternura hacia mi amiga, y bajas pasiones de posesión, placer extremo y lujuria con ese bellezón que me ponía cerdísimo.

Al llegar a casa nos tumbamos en el sofá. Yo incorporado y ella con su cabeza en mi regazo. Ya solo tumbarse me advirtió que si se quedaba dormida la llevara a su cama, por favor. “-No te vas a despertar siquiera? “le pregunté. A lo que contestó, “- cuando me quedo frita, me quedo frita de verdad”. Esa afirmación no hizo más que calentarme más con la idea de pensar que dormida era vulnerable. No tardó en dormirse y yo en empezar a calentarme más y más. Analizé la situación rápidamente. Lara estaría dormida y Alex no estaba en casa.

Mi primer paso fue llamarla flojito por su nombre, para ver si se despertaba. Nada. La zarandeé un poquito y nada. La llamé nuevamente y la zarandeé un poquito más, pero esta vez no en la parte de su hombro sino por la parte superior del muslo casi en la nalga. No dijo nada. En ese punto mi polla se puso dura de golpe, como un latigazo, y mi corazón se aceleró. Le susurré su nombre ya sin intención de despertarla solo de calentarme más ya que a la vez de llamarla le empecé a tocar su culo, primero de forma suave en una combinación de caricia y movimiento para subirle el vestido. Pronto apareció su nalga desnuda y la visión de un tanga bien sexy de encaje negro. La zarandeé un poco más y ya sin miedo me incorporé ladeado hacia mi derecha sobre su cuerpo y con las dos manos le agarre el culazo hasta llegar a besarlo. Estuve un rato embriagado de excitación, su cabeza encima de mi paquete durísimo y yo que empezaba a darle lametones por donde podía. Mi mano bajo a su entrepierna y suavemente con los dedos empecé a tocar su zona íntima, mi tesoro. Ahí estaba el agujerito que, probablemente, más deseaba en el mundo y seria así por bastante tiempo, de eso estaba convencido. Agujerito o agujeritos. Así pensaba en ese momento mi mente perversa.

Aparté el tanga y deslicé un dedo hacia la zona más íntima. Era una noche ya de calorcito, llegamos de fiesta, así que la zona estaba húmeda, quizá más de lo que esperaba y eso me puso más cerdo. Por un momento me serené, respiré y me dije; disfruta el momento. Necesitaba tocarme, así que me reincorporé de nuevo , me escurrí un poco por debajo de ella y como pude, con la mano izquierda me saqué el rabo…estaba durísimo, a reventar, hermoso y con el glande hinchado listo para penetrar lo que fuera ya con gotas de liquido preseminal asomando en la punta. Me puse cómodo de nuevo, recoloqué su cabeza mirando hacia mi polla. Si en ese momento hubiese abierto los ojos, la imagen que habría visto seria mi rabo en su máximo esplendor. Con la mano derecha empecé a masturbarla., lentamente y suave pero siguiendo bien su anatomía para no hacer ningún movimiento brusco. La notaba muy mojada. Yo también empecé a pajearme de forma muy lenta (no quería correrme de tanta excitación), pero al igual por el momento y el morbo estaba al límite. Miré su carita dormida, solo iluminada por la lámpara del comedor y los diferentes destellos de la pantalla. Estaba guapísima. Miré su culo desnudo y mi mando masturbándola. Necesitaba alguna imagen más. Acerqué mi mano a su vientre…lo toqué, acaricié.. hice durar el momento… yo mismo me daría el premio. Y en pocos segundos ya pude agarrar una de esas tetas tan deseadas. Palpé su tamaño, imaginé su peso aunque no eran grandes y sin pensarlo le bajé suavemente el tirante del vestido hasta medio liberarla. UUfff.. Qué perfección, que pezón más rico, de tamaño mediano-pequeño, oscuritos. Y los pezones tenían un aspecto como de estar en guardia. Ni en reposo, ni extremadamente erguidos. Acerqué mi polla a su boca suavemente, y me di el gusto de tocarla con mi glande y dejarle unas cuantas gotas de líquido en sus labios, hasta el punto que al retirarla un poco, un hilillo de precorrida nos unía. Ufff.. eso me calentaba, era como marcarla, dejar mi sello en ella, pura posesión….. estaba por correrme, solo de la imagen y situación, tan siquiera necesitaba un acto de penetración salvaje como a mi me gustaba, era tal el morbo que habría estallado. Pero quería más.

Recompuse la escena, la aparté con sumo cuidado y me aseguré otra vez de que estaba “muy dormida”, así que no tuve más remedio que cogerla en brazos y llevarla a su habitación. Lo primero que hice fue cerrar bien la puerta y prender la luz de la mesilla para crear un ambiente sensual. Ella estaba boca arriba con la cabeza ladeada hacia la pared. El vestidito estaba tan subido que ya dejaba per el tanga de encaje por la parte frontal y tenia transparencias. Subí lentamente la parte de la faldita y uff…como le quedaba ese tanga. No pude resistir meter mi boca , besar, oler y dar un lametón aún por encima de la prenda.

Miré hacia arriba y vi los dos bultos de esas dos tetas que se me apetecían como almíbar. Se me juntaba el trabajo. Cuidadosamente le bajé los tirantes del vestido. Por última vez la llamé por su nombre como justificando mi acción y le dije que le iba a poner el pijama. Ni una palabra por su parte, así que mi ser más perverso afloró sin complejos y empecé a hablarle ya con el único objetivo de calentarme. “ -te voy a comer esas tetas que tanto te gusta presumir por casa con escote , pedazo de zorra”, le susurré al oído. “-pórtate bien putita, me tienes muy cerdo”. Me encantaba poder decirle esas cosas y, por algún motivo pensaba que si existía su zorra interior, al igual que mi ser interior perverso, seguro estaría disfrutando .

Lentamente liberé sus tetas y no pude resistir a comérselas…eran deliciosas…ya definitivamente su pezón estaba duro…me estaba comiendo las tetas de mi amiga Marta a placer. Sentado a su lado saqué mi pollón, pues estaba que no cavia en la habitación, y me empecé a masturbar. “-mira como me has puesto el rabo pedazo de puta”, le decía a la vez que le agarré la mano y le hice agarrarme la polla con mi ayuda. Usaba su mano para masturbarme y pensaba que quizá en sus “sueños” podría notar su dureza y volumen. Estaba que ardía. Le bajé el tanguita poco a poco ya al límite de mi excitación y ante mi apareció el coñito más perfecto que había visto jamás; labios rasurados, rosaditos, brillantes por el sudor o “flujos”, un triangulito de pelo bien arreglado en el monte de venus. Lo que si era cierto es que si bien yo no era un tipo demasiado guapo, mi polla si hacía buena pareja con ese hermoso coñito. “-uuff que coñito más delicioso tienes Martita”. Empecé a masturbarla nuevamente y en mi cabeza ya solo pensaba en abrir sus piernas y penetrarla hasta el fondo. Estaba muy excitado. De repente, ella soltó un pequeño gemido. “- uffff, así me gusta putita, que disfrutes, ya veras cuando te folle..”. Estaba poseído. Me incorporé para ponerme delante de sus piernas…las abrí y uffff….estaba por reventarla, pero por algun motivo quería que eso durara eternamente. Miré de nuevo su hermosa cara, vi a mi querida amiga Marta y de repente me serené un poco. Por dentro le di las gracias por dejarme disfrutar tanto (auque fuera de forma incosciente) y recordé que la apreciaba mucho.

Lentamente me puse entre sus piernas y me dispuse a comerle el coño “-veras como te gusta cerdita, seguro que quieres correrte en la boquita de tu amigo Toni”. Le iba a hacer la mejor comida de coño de su vida. Estaba tan excitado y me gustaba tanto ese coño, su forma, olor, flujos, todo, que tenía sensación de borrachera al comérselo, borrachera sexual. “- que rico esta hija de puta, como que me escondes esta delicia?”..ufff…se lo lamia con mucha dedicación, me acercaba a su clítoris y lo bordeaba, no quería ser bruto ni directo, de vez en cuando un lametón, dos, tres…me ayudé con un dedo empezando por la parte inferior, pero sin introducirlo, no conocía sus preferencias y no quería sobresaltos. Dentro era el lugar ideal para mi pollón. Estuve volcado en ese manjar varios minutos. Su respiración se aceleró un poco, o eso me pareció. En medio de mi embriaguez recuerdo oir algun pequeño gemido, lo cual solo hizo que excitarme más pero no sabía cuando parar, pero como por arte de magia o como si su subconsciente me escuchara…. “- Martita, eres una buena zorra, te voy a violar y te voy a dejar el coño lleno de lefa, chorros y chorros de semen te van a inundar por dentro de lo cachondo que me pones que no podré controlarme…te gustaría eso eh puta perra?”, esas palabras pareció que surjieran efecto y, a los pocos segundos de decirlas, noté que me ardían los labios al estar pegados a su coño y, a decir verdad, juraría que afloraron una cantidad mayor de flujos que se mezclaron con mi saliva. ¿se podría haber corrido dormida?. Mi polla se puso a reventar, me puse de rodillas frente a ella, primero le froté la polla en su entrada, la mezclé con los flujos, quería empujar a reventar, pero a la vez quería que no se rompiera nada. Eso debía continuar, eso solo era el principio. Subí y me puse de rodillas como encima de su estomago sin sentarme. Agarré de nuevo su mano y la usé para masturbarme. Le comí las tetas de nuevo, le cogí la cara y con cuidado la giré un poco para tenerla de frente. “- vas a ser mía puta perra, mira como me has puesto el rabo de duro, y esto no va a quedar así…te lo voy a meter..y quiero sentirte bien calentita por dentro y bien mojada…serás mía, lo entiendes zorra? Me voy a correr, quieres mi leche?” La imagen que tenía el placer eran inmensos, así que enseguida noté como la corriente del orgasmo empezaba a subir desde la zona inferior de la espalda, mis huevos, mi polla, y como los dos primeros chorros salieron disparados impactando en sus tetas, su barbilla, y los chorros siguientes siguieron manchando su Barriga, ombligo..”-toma puta, te la vas a tragar”. El orgasmo fue increíble. Por unos segundos me quedé abatido.

Al rato, me puse de pié, la limpié con dedicación (todavía disfrutando de su perfecto cuerpo) , le puse algo de ropa de cama y la dejé lista para dormir.

Al llegar a mi habitación, todavía estaba excitado. Tuve el pensamiento de ir de nuevo a su cama y penetrarla, pero sofoqué el calentón con otra paja y corrida brutal. Mi obsesión ahora era saber hasta dónde podría llegar.