Mi historia con ella es compleja y paso todo en tan poco tiempo

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Mi nombre es Leticia tengo 25 años, a pesar de mi edad, he continuado siendo una persona bastante sumisa, tanto con mi padre como con mi pareja, eso me ha traído algunas consecuencias. Actualmente sigo con mi novio, a pesar de existir una serie de separaciones en distintas oportunidades, volviendo cada vez de esos alejamientos a casa de mis padres, a lo que se suman los reproches de esos retornos esporádicos, no hay dudas de que esa convivencia, se había convertido en una relación toxica.

En una de esas separaciones estaba en la plaza cerca de la casa de mis padres, y mientras escuchaba música con mis auriculares, paso una mujer de 40 anos, paseando su perro, muy elegante, donde su tupido pelo enrulado enmarcaba su hermoso rostro, dándole un porte envidiable. La miré asombrada por su manera de caminar y además a pesar de su edad, mantenía una llamativa belleza. Al percatarse de mi mirada, esbozo una leve sonrisa como saludándome o agradecer mi mirada de admiración, devolviendo su expresión de la misma manera. A lo que continúe escuchando música intentando acomodar mis ideas y tratar de terminar con José, mi pareja, que acabábamos de tener otra discusión.

Días después sentada en el mismo banco, pensando en que debía de retomar a mis estudios y/o buscar un trabajo, vi a la misma mujer caminando con su mascota, cuando al pasar a mi lado me saludo afablemente, respondiéndole de la misma manera, enunciando una sonrisa.

En esos días volví a retornar con Cristian, mi pareja, por supuesto a las semanas volvíamos con nuestra problemática, tratando de no retornar a la casa de mis padres, para evitar ese conocido “Viste, te dije”, donde mi papá siempre me ha sometido y hasta desvalorarme, no así a mi hermana bastante menor

Dio la casualidad que una tarde fui al shopping, a distraerme, después de otra disputa con mi pareja, mientras caminaba mirando las vidrieras, probándome alguna prenda, me cruzo con la mujer de la plaza, por supuesto muy bien vestida. Nos detuvimos como para entablar o entrecruzar algunas palabras.

“Hola, como estas, que haces por acá” me dice amablemente.

“Hola, bien, entreteniéndome un rato” le contesto. Dijimos algunas cosas más, y cada una continua con su camino. Decidí tomarme un café cuando entro y la veo a ella sentada cerca de la ventana, haciendo una seña de invitación a su mesa, sin dudarlo, me acerque.

Nos presentamos, me dijo llamarse Evy que hacía poco que se había mudado, que vivía cerca de la plaza, daba la casualidad que mis padres vivían a 2 o 3 cuadras de su casa, que era Contadora, y que no conocía a mucha gente, por el barrio.

En definitiva nos quedamos hablando bastante, una mujer muy agradable y fina, me sentía algo cohibida con ella por su aspecto, aunque cómoda, porque abarcamos varios temas, en una conversación muy amena y fluida. Cuando nos dimos cuenta habían transcurrido como 2 horas, me dijo que me llevaba, pero estaba cerca de lo de mi pareja, y le dije que tenía que hacer otras cosas, que nos podíamos ver otro día. Después de despedirnos, me fui contenta, ese casual encuentro, o posiblemente una nueva amistad, algo que me ayudo a mejorar mi estima y olvidarme por un rato de mis problematicas..

Mi situación seguía igual, no soportaba en casa de Cristian, como tampoco en lo de mis padres, no tenia para alquilar algo, así que opté por seguir con mi pareja, traté de encontrar a Evy, pero no tuve éxito, obviamos darnos nuestros numero de celular, así que frecuente la plaza, camine por la zona que vivía, pero no la encontré.

Como a los quince días o mas de nuestro encuentro en el café, yendo para lo de mis padres la vi salir de su casa, corrí y al acercarme la abrace, sorprendiéndose por mi reacción tan impulsiva.

“Disculpa mi actitud, pero quería encontrarte” le comento casi sin aliento

:”Esta bien, ahora tengo que ver a un cliente, pero dame tu numero, que te llamo, en cualquier momento”

Nos despedimos, para dirigirme a lo de mis padres, que me dio la impresión no iba a llamarme, pero mantenía la esperanza que se produjese. Estaba impaciente como una chiquilla esperando su llamado, había algo que me atraía de esa mujer, como que tenía un poder de seducción, su prestancia, no sé que realmente pero a pesar de la diferencia de edad, amistad estaba interesada en mantener una amistad.

Pasaron un par de días y supuse que no era de su interés, hasta que una mañana, sonó mi celular, que al oír su voz sentí una gran alegría, y más lo fue al decirme que me invitaba a su casa a tomar algo. El corazón pareció darme un vuelco, no porque sintiese algo hacia ella, sino por el hecho de invitarme a su casa.

Nuestra amistad se desarrollo rápidamente, me sentía alagada al estar con esta mujer prácticamente desconocida, pero se comenzó a crear un vinculo algo especial, o por lo menos distinto que cuando lo hacía con chicas de mi edad. Lo que un día al irme de su casa me dio un beso en los labios, mirándome de una manera extraña, que ha pesar de ese comportamiento, diría que fue de mi agrado. Al punto que días después la visite retribuyendo su beso, moviendo la cabeza y haciendo un gesto de conformidad.

Me agradaba estar con, Evy, me comprendía, escuchaba cuando le contaba algo, digamos que en esos apenas diez o doce días de encontrarnos, parecía que nos conocíamos desde siempre. Pero mi mayor alegría en ese corto periodo fue cuando me comentó que tenía un casamiento y le encantaría que la acompañase.

“Me gustaría, pero…. “ le digo aunque antes de terminar me dice

“Es por tu pareja, tus padres, o que? Responde.

“Es que no tengo un vestido adecuado” le digo tímidamente

“Tonta, tengo varios que te quedarían mejor que a mi”

Y tomándome de la mano, me lleva a su dormitorio, abriendo su closet, retirando varios vestidos poniéndolos sobre la cama.

“Creo que uno de estos seria en apropiado, haber pruébate este primero”

Dándome un vestido largo algo escotado, me saco la ropa para probarlo, cuando me dice:

“Quítate el sostén”

Algo tímidamente lo desabroché, girándome como evitando vea mis senos.

“Vaya son tan feos que evades que los mire”

“No, me dio algo de vergüenza”

Mientras termino de sacar, girándome hacia ella, dejando observar mi torso desnudo.

“Me encantan tus pechos, son muy apetecibles”

La mire algo ruborizada, por sus palabras, mientras me colocaba el vestido, era algo largo, con un tajo que casi llegaba a la cintura pero Evy, dijo que se podía acortar y me quedaría perfecto, busco unas sandalias con tacos altos, que me quedaban preciosas, evitando acortar el vestido.

Me quite el vestido y las sandalias, quedándome mirando a Evy, que me observaba de una manera bastante sensual, no sé porque pero me mantuve estática, esperando algo. Se acerco, mientras me decía, que le encantaban mis pechos, a la vez que suavemente los rozó con suma delicadeza, que al sentir su contacto un cosquilleo barrio mi cuerpo, al momento que sus labios tocaban los míos.

El sonido de su celular nos trajo a la realidad, mientras iba a tenderlo, me vestí algo abrumada por ese leve momento, por haber sido interrumpido o por temor a entrar en un campo desconocido para mí.

Evy tuvo que salir y yo regrese a casa de mi novio, no con demasiado entusiasmo.

Llegó el día de la fiesta del casamiento, a Cristian no le hizo demasiada gracia que fuese, así que para variar, terminando en una nueva discusión.

Fui a la casa de Evy antes de lo previsto, esperándola en la puerta, apenas llegó se lamento por hacerme esperar, entramos, el perro estaba como loco saltado de una a otra. Era aun temprano, tomamos algo, hasta que mi amiga se fue a duchar, al salir tenía una bata bastante abierta, mostrando bastante de su cuerpo desnudo, creo que sentí una cierta atracción a lo que veía.

Nos maquillamos, o más bien ella lo hizo conmigo, tocándome suavemente o acariciando mi cuello, una especie de flirteo. Me quite el corpiño y me puse el vestido, cuando Evy me dice:

“Quítate las bragas, se te marcan, sobre el vestido”

La miré algo sorprendida, pero acate su orden, sin demasiado recato, a pesar de ser bastante escrupulosa.

“Realmente estas divina y súper sexy” mientras besaba suavemente mis labios.

La fiesta estuvo fantástica y notaba como que Evy se vanagloriaba de ser su compañía, cosa que me alegraba esa nueva posible relación.

Cerca de las 2 AM se fueron los novios, al rato nosotras, Evy me pregunto si me llevaba a casa de mi novio, le dije si está bien, aunque interiormente no era de mi mayor agrado. Había tomado más de lo acostumbrado, me recosté contra Evy mientras manejaba, al llegar a mi destino, paró el auto, comenzó a acariciar mi rostro.

Si bien nunca había tenido un acercamiento lésbico, sentía hacia ella una atracción, su leve contacto me alteraba mi interior, posiblemente parte de la bebida ingerida, ayudo a ir entregándome lentamente, permitiéndole plasmar sus deseos.

Me fui acurrucándome cerca de ella, como buscando un cobijo o su cariño, hasta que sentí que su mano apoyarse en mi rodilla, desplazando parte de mi vestido, el corazón comenzó a acelerarse, sintiendo como su palma se desplazaba por mi entrepierna, libre de prenda como consecuencia de ese gran tajo lateral y la carencia de mis bragas, la que fue recorriendo mi extremidad libre de prendas.

Cayó el bretel derecho, quedando mi pecho desnudo, ahí nos besamos mientras su mano llegaba a la unión de mis piernas, intentado separarlas, hasta percibir sus dedos hurguetear, en mi sexo, que comenzaba a humedecerse, mientras los besos se fueron intensificando, abriendo mas mis extremidades para sentir como sus largos dedos buscaban el interior de mi intima cavidad. Ese arduo y conciso contacto me fue llevando a un estado de total enajenación, conteniendo mis convulsivos gemidos, llevándome a un estado de total exaltación, cuando me dice:

“Vamos a casa”

“Lo que quieras” le contesto sin pensar en nada, manteniéndome contra su hombro, presta en acatar todos sus peticiones.

Apenas entramos nos besamos en la puerta, mientras el perro nos saltaba sin darle demasiada importancia a sus agasajos. Paradas cerca del sofá, desplazo los breteles de mi vestido, deslizándose por mi tersa piel hasta quedar en mis tobillos, hasta quitarlo, al igual que mis sandalias, entregando mi cuerpo desnudo con total desenvoltura a esa mujer, que si bien conocía unos días atrás, no sabía casi nada de su vida.

Me giró apoyando mi espada contra su pecho, sintiendo como sus manos me abrazaban, basando mi cuello, lamiendo y mordisqueando el lóbulo de mi oreja, conduciéndome a un estado de total éxtasis. Sus insistentes manos recorrían mi cuerpo, tironeando mis pezones, oprimiéndolos hasta hacerme gemir, pasando por mi abdomen, hasta llegar al monte de Venus, incrustándose una y otra vez en mi vagina, impregnado sus dedos para llevarlo a mi boca.

Intente girarme, pero con suave shhhh, impidió mi intensión, era algo alucinante esa manera en que elevaba mi temperatura, acelerando mi corazón, me hizo separar bastante mis extremidades, apoyando mi cabeza sobre su rostro, para lamer mi cuello. Cuando sentí a su perro acercarse a nosotras, automáticamente traté de echarlo, pero Evy, me dice:

“Tranquila amor, déjate llevar, tendrás un hermosa experiencia”

Me recosté mas pegada a su cuerpo, dispuesta a disfrutar de una nueva experiencia, continuando con esas sutiles y penetrantes caricias, hasta que el frio hocico del animal, rozaba mis labios vaginales, ese contacto atípico y frecuente, eran imposible de desechar.. Cuando la lengua del animal, comenzó a lamerme ávidamente, mi sexo totalmente alterado, que si bien un gran asombro me embargaba, no podía desprenderse de ese acometimiento animal.

Sentí que la boca de Evy succionaba y mordisqueaba mi cuello, parecía incitarse al verme entrar en ese estado de estimulación, oprimiendo mas mis pezones erectos, mientras la lengua del can se aceleraba mas contra mi intimidad. Gemía fuertemente mientras me reclinaba contra mi amiga, para no caer, al sentir que mi acosado cuerpo estaba entrando en un estado de catarsis, en donde una serie de convulsiones comenzaron a surgir con total fluidez, donde mis gemidos parecía estimular a mis gestores.

Al evitar de contener mi orgasmo, mi cuerpo inerte fue sostenido por Evy que me acostó en el sofá arrodillándose a mi lado acariciando mi rostro para besarlo tiernamente

“Te agrado, amor o prefieres regresar a tu casa? Me pregunto,

La abrace y besé su boca en testimonio.de afirmación. Si bien no estaba totalmente lucida, recuerdo que después de eso me acostó en el sofá, levantando mis piernas, sujetándolas con mis brazos, quedando mis aberturas a total disposición de ella, donde sus dedos y su lengua se fueron haciendo dueños de mis partes más intimas, introduciendo tanto mi vagina como mi ano, era algo alucinante.

Ese acoso no tardó en llevarme a un estado de impotencia, disfrutando ese acto lúdico, donde me llevaba a un estado de total arrebato, aumentando mi estado cardiaco, y gimiendo ante ese acometimiento indescriptible. Me vine nuevamente, donde eso no parecer cesar con ese acoso, sus fuertes palmadas en mis glúteos, sumado a ese continuo y frenético embate.

Mis convulsiones no demoraron en repetirse, al punto que unos chorritos de orín fueron expedidos, acto que me termino avergonzándome. Bastante agotada, Evy me llevo a su dormitorio, me acostó, y no recuerdo mas nada.

Me desperté muy cerca de la madrugada, con ganas de orinar, Evy reposaba a un costado de la cama, algo dormida, camine hasta el baño, sentándome en el inodoro, cuando se asomo el perro en la puerta, moviendo su cola, donde me trajo a colación lo sucedido horas atrás.

Me limpie, mientras me lavaba las manos vi en mi cuello una marca roja a igual que en mi teta, producto de esa chupada que me efectuó mi amiga, me sonreí como aceptando, pasé junto al perro, acaricie su cabeza, regresando a la cama levante la sabana, viendo el cuerpo desnudo de Evy, realmente muy fascinante, contemple sus curvos y seductores glúteos, y me acosté, sin antes no ofrecerle un leve beso en su espalda.

.Cerca del mediodía, unas leves caricias me despertaron, cuando termine de despabilarme, me dio un leve beso, antes de apoyarme la bandeja con el desayuno, que me lo devore, posiblemente por las energías gastadas, horas atrás.

Traté de disculparme por haberme dormido, dejándola sin llegas a aplacar su necesidad fisiológica., a lo que me respondió:

“No te preocupes, se superar esa negligencia”

No pregunté como lo hizo por una cuestión de intimidad, en el momento que me da un beso y me dice:

“Cuales son tus planes para el resto del día?”

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