Mi nombre es Sophie, soy una joven gatita que descubrí mi lado oscuro lleno de pasión y de necesidades sexuales
Buenas noches, querido lector. Espero estés pasando un momento agradable. Como sabes, si hay algo que caracteriza al ser humano es su apetito sexual que a veces, es un poco extraño. Desde fetiches hasta pasiones asesinas, como especie buscamos algo con lo cual desahogarnos del día y la rutina. Hoy y si me permites en un futuro, claro, nos aventuraremos en el caso de una muchacha cuya curiosidad sexual la lleva a meterse en problemas, la mayoría de las ocasiones; pero en otras, descubre un punto peculiar en cada encuentro que lo vuelve único. Creo que ya has dado cuenta de su nombre, por lo que ella misma narrará la historia en primera persona y bajo percepción suya. Goza.
Introducción
Hola, soy Sophie. Tengo 23 años y soy originaria de México. Actualmente vivo con mi madre y padrastro. Estudio diseño en «X» universidad y este año me graduo con honores. Para deleite de tu imaginación, mido 1 63 m de altura y peso 66 kgs (unos 3 kgs arriba de lo ideal, pero no me molesta tener de más). Cabello rizado al hombro color castaño y piel clara, aunque bajo al sol recibe unos toques dorados haciendome ver como una trigueña. Ojos grandes y marrones, que se caracterizan por destellar un brillo peculiar. Nariz recta y alargada que hace perfecto contraste con mis labios gruesos que denotan una tonalidad rosa.
Nunca he tenido él cuerpo de una supermodelo, pero tampoco estoy de mal ver. Lo que siempre ha destacado es él tamaño de mi busto. Copa D desde los 15, no sabes que difícil resulta comprar un brassiere. A pesar de tener 74 cm de cintura, siempre ha estado marcada haciendome ver de cintura pequeña. Caderas prominentes que miden 103 cm, muslos gruesos y unas nalgas que si bien no están muy paraditas, son firmes y aguantan unas cachetaditas.
Te preguntaras que hago aquí. Bueno, desde hace tiempo vengo leyendo los relatos de este sitio y me animé a crear una cuenta para narrarte mis pequeñas aventuras donde, a veces terminan en tragedia y otras, en experiencias inolvidables.
La primera persona con la cual tuve intimidad, resulta ser mi amor platónico desde los 13. No mencionaré los nombres por respeto a la privacidad así que lo llamaremos «Jay». Pero esa historia te la cuento en él siguiente capítulo.
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