Mi perro me volvió su perra

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Antes de empezar quiero decirles que porfin me anime a sacarme una foto teniendo sexo con un perro aqui se las dejo, tambien me grave en un video si quieren verlo entren a mi perfil para que lo puedan ver. 

cuando estaba en mis años de colegiala. Las mujeres entenderán que a esta edad las hormonas nos traen de cabeza, y la curiosidad por el sexo y lo prohibido comienza a ser parte de tus pensamientos constantemente. Estaba con una amiga, y nos pusimos a buscar paginas de sexo para curiosear, y de repente entramos en una de zoo. Las dos nos quedamos mudas de la impresión.

A mi amiga le pareció horrible, sin embargo, algo a mi me movió muy profundamente y despertó un deseo en mi. No les voy a negar que la idea me parecia muy loca, pero despues de enterarme mas, ver imágenes y saber de muchas mujeres que lo hacen, decidi que lo intentaría… aunque no había decidido la fecha y menos del modo en que sucedió.

Nunca había tenido relaciones sexuales; no soy alta, pero tengo un cuerpo muy lindo, mis senos son pequeños, pero tengo una cintura menudita y mis nalgas son muy redondas y paraditas, y caderas lindas, por lo que muchos chicos me deseaban, pero sólo habia tenido un novio y lo mas que habíamos llegado era a que me tocara en mis partes íntimas, pero sin que me penetrara. Tengo un San Bernardo de 4 años que se llama Ursus. Es un perro muy grande y juguetón. Había notado que cuando en algunos momentos yo estaba excitada o estaba en mis dias, se acercaba y comenzaba a olfatearme. Me hacía cosquillas, pero no había pasado a más. Era una mañana de muchas en qu estaba sola en casa, Ursus anda siempre por la casa y a veces se mete a mi recamara. Ese día me acababa de bañar y estaba escuchando música a un volúmen un poco alto; sólo tenía una toalla puesta rodeando mi cuerpo, y otra sobre el cabello.

Ursus e

estaba en mi recamara y estaba echado cerca del ventanal. Despué sde haber leído y visto las fotos, estuve curioseando sobre su verga, la cual se veía bastante grande; yo sólo se la sobaba, pero nunca le hice sexo oral ni nada parecido. Me quité la toalla y comenzé a buscar un par de tenis que no encontraba, me agaché para ver si se encontraban debajo de la cama, quedando sobre mis brazos y rodillas apoyadas, cuando unos momentos después sentí la naríz de Ursus olfateando mi vagina.

La sensación era extraña, pero me puso la piel de gallina. Me quedé ahí, inmóvil y comenzó a lamer mi vulva. No les puedo describir la sensación…era simplemente fantástico… hasta parecía que sabía cómo hacerlo. Por mi cuerpo corrían como pequeños choques de electricidad que me tenían jadeando y moviendo mi cintura en círculos arriba y abajo sin que yo lo hubiera notado. Creo que ese momento tuve 2 o 3 orgasmos que sacudieron mi cuerpo. Recuerdo que todo me daba vueltas y mi respiración era tan agitada que parecía que el corazón me saltaria del pecho.

La verdad es que a pesar de que ya habia decidido hacerlo, todavia necesitaba ganar un poco mas de confianza, y no tenia pensado de ningun modo que fuera ese día… bueno, eso creia yo. Después de recuperarme de los orgasmos, me apoye sobre mi cama, que no es muy alta, para tomar un poco de aliento y vestirme.

De pronto, Ursus se subió por detrás de mí, dejando su peso sobre mi espalda, lo cual me dejo inmóvil y empecé a sentir que se movia torpemente como intentando hacer contacto con mi vagina. Empecé a sentir que algo muy caliente y húmedo que golpeaba entre mis muslos y luego hasta mi ombligo. Alcancé a ver por un lado y veía su verga gigantesca… le llegaba casi al suelo, era muy gorda y roja con muchas venas, echaba gotitas d elíquido blanquisco. Le trate de ordenar que se bajara y no me hizo caso, me traté de mover, pero el peso no me dejaba, y él seguia insitiendo en sus movimientos. Muchas cosas pasaban por mi mente… miedo, mi virginidad, incertidumbre… pero también un cierto deseo escondido.

Pensé que tal vez por su estatura, no lograría hacerme nada si me trataba de resbalar hacia abajo para poder salirme… fue la idea más estúpida !!! Fue ahí cuando de algún modo le quedé en el ángulo correcto… y en un movimiento de su cadera, pasó todo. No les puedo decir qué sucedió exactamente, por qiue cuando hizo blanco en mi vagina, todo se me puso blanco; sentí un dolor terrible en mi vulva, y como si algo me atravesara y me quemara por dentro. Recuerdo que el dolor era inmenso y emepecé a llorar, emepzó a embestirme con una fuerza brutal, me tenía bien agarrada de las caderas y era tan fuerte su ritmo, que me aventaba hacia delante en cada empujón. Cada vez que la metía toda, sentía cómo me empujaba la matríz muy adentro, sentía como si me la fuera a sacar por la boca. El dolor no cesaba, y cada vez su verga se iba haciendo más grande y gorda. Sólo quería que acabara y se saliera para librarme de eso.

Mi mente estaba dando vueltas, y lejos de estar llevando la secuencia de las cosas, estaba tratando de lidiar con el dolor que me mataba; jamás me pasó por la mente lo de la bola, aunque recuerdo que sentía una cosa gigante que golpeaba entre mis nalgas casa vez que me embestía, pero no lo hice consiente, hasta que lo hizo. En un momento, se detuvo y me jaló hacia él apoyándome más con sus manos, e hizo un movimiento como de acomodo de la cadera… entonces supe lo que estaba pasando. Sentí la bola enorme justo entre mis nalgas, presionada contra mi vulva, y Ursus dio varios empujones cortos pero con mucha fuerza. Recuerdo cuando empecé a sentir más y mas presion de esa bola en mi vagina, el dolor ahora era terrible. Sentía como se me abria la vagina y comencé a gritar, sentía como si me estuvieran partiendo a la mitad, y seguía empujando más y más… creo que perdí el conocimiento por unos segundos. Cuando me recuperé la tensión en mi vagina era inimaginable, yo creo que así se debe sentir parir un hijo.

Poco a poco el dolor se transformó en una sencación de placer-dolor, por que nunca me dejó de dolor, pero empecé a sentir algo muy raro, una sensación de que me lenaba con algo caliente por dentro, muy caliente, y cuando menos lo pensé, estaba teniendo un orgasmo, y otro, y otro más.

Ursus se dio la vuelta, y se bajó de mí, quedando pegada mi vagina con su verga. Ese movimiento me dolió por que cuando tironeaba sentía que me iba a voltear la vagina hacia fuera, se sentía muy tensa por lo que tocaba con mi mano, y se sentía como si la bola empujara mi vulva hacia a fuera.

Afortunadamente se quedó quieto, y empezó de nuevo a aventar sus chorros ardientes de semen y me escurrían por las piernas; de nuevo, me vine una y otra vez, hasta quedar exhausta. Estuvimos pegados cerca de 40 minutos, y ya comenzaba a deseperarme por que no me la sacaba y seguía pegado a él; me tenía tranquila saber que mi familia no regresaría hasta la noche, así es que pude ser paciente. Poco a poco disminuía la presión de su verga dentro de mí, pero no mucho. Entonces empezó a tironear con fuerza y de un jalón me la sacó. Me dolió mucho, pero por fin me había soltado.

No sé cuanto fue, pero me salieron cantidades muy grandes de semen de mi vagina, y con mucha sangre. Me asusté, pero recordé que era normal sangrar en tu primera vez.

Tenía la vagina muy dilatada, me podía entrar con toda facilidad el puño. Instintivamente volteé ver a Ursus por que se lamía la verga, y casi se me salen los ojos de ver lo que tenía colgando: Era simplemente descomunal… su verga medía (por que después se la medí) 28 centímetros de largo, tan ancho como un pepino muy grueso, y la bola era como una naranja grande !!. No podía entender como me había cabido todo eso adentro… bueno sí sé como, con la fuerza bruta de Ursus. La vagina me dolía horriblemente y la vulva estaba muy hinchada; apenas podía caminar y era imposible sentarme.

Noté que estaba sangrando mucho, así que me senté como pude, y me revisé con un espejo; me asusté mucho cuando ví que mi vagina seguia muy dilatada, y ví que se me había desgarrado una parte de mi vulva, como una cortada grande en la zona cercana al ano. Me puse muy nerviosa y lloré por que pensé que tendría que ir al hospital a que me revisaran eso, y que todos se enterarían de lo que pasó. Definitivamente no podía dejar que eso pasara, así que me puse una toallas maxi y me quedé en mi cama con el dolor. Afortunadamente, el cansancio venció al dolor y me quedé dormida casi toda la tarde; el sangrado fue disminuyendo y no tuve necesidad de ir al ginecólogo. Eso sí, el dolor y la dificultad de sentarme se me quedaron por 1 semana.

Pero en mi pensamiento quedó algo: me hizo mujer, y me hizo suya. Desde entonces sólo puedo pensar en entregarme a mi Ursus, y dejar que me haga suya cuando quiera; para mi fortuna, casi siempre estoy sola todo el día y lo puedo hacer cuantas veces quiera. No fue la iniciación romática que esperamos las mujeres a esta edad, pero conocí el lado salvaje del sexo, y me volví adicta. He tenido relaciones con 2 chicos de mi edad, pero ninguno me hizo sentir ni se mueve como Ursus, ni la tienen cercanamente de su tamaño… me quedo con mi perro y siempre estará en mi mente mi primera vez, mi primer amante y el mejor.

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