Mi primera vez con dos perros. Una experiencia morbosa y muy excitante
Nunca pensé que algún día iba a ser la que escribiera sobre algo así.. pero supongo que mi perversión ganó.
En un principio tengo 18 años recién cumplidos, me llamo Soledad y soy medio gordita. Soy algo tímida aunque acepto que escondo una puta por dentro que de vez en cuando sale. Aunque nada de eso es lo que importa, no?
Siempre fui una «pervertida», desde chica ya me masturbaba y disfrutaba ver porno, hentai o leer novelas eróticas, nunca le hice asco a ningún género y así encontré los lugares más oscuros. Paradojicamente seguía y «sigo» siendo virgen. Obviamente tenía miles de fantasías sobre cómo perdería mi virginidad, más de una vez se me pasó por la cabeza simplemente cojer con el primer desconocido que me cruce. Pero como dije, soy algo tímida y socializar nunca fue lo mío, además me daba miedo arriesgarme a hacer algo así y que me descubra mi familia.
Cuestión, hace unos años descubrí la zoofilia y por alguna razón eso pico mi atención, no podía evitar imaginarme a mi misma haciendo todo eso que describían, me mojaba de solo pensarlo. En mi casa hay perros, aunque chicos, y ellos fueron mi «primera vez» en todo mi trayecto zoofilico.
Mi primera vez fue con mi perro, un caniche toy blanco. Después de pasar toda una tarde leyendo relatos eróticos de zoofilia no podía aguantar más, así que aunque sabía que no estaba sola en casa lo lleve conmigo al baño (en ese entonces no era raro porque era muy cercana a él y hacia que me acompañe a todos lados) y nos encerré. Me desnude completa y empecé acercándolo a mi vagina. Sorprendentemente, aunque un poco inseguro, el olor upo que hacer sin necesidad de instrucciones y me empezó a lamer, lo que hizo que un escalofrío de placer recorra todo mi cuerpo, era la primera vez que experimentaba algo así. Con su pequeña lengua me hizo probar lo prohibido hasta que termine a los pocos minutos por el estímulo y que ya estaba al borde desde antes. Aunque me encantó lo que hizo yo quería ir al show principal, quería que me penetre. Ya había investigado el tema y sabía que era probable que no lo haga de primeras había que enseñarle. Siguiendolos consejo que dejó otra mujer que disfrutaba de la zoofilia, empece acariciándolo lentamente hasta llegar a su pene, el que acaricie por encima con cuidado, esperando que tenga cualquier reacción. Al poco tiempo mí esmero cobro resultado pero me apresure y pensé que así estaba bien, me recosté sobre mi espalda y poniéndolo encima mío espere que haga lo suyo. Para ese entonces la expectativa me tenía super excitada, pero por más de que lo acariciaba y trataba de mostrarle lo que tenía que hacer no hacía caso. Al final me rendí y decidí conformarme con quizás probar su semen, una vez más o acaricie hasta que su pene se enfureció y salió de su escondite. Con cuidado y algo insegura pase mi lengua por su cabeza. Esperaba un sale salado o amargo, algo insoportable, pero a pesar de que era algo salado no era «insoportable» adique lo hice unos minutos mientras me masturbaba a mi misma, y al terminar me sentí satisfecha por cumplir mi fantasía.
Por otra parte me sentía culpable, porque sabía que lo que había echo estaba mal y que si alguien hubiese tocado la puerta del baño o entrado hubiera estado en graves problemas.
Por un tiempo dejé de leer o ver todo lo relacionado a la zoofilia, me sentía sucia. Con el tiempo simplemente decidí que no iba a negar ese lado mío y seguí leyendo esos relatos o viendo vídeos, aunque no tanto como antes, y repetí en varias ocasiones lo mismo con mi perro, pero solo las lamidas porque note que a él no le hacía tanta gracia lo de que yo lo lama y demás.
Podría y debería terminar el relato acá pero la realidad es que vine a contar lo que viví hace minutos. Cómo dije soy muy pervertida a pesar de mi estado de virginidad, y tengo muchas fantasias como mi deseo de ser tratada como puta, dominada al extremo o estar con alguien mucho más grande que yo, o de alguna vez tratar de tener relaciones en un lugar público
En fin, quería contarles como acabó ser perder mi virginidad anal con el perro de mi hermano. Él es un perro mediano y como últimamente la perra de mi mamá está en celo el está atado para que no la vuelva a dejar embarazada, me fío pena verlo así estos últimos dias, llorando por llegar a su perra. Entonces tuve la mejor idea, ¿Por qué no ser yo misma su perra en celo?
Tuve que esperar al momento ideal, cuando había menos personas en mi casa porque somos demasiados y nunca está vacía vacía. Viendo que solo quedaban mi mamá y mi sobrina durmiendo la siesta fui hasta donde ataron al pobre y me lo llevé una vez más hacia el baño porque mi pieza es compartida. Repetí la acción y me desnude completamente frente a él. Cómo intuyendo lo que se venís solo se acercó a mí entrepierna y empezó a lamer desesperado. Cabe decir que ya había echo esto con él, solo que nunca pasó de ahí nomás por el miedo a que me descubran. Pero hoy estaba especialmente caliente con la idea de ser sometida por un perro y decidí probar algo nuevo. Después de lamer mi clítoris lo suficiente como para que ya no piense más, intento montarse.. pero en mi pierna, y Eos no es lo que quería. Trate de ayudarlo a posicionarse pero parecía tener una manía con mi pierna. Cada que lo bajaba de ahí me daba otros lametazos en mi concha y en miraba como esperando que lo dejara hacer. Después de hacer unos cambios de posición me acosté sobre mi espalda y levanté mis piernas para arriba sosteniendolad con mi mano contra mi pecho, mi culo y concha estaban a su completa disposición de esa forma. Sin dudarlo ni un segundo me empezó a lamer devuelta, solo que esta vez al tener más fácil acceso, le prestó especial atención a mi ano, logrando hasta meter su lengua ahí. Obviamente que yo no me quejaba porque más de una vez yo misma me había masturbado con uno o dos dedos por ahí. Finalmente, después de un rato así, intenta montarme despertado, pero devuelta le daba a la parte de mis nalgas y mi pierna, pero estaba más cerca del lugar principal. Retorciéndome un poco mientras el seguía intentando montarme, logré que su pene pegue contra mi vagina, pero no lograba entrar, hasta que en una logro entrar, pero no a mí concha como esperaba yo, sino que a mi ano. No quería que haga eso porque me daba miedo el dolor que sentí ya en el primer pinchazo adique rápidamente lo saqué. Sin embargo seguía caliente adique seguí intentando que me monte de la misma forma, pero siempre le pegaba a m cola pero no más arriba… Al final me rendí y me dije que no importaba porque no era tan grande y yo misma ya me masturbaba por ahí, gran error porque desde el inicio hasta ese momento su miembro había crecido sorpresivamente. Metiendo un dedo para probar que tan preparado estaba mi pobre ano, está vez lo deje hacer. Desesperado me monto y de primeras logro meterlo para mi alegría y sufrimiento. Dolió al principio, pero eso ya me lo esperaba, fue un pinchazo pero nada insoportable. Mientras él me agarraba fuertemente y se desvivía en el mete y saca yo empezaba a experimentar un nuevo tipo de placer al sentir mi culo lleno. Sentí como me mojaba más segundo a segundo, por la excitación, por el saber que cualquiera podría llegar y verme ahí, en esa situación tan inmoral, porque mi trasero era llenado por algo que no debería nunca. Demasiado rápido termino y se quedó quieto, en ese momento me acordé de la bola que tiene y con la que se quedan pegados a las letras. En otro momento me hubiera excitado pero yo ya sabía que no tenía el lujo de estar pegada a el por media hora sin levantar sospechas. Aunque seguía con el pensamiento de que su miembro era «chico» no quería subestimar el volumen de su nudo, adique lentamente y tratando de no lastimarlo lo saqué de mi. Dolió más de lo que esperaba y cuando vi lo que había estado dentro mío me di cuenta porque, era tres veces más grande que al principio, sin mencionar el nudo. No pude evitar volver a caer en lujuria y lo atraje a mi, haciendo que su pene entre, esta vez, en mi concha, pero como él no se movía más, ya satisfecho, era yo la que contraía mi vagina y me retorcía tratando de saborear mejor su miembro. Al rato termine y ya satisfecha decidí devolverlo a dónde estaba antes de que los atrapen. Me volví a vestir y limpie donde hicimos lo nuestro, vi que su miembro no bajaba y entre un poco en pánico pero después decidí dejar que se baje solo porque sabía que iba a tardar y yo no iba a hacer la diferencia.
Completamente satisfecha, con un ligero dolor en mi parte trasera y las piernas medio temblorosas de la excitación pasada lo devolví a dónde estaba y me dirigí a mi habitación a seguirme masturbando por lo echo hasta que se me ocurrió compartirlo con ustedes.
Espero que les guste y entiendan que es mi primera vez contando mis experiencias adique me disculpo si no es lo mejor, saludos y quizás alguna vez vuelva a escribir otra de mis experiencias. Si lo quieren pueden decirlo en los comentarios