Mi primera vez en el motel es con mi amo
[Esta es la continuación del relato de Selene con su nuevo amo y de cómo el luego de hacer que le mamara la verga en el local donde ella trabaja, la cita para ir a coger el siguiente día]
No pasó mucho tiempo desde que ese hombre que tanto me gustaba llamara, me dijo: “Prepárate perra llego dentro de un rato para que me la mames”.
Eso me calentó mucho, ya deseaba que llegara y me sometiera como su sumisa, después de un rato llego y al abrirle me tomo de la mano y me llevo al baño del local. “híncate perra”, me decía, mientras se sacaba la verga. Me calentaba tanto jugar ese rol.
Abrí mi boca y metió su verga muy adentro, yo sabía que le fascinaba que le empezara hacer una garganta profunda. Descubrí que podía succionar muy duro con mi garganta (hacerle perrito con mi garganta), así que cuando lo empecé hacer casi se viene.
Me separo de él, diciendo que era toda una experta mamándola, después me dijo: “Sigue mamándola y chupa duro (hazle perrito), pero despacio. Yo te diré cuando quiero lo hagas”.
Cuando comiences no pares, así que así lo hacíamos. Me encantaba ver como se calentaba con lo que le hacía con mi boca, lengua y garganta. Luego de un rato se vino y una de mis ordenes era que no podía quitarme, tenía que comerme toda su leche, eso me gustaba, me sentía tan humillada, tan caliente, tan puta. Luego me dijo: “Párate y dame las tetas”
Así que lo obedecí y las empezó a morder, a chupar y me dijo: “Oye aun no te he metido la verga por tu panocha, ¿¿quieres que lo haga??”
Yo: “Claro q si!”
Así que me dijo: “Mañana paso por ti en la mañana”.
Nos pusimos de acuerdo donde nos veríamos, y recuerdo que cuando me llamaba me decía: “Hola mi mamadora oficial”.
Decía que era la mejor mamando, que era una profesional eso era tan excitante para mí, saber que le gustaba como ponía mis manos en su verga para hacer un vaivén, primero un poco lento mientras la pasaba por mi boca luego por sus huevos, lamia todo lo que podía, mientras iba subiendo la velocidad en mi mano, lo escuchaba gemir de placer y me decía: “así perra no pares”
Así que al día siguiente me llamo y me dijo: “Quiero que te bañes y depiles la panocha y todo, porque quiero mamarte y no deseo encontrarme con ningún pelo”
La mañana siguiente llegué como me lo pidió, me puse algo sexy para él. Recuerdo que usé un coordinado negro de encaje, un hilo muy pequeño que solo era un mini triángulo tapando solo enfrente, porque mis labios se veían y mi clítoris lo sentía que rosaba con el hilo. El bra era muy revelador, dejaba ver mis pezones duros, con ganas de que se los comiera mi amo.
Pensando que así le gustaría más, me fui al lugar en donde me recogería y ya estaba esperando. Apenas me subí note que él ya estaba con la verga de fuera, parada y muy dura, me vio a los ojos y me dijo: “Empieza a mamarla, acostúmbrate a lo que te vas a comer por la panocha y culo”
Eso me calentó muchísimo sentir como su mano me buscaba, como pellizcaba mis pezones. Que bajara un poco más su mano y sintiera lo mojada que estaba, ni siquiera húmeda, sino empapada, con ganas de que no fueran sus dedos sino esa deliciosa verga gorda que había disfrutado en mi boca. cuando íbamos por la carretera me dijo: “quítate la blusa”
A lo que me negué y me dijo:” No te lo pregunto, te lo ordeno, es más, desnúdate. Quiero que el encargado del motel te vea sin nada, que vas lista para que te coja”.
De inmediato lo hice, mientras me comía su verga, llevo su mano a mi panocha y me dice: “Wooooow perra como vienes mojada. En verdad que quieres que te coja”
Yo solo moví mi cabeza diciendo que sí, en eso llegamos al motel y claro que el evito que me vieran, pero también me dijo que me no me pusiera nada para bajarme del auto y que entrara desnuda a la habitación; Estaba al 100 de excitada, así que lo hice.
Cuando entramos a al cuarto me dijo: “Acuéstate perra que te voy a coger”
Lo obedecí y solo se montó sobre mí y me enterró la verga. Sentirla por fin en mi panocha, poder hacerle “perrito” (apretarla) con mi vagina era delicioso. Luego imagino que quiso castigarme por sentir tanto placer, que la saco y se bajó diciéndome: “Ahora me toca comerte a mí”. Mientras sentía su lengua jugando con mi clítoris, sentía sus dientes dándole mordiditas.
Sentir como me tocaba mientras me la enterraba tan duro era delicioso, luego se prendió de mis tetas mientras me cogía fue delicioso sentirlo tan profundo, no deseaba que dejara d hacerlo, sentir como disfrutaba de mí, hasta que la saco y me dijo: “Voltéate que te la voy a meter por el culo”
Al inicio me negué porque sabía que me dolería, pero él no lo acepto como respuesta.
Me agarro y se acomodó, solo me dijo: “Si te mueves te va a doler más, porque yo no la quitaré así que tú sabes”.
Lo único que pude hacer fue quedarme quieta, deseando que no lo hiciera, pero eso no pasaría.
Empezó a dedearme, primero sentía como dejaba caer su saliva en mi culo mientras paseaba sus dedos, primero metió uno despacio, como para conocer por donde andaba, me encantaba sentir como jugaba conmigo.
Después metió un segundo dedo, hasta llegar a 3, yo empezaba a relajarme a pensar que solo jugaría así, pero de pronto los fue sacando para acomodar su verga y me dijo: «No te preocupes solo será la cabecita».
Fue entre doloroso y rico sentir como entraba la puntita, pero de pronto la sentí toda en mí. Sentir como entraba y salía solo podía gemir d placer y a la vez de dolor, de sentir como abría todo mi culo, sentirme expuesta y usada por mi amo.
Deseaba que la sacara y el solo me ignoraba me la metía muy duro y me decía: “Acostúmbrate perra esto será cada vez que nos veamos, porque me gusta como coges”
Yo solo lo escuchaba pidiendo que terminara, pero no, cada vez sentía su verga más y más dura, creo que el me vio casi desmayar, que la saco y me dijo que me hincara, que le haga una garganta profunda para darme mi leche.
Lo obedecí hasta sentir su leche en mi garganta y luego los tragué. Me levanto a la fuerza, y sin saber que pensaba hacerme, me asuste, pero dentro de mi sentía una gran calentura.
Me llevo al baño a la regadera y me dijo: “Siéntate perra, muéstrame tus tetas”
Hice lo que me pidió mientras él se agarraba la verga para empezarme a orinar.
Yo no sabía porque lo hacía, era tan degradante, luego me dijo: “Lame mi verga, límpiala”
No quería hacerlo, pero el me tomo a la fuerza y me dijo: “No te lo estoy pidiendo te lo estoy ordenando”.
Comencé a hacer lo que me pidió, sentía comezón, necesitaba bañarme, pero no me dejo, dijo que así me iría. Que ahora era su perra y él no quería que me quitara su olor que hasta que llegara a mi casa.
Nos vestimos para salir, y llegamos al lugar donde me había recogido, se estacionó, tomo su cartera y sacando un billete me dijo: “Perra me gusto como te dejas coger, bájate, yo te llamo”
me baje del carro y me fui a mi casa, esperando que nadie notara lo que había pasado… había sido un día muy loco y muy rico.
Deseando que llegue la próxima vez.