Mi relación laboral y sexual con mi nuevo jefe
Ya me conoces, soy el fuego…
Nos conocimos años atrás, en la secundaria, yo claro era la niña bonita, buena estudiante, etc; él, era de los “rebeldes” que castigaban y reportaban a cada momento , pasaron los años y nos mantuvimos en contacto intermitente, resultando que ambos estudiamos la misma profesión desarrollada en diferentes campos.
Tiempo después, me ofreció un puesto en su empresa, cabe decir que siempre hubo atracción entre nosotros, él es alto y delgado pero fuerte, de piel apiñonada, labios suaves que invitan a mordisqueralos y lindos ojos café claro, su mayor atractivo para mí, es su inteligencia, es un hombre inteligente y un poco soberbio.
Teníamos una excelente relación de amistad y confianza, salíamos a comer juntos y la relación laboral-amistosa se fue transformando poco a poco, lo mismo platicábamos de trabajo y de cosas muy personales, nuestros gustos, etc; uno de esos días regresando de comer, cada quien se fue a su oficina, pero el volvió a la mía, entró, cerró la puerta, se acercó a mí y me robó un beso, al principio fue un beso tímido, furtivo, pero al ser correspondido, se transformó en un beso un poco más largo, con “algo extra”, después salió sin decir más.
Así comenzaron los coqueteos, las miradas y los besos robados en la oficina, por suerte, al ser el jefe, su oficina está bastante aislada de las demás y me podía llamar en cualquier momento y alternaba las visitas a su oficina entre cosas de trabajo, besos y toqueteos; me pegaba a su cuerpo y restregaba mis nalgas para sentir su bulto, él me ponía de espaldas y apretaba mis senos, le gustaba meter la mano en mis pantalones y percibir mi olor de mujer, era una gran carga de adrenalina cada vez que era llamada a su oficina.
En una ocasión había poco personal, y algo de caos en la oficina, tenía que entregarle algunos documentos, así que cuando él llegó de mal humor a la oficina, con su característica personalidad, tuve que interceptarlo, y me pidió que subiera con él, subí primero, ese día yo usaba unos jeans bien pegaditos y un suéter negro, contoneaba mis caderas mientras pisaba cada escalón, sabía que a él le gustaba mirarme por detrás. Discutimos un poco en la sala de juntas, pero tuvo que recibir una llamada, así que la tomó desde otra oficina, la de su socia, quien en ese momento no se encontraba, y me dijo que lo acompañara; supuse que para seguir discutiendo del tema laboral.
Entré a la oficina, él cerró la puerta, terminó su llamada, se acercó a mí y me tomó de la cintura pegándome a su cuerpo, me besó y desabrochó mi pantalón, en ese momento mi corazón se aceleraba y sentía correr adrenalina en todo mi cuerpo, introdujo sus manos para agarrar y apretar mis redondas y grandes nalgas; con un tono retador le dije que no hiciera eso porque me prendía, obvio con toda la intención de incitarlo a que siguiera… y siguió, me besó un poco más, y se desabrochó el pantalón, me puso de espaldas contra la pared y me bajó el pantalón y la bragas.
Yo me apoyaba en la pared, con la blusa a medio levantar, y los senos rebotando mientras él me penetraba, cada vez más duro, como le gusta; después de unos minutos cambiamos de posición, le lamí un poco el miembro, y me apoyé en una silla para que me la metiera de nuevo, me generaba aún más adrenalina el hacerlo en la oficina de su socia, sobretodo porque no la llevábamos bien.
Entraba y salía de mi cuerpo hasta que todo su semen brotó, escurriendo entre mis piernas, nos limpiamos, y salimos como si hubiéramos estado discutiendo temas del trabajo, esa fue la primera vez con mi jefe…