Mis amigas me dicen que estoy loca porque me gusta mucho follarme a viejos verdes, es que tienen mucha experiencia en la cama

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Este es un relato de cómo aprendí a aceptar mis gustos, pues nunca han sido muy normales. Al menos para mi. Vereis, desde que era una adolescente que empezaba a descubrir su sexualidad, he sentido gran atracción por los hombres maduros. Al decir esto supongo que imaginareis a maduritos de hollywood bien conservados, a lo george clooney, pero nada más lejos de la realidad. No, lo que a mi me atraen los los puros viejos verdes. Recuerdo usar el portatil de mi hermana mayor a escondidas para ver porno de señores barrigones calvos follando jovencitas, la excitación que azotaba mi cuerpo al imaginarme empalada por aquellos rabos gordos y despúes borrar el historial con la cara roja de verguenza. Para complicar las cosas, los maduritos también han tenido mucha fijación en mi. mas de una vez recuerdo haber encontrado cincuentones frotandose el paquete mientras me veian pasar por el parque de camino al instituto. Sin hablar de los piropos, los descarados intentos de ligoteo o algun viejo verde que directamente se la estaba tocando mientras me miraba. Y lo peor de todo es que aquel dia me corri 5 veces, imaginando lo que seria haber vuelto y permitido que aquel pervertido me hiciese suya.

Por suerte, todo eso iva a cambiar, o eso pensaba yo. Primer año en la universidad, lejos de casa y de mis padres. Alquile piso en una finca algo alejada por asuntos de alquiler, compartia la casa con una amiga y tenia un novio muy guapo (y joven). Mis dias de pensar en pollas maduras deverian haber acabado, pero mi vecino de enfrente no me permitia dejar aquello atras. Recuerdo lo cachonda que me puse la primera vez que le vi; un hombre de casi 50, medio calvo y con buena barriga cervecera. Por si fuese poco, marcaba buen paquete. Aquel hombre me volvia loca. Ni siqueira era capaz ya de hacerlo con mi novio sin imaginar que era la polla del vecino la que me taladraba. necesitaba tiempo para pensar.

El primer puente que nos dio la universidad decidi tomarlo para hacer una excursión. Mis padres acababan de traerme mi bicicleta y echaba mucho en falta pedalear. Hice ruta por los pueblos cercanos, disfrutando del aire fresco, tratando de calmar mi mente. Pero el destino no me dejaria alejarme demasiado de mis problemas. o más concretamente, un bache no me dejo. Cai de golpe. No sali herida, pero un radio delantero si. Llame a una amiga para que me recogiese, perocontesto que aun tardaria horas. Apenas habia colgado el telefono cuando una voz me sobresaltó

— ¿Hey chiquilla, estás bien?

Era un hombre fornido, de ancha espalda y espeso bigote, que me sonrreia con amabilidad. Por su camisa abierta asomaba pelo canoso.

—Si, si, yo estoy bien. La bici no tanto.

—Pues el proximo pueblo pilla un poco lejos para ir andando. SI quieres podemos llevarla a mi casa, que esta a medio camino, a ver si se puede arreglar.

No tendria que haber aceptado la oferta de un desconocido en medio de la nada, lo se. Pero mi deseo por los hombres maduros se habia apoderado de mi y me hizo bajar la guardia,

—Seria genial, muchisimas gracias.

—Subela a la camioneta—dijo con una amplia sonrrisa.

Su casa efectivamente estaba en medio de la nada. Era un pequeño chalet desconectado del resto del mundo. El hombre aparco en la entrada, bajo la bicicleta y saco la caja de herramientas. me quede observando la entrada de su casa. Todo tenia un aspecto desordenado y de no estar en medio de la montaña con el aire fresco, seguramente el olor a tigre seria peor.

—¿Vives solo?

—Si, nunca me case. Soy un poco un lobo solitario jajaja.—su risa era casi tos. tenia voz de fumador.—¿te importa entrar y traer unos alucates grandes? estaran en el comedor, segund apuerta a la derecha.

Entre en la casa, observando todo con curiosidad. Sobre la mesa del comedor habia muchas rebistas pornográficas. Aquello me sorprendio. ¿Quién sigue leyendo revistas de tetas? Supongo que la gente sin internet que vive sola y por tanto no les importa dejarlas a la vista. Me pudo la curiosidad y decidi ojearlas. Esperaba encontrar muchas mujeres tetonas con glovos antigravedad perfectamente esfericos, y aunque si habia algo de eso, lo que mas abundava eran imagenes de hombres maduros follando con adolescentes. Una imagen capto en especial mi atención; un hombre trageado, puro en mano sentado en un butacon mientras una chiquita rubia le mamaba. Creo que no podeis imaginar la excitación que sentí al ver aquello. Al verlo en aquel lugar. Una idea loca se me paso por la cabeza e hizo que mi chochito se humedeciese…No, era una locura. Pero ¿Que oportunidad mejor que esta? El no sabia quién era yo. Ni donde vivia. Nunca nos volveriamos a ver. Supe que no podia desaprovechar la situación. busque entre los cajones hasta encontrar un puro (no fue dificil) y me desnude. antes de salir a la entrada, tome aire profundamente.

—Has tardado mucho ¿Te ha contado encont…Oh!

—¿Te gusta lo que ves?— dije intentando ser lo mas sexy posible, aunque estaba muy nerviosa

—¡Cómo no iba a gustarme!

Me acerque a él y puse el puro en su boca. El no se achantó y me agarró el culo. Sugeto el puro con la otra mano y me besó. Entramos en la casa y el se sento en el sofá, encendó tranquilamente su puro mientras yo abria su bragueta. La primera bocanada de humo salió al tiempo que su polla. Nunca habia visto un rabo tan grueso. Si más largos, pero nunca tan gordos. Y no solo era morcillona, también venosa. La intorduje en mi boca. Mis suaves labios rozaron cada centimetro, pero costaba hacerla entrar. Una vez estuvo mojada fué mas sencillo.mi cabeza subia y bajaba, mientras mi boca hacia presión. pero la verdad es que lo hacia todo como si estubiese en trance. mi mente no terminaba de creerse que realmente lo estubiese haciendo. yo allí, desnuda en la casa de un desconocido que me triplicaba la edad. lamiendo su polla igual que en la revista. Y lo peor era que necesitaba más. desabroché su camisa para revelar una tripa redonda cubierta de pelo gris y unos brazos fueretes. Lami sus pezones con lujuria, casi desesperación, mientras el solo sonrreia son aires de superioridad.

—Eres incluso más puta de lo que pensaba— dijo tirandome humo a la cara— pense que tendria que pagarte para que me dejases metertela, pero veo que no puedes resistirte a una polla de todos modos.

Pero no era a cualquier polla. Era a la suya. A la polla de un viejo verde. El no lo entendia. Quise explicarselo, pero me levanto y me puso a 4 patas antes de que pudise siquiera reaccionar

—No quiero dejarte preñada, pero me gusta correrme dentro, asi que te follaré el culo ¿Vale?

No estoy segura de si realmente fué una pregunta. Pero antes de que pudiera pensarmelo el ya estaba abriendome el culito. De un salibazo humedecio mi hoyo y con un dedo empezo a dilatarlo. Mientras su rabazo gordo colgaba cerca de mi coñito. La verdad es que podia hacerme lo que quisiera. Era suya.

—Nunca me han follado por detras— conseguí farfullar finalemnte

—Mejor para mi— fue su unica respuesta, junto con una bocanada de humo. Cuando se canso de dilatar, empezó a clavarmela. Me tiraba del pelo con una mano, mientras sujetaba mi cader con la otra. He de reconocer que dolia. no estoy segura de si por ser mi primera vez por ahi o simplemente por que la tenia gordisima. En cualquier caso no pude parar de gritar. Incluso solte alguna lagrima. y aun con todo dije «sigue». No se si el habia parado, de haberle pedido que lo hiciese. Y por algun motivo esa idea me ponia más en lugar de horrorizarme. Con el tiempo empecé a acostubrarme y pude disfrutar de otras sensaciones además del dolor. Sus huevos rebotando. El tacto de su barrigón. La fuerza de sus manos agarrando mi cadera. Sus embestidas eran firmes, se notaba la experiencia. No pude evitar compararle con mi novio, y en como era mas rudo y más firme que mi novio. De como su polla era mucho más gruesa. Un manotazo en mi nalga derecha me trajo de vuelta a la realidad.

—Me corro, Jodeeeeer!— y me agarro fuerte contra el de las caderas mientras su lefada llenava mi interior. Cuando salio de mi me senti desnuda, Le queria dentro. Ahora que habia probado lo que era una polla madura, solo pensaba en recibir más. Lo necesitaba. Por suerte para mi, no se le habia bajado aun.

—Por favor, follame mas. Esta vez por delante— dije mientras lamia la lefa que chorreaba de su glande. El habia dicho que se correria dentro, pero esperaba que tras su primer climax no querria correrse de nuevo.

—Está bien perra, tu lo has querido.— Y me puso contra el suelo, aplastandome con su peso y sugetandome con sus grandes brazos mientras me taladraba como un animal en celo. Aunque yo estaba peor. No habia gemido tanto de placer en mi vida. Incluso me corrí. Nunca me habia corrido sin tocarme antes. Pero el no paró tras mi orgasmo. Siguióo penetrandome hasta que se corrio por segunda vez.

Estabamos retomando el aire cuando sono mi telefono. mi amiga estaba cerca. Nos despedimos toscamente y arrastre mi bici (sin arreglar) hasta la carretera. Mi amiga me recogio y nunca comente mi experiencia con nadie. Sin embargo algo habia cambiado. Habia probado por fin lo que era sentir una polla madura, y ya nada seria igual. Sabia lo que devia hacer.

Al finde siguiente corté con mi novio y me presente en casa de mi vecino. No me costo mucho conseguir que me la metiese y somos amantes desde entonces. Qué le vamos a hacer. Soy una puta de viejos, es lo que soy. Y disfruto siendolo.

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