Mis Últimas Vacaciones En El Mar De Plata, todo sucedio en una playa nudista donde los bañistas vieron mis enormes pechos y quisieron deborarme
Todo comenzó hace dos años, acostumbrada a hacer nudismo en Chiguagua (Uruguay), fui con mi marido a una playa cercana a MDP que permitía el topless. Llevaba puesto una bikini cola less que dejaba mis dos cachetes (nalgas) al descubierto. Para tapar mis partes en la ciudad, llevaba encima un pareo bastante transparentes, por lo cual caminando en las calles de Marpla, cualquier paseante podía distinguir medianamente mi figura. Al bajar a la playa me quité el pareo y al rato el sostén, quedando mis 90 cm de lolas a merced de la vista de todos los bañistas.
Mi marido se aleja de mi para ver una partida de tejo, me levanto y voy hasta el agua para remojar los pies y refrescarme del intenso calor. Ahí lo vi, un exquisito Febo, que rondaba muy cerca mío. Alto, bien formado, con músculos no exagerados. Me encantó su presencia. Joven, atlético y con unos años menos que yo. Puse toda mi voluntad para seducirlo y cuando creí que ya lo iba a lograr, se acerca mi marido y me recuerda que los chicos habían quedado en el departamento y teníamos que volver para almorzar.
Me coloque el soutien, el pareo y volvimos a Marpla, mientras viajábamos en el auto, mi marido me comentó “Te ha gustado el joven que te merodeaba” Le respondí que era muy joven, que casi podía ser yo su madre, por la diferencia de edad. Mi marido fue contundente “Pero no es tu hijo y seguro puede ser un buen amante, ¿No crees?.
Allí terminó la conversación sobre el tema.
Volvimos al año siguiente, mi marido por tener la tez muy blanca, y como tuvo tres operaciones de cáncer de piel, se cuida del sol, yendo normalmente a la playa después de las 16 hs. Por lo cual, encantandome encontrarme con la madre natura, yo a la mañana me iba a esa playa a tomar sol en cola less y topless. Cerca de las 13 hs. volvía a casa, almorzábamos lo que preparó mi esposo junto a los chicos , descansábamos hasta cerca de las 16 y ya nos íbamos todos juntos a las playas del centro. Al año siguiente la misma rutina.
Estas vacaciones nos quedamos los dos solos, ya que los chicos quisieron ir a Miramar donde mi hermano tiene una casa muy amplia y a mis hijos le gusta jugar con sus primos.
Cuando quedamos solos, decidimos la primer mañana ir a la playa donde yo haría topless, según ya una costumbre arraigada.
Dejamos el auto en el estacionamiento, y cuando bajábamos a la playa, mi marido me dice “Mirá, está el flaco que a vos te interesaba y que viniste dos años sola con intención de seducirlo y no lo encontraste”. Mi marido ni tonto ni perezoso, sabía la razón de por que venía en los dos años anteriores sola a la playa.
Me cachondie al verlo, traté de disimular ante mi marido, pero internamente pensé por que había ido con mi marido, maldije mi mala suerte.
Mi esposo sabiendo lo multiorgásmica y cachonda que soy. Que necesito, especialmente cuando estoy de vacaciones sin los chicos, de sexo diario, que él no puede mantener tanta continuidad, me sugirió, al ver al muchacho en el borde del agua,que me ubicara a 3 o 4 metros de donde estaba su ropa. Cuestión de como no estaba allí, no se podía imaginar nadie lo que realmente buscaba, que era la cercanía.
Le pregunté ¿Estas seguro de lo que me decís? esperando, rogando para mis adentros que todo fuera cierto. ¿Que te parece que haga?. Su respuesta me dejó con la boca abierta “Lo debes seducir, primero establecete con la silla y la lona, te quitas el pareo y te paseas por el borde del agua, cercano a El Flaco, tratando de seducirlo, te imaginaras que no vas a hacer de noviecita, sabes bien que es lo que buscas desde hace tres años.
Si no lo consigues en el primer round , no te desanimes, recuéstate boca abajo en la lona, abre bien tus piernas y deja que tenga una hermosa visión de tu hermosa cola y de tu entrepierna, donde el bulto de tus labios inferiores le calentaran enormemente. Allí, con mucha modosidad te quitaras el sostén, elevando para ello apenas el dorso, dándole a ver fugazmente tus pezones. Elevaras tu mano para guardarlo en el bolso, no doblándolo, sino lo elevarás en toda su dimensión, lo que constituirá una exhibición plena del mismo. desde allí se terminaron las indicaciones, diciéndome que de ahí en más todo dependía de mi grado de seducción.
El se separó de mi diciendo que iba a pasear y que por horas no volvería. Bajé, me instalé y fui cumpliendo paso a paso las indicaciones, yo veía que el chico quería entablar conversación, pero no se animaba. Al quedar yo en topless, me cubrí con un brazo las lolas y así me dirigí a refrescarme hasta el agua, yo me daba cuenta que el muchacho no apartaba los ojos de mi. Volví a mi lugar, el chico estaba de pie a mitad de camino entre mi silla y su ropa, 1,5 metros aproximadamente, con las tetas cubierta por mi brazo, pero cuando me fui a sentar las liberé, quedando mis 90 a su vista a tan corta distancia. Así, con las ubres al sol quedé, cerrando los ojos, esperando se animara a entablar conversación. Al notar que el chico estaba embobado con mis lolas y no animarse a nada, abrí los ojos y mirándolo fijamente, le comenté “que calor que hace”, ante mis palabras, se animó a ponerse a charlar, casi siempre lo “pesqué” mirando mis mamas. Era lógico”.
Ya cerca de las 13 hs. habíamos quedado con mi marido que nos retiraríamos, ya que como dije anteriormente, le daña mucho sol.
A todo esto, El Flaco, que me enteré que se llamaba Carlos, ya se había sentado en la lona al lado de la silla donde yo estaba sentada.
Se acerca mi marido, yo no sabía con lo que iba a salir, se presenta como un amigo de mi esposo, ampliando, más bien amigo de la familia.
Le da la mano a Carlos y me dice que se va a ir, ve que estoy bien acompañada y necesita que yo lo acompañe hasta el auto a retirar su documento y dinero para el viaje en colectivo. Me puse es soutien, me paré, le dije a Carlos que se quedara y me cuidara olas cosas y fui con mi marido hasta el coche. En el camino le pregunte ¿Si estaba convencido de que me quedara?- Me contestó que si, estaba super convencido, que le pareció Carlos un joven educado y me reiteró “no es tu hijo y puede ser un excelente amante”. sacó sus documentos y di¿ero, me besó en la cara, me dejo las llaves del auto y se fue.
Baje, me instalé en la silla reposera, me quite el corpiño y le hablé al Flaco que estaba anonadado, me dijo que si se retiraba de allí, que no quería comprometerme. Le dije,para tranquilizarlo, que Alberto era un amigo muy reservado, que jamás le comentaría nada a mi marido que pudiera perjudicar al matrimonio y que aún si lo hiciera, mi esposo y yo tenemos una mente abierta y que no vemos nada malo en tener un amigo.
Allí, se quedó mucho más tranquilo. Le llamo la atención el soutien, de una especie plástica transparente, únicamente con unas delicadas flores, que cubren parcialmente el pezón y las areolas. Me solicitó si podía verlos,le dije que si, que no veía inconveniente. Lo tomó en sus manos, acarició sus partes internas y les dio una lamidita y besito, donde yo instalo mis pezones. Nos reímos con su salida. Es de destacar que la bombachita en el frente, también tiene un corazoncito transparente del mismo plástico, por lo cual debo estar atenta, ya que si se me baja menos de un centímetro, queda a la vista mi clítoris. Me pasó en aquellos instantes y el Flaco advirtió y se relamió ante tal vista.
Note varias veces, que debió acomodarse el short, ya que un buen bulto se le notaba. Charlamos de nimiedades toda la tarde, cerca de las 18 apareció un grupo de chicas y chicos, que venían buscar a El Flaco, ya que juntos estaban parando en una casa en Santa Clara del Mar. Se despidió de mi, me levanté y quería darle a entender algo, me puse en puntas de pié, le tomé la cara, mientras le apoyaba en su cuerpo mis lolas mientras sentía claramente su miembro duro en mi pubis, le di un piquito en los labios, quedando en encontrarnos al otro día en el mismo lugar.
Me fui al depar de MDP y allí estaba mi marido esperando impaciente. Le comenté, mientras me bañaba todo lo que sucedió, mi esposo se puso caliente, cuando le comente lo del piquito, que le había aplastado mis tetas desnudas en su pecho también desnudo y que había sentido muy claramente su fierro duro, grande sobre mi pubis. Cenamos y tuvimos sexo del bueno casi toda la noche. Era increíble con las ganas que me entraba desde hacía mucho tiempo no reaccionaba así. Su pija era una martinete que me penetraba, salía y volvía a penetrarme, arrancándome innumerables orgasmo tras orgasmo, para terminar la fiesta, hizo que me pusiera en posición de perrito, me unto el orto con crema y me sodomizó con todas las de la ley, mientras me penetraba analmente, me decía “así te ablando el esfinter, vas a gozar mucho recibiendo por el culo”. Mientras el me hacia el ojete, con mis manos me acariciaba el clítoris y mis dedos hurgaban dentro de mi vagina, llevando a acabar gloriosamente , cuando sentí la lechita tibia invadir mi recto.
Nos bañamos juntos, entre caricias y nos fuimos a dormir-
Continuará