Mi mujer se llama Maika y, a pesar de lo que disfruta con el partes y de lo salida que está, nunca había conseguido que formaramos un trio
Mi mujer se llama Maika y, a pesar de lo que disfruta con el partes y de lo salida que está, nunca había conseguido que formara parte de un terceto, y, a pesar de lo que se excitaba en el momento que lo imaginaba mientras practicábamos el erotismo en todas sus formas, no acababa de dar el paso conclusivo; Yo estaba deseando hacerlo, sabía que le iba a gustar y que sería el inicio de tercero modelo de relaciones a las que yo estaba abierto. A pesar de su negativa, cada vez más débil, iba preparando nuestro primer encuentro.
A torcimiento del chat conocí un chico al que le propuse la experiencia y estuvo de resolución en todos mis requerimientos, nos escribimos heterogéneo mensajes por la red, en los que planificábamos tal sería esa relación, le contaba lo que le excitaba a Maika para que la hiciera gozar al máximo en el momento que estuviera con nosotros, al fin ella accedió, pero a modo le daba vergüenza, no quería verlo, de forma que le compré un mascarilla de los que se usan para dormir que no le permitían ver nada, en el momento que se lo colgante a Juan me comentó que eso añadía más morbo a la relación.
Nos habíamos citado en un albergue de Barcelona, y Maika se quedó en la habitación, con ajuar carmesí largo, con sujetador y carente slip, esperando depende le ordené, mientras recogía a Juan en el taberna y subíamos a la habitación.
El aseo estaba primitivamente de entrar al aposento y le pedí que se desnudara y que esperara a que exteriormente a buscarlo. Entré en la habitación, le puse el mascarilla a Maika y la besé profundamente, se notaba su ansiedad, creo que estuvo a punto de decir que no quería hacerlo. La fui excitado con mis besos y salí a avisar a Juan, se quedo mirando a modo le quitaba el atuendo y se empalmó al ver tal la besaba mientras sólo vestía el sostén. La abracé por tras, la besé en el alzacuello, la acariciaba y le pedí a Juan que se acercara y la besara. La besó con pasión, estaba excitadísimo, la acariciaba el culo, las tetas por sobre del sujetador, el coño, le metía la lengua en la boca, le mordía los labios, lo separé un momento y le quité el sujetador, los pezones estaban duros y Juan se metió uno en la boca, me di la vuelta e hice lo mismo con el demás, era la primera vez que tenía dos bocas, dos lenguas lamiéndola y por los muslos le empezó a correr el jugo que salía de su coño.
Estuvimos un tris acariciándola, lamiéndole las tetas y el cuello, besándola al edad, metiendo las dos lenguas en su boca hasta que la senté en la hamaca y le pedí que me la chupara, pero fue la gallina de Juan la que entro en su boca, estuve un tris mirando tanto se la chupaba, era la primera vez que chupaba otra moza en mi presencia y quería ver como lo hacía, realmente mi mujer chupaba las pollas a modo una auténtica conocedor, y es que era capaz de tragarse entero el aparato más grande. Juan estaba a punto de correrse, mi pene aun lo estaba deseando. Me acerqué a ellos y me la cogió, me acariciaba las sin ropas mientras se la chupaba y empezó a lamer nuestros penes sucesivamente, su lengua era capaz de poner las pollas duras tal piedras. Seguidamente la tumbé y me la empecé a follar, mientras se la chupaba a él, nada más sentir mi muchacha en su coño se corrió por primera vez, deje a Juan que se la follara, lo estaba deseando, pero le pedí que no se corriera dentro, a Maika le encanta sentir el esperma corriendo por su cara, por su boca, ella estaba tumbada boca arriba y en el tiempo que Juan la sacó, se la metí yo otra vez, y Juan se arrodilló arriba de su pecho para que le chupara las sin ropas, en ese momento empece a meterle mi muchacha por el culo, al principio excesivo lentamente, a ella le encantaba que se la follaran por tras, y a mi me encantaba complacerla, una vez que empezó a entrar con suavidad Maika empezó a gimotear con fuerza y empece a sodomizarla con fuerza. Juan no quiso malgastar el momento y empezó ha hacerse una cubana en las tetas de Maika, en el tiempo que se iba a correr, aviso a Maika para que se la comiera, mi mujer cerró sus labios y chupó para que Juan se corriera en su boca, a juzgar por los gemidos de Juan imagine que Maika le había echo eso que tanto me gustaba a mi, y es que esa fricción de sus labios, con la lengua relamiéndote el glande, es la mejor corrida que se puede tener, yo me corrí al mismo años dentro de ella, no podía aguantar más, la saqué y se la di para que limpiara los restos de secreción del botón.
Ella estaba en el séptimo bóveda celeste y no hubiera dicho que no a nada que le hubiéramos encargo, tenía el coño difuso, caliente, Juan le metía los gordo y le acariciaba los pezones, nos estabamos empalmando otra vez. Le separó los muslos y empezó a lamerle el coño, yo le metí mi falo en la boca y volvió a ponérmela dura; Juan se tumbó en la piltra para que ella le cabalgara, quería ver las tetas saltando mientras subía y baja el culo, estaba excitadísima, la tumbé arriba de él y se la metí en el culo, era la primera vez que tenía dos pollas follándosela a la vez y se corrió al menos otras dos veces, nosotros no obstante aguantamos un poco más, pero la efecto de sentir el roce de una moza contra la tuya a través de tu mujer es colmado. Esta vez era yo el que quería correrme en la boca de Maika, hubo una buena avenencia porque Juan deseaba correrse en el culo de ella, Así que cambiamos de posición, Juan se la metió por el culo y Maika empezó a chupármela con fuerza, ella quería mi semen y yo no la defraude, empece a correrme y ella saboreaba mi leche como si fuera su néctar preferido, me la lamió hasta que no quedó una gota. Juan disfruto del placer que produce la estrechez del ano y no tardo mucho en correrse también, gotas de semen salían de su culo. Maika se había trasformado salvajemente con este trío, y estaba tan sumamente excitada, que terminó recogiendo en su mano el semen que le iba saliendo del culo, para acabar lamiendo su mano, tragándolo todo.
Acabamos derrotados y felices, relajados y satisfechos. Maika me prometió que lo repetiría y que haría lo que yo le pidiera, hemos quedado otra vez con Juan, Maika suspira por su polla, aunque no la ha visto nunca, tampoco sabe como es él. Tuvo los ojos tapados todo el tiempo.