No me puedo resistir al amor de mi suegro

4/5 - (1 voto)

Cuando mi suegro dice que me quiere y yo creo que como nuera.

¿Mi esposo es imbécil?.. si, no hay duda, pero la culpa la tuvo su padre, le enseñó a hacer dinero, como el hizo y hace, pero de amor… Con mi esposo nos conocimos en una fiesta, yo lo admiraba por su inteligencia, nos casamos, todo bien, y tuvimos un hijo. Mi marido había perdido a la madre de muy chico, su padre (mi suegro) tiene una empresa muy próspera y mi marido, como único hijo, fue preparado para llevar esa empresa, pero su empresa estuvo siempre arriba de nuestra relación para mi esposo. Yo sola criaba a mi hijo y me tenía que ocupar de su educación, como también de los quehaceres del hogar: como las compras, el servicio doméstico, los arreglos de todo tipo, los festejos, y a pesar de eso no descuidaba mis temas personales como ir al gym, salir con amigas o de shopping, y a veces hasta tenía que colaborar con mi esposo en las relaciones públicas de la empresa. El sexo con mi marido nunca fue algo fuera de lo común, más bien algo básico, él arriba o yo abajo, y como mucho a los diez minutos acabada de él, con suerte orgasmo mío, punto aparte, ni siquiera intentó en todo nuestro matrimonio poseerme analmente, nada. Hasta ese momento todo lo que sabía de sexo era por mis amigas, pues mi esposo, me “agarró” muy chica, casi sin experiencia, él fue mi primer y único noviecito.

Mi suegro siempre simpático conmigo, siempre amable… siempre mirándome, pero yo siempre pensé que realmente me quería como una hija. Una mala idea que tuvo mi esposo cuando nos casamos es que viviéramos en el mismo barrio cerrado en el que mi suegro, a mi nunca me gustó esa idea, eramos vecinos, nosotros en una hermosa casa de dos plantas y mi suegro en la casa de al lado, viviendo solo. Mis padres residían muy lejos, por lo que sus visitas eran poco frecuentes, por eso después que naciera nuestro hijo y mi esposo estaba en la bendita empresa, mi suegro se prestaba gentilmente a ayudarme y fueron muchas veces. A mi suegro le fascinaba verme amamantar al bebé, pero tarde me di cuenta que no era el acto de ternura lo que le gustaba, sino el verme las tetas. El tiempo pasó y ya nuestro hijo comenzó el jardín de infantes, en el mismo barrio cerrado, por lo que me resultaba muy cómodo llevarlo y fue allí que comienza mi suegro a sacar las intenciones que tantos años guardó. Luego de dejarlo en el jardín y cuando él pensaba que estaría en casa sola tomando mate o un té, aparecía y no había forma de echarlo, se quedaba mucho tiempo y los diálogos que manteníamos se tornaban a veces picantes. Mi suegro le había entregado la conducción de la empresa a mi esposo, recibiendo las ganancias todos los meses y los dividendos dos veces por año, no está demás decirles que eran muy abultados, por tal motivo mi suegro no hacía nada, su pasatiempo fue acecharme de a poco. Llámenme ingenua pero yo no entendía, o imaginaba el interés especial de mi suegro hacia mí.

Esteban (ese el nombre de mi suegro) es un hombre muy alto y robusto, pelado totalmente, voz muy gruesa, con tatuajes en brazos y espalda, como ya les comente, soy malísima en calcular alturas, pero superaba el 1.90 mts., eso es seguro, su nariz fina y larga sumada a sus espesas cejas y sus negros ojos le daban una mirada penetrante, incómoda a veces. El colmaba de regalos a mi hijo, ya que era su único nieto y sentía verdadera debilidad por él, lo que mi hijo pedía, lo tena, no me gustaba que lo mal acostumbre pero tampoco yo decía nada, ver la cara de alegría de Lalo era mi felicidad. Mi suegro era respetado y hasta temido en el barrio cerrado, no me consta que todas sus actividades eran lícitas, pero si sabia sin error a equivocarme que ahora con mi marido al frente todo se mantenía dentro de los márgenes legales, o sea, si mi suegro había andado en cosas raras, ahora no, por lo menos en la empresa.

Siempre fue muy reservado, sus cosas particulares creo que nadie las conocía, por supuesto tenía su agenda llena de mujeres de vida fácil y muy discretas, pero los “amores de una noche” a mi suegro, eso no lo llenaba, por lo que yo escuché a través de los años es que a Esteban le gustaban las inocentes y el sexo “prohibido”, la perversión… ¿A que me refiero? Por ejemplo a él lo excitaban las casadas y madres, mujeres como yo, su nuera, era tan perverso que el disfrutaba con poseer mujeres donde sabía que estaba jodiendo a alguien, no importaba si era a su hijo, hermano, primo o vecino. Solamente alcanzaba el éxtasis cuando destrozaba a una mujer y además se entrometía en la pareja de ella, dañándola, pero esto lo descubrí muy tarde… vayamos en orden.

Transcurrieron los primeros años y mi marido permanecía más horas en la oficina y a mí me desatendió más, si yo no lo buscaba, él solo llegaba, cenaba y dormía, todo eso era a causa de mi suegro, que siempre manipuló y gobernó la vida de mi esposo. Cada día Esteban pasaba más tiempo conmigo. Llegó el mes de enero y como todos los veranos pensé que iríamos de vacaciones, no fue así, mi marido me dijo que su padre le había conseguido una entrevista en Italia con empresarios interesados en importar productos de la empresa, todo me resultaba extraño, yo no iría pues era un viaje de negocios con agendas muy apretadas, tampoco me iba a ir sola con Lalo de vacaciones, pero bueno… disfrutaría de la gran piscina que tenemos y saldría con mi hijo a pasear. Mi marido me había comprado un auto 0 km y como me gusta conducir iría cada tanto a la Gran Ciudad, que queda 45 kilómetros de distancia, a llevar a Lalo al circo, espectáculos, etc. Pasar en soledad más de una semana en una casa con todas las comodidades no sería aburrido si planificaba mis tiempos pero… ¿En soledad?

Faltaban dos días para que mi marido viajara y yo estaba bastante molesta por haber sido excluida, pero ya se me pasaría, no me iba a privar de comprarme cosas que tenía en vista como perfumes importados, maquillaje, vestidos de primeras marcas y ropa interior Victoria Secret, ni mucho menos de comprarle cosas a Lalo, el no llevarme le iba a salir más costoso. Llegó día de la partida y mi suegro lo llevó al aeropuerto a mi marido, hacía más de una hora que estaba sola en casa, como la mañana estaba calurosa y muy soleada, luego que Lalo se despertó me puse mi bikini y la mallita a mi hijo y… a la piscina.

Yo estaba despatarrada en una reposera leyendo en mi tablet el blog de Gus Becker & Marcel Milord (www.gusbeckerelatos.blogspot.com) mientras Lalo jugaba con sus juguetes a la sombra pues el sol estaba en su apogeo, cuando apareció mi suegro, me levanté para ofrecerle un trago (le encanta el alcohol, en especial el whisky de más de quince años de añejamiento) y él me observó con mirada lasciva, enfocándose en mi culo y en mis tetas, partes bastantes expuesta por la bikini. Mi hijo corrió a abrazarlo y Esteban me dijo que iría un momento a su casa a cambiarse, que mientras tanto le lleve el trago a la sombrilla que está al lado de la piscina. En menos de cinco minutos apareció con una ajustada sunga azul, estilo brasilera, el viejo se mantenía perfecto a pesar de ya tener 58 años y exhibía un bulto que parecía hacer explotar al traje de baño. Se sentó en una silla y prendió un cigarrillo luego de invitarme con uno, y mientras bebía su trago me miraba fijo sin emitir palabra. Yo esquivaba su mirada, pero me sentía incómoda, él me tomó una mano y acercando su cabeza me dijo:

¿Qué te pasa Ayli?

Nada, ¿Por qué?

Tenés muchas cosas pero no estas completa… yo sé que te falta…

No….no sé a que te referís…

Si sabés… tranquila, ya estarás completa, confía en mí…

Me acarició mi mano unos segundos incómodos, después me soltó y siguió mirándome. Pasé un largo evitando mirarlo pero algo más fuerte me hizo levantar la vista y clavarla en él, mi suegro al notarlo sonrió, se levantó, acomodó su silla frente a mí y se volvió a sentar, pero está vez más cerca de donde yo estaba, bajé la vista instintivamente y vi que el bulto entre sus piernas había crecido muchísimo, el pene le cruzaba todo el muslo y casi reventaba la sunga. Esteban, siempre con la vista clavada en mis ojos se tocó el bulto y comenzó a masajearlo, por vergüenza levanté la cara al encuentro de su mirada, pero por debilidad volví a bajarla, entonces él se inclinó hacia mí, volvió a tomar ahora mis dos manos y me preguntó susurrando:

¿Qué mirás?

Nnnada…

Te vuelvo a preguntar, ¿Qué mirás?

Tee dije, nna…

¿Lo querés?

¡¿Eh?!

Me soltó, se incorporó y sonriendo burlonamente dijo:

¡¡¡Lalito!!!

¿Si abuelito?

¿Qué estas haciendo?

Jugando con mi autito…

Ok… ¿Te quedás un ratito acá que con mamita vamos a tomar algo adentro?

Siii abue…

¡¡¡NO TE METAS EN LA PISCINA SOLO!!!

No abue, ya sé que solo no puedo entrar… me quedo acá…

Buen chico.

Estiró una mano hacia mí, la tomé y me incorporé, de la mano me llevó a la sala, pasando por la puerta corrediza en medio de los amplios ventanales polarizados, nosotros podíamos ver a Lalo jugar en el jardín pero él a nosotros no, cerró la puerta y enseguida me arrinconó contra la pared y me sujetó de la cintura.

No, por favor, noooo…

Shhhhh, tranquilita bebé.

Su cabeza se acercó hasta que nuestros bocas quedaron rozándose y su lengua salió para lamer mis labios, hasta ahí cerrados.

No, no esta bien esto… por favor, basta…

Relájate, cerrá los ojitos y déjate llevar por lo que tenés reprimido adentro.

Y mi boca se abrió, luego de cerrar mis ojos, su lengua entró y la mía la recibió y pensé que comenzaba un juego peligroso. Nuestras lenguas se entrelazaban, intercambiamos saliva, sus manos me acariciaban las tetas y después de un instante, una mano pasó por la cintura y una bajó hasta mi nalga.

No, noooooooo… (supliqué sujetándole la mano que se posaba en mi culo) tengo miedo…

¿A qué?

No sé… pero tengo miedo…

Relajate…

Ahora sus dedos se hundían en la raya de mi culo, sobre la tanga.

No… por favor nooooo… mmm… siiiiiiiii…

Agarró mi mano, la que frenaba su avance hacia mi culo y la llevó hacia su cuello para que lo abrace, ya sin ninguna barrera, regresó hacia el lugar de donde había partido, pero esta vez no le dije nada, cerré los ojos fuerte y gemí por lo bajo cuando su mano se metió por la tanguita y hundió un dedo en mi ano.

Ay bebé… mi amor… ¿Qué le pasa a este precioso agujerito?… tan estrechito… tan cerradito que me apreta el dedo… mi hijo es un pelotudo importante… ¿Ningún pajarito hizo nido acá?

Me marcó el cuello de tantos chupones que me dio y forzó con el dedo mi esfínter anal, me quejé y justo en ese momento…

Mamiii… abueee… ¡Tengo hambre!

Quedate ahí hijo… ya te preparo algo.

Mi suegro me soltó mirándome fijo, saboreó el dedo invasor y caminó hasta donde estaba su nieto para hacerle compañía. Esa tarde fuimos los tres al mercado a comprar alimentos y como quedaba dentro de un conocido mall aproveché a también comprar algo de ropa y varias cosas para Lalo. Al regreso tomamos mate con mi suegro mientras Lalo miraba TV, todo estaba tranquilo, pero yo sabía que el apriete vendría más tarde, Lalo condicionaba mucho, ¿Qué pensaría ver a su mami ensartada por el gran pene de su abuelo? No quiero imaginarlo siquiera.

Cayó la noche, y nos fuimos a cambiar para comer, yo me puse como hacia calor un vestido de nylon muy cómodo y liviano tipo enagua, color lila, de breteles, con un buen escote, que se ceñía a mi cintura y terminaba por debajo de mi cola, como era muy corto usé una tanga del mismo color, y sandalias negras de de taco, el cabello lo llevé recogido. Esteban se vistió con bermudas color caqui,y camisa floreada con varios botones sin abrochar mostrando su peludo pecho y zapatos náuticos. Cenamos en la mesa pequeña de la cocina y cuando terminamos, preparé dos cafés dobles con crema, solo para mí e irlandés para él, dejamos a Lalo mirando las caricaturas en la TV y nosotros fuimos a la sala, a sentarnos en el amplio sofá que mira al jardín y el respaldo da a la cocina. Me senté a cierta distancia de él y observaba el ventanal, en cambio mi suegro me miraba a mí, de pronto miró por sobre su hombro para asegurarse que Lalo seguía en la cocina y se arrimó a mí, con sus fuertes manos me hizo girar bruscamente la cabeza y me besó con fúria, me mordía los labios, gemía, parecía poseído. Me metió la mano en la vagina por debajo de la tanga, me hablaba susurrando y me mordía el lóbulo de la oreja.

Dame todo lo tuyo… mmm… mamita, dámelo….

Me sacó la tanga y refregaba su mano sobre mi púbis, con un leve vello de dos días, me masturbó un buen rato, cuando no daba más, lo aparté de mí tirándolo contra el respaldo y fui con mi mano a su bulto hinchado, ahí noté que no había nada bajo las bermudas, solo un terrible miembro durísimo, largo y muy cabezón. Él empujó mi cabeza para orientarla hacia la pija, la besé, la lamí y con mucho esfuerzo me metí la cabeza en mi boca. El bramaba de placer, movía su pelvis de atrás para adelante para coger mi boca, entraba ese monstruo con rabia atragantándome, me quería matar y con esa cosa lo lograría sin dudarlo. Yo estaba en plena chupada, él en medio de un poderoso gemido, y…

Abu, tengo sueño… ¿Dónde esta mami???.

La voz provenía de atrás del respaldo.

Quedate ahí Lalo, mami está acá, recostada… ufff…

Voy hijo, voy…

Quería ponerme la tanga, tantee el sofá pero no la encontré, me incorporé acomodándome el vestido como pude, porque con la transpiración del momento, la tela estaba pegada en mi cuerpo y no bajaba.

Dale un beso al abu y vamos a tu cuarto.

Lo besó con ternura y el nene me siguió hasta su habitación, mis manos estaban cubriéndome las nalgas porque el vestido me quedó algo levantado y por la baja estatura de mi hijo, podía verme la vagina. Fue al baño, se acostó, le puse como siempre música que le encantaba, solo un poco más alta, para asegurarme que solo escuchara eso, lo besé y salí.

En mi cuarto estaba mi suegro sentado en el borde de la cama desnudándose.

Ayyyy Diossss… se te ve todo… ¡¡¡Que culo!!!.. bebé, hasta los huevos te voy a meter en ese ojete…

Fui al baño, me higienicé en el bidet, me sequé bien, me puse desodorante, perfume, me pinté los labios y salí desnuda. Mi suegro estaba en bolas en la enorme cama boca arriba esperándome con la terrible pija parada, a modo de saludo se la agarró de la base y la movía, esa cosa era como el Monte Everest, imponía miedo. Mareados por el desenfreno, cometimos ambos un gran error… solo entornamos la puerta. Me acosté a su lado y lo comencé a besar, mi mano fue a su pija, la suya a mi culo, antes que su grueso dedo nuevamente intentara penetrar mi redondo trofeo, comencé a bajar, le besé las tetillas, el pecho velludo, el vientre y llegué a la bestia que me esperaba con la cabeza casi morada:

Adentro de mi boquita cosita linda… mmmmm…

Chupaba y chupaba mientras me agarraba con sus manos la cabeza para enterrarla en su pija, estaba muy mojada, me puse sobre él, en posición de 69 y sentí su devoradora boca en mi concha, como chupa este hijo de puta, era un animal, “ohhh, siiiii”. Yo solamente me sacaba de la boca la bestia de verga para tomar aire y la volvía a comer, sentía fiebre en mi vagina húmeda, luego de un rato delicioso, mi suegro se paró, me acomodó de espaldas en la punta de la cama y agarrando con cada mano uno de mis tobillos me abrió las piernas, ya no hacían falta las palabras, solo le pedí que no me hiciera daño. Lentamente me fue penetrando, las paredes de mi vagina se estiraron al máximo para que pudiera pasar semejante pija, al principio fue una cogida lenta, luego él inclinó su cuerpo a 45 grados sobre mí y dejando descansar su peso en cada bombeo me la fue enterrando duro, desenvainaba su sable hasta la punta y me la clavaba hasta los huevos, se llevó uno de mis pies a la boca y con su lengua jugó con mis dedos, cuando fue el turno del otro pie lo chupó como si fuera un helado, empapándolo con su saliva.

A medida que pasaban los minutos la calentura de mi suegro aumentaba y cogía desenfrenadamente, por momentos me ponía a pensar si no me estaría violando, era un animal, un macho salvaje atacando a su hembra, nunca nadie me garchó así en mi vida, estaba experimentando sensaciones únicas, el choque de nuestros cuerpos sonaba como si estuvieran aplaudiendo. Esteban cuando se cansó de esa posición, se acostó en la mitad de la cama y me demandó que lo cabalgara, en esta posición su verga me llegaba hasta el fondo, por momento los puntazos dolían, eso me llevó a que me recueste sobre él, apoyando mis tetas sobre su pecho, el rocé de sus pelos sobre mis pezones era encantador, él con sus manos aferraba mi culo y me obligaba a aumentar el ritmo de mi cabalgata, cada tanto impulsaba mi cuerpo hacia adelante para devorarme con hambre una teta. Mi vagina estaba exhausta y con escozor, para darle un descanso, le chupé por un largo tiempo la verga brillosa por mis flujos. Cuando me apiadé de la pija que nuevamente pedía un hogar, susurrando la mire y le dije como si me entendiera:

Monstruo destructor de conchas, vas a entrar en mi orto, tené compasión…

Me puso de costado dándole la espalda, con una pierna bien estirada hacia adelante, colgaba del borde de la cama, fue al baño y regresó con el frasco de vaselina líquida que yo usaba para que mi nene mueva el intestino, enseguida sentí que un dedo me lubricaba el orificio anal y entró.

Ayy carajo, si el dedo me molesta, ¿Qué pasará cuando la bestia se meta?

El dedo salió varias veces para recargar vaselina y volvía a meterse, ya lo sentía más suave, luego sentí que se apretaba contra mí y su boca en mi oido murmuró:

Bueno nena, ahora tranquila, muy tranquilita, respirá profundo varias veces hasta que la sientas meterse, ahí relajate bien, no fuerces para expulsarla porque es peor…

Percibí la cabeza apoyarse en mi ano y… ¡¡¡Noooooooooo!!!, vi toda una galaxia, grité pero empujó un poco más, con mi mano traté de detenerlo.

No bebé, así no…

Pero es terrible el dolor…

Es un ratito nada más…

Sus manos jugaron con mi concha y tetas, me pellizcó los pezones y mientras yo estaba entretenida en eso, otra vez la cabeza comenzó a intentar meterse y… lo logró. Quería retorcerme, sentí unas ganas terribles de evacuar y de gritar pero me contuve. Me relajé lo más que pude y ya está, la cabeza perforó la resistencia y ahí se quedó quieta, quería empujarlo con mi mano pero me la sujetó firme y de a poco la pija volvió a avanzar, respiré hondo, trataba de aflojarme, me aferré con mi mano a la sábana y la estrujaba, mordía la almohada, gritaba. No sé cuanto había entrado pero sentía que se deslizaba sin prisa ni pausa.

Aaahhgggg.. asiiiii bebé así… buena chica, ya está, ya pasó lo peor, ahora dame tu hermoso orto y yo me ocupo de él…

Mientras me pellizcaba la teta seguía metiendo la pija, como estaba bien lubricada, se metía como patinando, el dolor intenso cedía pero seguía dolorida, solté la almohada de mis dientes y gemí fuerte:

Ahhhhhh.. despacitooooo… desssspaaacio…

Después de varios minutos logré relajarme y el goce se presentó. Terminó con el avance y comenzó con los embates, me llevé una mano a mi chocha para tocarme y calentarme más. El placer se entrelazaba con el dolor, pero la verga era tan descomunal que con la vigorosa cogida anal, el dolor ganó, pero después de quejarme cuando la cabeza salió de mi culo, fui a buscar una toalla mojada para limpiarle la pija y lo monté nuevamente:

Ahhhh… que hermosoooooo…

Cada tanto yo me la sacaba y frotaba la cabezota caliente contra mi clítoris y me la volvía a meter, mi suegro estaba caliente con mis tetas, me las estrujaba y mamaba, gemíamos como locos, yo era una perra en celo. Sabiendo que se venía, nos besamos de lengua y apreté mi pelvis bien contra la de él, para recibirlo todo. Fuertes chorros de semen sentía que me llenaban. Seguimos explorándonos las bocas con nuestras lenguas sin movernos, me quedé un rato subida a mi suegro con su pija a modo de tapón en mi concha conteniendo su leche, y en ese silencio me pareció escuchar un llanto… Giré mi cabeza y maldije cuando vi la puerta casi abierta de par en par.

¡¡¡La puta madre!!! Creo que Lalo vio todo… ¡Maldición!

Los gritos lo deben haber despertado… ¿Ayli no pusiste la radio?

Si, pero grité como una loca… que cagada…

Me bajé de la pija hermosa, fui al baño a limpiarme los ríos de esperma que emanaban de mi vagina y corrían por mis muslos y me puse un camisón blanco que era bastante transparente.

Voy a verlo…

Preciosa, avisame si se pone jodido…

Ok.

Y si… carajo, carajooooo… Lalo estaba en la cama boca abajo sollozando, me senté en la cama a su lado y le acaricié su cabecita.

Calma… ¿Qué pasa hijito?… contame…

Mami… ¿Por qué estabas con el abu en la cama?

Hijo, son cosas de adultos…

Pero el abuelo es malo, te estaba lastimando…

Noooooo, el abu no me lastimó… él nunca haría eso…

Pero vos gritabas y yo me asusté

Hijo no siempre se grita por dolor o por miedo… hagamos una cosa, me voy a quedar hasta que te duermas… voy al baño y me quedo acá con vos hasta mañana, ¿Querés?

Siiii mami, gracias.

Lo besé dulcemente varias veces en su carita, cerré mis ojos y traté de ordenar mis pensamientos, por fin cuando se durmió me levanté muy sigilosamente y fui a mi habitación.

Esteban, no solo nos escuchó, sino que nos vio…

La puta madre… dejame a mí que mañana hablo con él…

Por favor, él te ama y yo la verdad no se como explicarle… hasta pensó que me estabas haciendo daño…

Quedate tranquila, dejámelo a mí…

Voy a dormir con él.

Perfecto…

Me puse un pijama y antes de salir mi suegro me abrazó de atrás y me besó el cuello, pude sentir entre los cachetes de mi culo a esa bestia palpitante haciendo acto de presencia, fui a la habitación de Lalo, me acosté abrazándolo y después de un rato me dormí. Me desperté temprano, mi hijo seguía durmiendo, fui a la cocina a tomar mate y estaba mi suegro, le di un beso en la boca con mucha saliva y lengua, y él me tocó el culo.

¿Cómo está mi cachorrita?

Con el culo roto… por favor hablale a Lalo, me muero de vergüenza

Dejámelo a mi, quedate tranquila.

Tomamos mate y a la hora y media apareció Lalo, cabizbajo.

Hola má… hola abu…

Hola campeón.

Hola hijo.

Esteban me guiño un ojo, dándome a entender que me fuera.

Voy al baño.

Me senté en el inodoro pero solo para dejarlos solos,no sé cuanto estuve ahi, luego me levanté, apreté el boton para disimular y salí, entré a la cocina y Esteban me dijo:

Bueno… es mi turno de ir al baño…

Me senté al lado de mi hijo, silencio y más silencio, hasta que de pronto.

Mami, no estés más triste, el abu me dijo todo y yo estoy contento… no voy a decir nunca nada a nadie… pensé que el abu te estaba lastimando porque vos gritabas y yo vi que te dolía algo, pero ya entiendo ahora…. esta tarde el abu me va a comprar muchos juegos para la play…

Lo abracé con fuerza.

Te amo con locura hijo.

Y yo te amo más mami, dormí con el abu, yo se ahora que a vos te hace bien…

Le dí otro beso. Esa tarde volvimos al shooping y su abulo le compró 5 jueguitos, después a comer a Mc Donalds y luego volvimos a casa. Por la noche mi suegro estaba super caliente, apenas terminamos de cenar, yo llevé la vajilla a la cocina para lavarla y escuché que casi gimiendo Estaban le dijo a mi hijo:

Lalin, andá un poquito a ver Tele a la sala, dale…

Si abu, ¿Vos vas a jugar con mami?

Si, vamos a jugar un poco

Bueno, yo no vengo hasta que me avisen…

Se puso atrás mio mientras yo enjuagaba los vasos, me levantó mi vestido rosa y me apoyó la pija en el culo, como le gusta hacer a él, bien fuerte y adentro.

¿Qué le dijiste?

Que su mami es una putita y me la quiero coger…

Dale… ¿Qué le dijiste?

Ya no importa.

Giré y me enfrenté a él, lo besé, me arrodillé y como ya la pija estaba afuera se la comencé a chupar, no duré 10 minutos que me hizo sentar en la mesada y me hundió hasta los testículos en la vagina, gemí cuidándome de no gritar, enseguida comenzaron los embates y orgasmos… era de esperar, yo estaba que volaba, y sin tener noción del tiempo recibí una catarata de semen en mi útero que la acompañé de un gemido:

Ahhhhhh…. uuffffff…

Fuimos tomados de la mano al baño y nos duchamos juntos, con las manos que me metió mi suegro el agua fría estaba que hervía, a la salida me delinee los ojos, pinte los labios, perfume y me vestí con un baby doll negro transparente, sin nada abajo y sandalias de taco bien altos, y fui a la sala a buscar a Lalo para llevarlo a dormir, ya no me importaba que mi hijo me viera asi, casi desnuda. Cuando llegué se ruborizó, ya en su habitación el ritual de todas las noches, fue al baño y se acostó, lo arropé un poco, lo bese en la frente dejándole una marca de rouge, puse música, cerré la puerta y fui a mi cuarto, ahí me dió la bienvenida mi suegro tirado en la cama, desnudo boca arriba y al palo, al entrar vi una caja de viagra sobre la mesa de luz, caminando lento me quité los zapatos y fui derecho a su durísima pija, la tomé con mis manos y la chupé, luego él bajó a mi mojada concha y me hizo gemir como loca. Me penetró la vagina brutalmente, estaba sacado, lo de la otra noche fue una caricia comparada con la cogida que me pegó, después que vació sus huevos en mi concha, sin descanso y sin perder erección, me puso boca abajo y fue el turno de mi ano. Grité con la boca pegada a la almohada para amortiguar el sonido.

Ya no hace falta que te tapes la boca… gemí que me calienta… quiero escucharte…

Mi culo parecía estallar, me culeó por más de una hora, le costaba acabar por el polvo que me había echado un rato antes, me bombeó hasta que otro río de leche descargó en mi interior, y lo hizo gritando. Pasó la semana, regresó mi esposo y como siempre, él en su galaxia.

Damián, en dos semanas vas a paraguay por 8 días para cerrar el negocio.

Si papá, por supuesto.

Yo me estaba haciendo las uñas de la mano, levanté la vista y la fijé en Estaban que me miraba sonriente, le devolví la sonrisa y seguí con lo mío.

Ayleen Love & Marcel Milord ©

Si apreciaron el trabajo, no se olviden de dejar un comentario para saber que les gusta y que no, recién estoy empezando, por favor tenganme paciencia. Besos.