No puede contenerme más, saqué el arnés con un dildo vibrador, me lo puse y se lo metí hasta el fondo a mi marido, quería darle duro

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Había mandado a poner unas argollas metálicas en la pared de mi habitación, todo con la finalidad de complacerme, disfrutar y jugar con el que había sido mi sumiso tiempo atrás, ahora mi esclavo… por decisión propia.

Bebimos unas copas de champagne y conversamos de tantas cosas… hasta que llegó el momento en que deseaba ya tenerlo a mi disposición y a él deseando disfrutar de mí.

Con la cabeza le indiqué que se acostará en la cama.

-Como órdenes mi dueña Amor. Me dijo.

Le desnudé,… me encanta la desnudez masculina, su desnudez.

Le puse su collar de perro, que no puede faltarle y le enganché con una cadena justita a las argollas de la pared.

Saqué un par de esposas metálicas que había conseguido y estiré su brazos al cabecero de nuestra cama.

-Me encanta verte a mi disposición.

-Lo sé, se te ve en la cara de morbo que pones. Me contestó.

Le puse un separador de piernas metálico y a la vez até sus tobillos a cada esquina de la cama.

Después de tenerlo inmovilizado. De Cabeza, brazos y piernas,… me desnude de pie encima de la cama, mientras veía como se le iba empinando la polla.

Me paré encima de él con mis piernas a cada lado para que observara mi cuerpo desnudo… con mis curvas de guitarra “como suele decirme él”.

-¿Te apetece? Le pregunté mientras me tocaba el coño.

-Si Mi Amor.- Me contestó

Me senté en su rostro y su cabeza inmóvil por el collar y la cadena, dándole la espalda a la pared y empecé a moverme sobre el…

-Saca la lengua y métemela en mi agujerito del culo.

Mientras yo hacía fuerza, creyendo él que a lo mejor podría darle un poco de mi bombón de chocolate… ¡equivocado estaba!

Al tener mi gran culo encima le dejaba sin respiración, así sufría un poco por falta de oxígeno…

-Aguanta, aguanta… le dije. Mientras me reía y retozaba sobre su rostro. Hasta que me corrí.

Levanté mi cadera, para que tomara un poco de aire.

-Te gusta tener mi culo y coño sobre ti saboreándolo. ¿Verdad?

– Sí, Mi Amor puedo pasar horas contigo encima.

-Me excita y me da un placer enorme sentir que no puedes respirar y es porque tienes mi culo encima tuyo.

Viéndole su polla empinada, me levante y me senté sobre ella y empecé a cabalgarlo, mientras lo tenía inmovilizado… subiendo y bajando, subiendo y bajando…me acerqué  y besé sus labios, mientras tenía un delicioso orgasmo y otro más…

-¿Quieres correrte Mi Vida? Le pregunté.

-Sí, Mi Dueña amor.

Y continúe cabalgándolo…hasta que eyaculó dentro de mí, llenando de leche mi coño.

-Ahora si a cumplir con tus deberes. Le dije.

Y me levanté y puse mi coño en su boca…

-Quiero que lamas y succiones hasta que te bebas mis fluidos y los tuyos.

-Si, como desees Mi amor.

Le sentía como chupaba y relamía nuestros fluidos conjuntos…

Después le quité el separador de piernas metálico y le desaté los tobillos. Para que descansará un poco.

Doble sus piernas en posición de flor de loto y uní con cinta gruesa el muslo con la pantorrilla, dejándole las piernas abiertas…puse un almohadón bajo su cadera.

Saqué un arnés negro con un dildo vibrador del cajón de noche y me lo puse…

-Te voy a follar. Le dije.

-¿Ahora que me he corrido?

-Sí, ahora mismo. Le contesté. Mientras le abría bien las piernas y le introducía el arnés en su agujerito.

Le escuché gemir. Seguramente era un poco de placer, seguramente también un poco de dolor…

-Cariño el dolor te viene bien, después te va a gustar. Le dije. Mirándole a los ojos, mientras lo empotraba con mi arnés.

-Me duele un poco…dijo.

-Ya te gustará cariño. Le dije. ¡Mientras continúe empotrándolo con fuerza!