Pase las fiestas con mis dos hermanas, terminamos noche buena follando al frente del árbol navideño con los niños durmiendo a metros

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Comenzare este relato describiendo a las personas implicadas en el. Mis dos hermanas y yo, mi hermana Carmen, es una mujer de 38 años, morena de pelo por debajo de los hombros, ojos claros, mide aproximadamente 1,70 de altura, piel clarita y de su cuerpo lo que más destaca son sus tetas, una talla 105, que para su edad y después de haber dado de comer a dos hijos, no las tiene nada mal. Mi hermana Lola, es una mujer de 32 años, esta es castaña de pelo aunque le gusta mucho cambiar de color, pelo por encima de los hombros, un poco más alta que mi otra hermana, mide 1,74 aproximadamente, con ojos claros y blanquita de piel también, y un buen cuerpo, de ella me gusta todo su cuerpo y no destacaría nada de ella. Mi nombre es Fran, tengo 26 años, no tengo un cuerpo de escándalo y ni una polla descomunal, soy un chico normal de 1,84 de altura, y lo que más les gusta a las mujeres es mi sonrisa y mis ojos,

Era una noche de fin de año, el día que se inicio todo. Nosotros somos huérfanos y nos reunimos esa noche en casa de mi hermano el mayor, para cenar y tomar las uvas de despedida de fin de año. Quedamos a eso de las ocho de la tarde para ir preparando la mesa y estar preparados para la hora del comienzo de la cena. Estábamos con ropa normalita, aunque todos llevamos una ropa, más elegante, para cambiarnos para la cena. Cuando todo estuvo preparado nos fuimos a cambiar, y al encontrarnos en el salón yo me quede asombrado de ver los vestidos que llevaban mis hermanas. Estaban preciosas. La relación con mis hermanas son de lo más normal, es verdad que en muchas ocasiones me he masturbado pensando en ellas y e fantaseado con alguna aventura. Ellas como saben que a mí me molesta que hablen de lo que hacen o dejan de hacer con sus maridos, empezaron a picarme, diciendo que ellas ya habían echado el último del año, que si llevaban un conjuntito para empezar el año. Yo en vez de enfadarme lo que creo, es que me daban celos de mis cuñados. Que si les enseñaba mis calzoncillos rojos, que ahora que me había quedado más delgado, haber como se me quedaban. Yo estaba en ese momento con un calentón que no podía más. Estando la mesa preparada para la cena, se escucho un ruido de cristales, eran mis sobrinos que jugando, habían tirado las botellas de vino que teníamos preparadas para la cena. Mi hermana Lola entonces dijo que ella tenía unas cuantas de botellas en su casa, que se acercaría para traerlas, me ofrecí a acompañarla para ayudarle, que estaba como a diez minutos andando desde la casa de mi hermano. Nos fuimos para su casa y estábamos hablando por el camino, mi hermana preguntándome que como me iba con la nueva novia, y que pronto era mi cumpleaños, que debería de hacer una fiesta, entre otros temas, y como no lo de calentarme con lo que hacía y dejaba de hacer. Estaba tan caliente que me empalme y todo. Al llegar a casa de mi hermana se puso a sacar las botellas que estaban en un altillo, y al acercarme mi hermana se dio cuenta de que estaba empalmado, me miro con una cara de viciosa que me puse colorado, mi hermana me dijo que iba un momento al baño que si quería que me sentara en el salón, le dije que no que me iba a fumar un cigarro en la cocina mientras que ella salía. Al salir mi hermana me dijo,

– no has querido enseñarnos antes los calzoncillos a Carmen y a mí,

– yo le conteste que eran rojos como de costumbre los fines de año,

– anda enséñamelos y te enseño yo mi conjunto

Yo ya estaba con tal calentón que cogí y se los mostré por la parte de atrás, y ella me dijo que quería verlos por la parte de delante para ver el paquete que marcaba, yo le dije que no que me enseñara ella el suyo y dependiendo de la parte que ella me enseñara yo le enseñaría los míos. No tuvo reparo ninguno en subirse el vestido y enseñarme la parte trasera, tenía un culo espectacular, era un tanga de hilo rojo y se dio la vuelta y me enseño la parte delantera. Era un minúsculo triangulo de encaje, que le marcaban los labios del coño, lo tenía rasurado y yo al verlo me empalme de nuevo, mi hermana me dijo que le enseñara los calzoncillos por la parte delantera que ella había cumplido, yo empecé a hacerme el remolón para ver si se me bajaba un poco, cuando bajo un poco se la mostré

– te has quedado contenta ya.

– Si señor que si lo estoy, vaya paquete que calzas

– Es normalita no tengo un poyon como los de las películas, empezamos a reírnos

Termine de fumarme el cigarro y me dijo

– Enséñame la poya

– Tu estás loca le dije, pero para mí pensé que te la metería hasta el fondo

– Anda enséñamela y si me la enseñas te enseño yo mi conejo

Yo ya estaba tan eufórico que no me lo pensé dos veces, me baje el calzoncillo y le mostré mi polla, morcillona, al verla se quedo con la boca abierta. Le dije que ahora le tocaba a ella, se bajo el tanga de espaldas a mí, puso su culo en pompa y se le veía todo el coño. Me entraron ganas de clavársela en ese mismo momento. Me fui a subir los calzoncillos y ella se acerco y echando mano a mi polla me dijo. No me vas a dejar que te la toque, entonces ya se nos fue la cabeza de una forma que la deje hacer y empezó a pajearme. Yo hice lo mismo con su coñito, que lo tenía bastante húmedo, empezamos a besarnos mientras nos pajeabamos y paro y empezó a chupármela, estuvo un rato con la faena y cuando ya estaba para correrme, paro y se monto en la encimera de la cocina y se abrió de patas, me dijo métemela que estoy muy caliente, antes de metérsela, empecé a besarle los muslos, el pubis, le daba lengüetazos en el coño, bocaditos en el clítoris, hasta que me dijo que se estaba corriendo, me incorpore y le coloque la poya en la entrada de su vagina, estaba como loca por que se la metiera y yo jugando con ella, le metía la cabeza se la sacaba, le daba golpes en los labios, hasta que me dijo que se la metiera hasta el fondo que no podía mas, hice caso a ella y de un solo empujón se la clave entera, estuvimos un buen rato hasta que se corrió y saque la poya para correrme fuera pero me dijo que me corriese dentro que no pasaba nada, fue escucharla decirme eso y empecé a eyacular tal cantidad de leche, nos besamos de nuevo y empezamos a vestirnos. Una vez vestidos cogimos las botellas y nos marchamos para la casa de mi hermano. Al llegar dicen la gente que habíamos tardado bastante rato, mi hermana les dijo que había visto a una vecina y que se había parado un rato para darle el feliz año. Al llevar las botellas a la cocina, Carmen le dijo, me tienes que contar que ha pasado, que yo no me creo lo de tu vecina. Estuvieron un rato hablando en la cocina, al llegar al salón venían muy contentas y risueñas como habían empezado la noche, unas indirectas sobre el sexo y que lo que iban a disfrutar. Al terminar la cena preparamos las uvas, mi hermana Carmen me dijo que me sentara al lado de ella, que no habíamos hablado apenas durante la cena. Al estar sentado junto a ella me dijo en voz baja,

– Espero que me hagas a mí lo mismo.

Yo me sonroje, y empezamos a tomarnos las uvas

CONTINUARA

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