Por las drogas terminé follando a mi propia madre

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Cuando Felipe llegó se encontró una familia normal, salvo que su amada mujer, por iniciativa propia, estaba vestida con un uniforme de porno chacha. Felipe entró y se quedó asombrado por la estampa, su hijo en calzoncillos mientras Lorena le servía la cena vestida de porno chacha, con una falda cortísima negra, medias de liga, zapatos de tacón alto negros, camisa blanca con amplio escote, dando a destacar sus enormes tetas sin sujetador y una coleta de caballo.

Felipe: Hola – dijo mirando sorprendido a su mujer, nunca en toda su vida amorosa la había visto disfrazada tan sexy.

Lorena: Hola, cariño – dijo colocando los platos en la mesa con una sonrisa.

Vicente: Hola papá – dijo mirándolo sonriente – Mamá hizo tu comida favorita.

Felipe: ¿Y eso? – dijo sonriente mientras dejaba sus cosas encima del sillón – ¿A qué se debe?

Vicente: Bueno, mamá quiere mimar a su marido por ser tan comprensivo con ella – dijo mientras Lorena asentía sonriente y le daba un amoroso beso en la boca.

Felipe se sentía feliz, su familia le quería. Cierto que la situación era muy rara, pero dentro de esa anormalidad se sentía querido y respetado. Durante la cena hablaron de como les había ido el día. Pero las sorpresas no pararon ahí. Vicente le hizo un gesto a su madre mientras su padre no miraba y se metió Lorena bajo la mesa. Cuando Felipe volvió a mirar, le extrañó no ver a su mujer, pero pensó que estaría en la cocina a por el postre. Se sorprendió cuando notó unas manos suaves bajarle el pantalón y el calzoncillo. Miró a su hijo que le guiñó un ojo, cómplice mientras levantaba la copa con refresco que tenía delante al mismo tiempo que Lorena le empezaba a lamer la polla de arriba abajo a su amado esposo.

Vicente: Disfruta del postre papá – le dijo sonriente.

Felipe: ¡Oh sí! ¡qué bien usas tu lengua! – gimió.

Lorena siguió lamiendo la polla un rato más, ya toda dura. No dejó de lamer hasta que Vicente dio el banderazo de salida a su madre colocando su pie a la altura del coño de su madre y empezó a masturbarla, haciéndola gemir y notando la humedad de su coño. Lorena se tragó entera la polla de su marido despacio.

Felipe: ¡Oh sí, así, despacio, métetela toda, sí, como tragas polla puta! ¡Qué boca tienes puta, eres toda una traga! – gimió – ¡Vamos demuéstrame qué sabes hacer puta con esa boca!

Lorena siguió comiendo la polla de su marido, mientras él disfrutaba de una comida de polla espectacular. Luego de unos minutos de intensa mamada, se la sacó y la agarró con una mano mientras con la otra le masajeaba los testículos mientras se los lamía con pasión.

Felipe: ¡Oh sí, sigue, me encanta lo que me haces nena! – gimió.

Lorena sabía que su marido quería que le hiciera lo que tanto le gustaba: que se quedara con su polla incrustada en la garganta unos segundos y así lo hizo. Volvió a incrustarse su polla hasta la garganta y la dejó ahí unos segundos, aguantando las arcadas, para volver a sacársela y volver a repetir. Vicente no dejaba de masturbar a su madre con el pie.

Felipe: ¡Oh sí, puta, traga polla, sí, me encanta, eres una mamona de primera, sí, traga, traga, así! – gemía cada vez más excitado.

Vicente se excitó con el poder que tenía sobre su madre y el ver como su padre disfrutaba, por lo que se sacó su polla ya erecta del calzoncillo y cogió los pies de su madre, colocándola entre medias de ambos y ejerciendo presión. Lorena gimió ante el contacto en sus pies con la polla de su hijo y lo entendió. Sin dejar de comérsela a su marido, empezó a pajear con los pies de forma lenta y sensual a su hijo.

Vicente: ¡oh sí, puta, mueve los pies! – gimió sujetándoselos.

Lorena obedeció a su amado hijo y empezó a mover sus pies haciéndole una placentera paja con los pies mientras con la boca le follaba la boca a su marido. Felipe disfrutaba como un animal por la brutal mamada que le hacía su mujer. Luego de unos minutos, Felipe aguantaba como podía semejante mamada de su mujer mientras Vicente le veía y disfrutaba de la paja que le daba su madre. Por eso, el muchacho dejó los pies de su madre, se levantó y la levantó del suelo, dejando la polla de su padre al aire y bien lubricada.

Vicente: Ven, vamos a darle una buena follada a esta perra – dijo agarrando a su madre del pelo, de la coleta.

Felipe siguió a su hijo, que guiaba a su madre a la habitación y la colocó en la cama, de rodillas, y padre e hijo quedó a cada lado de la mujer que empezaron a besarla y a comerla las tetas mientras otro le agarraba del culo y jugaba con sus orificios a placer. Luego de unos minutos de sobeteo y masturbación a Lorena, Vicente cogió a Lorena de la cabeza y le incrusto la polla de una estocada hasta la garganta, dejándola hay unos segundos mientras Lorena aguantaba las arcadas. Vicente repitió el mismo tratamiento a la garganta de su madre varias veces mientras Lorena no dejaba de ser masturbada por su marido en ningún momento.

Vicente: ¡Oh sí, puta, tienes una garganta cojonuda, perra! – gimió.

Lorena se calentó con la situación, tener la polla de su hijo en la boca realizando una garganta profunda, con su marido al lado le daba mucho morbo. Felipe siguió masturbándola y notó más humedad en su coño por sentirse usada por su hijo.

Felipe: ¿Te gusta, puta? – dijo morboso.

Vicente: A esta puta le gusta todo lo que le hago, papá – dijo incrustando la polla en su garganta sin sacarla – ¿Ves? Esta puta disfruta del sexo muy duro – dijo sacándole la polla y dándole un guantazo en la cara.

Lorena: Haz conmigo lo que desees, amo – gimió de placer por el trato que recibía.

Tras escuchar eso, Vicente dio la vuelta a su madre, se colocó entre las piernas de ella y al ver que estaba cachonda le metió la polla de un empujón mientras Felipe le empezaba a comer las tetas, mordiendo sus pezones con dureza. Lorena esperaba ansiosa que su hijo la follara, tenía el coño hirviendo. Vicente esta vez no tuvo miramientos, le metió la polla de una embestida y empezó a follarla.

Lorena: ¡Oh sí, amo, sí, folla a mami, folla a tu puta, sí, úsame! – berreó loca de placer.

Vicente: ¡Toma polla, puta! ¡Te voy a reventar a pollazos todos tus agujeros, perra! – gimió caliente y morboso – Papá, haz callar a esta puta – pidió lascivo sin dejar de follarla.

Felipe entendió lo que le quiso decir su hijo y divertido, dejó de pellizcar las tetas de su mujer y de pajearse viendo el espectáculo y le metió la polla a su mujer en la boca hasta la garganta empezando a follarle la boca como un animal. Vicente, mientras la follaba no paraba de meterle el dedo gordo en el culo sin dejar de follarla. Cuando creyó oportuno y para evitar que su madre se corriera, cambió de agujero y se la metió por el culo mientras su padre seguía follándole la boca bestialmente.

Vicente: ¡Toma polla, perra! – gimió – ¡Te voy a reventar todos tus agujeros, puta! – dijo cogiéndola del pelo, tirando de ella para atrás.

Felipe: ¡Oh sí, puta, toma polla, sí, me encanta follarme tu boquita, perra! – gimió.

Lorena: ¡Mmmmmhhhhgggggg! ¡Mmmmmhhhhgggggg! ¡Mmmmmhhhhgggggg! – gemía.

Vicente la follaba salvajemente, no paraba de meterle la polla en el culo ni de morderla el cuello como a ella le gustaba. Cuando vio que su madre ya no podía más paró, se tumbó en la cama y la colocó de espaldas a él mientras le metía la polla en el culo de nuevo. Al verla así en esa posición y con el coño abierto y vacío, Felipe aprovechó y se colocó entre sus piernas para, mientras le mordía las tetas con dureza y violencia, le ensartaba la polla de una estocada en el húmedo coño de su mujer, acompasando rápidamente el ritmo junto con su hijo para empezar a follársela.

Vicente: ¡Te vas a follar una buena follada, puta, dos pollas para ti! – gimió empezando a moverse dentro de su culo.

Felipe: ¡Oh sí, puta, tienes dos pollas para ti y te encanta, perra, toma rabos! – gimió acompasando sus movimientos con su hijo.

Lorena no se esperó tener las dos pollas, la de su hijo por el culo y la de su marido en el coño, insertadas en el fondo de su ser. Sintió un enorme placer, como nunca antes. Lorena aguantó unos minutos hasta que ya no pudo más y se corrió como loca, berreando.

Lorena: ¡Oh sí, folladme, folladme así, sí, me corro, me corro, soy vuestra puta, sí, sí, sí! – berreaba loca de placer – ¡Sí, oh, sí! ¡Follarme! ¡Follar a vuestra puta! ¡Sí, así, no paréis, sí! ¡Sí, más, más, no paréis, más duro, más! ¡Me corro, sí! ¡Sí, más duro, más fuerte, no paréis nunca, más salvaje, darme más! ¡Me corro, sí! ¡Darme más fuerte, no hagáis sufrir a vuestra puta! ¡Sí, más, más, no paréis, más duro, más! ¡Me corro, sí!

Padre e hijo seguían follando el culo y el coño de Lorena sin descanso. Luego de unos minutos, Felipe le sacó la polla, colocándose de pie frente a su cara con su polla y empezó a follarle la boca como un animal en celo de nuevo. Vicente comenzó a alternar el coño y el culo de su madre agarrándola de las caderas. Luego de unos minutos y tras mirarse cómplices, padre e hijo intercambiaron puestos y tras colocar a Lorena a cuatro patas en la cama, Felipe comenzó a follar salvajemente a su mujer por el coño y el culo mientras Vicente le follaba la boca a su madre, que estaba en éxtasis.

Lorena: ¡Sí, oh, sí! ¡Follarme! – gimió cuando le sacó la polla su hijo de la garganta – ¡Me corro, sí! ¡Sí, más duro, más fuerte, no paréis nunca, más salvaje, darme más! – gimió antes de que su hijo se la metiera de nuevo.

Vicente: ¡Toma polla, puta! ¡Qué boca tienes zorra! ¡Oh sí, toma polla! ¡Eres una mamona de primera! – gimió agarrando su cabeza contra su polla.

Felipe: ¡Toma polla, putón! ¡Qué culazo tienes zorra, que estrecho! ¡Oh sí, toma polla! ¡Qué apretadito tienes el coño y que gustazo follarlo puta! ¡Oh sí! – gimió.

Padre e hijo seguían follando a Lorena sin descanso. Felipe seguía alternando el coño y el culo de su mujer, empezó a follarlos como nunca, salvaje, duro, azotando el culo de su mujer marcando el ritmo de la follada mientras Vicente le follaba la boca a su madre y le pellizcaba los pezones y azotaba sus tetas con dureza. Lorena encadenaba un orgasmo con otro. Luego de unos minutos, padre e hijo intercambiaron puestos y Vicente comenzó a follar salvajemente a su madre por el coño de nuevo mientras Felipe le follaba la boca a su mujer.

Felipe: ¡Toma polla, puta! ¡Qué boca tienes, putón! ¡Oh sí, toma polla! ¡Cómete mis huevos, perra! – gimió follándole la boca.

Vicente: ¡Toma polla, puta! ¡Qué coño tienes zorra! ¡Oh sí, toma polla! ¡Oh sí! ¡Me encanta! ¡No voy a tardar en correrme, perra! – gimió.

Lorena: ¡Sí, follarme bien follada, sí! – berreó sacándose la polla de su marido de la boca – ¡Follar a vuestra puta sin descanso! ¡Sí, así, no paréis, sí! ¡Me corro, sí! ¡Córrete en el coño de mami, echa tu leche en el fondo de mi coño, cariño! – berreó a su hijo – ¡Me corro, sí! ¡No hagas sufrir a mami! ¡Sí, más, más, no paréis, más duro, más! ¡Me corro, sí! ¡Dame tu leche en boca, en mi cara de puta, dámela toda! – berreó mirando a su marido con una cara de puta que nunca le había visto – ¡Lléname la cara y la boca con tu deliciosa leche, mi amor! – le dijo a su marido – ¡Oh sí! ¡Me corro! – berreó de placer.

Felipe: ¡Sí puta, sí! ¡Te vas a llevar mi leche en tu cara de zorra, en tu boca! ¡Oh sí! ¡Toma leche, puta, tómala toda! ¡Oh sí, me vacío en tu boca de puta! ¡Sí, toma leche! – gimió pajeándose.

Vicente: ¡Toma polla, puta! ¡Oh sí, toma polla! ¡Te voy a llenar el coño de leche, puta! ¡Me voy a correr en el fondo de tu coño, mamá, eres un putón! ¡Oh sí, me corro! – gimió sin dejar de follarla.

Felipe se corrió en la boca, cara y tetas de su mujer y Vicente en el interior del coño de su madre. Lorena sintió la abundante corrida de su hijo en el coño y su marido en su cara, boca y tetas y colapsó en un orgasmo brutal, como nunca antes, sintiendo un morbo brutal. Cuando terminó de correrse Lorena se desmayó por tanto placer. Luego de unos segundos, Lorena reaccionó, y los tres se sentaron en el sofá a hablar.

Vicente: ¿Te ha gustado, papá? – dijo cansado y curioso.

Felipe: Sí, la verdad, mucho morbo – dijo sonriendo.

Lorena: Me alegro, amor – dijo besando a su marido y manchándole de semen – A mi me ha fascinado, sentir vuestras pollas a la vez, me habéis hecho sentir plena – dijo sincera y sonriente.

Vicente: Me alegro, a partir de ahora cuando queráis repetir solo tenéis que decirlo – dijo riendo.

Felipe: Gracias, campeón – dijo sonriente tumbándose a un lado de su mujer.

Lorena: Contar conmigo – dijo colocándose en medio de ambos, tumbada en la cama.

Tras descansar un rato, Lorena fue a asearse y volvió desnuda a la cama, para colocarse de nuevo en medio de padre e hijo. Se durmió abrazada a su marido sintiendo por detrás la erección de su amado hijo en su culo. Las cosas iban bien por casa, todos combinaban entre ellos, todos aceptaban su papel, de momento.