El Problema De Natalia, La Amiga De Mi Hija
Natalia es virgen y quiere dejar de serlo
Mi nombre es Bob Sage, soy viudo y tengo 3 hijas Natalia, 25 años, Stephanie 20 años y Michelle de 18 años. Natalia, está trabajando en Alemania, Stephanie está estudiando en la universidad de Oviedo con una beca séneca y Michelle está en primero de carrera en nuestra ciudad.
Cierto día llegué a casa del trabajo, escuché ruido en la ducha y supuse que era mi hija Michelle que se estaba duchando, me estaba orinando así que no pude esperar. Cuando entré me encontré a una rubia de la edad de mi hija duchándose, no había echado la cortina por lo que la pude ver totalmente desnuda, pude ver sus pechos medianos con su pezones rosados, también pude ver su coñito totalmente rasurado y todo ese cuerpo mojado todo ellos en un franja de 2 segundos el tiempo en el que ella me vio y se tapó. le pedía disculpas mil veces y salí del baño no sin antes mirarla de arriba abajo, la chica estaba buenísima.
– ¿Papa que haces? – me dijo mi hija.
– Creía que eras tu la que estaba en la ducha y tenía que entrar a mear.- le contesté.
– ¿ quien es? – le pregunté
– Es mi amiga Natalia. ¿ se puede quedar a dormir?
– Claro no hay problema, anda ayúdame a preparar la cena.
Y juntos bajamos a la planta de abajo a hacer la cena.
Al rato bajó Natalia con la cara toda colorada.
– Papa, esta es Natalia. Natalia este es mi padre.- Nos presentó formalmente mi hija.
– encantado- le dije dándole dos besos.
– igualmente – dijo ella dándome dos besos.
– siento lo de la ducha- le dije
– Está olvidado- dijo ella sonrojándose.
– Chicas poner la mesa.
Mi hija y su amiga Natalia cogieron los platos y los vasos para ponerlos en la mesa, yo me fijé en el trasero de Natalia y en su cuerpo antes desnudo pero ahora con un pantaloncito corto ceñido que marcaba su trasero y su chochito, arriba llevaba una camiseta corta que dejaba poco a la imaginación marcando los pechos y dejando a la vista su ombligo.
Tras la cena las chicas recogieron, limpiaron los platos y se fueron arriba a la habitación de Michelle, yo me quedé viendo la tele abajo.
Eran cerca de la una de la mañana cuando apareció en el salón Natalia.
– Hola.
– Hola – la saludé – ¿la tele está muy alta?- le pregunté.
– No – dijo ella mientras se sentaba en el sofá a un cojín de separación de mi – ¿que está viendo? –
– fútbol sala japonés. le respondí.
– Ok, ¿ y con quien va? – me preguntó
– Con los rojos, te diría el nombre pero no sé pronunciarlo.
– Ja ja ja ja – ella se rió.
Estuvimos largos minutos en silencio viendo el partido de fútbol.
– ¿ puedo hacerle una pregunta?- me dijo.
– Claro. le respondí girando mi cuerpo hacia ella.
– ¿ está mal que a una chica le gusta un hombre? – me preguntó
– Pues es la ley de la naturaleza que a las mujeres le gustan lo hombres. – le respondí.
– No digo una chica y un hombre ¿ está mal? – me preguntó
– Supongo que no, ¿por que? ¿ te gusta un hombre? – le pregunté
– Si.
– ¿ un compañero? – le pregunté
– No, el es mayor que yo.
– ¿Un chico de la universidad?.- le pregunté
– No, el es mas mayor.
– ¿Un profesor? – le dije y observé que su respiración se acelera al igual que su pulso.
– No, el es mas mayor.
– pues no sé.
– ¿ está mal que me guste el padre de una amiga?- me dijo y yo me quedé helado.
– supongo que no está mal, siempre que el sienta lo mismo por tí. – ella había aumentado su respiración y su pulso y no se atrevía a mirarme a la cara el hombre del que hablaba era yo..
– Perdón, quizás ha sido una estupidez de pregunta – diciendo esto se levantó del sofá y salió corriendo hacia la puerta pero antes que llegara a la puerta la tomé de la mano he hice que se parara. Luego hice que se girara , ella seguía sin poder levantar la cabeza por vergüenza, con mi mano en su barbilla conseguí que levantara la cabeza ,
– Tranquila pequeña, no esta mal que sientas eso.
La besé en sus tiernos labios. Ella aceptó mi beso y también me besó. le solté la mano y ella la colocó sobre mi pecho yo bajé por su cuerpo hasta su trasero y comencé a apretarlo lo que hacía que su cuerpo se apretara contra el mío donde ella podía sentir mi polla morcillona chocar contra su coñito. Mi manos empezaron a subir por su cintura subiendo su chaleco, llegando a descubrir sus pechos, lo que hizo que ella se terminara de quitar el chaleco. Viendo esos dos pechos comencé a besadlo y chuparlos mientras que mis manos volvía a apretar su culito, ella acariciaba mi cabello con sus dos manos, comencé a bajar su pantalón descubriendo su trasero a lo que ella separándose de mí terminó de quitárselo, yo mientras aproveché para quitarme la camisa y desabrochar mi pantalón dejando a la vista a mi polla. Cuando Natalia se dio cuenta que mi polla estaba fuera se quedó con la boca abierta. Tomé una de sus manos y la puse sobre mi polla, y ella empezó a acariciar, luego tomé su otra mano y la puse también en mi polla. Movía mi polla de arriba abajo mientras que yo acariciaba su cuerpo y buscaba con mis labios sus labios. Volví a besarla, ella aceptaba mis besos luego pasé de su boca a su cuello, ella seguía disfrutando del grosor de mi polla moviéndola de arriba abajo, comencé a besarle el lóbulo de la oreja y le susurré
– Quiero que me la chupes.- le dije aprisionando su lóbulo con mis labios – ¿ te apetece?- ella no respondió solo asintió con la cabeza.
Me separé de ella y ella me miró a los ojos y luego fijó su mirada en mi polla. Se puso de rodillas en el salón de mi casa y comenzó a besar a mi polla ya erecta. Humedecía mi polla con la punta de su lengua y luego se la introducía en su boca poco a poco, estando mi polla dentro de su boca ella seguía jugando con su lengua sobre mi polla con una de sus manos acariciaba mis testículos dándome placer.
– ummmm, que bien lo haces Natalia.- le decía.
Al momento comenzó a aumentar el ritmo y se introducía mi polla más profundamente y más rápido, lo estaba flipando con la chica parecía muy tímida pero una vez que se desataba era una fiera. me dí cuenta que mientras me estaba comiendo la polla ella empezó a tocarse con sus dedos su coñito, haciéndose un dedo excitándose así misma, eso me puso más cachondo todavía.
– Para – le dije, ella paró. Hice que se levantara y se sentará en el sofá abriéndole las piernas. Me puse de rodillas y comencé a comerle el coño, su coñito rasurado. Con dos dedos de mis mano hice que su coñito se abriera y luego comencé a besadlo, y a jugar con mi lengua en su rajita algo que le gustaba por la forma de estremecerse de su cuerpo y de gemir, luego le metí un dedo mientras que con mi lengua le excitaba el coño.
– mmmm sí padre de Michelle, sí padre de Michelle.- decía yo seguía dándole placer en su coñito
Al rato de estar comiendo el coño estaba muy excitado, me incorporé un poco y introduje mi polla en su coño.
– Cuidado que soy virgen aún.- Me dijo. Quizás debió acabar la cosa ahí pero tenía el cuerpo de una adolescente frente a m completamente desnudo y estaba muy cachondo.
– Quiero que seas usted el primero.- me dijo. No me lo pensé más y continúe la acción.
– Tranquila , cariño seré muy dulce contigo.- le dije.
Comencé a meterle la polla dentro de su apretado y rasurado coñito, ella al principio ponía cara de que eso no le estaba gustando pero poco a poco esa cara de dolor se estaba convirtiendo en una cara de placer,ya no estaba tan tensa como antes empezaba a disfrutar del placer de follar.
Al poco rato de estar follándomela tuvo un orgasmo que demostró clavándome sus uñas en mi pechos, yo seguí follándomela hasta que me corrí dentro de su coño. Luego ella subió a la habitación de mi hija a dormir y yo me quedé en el salón poco más antes de subir a dormir.
A la mañana siguiente cuando bajé a desayunar estaban ambas desayunando mi hija en la mesa y Natalia, de espaldas a ella, haciendo tostadas saludé a mi hija con un beso en la frente y luego a Natalia con un beso en sus labios y apretando el culo, ella por su parte también me besó y cogió mi polla por encima de mi pantalón Desde ese día muchas noches se ha quedado Natalia con nosotros, amiga de mi hija por el día amante mía por la noche.