Quiero tu virilidad
Allí estaba yo en un garito oscuro con los colegas! Un poco de rock, unas birras y unas chicas dispuestas jugando al billar con nosotros.
El alcohol comenzaba a nublar mi cabeza y la música me envolvía, la chica de pelo corto y rizado se hacerlo hasta mi con una sonrisa y acercando sus gruesos labios a mi oído susurro unas palabras que hicieron que mi polla palpitara dentro de mis ajustados vaqueros.
-si nos hacemos otro chupito no podré resistir más tus miradas- y acompañó su comentario con leve mordisquito.
Mi piel se erizó y mi polla pálpito bajo mis pantalones, sonreí y metí mi lengua en su boca entremezclando con la suya.
-ve pidiendo esos chupitos, tengo que hacer una cosa y enseguida vuelvo- dije mientras apretaba sus nalgas con una mano.
-no tardes-
Salí del garito y me apoyé en la pared sacando mi móvil, busqué el contacto de Lizz y al ver la foto dudé de lo que estaba apunto de hacer, pero estaba cansado de ir detrás de ella y no ser correspondido.
-mira tía ya me tienes harto, llevo casi dos semanas sin saber de ti y ya me cansé de tus jueguecitos, sabes? No eres la única mujer del mundo y ya pasó de ti- apreté a enviar decidido a tomar lo que tenía y pasar de ella.
Sintiéndome más tranquilo al mandarla a hacer puñetas educadamente y más liberado de las ataduras de aquella que me había tenido mucho tiempo ya bajo sus influjos y me dispuse a entrar en el garito a tomar esos chupitos con la chica del pelo rizado.
Pronto sonó un mensaje de wass y supe que era Lizz, no, no lo voy a abrir pero cuando me quise dar cuenta de lo que hacía tenía el móvil en la mano abriendo el wass:
-ven a esta dirección- y acompañado de una ubicación.
Lo mire unos instantes… porque dudas… pensé… que le den, fui a guardar el móvil al bolsillo pero algo hizo que lo mirará de nuevo, me había mandado una ubicación… sería de su casa? Nunca en este tiempo me había invitado a su casa, si es que era su casa… no no voy a ir, agarre el pomo de la puerta del garito pero dude de nuevo y antes de darme cuenta me di la vuelta y me dirija a mi coche sin saber muy bien que me impulsaba a ello, tan atrapado me tenía aquella chica.
Había conocido a Lizz en un concierto y me había vuelto medio loco era una mujer increíble con una melena rubia y un cuerpo de ensueño, era dada a hacer locuras y me había descubierto un mundo de excitantes fechorías…
Monte en el coche sabiendo que dejaba a mis colegas y a esa chica tirados pero mi mente solo veía a Lizz esperándome con esa sonrisa pícara que me atrapaba.
Llegué al edificio que estaba entre solares abandonados y siniestros parques descuidados, el viento soplaba fuerte y movía las ramas secas de los árboles.
Llegué al portal 66 y busqué la puerta 6 que era lo que decía tras la ubicación, abrió la puerta sin preguntar y entré en aquel portal sucio y maloliente.
Subí por las escaleras con el pulso acelerado sabiendo lo que estaba por venir.
La puerta estaba abierta y entré al piso, era pequeño y oscuro. La puerta daba paso a un pequeño recibidor y directamente a una pequeña sala levemente iluminada… allí estaba ella sentada en una butaca de cuero negro.
Se había teñido el pelo de un color rojo sangre y lo llevaba recogido en dos largas trenzas, un top ceñido con un siniestro dibujo de un pentagrama embolvia su busto marcando sus redondeadas tetas, estaba con las piernas cruzadas enseñándome sus apetitosos muslos apenas cubiertos por una corta minifalda de cuero negro.
Me hizo un gesto para que me acercara y obedecí sin pestañear ni poder apartar mi mirada de sus muslos, su piel era blanca casi translúcida.
Cuando estuve a menos de un metro de ella levantó su pierna y colocó la planta de su bota en mi polla que ya estaba dura solo de verla y con aquella sonrisa, comenzó a masajear mi entrepierna de arriba abajo.
-así que hay más mujeres en el mundo- su voz sonó envolvente y siniestra -todavía no has comprendido que me perteneces verdad?-
Movió su pie de forma que su tacón quedó entre mis testículos mientras seguía acariciando mi polla que quería estallar.
-y sin embargo aquí estás…- su sonrisa era de verdadero triunfo y bajo su pie mientras hablaba para acariciar mis huevos lentamente con su empeine.
Aquello me volvió loco y un jadeo escapó de mis labios mientras no cesaba de acariciar mi entrepierna.
Cerré los ojos y tiré mi cabeza hacia atrás, mis piernas temblaban por el placer.
Por unos segundos deje de sentir sus caricias para notar como estrellaba su empeine en mis huevos con fuerza, apenas tuve tiempo de sentir dolor cuando repitió la maniobra con más fuerza que antes dejándome sin aliento, note como mis piernas se doblaban por el dolor y agarre mis huevos con ambas manos antes de quedar de rodillas frente a ella.
La mire con ojos vidriosos y vi que tenía las piernas muy separadas mostrándome que no llevaba nada bajo la minúscula faldita, agarró mi pelo y lamió mi mejilla con su puntiaguda lengua haciendo que me estremeciera para luego empujar mi cabeza hasta hundirla entre sus piernas.
-lame cerdito lame el coño de tu diosa-
Casi sin darme cuenta mi lengua se colaba entre sus labios vaginales lamiendo de arriba abajo saboreando su coño mojado y oliendo su sexo.
Apretó más mi cabeza contra su coño y abrí la boca todo lo que pude para recibirlo, bebiendo sus flujos que tenían un extraño sabor dulzón.
-no puedes resistirte a mi- dijo jadeante ante mis lamidas -pero lo que has intentado hacer con ese wass no caerá en saco roto-
Mientras hablaba notaba como sus uñas se clavaban en mi espalda por encima de mi camiseta, notaba cómo arañaba mi piel a pesar de la tela y aquello hizo que lamiera con más voracidad como si ese coño fuera lo único que existía en mi mundo, como siempre estaba extasiado dominado por sus flujos que entraban hasta mi garganta.
Sus jadeos se convirtieron en gritos de placer, a diferencia de otras veces sus jadeos parecían algo guturales y aquello me estremeció, note como se corría en mi boca y sus flujos me quemaban la garganta produciéndome arcadas.
Separó mi cabeza de su entrepierna y por un momento me pareció ver qué sus dientes estaban afilados como dagas tras su sonrisa de gruesos labios.
De un empujón me tiró al suelo boca arriba y vi como levantaba su pie para dejarlo caer a modo de martillo entre mis piernas. El dolor fue insufrible, pronto subió a mi abdomen y me ardio el estómago, mi vista se nubló y todo se tornó oscuro.
Cuando abrí los ojos me vi amarrado en una cruz en forma de X sujetada por unos caballetes anclados al suelo, estaba desnudo y mi polla apuntaba al techo, notaba como mis huevos palpitaban por el dolor y aunque no los veía los notaba hinchados.
Allí estaba ella de espaldas a mi… cuando se había hecho ese tatuaje? Dos alas de murciélago salían de sus omóplatos, tan bien hechas que parecía que se salían de su cuerpo. Cuando se giró me helo la sangre sus ojos estaban teñidos en rojo y de nuevo me pareció ver sus dientes afilados. Portaba unas tijeras enormes en sus manos y sonreía siniestramente.
Se acercó a mí a paso lento y note el roce del metal en mis huevos estremeciendome de nuevo.
-Ahora vas a sentir el terror de intentar abandonarme, ahora vas sentir tu último orgasmo- quise hablar pero las palabras no salían de mi boca.
Vi impotente cómo se subía encima de mi como una amazona y metiéndose mi polla en su coño que ardía como el mismísimo infierno.
Se quedó así unos segundos con mi polla clavada en ella y abrió las tijeras ante mi aterrorizada mirada, vi como las llevo hasta mis huevos y note los filos en mi bolsa escrotal.
-disfruta querido, pues cuando tu leche me llene perderás tu virilidad-
De nuevo quise hablar pero comenzó a moverse de adelante atrás arrastrando mi polla dentro de ella.
Estaba atemorizado pues notaba el filo de las tijeras arañando la piel de mis huevos con cada movimiento.
Me miraba sonriente con los ojos entrecerrados y Apoyó su otra mano en mi pecho, el tacto de su piel me producía escalofríos notaba sus uñas arañando la piel de mi pecho mientras sus caderas se movían cada vez más rápido arrancando gemidos de mi garganta. Notaba como mis doloridas pelotas se contraen queriendo descargar toda mi leche dentro de ella.
Su mirada era burlona y note como las tijeras se cerraban un poco más sobre mi hombría. Aceleró más el ritmo y comenzó a botar sobre mi notaba el frío filo cada vez más cerrado y note como sus flujos caían sobre mi, ardientes como el fuego.
No podía más me iba a correr y algo me decía que su amenaza no era en vano, ella sabía que estaba a punto y se movía encima de mí como una endemoniada abrazando mi polla con su coño y botando a toda velocidad sobre ella. Cerró su puño sobre mi pecho y sus uñas abrieron surcos en mi piel dejando que pequeños hilos de sangre brotasen de ellos.
Estalle. Mi polla soltó chorro tras chorro dentro de ella mientras ella no dejaba de botar, mis gemidos se mezclaron con los de ella formando una extraña y macabra sinfonía.
Zas! Mi mundo se paró y las tijeras se cerraron. No sentí dolor, no sentí nada más que desolación mientras ella reía y me enseñaba las tijeras teñidas en sangre. Mi cabeza estalló en mil imágenes y creí perder la cabeza. Luego la negrura se apoderó de mí de nuevo y me deje envolver por ella.
Abrí los ojos sobresaltado, estaba en mi coche vestido, lo primero fue llevar mis manos a mis huevos y sentí un terrible dolor, estaban enteros pero muy hinchados y apretados por mis vaqueros. Respiré agitadamente, estaba comenzando a amanecer y me encontraba en aquella zona que la ubicación me había llevado.
El sonido de mi móvil me sobresalto, lo saqué rápidamente y abrí el wass que acaba de recibir de Lizz.
-esta vez te dejare conservar tus patéticas bolas, pero recuerda tu virilidad me pertenece-
Me sentí observada y casi sin querer mire hacia arriba, allí estaba ella asomada a la ventana, desde allí podía ver su perversa sonrisa y en sus manos pude distinguir las tijeras manchadas de sangre… pero lo más extraño era que su pelo era rubio de nuevo.
Fin
Otra flipada que se me ha ocurrido… ¡Espero que os guste y disfrutéis de él! Y gracias por perder vuestro tiempo leyéndome! Espero vuestros comentarios
Un saludo.