Relajando a un abuelo muy cachondo
Tras mi boda nos trasladamos a un ático cerca de la casa de mis abuelos, era un piso algo antiguo que teníamos que reformar pero disponía de unas buenas vistas y una amplia terraza semicubierta donde estamos montando mi equipo para masaje, pues estoy acabando mis conocimientos de Quiromasajista.
Venía observando desde mi ático que en el de enfrente de la calle un señor mayor bastante apuesto estaba todas las mañanas con una elíptica haciendo deporte y en lo que más me fijaba era que solía ponerse unos pantalones de licra y una camiseta de tirantes mostrando un nada despreciable cuerpo y bulto que se movía al ritmo de las piernas y los brazos.
Estaba desbocada con la atracción de los hombres mayores tras haber visto tantas veces a mis abuelos hacer el amor y ser la putita del viejo amigo de ellos que participaba en sus fiestas privadas como ya conté en mis anteriores relatos. Les diré que ese viejo amigo que tan gustosamente me monta cuando no está mi marido, se llama Pablo y aunque su edad es ya avanzada pues tiene 70 años, su cuerpo y virilidad no lo manifiesta, al igual que mis abuelos que parecen de otra generación, pues también están sobre esas edades.
Volviendo al vecino, quise verlo más de cerca y casi descaradamente me acerque a la barandilla de mi ático llevando puesto una falda cortita así como una camiseta de tirantes pues el día era caluroso y estaba afanada con la reforma del ático.
Con el disimulo de mis gafas de sol miraba como movía sus piernas fuertes y sobre todo el movimiento acompasado de su paquete que destacaba mucho sobre el pantalón de licra, observando el también me miraba de vez en cuando.
Me puse como hacer estiramientos para provocarle y ver que hacía, pues subí una pierna a la barandilla mostrando con toda seguridad mis braguitas rojas que rápidamente fueron visionadas por aquel apuesto maduro deportista, parando casi al instante de su ejercicio y acercándose también al borde de su balcón, me saludo y me dijo con voz fuerte .. Vecina veo que también eres deportista, observe que sois tú y tu marido nuevos vecinos y andáis reformando el ático así como parece estas montando un pequeño salón de no sé qué en ese ático, y disculpa por la indiscreción, pero es que los jubilados somos así de indiscretos ..
Le salude y le dije no se preocupe, si estamos aquí desde una semana atrás y estamos arreglando esto para ejercer cuando acabe mis conocimientos para dar masajes.
Ahhh eso es bueno sobre todo para gente de mi edad que ya vez hago deporte y de vez en cuando se cargan los músculos, cosas de la edad de un viejo como yo.
Le conteste que no parecía tan viejo y que se mantenía muy bien, me dijo que se iba a ruborizar con ese cumplido pero que ya tenía 67 años y la juventud se había quedado ya atrás.
Me dijo que cuando comenzara a dar masajes él se apuntaba al primero por supuesto pagando… le conteste que bueno estaba acabando el curso pero ya tenía montada algo y no me vendría mal hacer prácticas pues solo las hacía en las clases con un muñeco o con mi marido, pero que como estaba siempre fuera de trabajo poco practicaba.
Pues perdona mi insistencia e intromisión pero si quieres practicar me vendría bien pues tengo las piernas y la espalda muy cargada y tensa y además puedo ayudar económicamente para que empieces a pagar ese material.
Le dije que bueno que sería genial y así empezaba a trabajar algo…. Me corto la conversación y me dijo, mira me doy una ducha rápido y si quieres en diez minutos estoy ahí….
Bueno no lo tengo todo montado pero para iniciar algo si puedo, vale aquí le espero.
A los quince minutos estaba ya en mi casa presentándose como Jorge, un jubilado de correos que vivía solo pues estaba divorciado desde hacía diez años, vino como un pantalón corto de deporte de esos de tela blanda y una camiseta también deportiva, diciendo que no sabía que ropa haberse puesto para el masaje.
Bueno le dije que la camiseta se la debería de quitar y si no quería se untara el pantalón era mejor ponerse una toalla en su lugar, dejándole una que acababa de sacar a la vez que ponía otra limpia sobre la camilla.
Le dije pase a ese aseo y quítese el pantalón y póngase la toalla, saliendo al momento con solo la toalla liada a la cintura… me quede un poco cortada pues tenía un cuerpo diez, estaba aquel abuelo muy bueno y sentí al instante mi sexo mojarse pues intuí que ese hombre sería una maquina haciendo el amor y me lo imaginaba como a Pablo o mis abuelo desnudo completamente.
Se sentó en la camilla y le dije se pusiera boca abajo, girándose él y ofreciéndome en un instante aunque fue rápido la entrepierna con un balance de su miembro que me hizo estremecer.
No cabía duda que lo había hecho a propósito, pues cuando comencé a ponerle mis aceites sobre sus piernas para comenzar a liberar la tensión de los gemelos, el me pregunto que casi siempre me veía solo en casa que donde trabajaba mi marido, le respondí que regresaba siempre muy tarde pues era repartidor con un furgón, diciéndome el picaronamente que no era bueno una mujer tan joven y atractiva estuviera sola tanto tiempo.
Gracias por el cumplido le dije, mientras masajeaba sus gemelos y sus muslos que notaba fuertes pero muy tensos.
Está muy tenso le dije, tiene que relajarse un poco, bueno dijo el, soy muy nervioso y suelo estar muy rígido muscularmente. Veo que es muy fuerte sus músculos son largos y está en buena forma, subiendo mis manos por sus muslos, hasta casi rozar sus glúteos que también estaban bien rígidos.
Perdone le subo un poco la toalla para que no se manche y poder masajear más arriba… él dijo, no te preocupes sube lo que quieras y no te cortes masajea donde quieras.
Mis manos suaves iban presionando cada vez más y más arriba y al abrir un poco sus piernas para trabajar más el interior casi me quedo sin respiración al ver asomar sus enormes y peludas pelotas medio aprisionadas por el peso de su cuerpo, llegando a rozarlas sin querer a masajear el interior de sus muslos.
Lo noto, pues abrió el un poco más las piernas para dejar ver algo más, diciendo, si quieres retira la toalla no hay problema he practicado nudismo y somos adultos no creo te asustes de ver a un viejo desnudo.
Le dije que bueno que como quisiera y alargando la mano el, la retiro dejando su trasero musculado y medio velludo a mi vista con sus bolas asomando entre las piernas haciéndome mojar aún más, contuve mi respiración pues temía soltar algún suspiro de excitación.
Masajee también su trasero a la vez que me él me decía que era muy buena con las manos, que estaba sintiendo ya como sus músculos se relajaban, subiendo a su espalda también liberando algún nudo muscular que en sus lumbares , producto según decía de sus malas posturas.
Me puse por delante para liberar también tensión en su cuello temiendo el oliera la excitación de mi sexo que andaba mojado como nunca pues tenía mi cadera casi pegada a su cara, visionando aquel cuerpazo desnudo sobre la camilla que me hacía casi temblar de nervios y excitación.
Coja la toalla y dese ahora la vuelta le dije… el me miro y dijo no te preocupes no hace falta, dándose la vuelta y mostrando ahora su enorme y grueso miembro que me dejo casi sin aliento.
Estaba dormido pero el grosor era escandaloso y su tamaño parecido al de mi abuelo e incluso algo más largo creo, sus huevos colgaban ahora entre sus piernas protegidos por un pelamen espeso y negro pero que no ocultaban su volumen.
Volví a bajar a las piernas pues si acariciaba aquel pectoral repleto de vello igual me desmayaba del punto de excitación que había alcanzado, subiendo poco a poco por estas hasta los muslos, notando ahora que su miembro con el último movimiento se había posicionado sobre los huevos y apuntaba con su cabeza hacia abajo entre sus muslos.
Vi que era cabezón también como la de Pablo y también recubierta con piel, pues por la punta colgaba un poco de pellejo, por lo que intuí que aquello bien dura debería ser gigante y enorme.
Cuando llegue nuevamente a sus cuádriceps que masajee con fuerza debido a su rigidez, mis manos en su interior rozando su miembro, y no sé como pero lo agarre con descaro para subirlo sobre su barriga diciéndole que perdonara que era para que no se le manchara con los aceites.
El rio picaronamente y me dijo, no te preocupes si quieres también le va bien ponerle aceite y liberarle la tensión, no le va mal un masaje con esa suaves manos.
Me reí pero en el fondo estaba ansiosa de agarrarlo y comérmelo, bueno eso otro día cuando practique más… el bajando una mano y agarrándome uno de mis muslos me dijo, puedes comenzar las practicas si quieres hoy mismo.
Me quede en silencio y como vio no hice ademan de retirar su mano esta subió hasta mi trasero acariciándolo, notando como mi respiración se aceleraba ahora y sobre todo el descaro de unas de mis manos que rápidamente agarro el tronco de aquel miembro presionándolo y acariciándolo, acompañándole la otra mano sobre sus gruesas y peludas pelotas que agarre con pasión, notando su experta mano ya frotar mi sexo atreves de mis braguitas.
Creo que aquí no estaremos cómodos, me dijo… vamos a tu nido de amor que necesito soltar el calentón que llevo y tu ser tratada como te mereces.
Obedecí y lo lleve a mi cama donde rápidamente me desvistió para ponerse rápidamente a devorar mis pechos mientras su mano aprisionaba fuertemente y frotaba mi sexo mojado.
Que caliente eres mi niña dijo, mientras retomo los besos y mordiscos a mis pezones, bajando lentamente hasta mi sexo que comió con suma maestría, haciéndome perder la noción y situación, pues solo gemía y suplicaba que me hiciera suya.
Veo tesoro que estas deseando te folle bien, incorporándose sobre mi rápidamente y dirigiendo su grueso y duro pene hasta mi sexo, lo penetro comenzando a mover sus caderas con una soltura y un ritmo de locura.
Pensé que de esa forma se iba a venir rápido, pero su aguante era increíble, no cesando en sus embestidas cada vez más jugosas y placentera que me llevaban a un grado de placer colosal, sacándome dos orgasmos en pocos minutos.
Sentía las entradas cada vez más fuertes y profundas oyendo su cuerpo golpear con el mío produciendo unos chasquidos ante la afluencia de líquido de mi sexo que hacia la situación fuese caliente, ardiente y tremendamente excitante.
Me mordió los labios con cara lujuria, me besaba el cuello, mordía los lóbulos de mis orejas, me volvía a besar, todo sin parar un segundo de meter y sacar aquel rígido y gordo miembro que me llevaba a casi nublar la vista.
Nena, me dijo, te voy a llenar toda de mi leche para que tu marido luego cuando venga lo tenga hidratado y te la pueda meter bien…. Me supo esto un poco rudo y violento pero en el fondo estaba deseosa de que fuese así.
Acelero y tras unos espasmos de rigidez de su cuerpo acompañado de unos roncos gemidos, sentí como me llenaba y soltaba dentro de mi toda su energía.
Me quede atolondrada y perdida unos segundos cuando paro y saco su enorme miembro, convirtiéndose al instante en una persona cariñosa y dulce, pues me beso ahora con dulzura a la vez acareaba mis pezones suavemente con los dedos como si fuesen plumas.
Me beso nuevamente y hablándome con suavidad, me dijo que había sido increíble…yo le mire y le dije que me había hecho gozar de una forma endiabladamente rica y placentera.
Lo se me dijo riendo, solo ver como gozabas y explotabas me hizo casi perder los papeles y aunque fui algo rudo algún momento , esto fue por el calor del encuentro y la situación tan ardiente, y es que eres una mujer increíblemente atractiva y caliente.
Me volvió a besar y me dijo que realmente el masaje había surtido