Sé que está mal, pero mi hijo es hermoso y me encanta disfrutar de su cuerpo, mucho más de su enorme verga

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Muchas gracias por sus correos, me han animado a publicar la continuación de mi historia ¡Besitos!

Comencé a buscar cumplir la propuesta de mi hijo de convencer a una de mis dos amigas de dejarse follar con él; primero propicie que Sonia se encontrara «fortuitamente» con mi hijo.

Ya habían pasado 2 semanas de esto así es que consideré oportuno dar un segundo paso, le hablé por teléfono a Sonia para decirle:

-David me platicó que se encontraron por casualidad ¿Sabes? estaba preocupada porque desde que terminó con su novia andaba desanimado, pero desde que te vio lo veo hasta contento ¿podrías volver a hablar con él? Estoy segura que tú lo animas mucho.

Noté que le agradó mi mentira pero la noté nerviosa.

-Me gustaría mucho verlo nuevamente, pero antes quisiera hablar contigo ¿Te parece si mañana viernes nos tomamos un café?

-Claro que si amiga, me encanta la idea.

David llegó tarde, esa semana había estado teniendo mucho trabajo, le ofrecí de cenar pero me dijo que había comido cualquier cosa, que estaba molido, se iría directamente a descansar.

Mientras le ayudaba a quitarse sus zapatos como sin darle demasiada importancia le comenté:

-Amor, Sonia va a pasar por mi mañana a las 8 de la noche para salir a tomar un café y Sol va a estar en casa de la niñera, le pagué muy bien para que la cuide este fin de semana.

-Qué bien que tengas estos días de descanso.

Fue lo único que atinó a decir mi cielo.

Lo notaba cansado o indiferente, así es que me animé a proponerle:

-¿Como ves si en lugar de irme al café con Sonia le pido que nos quedemos a platicar en la casa? Tú podrías integrarte con nosotras y podría improvisar para intentar hacerla caer para que folle contigo.

-Mami ¿Y si mejor inventamos un pretexto para que me pueda quedar solo con Sonia?

No me gustaba contrariarlo, pero me animé a refutarle:

-Ella quiere platicar conmigo, no tengo idea sobre qué.

-Mira, cuando llegue le puedo decir algo como que fuiste a llevar a Sol y que por la lluvia o por algún contratiempo preferiste no arriesgarte a manejar de regreso.

No me gustó su propuesta, yo quería disfrutar, ser cómplice en el cumplimento de los caprichos de mi hijo.

-No lo sé mi amor, yo te quiero corresponder, acuérdate que cuando me compartiste con tu amigo, tu estuviste presente, yo no lo hice sin contar contigo.

-Si mi amor- Solo cuando me pedía algo me decía así- lo que pasa es que a lo mejor Sonia se cohíbe, no creo que se anime a ceder delante de ti.

Tenía sentido su punto pero me sentía desplazada, me vio indecisa, así es que me confió:

-Es lo mejor, mira, la verdad es que hace unos días le platiqué que mi fantasía es hacer el amor con mi madre y se exaltó, a lo mejor sobre eso quiero hablar contigo.

No quería dejarlos solos, pero sabía que David no cambiaría de opinión, fingiendo resignación le dije:

-Está bien, pasaré la noche del viernes en casa de la niñera.

-Mamá, tú descansa que bien que te lo has ganado, es más si gustas te puedes quedar también el sábado a dormir.

Cuando mi hijo llegaba tarde del trabajo llegaba muy cansado, no teníamos sexo, pero está vez me dio mi beso de las buenas noches más afectuoso que de costumbre.

Al día siguiente se levantó feliz, antes de salir al trabajo me besó de lengua diciéndome:

-Eres la mejor madre del mundo, gracias por regalarme esta oportunidad, te aseguro que este fin de semana será sensacional.

Me sentí satisfecha por mi incondicional entrega, pero me hice la indiferente diciéndole:

-Sí, si, está bien, me hablas si Sonia no cede, yo vendría a consolarte o a ayudarte a convencerla, ojalá que hoy consigas consumar tú deseo de hacerla tuya.

Después de recoger a Sol del kínder la llevé a la casa de la niñera, ella vive en una comunidad algo distante, su mamá muy amablemente me invitó a comer.

En cuanto termine emprendí el viaje de regreso, no tenía la menor intención de aburrirme todo el fin de semana, me estacioné en una pensión que está cerca de la casa, aún era temprano, David llegaría más tarde del trabajo.

Me escondí en el cuarto de servicio, mi cielo nunca subía a la azotea, disponía de bastante tiempo, para distraerme empecé a ver el closet, había algunas cuantas prendas de la niñera, sólo se quedaba a dormir en la casa cuando David y yo salíamos de fiesta.

Nada me gustó pero me llamó la atención su uniforme, recién comenzaba la prepa ¿Me quedará? Me pregunté traviesamente al pensar en que ella estaba algo delgada pero yo también me defendía.

Me lo probé y para mi sorpresa descubrí que al ser más alta la faldita de cuadros azul me quedaba zancona, pero calzaba en mi cintura a la perfección, no me gustaron las calcetas, pero aún no llegaba David así es que bajé por mis botas largas rojas, aproveche para ponerme aretes azules y volví a subir con mi estuche de maquillaje.

Me miré en el espejo, algo faltaba, la formal blusa desentonaba, me la quite y también mi sostén, solo portaría un juvenil top blanco de la niñera, me quedó tan justo que enseñaba parte de mis areolas.

Termine mi intromisión en el armario de la jovencita tomando prestada una de sus anticuadas prendas íntimas, la cambié por mis bragas, me hizo gracia, me quedaba un poco arriba de la faldita, pero me pareció sexy.

Ahora sí que me encantó mi improvisado look, tenía un aire de inocencia, coquetamente infantil pero a la vez tan sugerente que rayaba en lo vulgar.

Aún era temprano, me di mi tiempo para maquillarme, para hacer juego pinte mis ojos y mis largas uñas de azul, finalmente alacié mi cabello y me puse una diadema roja adornada con unas bonitas florecitas.

Me admiré frente al espejo, se veía muy bien el arete en mi ombligo a juego con mi collar, me gustó tanto el improvisado estilo que me tomé varias selfies, con las piernas cruzadas, agachada, lamiéndome los labios, mandando besitos y un acercamiento a mi intimidad abriendo ligeramente las piernas, sin hacer un acercamiento en esta foto se apreciaba mi incipiente monte de venus a través del calzoncito de encaje.

Miré el reloj, ya eran las siete y media, me empecé a sentir más ansiosa, saqué de mi bolsa un porro de los que le había robado a mi hijo, ya más tranquila empecé a atar cabos, había pasado de largo algunas señales, de pronto intuí que mi hijo y Sonia ya se traían algo.

Estaba por terminar de disfrutar mi cigarro cuando escuché el timbre, eran las 8 de la noche, Sonia había sido puntual, me moría de ganas por saber que tanto había avanzado mi hijo en la seducción de mi amiga.

Para no hacer ruido puse las botas en mi bolsa y bajé descalza por las escaleras de atrás, entré a la cocina despacio, esperando empezar a escuchar alguna conversación, para mi sorpresa solo escuché suspiros y jadeos, más que palabras, David y Sonia intercambiaban su saliva.

Me quede sin aire, así estuvieron un buen rato, mientras succionaban desaforadamente sus lenguas mi hijo fue desnudándose y arrancando el vestido a mi amiga, entonces David se hincó ante ella para comer su coño con fuerza, algo que a mí hacia buen tiempo no me hacía.

Sonia estaba sentada en el sillón, pero extasiada arqueaba sus caderas, cuando mi amor la empezó a embestir recordé que esta era la segunda vez que lo veía follarse a otra (ver Disfrutando a mi hijo III) pero ahora él no sabía que lo estaba espiando.

Después de la sorpresa inicial empecé a excitarme, pero los pensamientos empezaron reprimir mi agradable alteración, hacía dos semanas que mi hijo no me cogía, supuse que era por su trabajo y porque Sol me mantenía ocupada, pero ahora conocía el motivo, Sonia se había estado encargando de atender a mi niño.

Me empecé a sentir furiosa, estaban en la posición del misionero cuando mi hijo por fin eyaculó descargando su semen en el vientre de mi amiga.

Apenas pasaron unos 2 minutos y David se recostó en la alfombra guiando a su amante para que lo montara, Sonia aún no podía restablecer su agitada respiración, dilatando sus pupilas suspiró asombrada.

-¿En serio? ¿Tan rápido otra vez?

Después de jalar aire mi amiga dócilmente se dejó llevar, la polla de mi hijo palpitaba, dura como una piedra, sin tregua, apunto de invadirla otra vez, Sonia la guió con su mano para empezar a cabalgar a mi hijo, primero muy pausadamente pero poco a poco empezó a aumentar el ritmo, los dos estaban por cumplir más de media hora gimiendo como locos, ni idea tenían de que los espiaba, se mantenían firmemente la mirada, me invadió una gran envidia al ver el precioso rostro de Sonia mostrando sin recato alguno su libidinoso rictus de placer, .

Me preparé un whiskey, sin hielo para no hacer ruido, pero ni tomándolo de un trago me logré tranquilizar, además de envidia me llegaban varias emociones: ansiedad, frustración, enojo, miedo de perder a mi hijo, pero una vez que asimilé que David desde hacía días había seducido a Sonia, mis instintos comenzaron a retomar fuerza, nunca imaginé que mi amiga pudiera ser tan candente e insaciable.

Disparaba mi morbo el ver como David se las había arreglado para fornicar con una mujer casada, empecé a mojar el calzoncito de la niñera.

Por sus gritos era evidente que la infiel mujer gozaba un majestuoso orgasmo, se dejó caer descansando sus senos en el pecho de mi amor, quien pacientemente le dio tiempo para reponerse acariciando su cuello.

Sonia empezó a besar en la boca tiernamente a su amante, después de unos minutos David le preguntó:

-¿Te gustaría que te folle a 4 patas?

Ella asintió diciendo:

-Sabes que estoy dispuesta a hacerlo de todas las maneras posibles.

Desde la cocina tenía una perspectiva inmejorable, estaban tan absortos que estoy casi segura de que si me hubieran descubierto ni caso me habrían hecho, saqué mi celular y empecé a grabarlos en video.

El cabello y los senos de Sonia se movían en un frenético vaivén, David la penetraba con tanta fuerza que mi amiga tuvo que descansar sus brazos y su cara en la alfombra, le hice un zoom a su rostro, si bien siempre me había parecido linda, debo reconocer que se veía preciosa al permitirse regocijarse con las embestidas de mi hijo.

Tras un tiempo glorioso David intentó comenzar a separarse, pero la mujer acercó un brazo a los glúteos de su amante y le imploró intuyendo su inminente eyaculación:

-No, no lo saques ¡Por favor! Dios mío, necesito sentir tu leche dentro de mí.

Sus gritos y convulsiones mostraron un evidente y majestuoso orgasmo, los dos cuerpos se mezclaban y eran uno solo, se pusieron rígidos al mismo tiempo, está vez mi hijo descargó su semilla de amor en las entrañas de la afortunada mujer.

En cuanto por fin comenzaron a relajarse y a descansar dejé de grabar, podrían pasar por agua a la cocina, así es que para que los enamorados no me vieran salí por la puerta de atrás y por el pasillo que da a la cochera, ya afuera me puse las botas y caminé hacia el parque que está a 2 cuadras de la casa, me seguía sintiendo molesta y ahora también sola al verme desplazada.

Impulsivamente decidí contestar un mensaje por whatsapp al amigo al que mi hijo me había compartido (Ver Disfrutando a mi hijo IV).

Hasta que me envió varios mensajes supe que se llamaba Luis, me había estado invitando a salir desde que nos «conocimos», pero yo solo lo había ignorado.

Me armé de valor y le escribí:

“Hola Luis, disculpa que no había podido contestar tus mensajes, dime ¿En verdad me invitas a que nos veamos a solas?”

Apenas terminé de enviar el whatts me contestó:

“Por supuesto, como no añorar estar con la mamacita más rica y comprensiva del mundo, no puedo dejar de pensar en ti.”

“Está bien Luis”- No quise ser hipócrita y hacerme difícil, él ya sabía de lo que era capaz y me quería que consolar, este fin de semana mi hijo solo tendría ojos para su nueva conquista. –“Solo te pido 2 condiciones, la más importante, nada de contarle de nuestro encuentro a David.”

“Por supuesto mi amor, esto será algo solo entre tú y yo.”

“Eso espero.”

“Y bien corazón, ¿Cuál es tu segunda condición?”

“Que espero que puedas aguantar y regalarme toda una noche de placer, quiero que sepas que estoy guarra a más no poder.”

“Así me gusta corazón, que aceptes tu condición, créeme, no te decepcionaré.”

Luis quedó de pasar al parque por mí en 15 minutos,

Mientras lo esperaba aproveché para enviar el siguiente mensaje a mi hijo:

«Corazón, estoy a punto de irme a dormir, pero ansío recibir noticias de ti, y de tu avance con Sonia.»

Estaba tan molesta que al final escribí sarcásticamente:

«Recuerda, solamente te pertenezco a ti».

Después de escribir esto sentí un agradable escalofrío al darme cuenta que estaba a punto de serle infiel a mi propio hijo.

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