Se que no esta bien, pero me deje tocar en el transporte público, fue la mejor experiencia de mi vida. Nunca pensé que podría sentir ese placer tan grande

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Hola quiero confesar algo que me pasó en el transporte de la Ciudad de México, ya hace unos años cuando comenzaba la Universidad.

Un día que entraba más tarde de lo normal a tomé el trasporte y me senté en el asiento que queda enfrente de la puerta trasera. Como siempre yo llevaba mi mochila en las piernas y aprovechando lo tardado del viaje iba dormitando, a mitad del camino se sentó un señor a mi lado, nada fuera de lo común, pero por la hora el camión iba casi vacío. Después de un momento comencé a sentir que tocaba mi pierna, él pensaba que yo iba dormida lo hacía muy despacio como para no despertarme.

En un primer momento me desconcertó, abrí los ojos y me reacomodé en mi asiento, él quito su mano rápidamente y yo volví a cerrar los ojos. Pasado un rato, nuevamente sentí su mano en mi pierna, pero en esa ocasión ya no hice nada, no sé si fue por morbo o curiosidad, pero dejé que siguiera, y así lo hizo, poco a poco, despacio fue llegando a mi entre pierna y una vez ahí comenzó a subir y bajar su mano, con lo cual yo comencé a excitarme pero seguí sin hacer nada.

Supongo que notó el calor de que comenzaba a emanar, por lo tanto mi excitación, entonces se atrevió a hacer otro movimiento buscando el botón de mi pantalón para desabrocharlo y poder meter su mano. Ahí yo misma terminé desabrochándome el botón y bajando el cierre, así él pudo meter la mano y siguió acariciándome igual que antes pero ahora por arriba de mi pantaleta. De repente por un lado de la pierna metió su mano y con un dedo alcanzó a tocar mi vagina que ya estaba muy mojada. Esta inesperada acción hizo que me excitara más y solté un gemidito, con lo cual el saco su mano y la volvió a meter pero ahora por la parte de arriba de la pantaleta, así que pudo llegar hasta abajo.

Ya en esa posición comenzó a meter y sacar primero un dedo a mi vagina y luego dos y al mismo tiempo me estimulaba el clítoris, se notaba que tenía experiencia con ese movimiento y que sabía exactamente dónde y cómo tocar porque yo estaba extasiada, no podía creer lo que estaba sintiendo, no importaba que estuvieran más personas, aunque como dije el camión iba casi vacío, simplemente estaba volviéndome loca de placer, claro siempre tratando de ser discreta me mordía los labios para no gemir o gritar, mientras el seguía hasta que metió tres dedos y entonces entro más y más rápido.

Como no llevaba suéter puesto, a pesar de que era de mañana, la erección de mis pezones era evidente pues además soy de pechos grandes y mis pezones también lo son; con la mano libre comenzó a pellizcarlos por encima de mi blusa, y luego también metió esa mano debajo de mi bracier y sobó mis pechos, los estrujaba y sobaba todo sin dejar de mover la otra mano.

Nuevamente pellizcó un poco mis pezones, con eso ya no pude más y sentí como mi cuerpo comenzó a tensarse, pensé que iba a explotar mi vagina estaba se contraía de placer, en un gran orgasmo en el que el mundo casi se desvaneció por completo, tuve que usar toda mi fuerza de voluntad en controlarme para no gritar pero de haber podido todo el mundo se hubiera dado cuenta.

El viaje estaba a punto de terminar y el me ofreció ir a un lugar más íntimo, a lo que dije que no, no quería nada más y a pesar del placer era un completo desconocido a quien ni siquiera había visto, pues por el poco de vergüenza que me quedaba no pude voltear a verlo, sólo vi sus manos grandes y morenas.

Ahora tengo la fantasía de que algo similar volviera a suceder.

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