Se que puede ser algo sucio, pero sin pensarlo con mi prima Sara follamos en un cajero con un sin techo
Hola lectores y lectoras de todorelatos, mi nombre es Chuismi, de Chuis Miquel y este es el primer relato que publico de, espero, una larga serie. Serie en la que les voy a ir relatando las aventuras vividas por mí, en mi larga y fecunda vida sexual.
Soy y vivo en Zaragoza, España y actualmente tengo 49 años. Soy rubio, ojos azules, 1’74 de altura y 68 kilos de peso, complexión media y bien parecido. La verdad es que, sin querer resultar creido, les confieso que desde siempre las mujeres me han encontrado bastante atractivo, guapo, muy guapo o lo que simplemente otras muchas calificarian como de, resultón, por lo cual y ya desde bastante jovencito me a echo tener la gran suerte de atraer fisica y sexualmente a un gran número de mujeres, especialmente mucho mayores que yo, mujeres de treinta y tantos o cuarenta para arriba, lo cual por siempre agradeceré, pues gracias a todas ellas aprendí mucho, mucho, pero que mucho sobre sexo, convirtiendome en un satisfactorio y experimentado gran amante.
Lo más curioso de la vida es que hoy, a mis 49 años, las mujeres a las que mas atraigo son las bastante mas jovenes que yo, en su gran mayoria treintañeras a vueltas ya de todo y que saben perfectamente lo que buscan. Aunque también me encuentro, y bastante mas a menudo de lo que imaginan, a jovencitas de dieciocho, diecinueve o poco mas de veinte años, atraidas por maduros en busca de experiencia.
En este primer relato les voy a narrar la primera vez que mi prima Sara y yo tuvimos una experiencia sexual en común, tras la que nos siguieron otras muchas y de todo tipo. Experiencias que como ya e dicho, junto a otras, iré publicando en posteriores relatos.
Lo ocurrido fue durante la noche de un sábado de hace ahora casi 14 años. Un sábado del mes de junio del año 2004 en el que quedé con mi Sara para ir a cenar juntos de tapeo y luego un rato de «fiesta», por entonces contaba yo con 35 años y mi prima con unos espectaculares 24 años.
Hoy en dia Sara acaba de cumplir los 38 y es toda una preciosidad con cara de niña de 1’70 de altura, delgadita pero bastante rotunda físicamente, con unas caderas y un culo de locura y unas curvas espectaculares, pero con una cintura de avispa y unos preciosos y enormes ojazos verdes, casí tan grandes como sus redondeados, gordos y duros pechos y con una preciosa melena rubia, lisa y muy, muy larga. Bueno, pues hace catorce años Sara era igual que ahora, igual, pero con 24 años.
Aquí deben saber que Sara en realidad no es mí prima, en verdad es una sobrina segunda, pues ella es hija de Ana, la mayor de mis primas carnales y con la que a pesar de ser yo unos once años y medio mayor, siempre hemos estado muy unidos.
Y ahora si, sin más. Comienza el relato:
Mi prima hacia poco que lo ha dejado con su último noviete y se encontraba un poco depre y bastante tristona, cuando aquel sábado por la tarde me llamo por telefono para hablar un rato, al final y tras casi una hora de conversación me preguntó que si me apetecia salir a cenar por ahí con ella esa noche y despues a tomar unas copas en algún pub de la Zona, haber si así se animaba un poco y yo, que desde siempre me habia llevado muy bien con ella y la tenia muchisimo cariño le dije que sí, que por mí estupendo. Así que quedamos en que yo pasaria por su casa a buscarla.
A eso de las 21’30 llegué a su casa, toqué el timbre de la calle y ella contestó que ya bajaba. A los 5 minutos Sara estaba abajo conmigo, me dijo hola y sonriendo me beso dulcemente en la mejilla, para al momento y mirandome a los ojos sin dejar de sonreir darme otro beso, este mas inteso y en los labios.
Tras su calido y muy intimo beso pregunte a Sara que a dónde queria ir a cenar y ella me contesto que podíamos ir por el «Tubo», que es una zona de bares y restaurantes de tapero del centro de la ciudad, a lo que yo le conteste que si, que me parecía perfecto.
Para ello decidimos cojer el autobús y ya luego a la vuelta hacia casa ya cojeriamos un taxi y así de esa forma, estariamos liberados de la carga que supondria ir en el coche, no poder aparcar, no poder beber, o beber y arriesgarnos a ser multados en algón control de alcoholemia, o peor aún, tener algún accidente.
Tras decidirnos comenzamos a ir andando hacia la parada del autobus, cuando a los pocos pasos le dije a Sara que primero debia sacar dinero en algún cajero automatico de cualquier Banco o Caja de Ahorros y así directamente fuimos a uno que habia a unos pocos metros mas adelante, haciendo esquina con una pequeña y oscura calle.
Cuando llegamos al Cajero, que estaba penosamente iluminado, entramos los dos directamente, yo con la tarjeta de credito en la mano dispuesto para sacar una buena cantidad de dinerito fresco, cuando entonces y una vez dentro vimos que al fondo, en el suelo había un hombre durmiendo sobre unos cartones. El hombre era sin duda, por su pinta sucia y dejada, un sin techo, un vagabundo.
Con el ruido que hicimos al entrar el hombre se despertó y nos miró somnoliento pero al momento y tras dirigir su mirada hacia Sara los ojos se le abieron como platos. El vagabundo, absorto, no podia dejar de mirarla, lo hacia fijamente, como embobado, realmente se la estaba comiendo con la mirada… La verdad es que Sara estaba espectacular esa noche.
Yo, dudando un poco me puse a sacar el dinero, aunque un tanto inquieto por la presencia del desconocido, cuando al momento y de reojo ví a Sara dirigirse hacia el vagabundo increpandole.
-¡Tú! ¿Que estas mirando cerdo? ¿Acaso estas viendo algo que te gusta?-
A lo que el vagabundo le contesto con un simple si. Si mucho.
Entonces Sara y ante mí asombro se levanto un poco la parte de abajo de su corto y precioso vestido de tirantes blanquísimo, practicamente transparente y empezó a mover su cuerpo, contoneandose bailando sexy subida sobre sus taconazos fucsias a juego con su pequeño bolso y su ropa interior, delante del desconocido.
El vagabundo dirigió su mirada hacia mí, como interrogandome, pero yo también estaba totalmente fuera de juego. Sabia lo caliente que podia ser mi prima, pero aquello no me lo esperaba y me sorprendió mucho lo que la estaba viendo hacer.
A los pocos segundos Sara metio su mano derecha por debajo del vestido y ladeandose el tanga se empezó a masturbar con dos dedos delante de la cara del vagabundo. El pobre hombre estaba alucinado y por el bulto de su entrepierna ví que también estaba ya totalmente empalmado, cosa, he de confesar, que también me sucedió a mí, pues sin pretenderlo y ante la escena tan subida de tono de mi prima se me habia puesto la verga en plena erección y dura como una piedra.
Y ahí estabamos los dos tios, sin poder dejar de mirar a Sara y sin poder, ni querer, perdernos ni uno solo de los movimientos lascivos con los que nos estaba regalando.
Entonces Sara paró y con la cara llenita de deseo cogió la mano derecha del vagabundo y se la coloco arriba entre sus piernas, bien pegada a su húmedo chochito sin dejar de mirarlo a los ojos y directamente se introdujo un dedo del hombre, un dedo sucio, de una mano sucia, en el interior de su encharcado coño y así continuó masturbandose, ahora con el dedo del desconocido dentro de ella.
La muy guarra se fué calentando como una perra en celo y en el extasís hechó su cabeza hacia atrás cerrando los ojos empezando a gemir levemente. Entonces se saco el dedo del coño, dedo ahora que relucia limpísimo por los jugos vaginales de ella y de golpe se arrodilo llevando su cabeza hacia el pantalón del mendigo, le bajo ansiosa la bragueta, le saco la sucia verga, una verga gorda y como unos 22 centimetros y se la metió en la boca tragandosela toda enterita hasta el fondo de su garganta, para y tras aguantar unos segundos así, sacarla lentamente para empezar a lamerla y churpala con verdadero deleite, tragandosela hasta el fondo como si se la quisiera comer y volviendo a sacarla para seguir degustandola golosamente y así estubo durante unos pocos minutos hasta que contemplandola satisfecha, comprobó que como antes con el dedo, se la habia dejado completamente limpia y reluciente, usando su propia y preciosa boquita.
Entonces Sara de golpe se levanto, se bajo el tanga hasta los tobillos, se sentó encima de la gorda verga del desconocido y se la introdujo hasta el fondo de su coño, clavandosela toda entera de golpe mientras lanzaba un enorme suspiro y así, sin mas, empezo a cabalgar sobre esa verga desconocida y sin protección alguna, gimiendo y gimiendo, sacandose excitadisima las tetas por encima del sosten y del vestido, sobandoselas, golpeandoselas, gimiendo y gimiendo, pellizcando, retorciendo y estirando hasta el límite de sus gordos y deliciosos pezones, gimiendo y gimiendo de placer y dolor mientras no dejaba de follarse clavandose hasta el fondo esa verga sin condón, montando a orcajadas sobre aquel desconocido hombre sin techo como una vulgar y barata puta ramera.
En ese momento mí excitación era brutal y tenia la verga mas que dura, durísima, sintiendo por la presión que ejercia, que la ‘pobre’ intentaba escapar ansiosa de dentro de mis pantalones y ahí fué cuando Sara, con la cara desencajada de puro placer y llenita de vicio me miró a los ojos y entre jadeos me dijo.
-Ven primo… a… acer… cate-. Y yo así lo hice.
Al llegar junto a ella extendio sus brazos hacia mi cintura y directamente y sin parar de follar, me bajo los pantalones hasta los tobillos junto al slip liberando mi verga en toda su extensión y lentamente mirandome a los ojos, se la tragó engullendola toda entera, sacandola y chupandola, lamiendola, comiendosela con deleite, mamandomela con verdadera ansiedad y lujuria, como si en esos momentos necesitara tener todo aquel trozo de carne dentro de su boca, mientras seguia y seguia follandose el coño, gimiendo y gimiendo, penetrada en la gorda verga sin protección de aquel desconocido, cada vez mas rápido, cada vez mas deprisa, con mas fuerza, con mas rabia, con mas intensidad y con mas violencia, gimiendo y gimiendo loquisima de placer y sin parar de chuparmela con lujuria.
Y así estuvimos los tres como unos 5 minutos hasta que vi como el vagabundo ponía una cara de extrema felicidad, dandome cuenta con ello de que el desconocido se estaba corriendo dentro del coño de mí prima, derramandose en su interior y llenandoselo de semen, pues ya he dicho que habian estado follando sin condón. Corrida, que mi prima, al sentirla golpeando en el fondo de su vagina hizo que se excitara aun mas, volviendola loca y haciendo que ella tambien se viniera en un tremendo, tremendísimo orgasmo gimiendo y gritando como una loca posesa, lo que a su vez hizo que yo no pudiera aguantar más, empezando al instante a soltar chorros y chorros de semen dentro de la boca de mi prima, que cachonda como una perra, se tragó feliz y gustosa.
Al instante Sara comenzó a recojer el resto de mi semen de su cara, cuello, brazos y tetas llevandoselo a la boca para tragarselo viviosa relamiendose mientras me sonreia con ojos de lujuria.
Al ver semejente escena me excité como un burro y empalmado aún, en un enajenado impulso animal, se la clavé penetrandola brutalmente hasta el fondo de la garganta sujetandola con fuerza por la nuca, empezando a follarmela así, usandola con total violencia, haciendo que le saltaran lagrimas de los ojos y chorros de mocos por la nariz al no poder respirar.
Y así estube hasta que a los pocos minutos me aconteció un nuevo orgasmo, un orgasmo brutal y mucho, mucho mas intenso que el anterior, una segunda corrida tan tremenda que de la cantidad de leche que solté y de la impresión de tan dura, violenta e inesperada violación oral, hizo que Sara se atragantarse asfixiandose, vomitando vilis entre toses y violentas arcadas durante un buen rato, hasta que poco a poco consiguió volver a respirar con cierta normalidad y así al poco ya y recuperado el aliento me miró a los ojos con autentica lujuria, la cara desencajada, la boca chorreando vilis y semen, los mocos chorreando de sus narices y grandes chorretones de lagrimas resbalando de sus ojos por toda su carita de angel, sin más, empezó a tragarse con gusto y llenita de vicio todo mí semen, relamiendolse y relamiendose con verdadera lujuria mientras me sonreia extasiada, feliz y con verdadero placer.
En aquel instante, Sara se veia bellisima, mas bella que nunca, replandeciente y plena de satisfacción.
Entonces ya, Sara, con total normalidad cojió mí verga bien limpita entre sus manos y me la guardó dentro, subiendome el slip y los pantalones sin apartar nunca su mirada de la mia, para a continuación sacarse la verga del desconocido mientras se ponia en pie, haciendo que el semen del mugriento vagabundo le empezara a escurrir resbalandole por los muslos mientras se le salia a chorros de dentro su bello y perfectamente depilado coñito y así, sin limpiarse ni nada, se recolocó el tanga guardandose dentro de su vagina el resto de la leche que aún le quedara del vagabundo.
Y ya vestida del todo se giro hacia mi y mirandome a los ojos me dijo.
-¿Te ha gustado primo?… ¡Ufffffffff!… A mí me ha encantado. Mira primo. Mira como me tiemblan las piernas… ¡Jajajajaaaaaaa!… ¡Ufffff primo!… Sentir el coñito y la garganta llenitos de leche a la vez… ¡Mmmmmmmmmmmmmmmm!… A sido riquísimo primo, toda una delicia y… ¡Mmmmmmmmmmmmm primoooo!… ¡Tú follada!… ¡Tú tremenda follada por la boca!… ¡Ufffffffffffff!… ¡Usandome y violandome con brutalidad por la garganta como si esta fuera mí coño!… ¡Guauuuu!… ¡Guauuuuuu primooo!… ¡¡¡Guauuuuuuuuuuuuu!!!… Me ha encantado. ¡A sido, brutal!… ¡¡¡Brutaaaaaaaaaaaaal!!!… ¡Jajajajajaaaaaa!… ¡Ufffffff primo!… ¡Uffff!…-
A lo que yo la contesté, bastante excitado aún, que me alegraba de que le hubiera gustado y de que hubiera gozado tanto y que sí, que a mí también me habia gustado todo mucho, mucho, muchísimo, mientras la besaba tiernamente en los labios.
Entonces, sin más, salimos del cajero y nos dirigimos hacia la parada del autobús abrazados como dos novios amantes. Esa noche cenamos de lujo, bailamos y bebimos riendo y divirtiendonos como nunca y a eso de las 3’00 de la madrugada estabamos ya los dos en mi casa, cansados y algo bebidos. Nos acostamos en mí cama desnudos y tiernamente abrazados y así, al poco, nos quedamos dormidos, aunque al rato, no se bien cuanto, mi prima se despertó y amorosa empezó a masturbar mi verga cosa que también me hizo despertar y así siguió masturbandomela hasta que consiguió levantarmela como un mastil. Una vez bien erecta, gorda y dura Sara se encajó entre mis piernas y lentamente se penetró mi verga por su jugoso y húmedo coñito empezando a follarme dulcemente, sin prisa, besandonos, besandonos con pasión, hasta que al rato se vino en un inteso y dulcisimo orgasmo temblando como una hojita entre mis brazos, pero no paró y siguió, siguió follandome lenta y dulcemente hasta que yo, abrazandola con toda mi alma, me corrí extasiado en su interior.
Y así, mí hermosa prima con sus esplendidos 24 añitos y yo, con mis pletoricos 35, pasamos el resto de la noche y casi todo el domingo sin salir de la cama, follando, amandonos, follando, amandonos y follando y amandonos sin parar, perdidos el uno en el otro, enajenados de placer, como dos locos enamorados poseidos por el mas intenso de los vicios y la mas apasionada de las lujurias.
Y… Fin amigos y amigas.
Esta fué mi primera aventura con mi hermosa prima Sara.