Sexo prohibido con mi cura preferido ¡Me calienta demasiado!
Hola amores de la morbosidad y calentura, después de tanto tiempo regrese, lo que pasa es que he pasado mucho tiempo en la universidad, la iglesia y cogiendo sin parar, no había vuelto a escribir porque solo pasaba con una verga metida y eso me había mantenido ocupada, pero ya la solté un poco ya que estoy disfrutando de una nueva aventura, espero les guste lo que les contare, y si eres religioso sensible te aconsejo no leas este relato.
Como todos saben me llamo Laura, desde niña he sabido que soy extremadamente caliente al extremo que me gustaba jugar con mis amiguitas de desnudarnos y comernos la rajita y luego subirnos encima y culiarnos hasta matar ganas y que nuestras cucas nos dolieran de tanto golpearnos.
He tenido una que otra aventura con hombres maduros ya que ellos tienen toda la experiencia para comentos la raja y cogernos duro, cuando he querido coger con algún anciano lo he terminado haciendo y luego ellos son los que me buscan sin parar.
Bueno hace poco quise dejar de ser tan caliente y enfocarme en otras cosas como la iglesia, así mismo dejaría un poco la calentura, empezamos yendo a misa los domingos y la verdad me gusto el sermón de ese día y mis prioridades empezaron a cambiar, el padre Manuel es un señor muy querido por el pueblo ya tiene varios años de ser párroco de la iglesia, es un señor de 60 años, bajito, color de piel oscura y siempre anda muy bien ordenado y muy limpio, siempre le gusta oler muy rico, todo el pueblo ve al padre Manuel como un santo ya que jamás se ha escuchado algo malo de él, bueno así paso dos meses la verdad que yo creí que ya había bajado mi nivel de hormonas y que estaba empezando a madurar.
Pero un día estaba en mi casa viendo la televisión cuando de pronto llego un mensaje de un señor con el que siempre habíamos tenido sexo cibernético, solo era de enviarnos fotos y videos, para ser sincera no me pude resistir porque ese hombre siempre me calienta bastante y empezamos a jugar y termine desnuda con un vibrador negro dentro de mí, esa noche según era mi calentura que pase soñando con el padre Manuel, soñaba que me mamaba la cuca y yo su verga y que me penetraba.
En la mañana siguiente no pude evitar sentirme mal ya que el padre Manuel era nuestro mentor, pero el morbo no paraba así que decidí ver si era cierto que el padre Manuel no sentía deseos carnales.
Yo sabía que los miércoles en la tarde el padre Manuel siempre pasaba solo en el confesionario, así que me vestí provocativa pero guardando un poco de decencia, llegue y me arrodille al confesionario y le dije padre quiero confesarme, claro que si Laurita me contesto.
-Santa María Purísima
-sin pecado concebido
Padre me siento una pecadora, no puedo detenerme ante los deseos de la carne, siento que me quema el fuego de la lujuria y de la pasión, deseo tanto sentirme penetrada por un hombre mayor que me haga suya una y otra vez.
– Laurita que te pasa porque dices eso?
– Hay padre mire tengo 2 meses sin sexo y ayer me tuve que masturbar porque no aguantaba, necesito tener ocupada mi cabeza si no voy a caer en la tentación
– Hija, tienes que hacer actividades que te tengan ocupada, después de la universidad que haces?
– Es el problema padre que en mi casa paso sola y lo único que se me viene a la mente es follar. Padre y si le vengo ayudar a barrer aunque sea la casa parroquial y la iglesia así pasaría ocupada.
– Está bien hijita te ayudare con eso, desde mañana vienes por las tardes y nos ayudas con el aseo de la casa cural.
Esa noche no pude dormir en pensar en un plan maestro para hacer caer al padre eso me causaba mucho morbo y me calentaba más.
Llego el día transcurrió de lo más normal aunque lo sentía demasiado largo para llegar a la tarde, cuando por fin llegó la hora me fui vestida con una falda larga y una blusa floja por la calor, aunque abajo llevaba un ropa más diminuta para estar más sexy y más cachonda.
Toque la puerta, inmediatamente abrió la puerta el padre Manuel y me dijo hola Laurita que puntual, yo solo me reí y le dije me encanta ser puntual.
El padre recorrió la casa cural enseñándome cuales serían mis actividades y que si ya no quiero regresar él lo entenderá.
Yo solo me reí y le dije padre usted no se preocupe.
-padre solo una consulta
-dime Laurita
– fíjese que tengo un problema la calor me pone de correr y en esta temporada es aún más.
– y cómo podemos ayudarte.
– padre será que puedo colocarme cómoda como si estuviera en mi casa y asear de lo más con confianza?
– si hijita ponte cómoda, esta es tu casa, además estarás casi sola porque yo no pretendo interrumpirte.
– Gracias padre (inmediatamente ante sus ojos me quite la blusa quedando en un top que se me veían bien mis pechos y un short diminuto que me legaba casi a la nalga, ene se momento vi que el padre se quedó inmóvil por un minuto y me dijo que iría a descansar).
Sabía que eso lo había excitado y a mí me había puesto tan cachonda, él se fue a su cama y yo empecé a hacer el aseo, en varias ocasiones el salió a la cocina a traer agua y me encontraba en cuatro patas en el suelo yo movía mi culo para que se deleitara y en un momento vi como que se tocó su bulto.
Ese día paso yo me despedí del padre con un abrazo para mis tetas le rozaran.
El día paso y tenía que aumentar el plan pasar al siguiente nivel.
Llego la tarde y llegue vestida normalmente así que me cambie para más cómoda, un short más corto que se me metía un poco en mi culo grande y respingón.
Me puse a hacer el aseo y toque la puerta del cuarto del padre.
– Padre hoy toca hacerle aseo aquí.
– Ay hijita quería hablar contigo.
– Dígame padre, que paso? (con una mirada de niña buena)
– Mira hijita yo aunque sea un sacerdote, soy hombre y tengo necesidades y no quiero fallar a mi religión.
– Porque dice eso padre (yo acercándome más a él provocando todo en el).
– Mira Laurita sos un monumento de mujer y los 2 solos aquí hacen que no me pueda concentrar y solo pensar en poseer tu cuerpo y las erecciones son demasiado.
– Padre pero eso lo podemos solucionar.
– Como Laurita?
– Présteme su mano padre (le agarre la mano y la lleve directo a mi cuca que ya estaba como laguna de tan húmeda que estaba), padre siénteme estoy hirviendo podemos tener un rico secreto yo vengo a asear y le bajo las erecciones y Ud. me satisface las calenturas, se lo juro que nadie va a saber.
– El padre se quedó mudo y yo le movía la mano por toda mi vagina.
– Vamos padre sé que se muere de ganas de follarme.
– Y es eso quito su mano de mi vagina y me dijo que me daría una lección. (me asuste dije la cagueeee, este viejo no me va a follar y me acusara con mi mama).
– En ese momento se bajó el pantalón y saco una verga negra, gruesa y larga bien dura y me dijo aja putita que esperas para mamarla.
– Yo empecé a mamar y el me agarro el pelo yo pensé que me iba a asfixiar estaba como loco es como si llevaba años preso y se estaba desquitando, se desnudó y me dijo que me quitara todo y empezamos a hacer el 69 más delicioso de la vida, el me mamaba la cuca con una experiencia bárbara, estuvimos así por unos cuarenta minutos hasta que ambos nos corrimos súper rico.
– Él se quedó acostado y cuando me pare a agarrar mi ropa me dijo ¿para dónde crees que vas te voy a dar una lección?
– Yo me quede paralizada se acostó y me dijo quiero que cabalgues como la perra que sos, y empecé a moverme tan rico que termine enseguida y después me puso en cuatro patas y me la metió por el culo yo lloraba ya que su verga era demasiado gruesa pero a él no le importo y empezó a darme unas embestidas bárbaras.
– Mi culo sangraba y el solo decía querías follar vamos a ver si quedas con ganas de andar de puta, yo lloraba y la verga no paraba.
– Hasta que se corrió en mi culo yo ya no aguantaba pero eso causo más morbo y me dijo tu cuca aún no tiene su dosis de leche y me sentó en una mesa me abrió y empezó a follarme eso me calmo el dolor del culo y yo empecé a gozar tan rico así estuvimos hasta tarde, luego nos bañamos y me dijo que mañana llevara ropa sexi que iba a ser mejor que hoy y que no le imputaba si me dolía el culo.
– Desde ese día toda la tarde follamos como locos.
Y me mama la cuca como nadie.