Sexo, un juego de hermanos
Entro en la cocina, me dirijo hacia mi hermana, está de espaldas a mí, ella sabe que me acerco, veo como echa el culo hacia atrás, hacia mí, me aproximo hasta que nuestros cuerpos se rozan, mi mano va rápidamente a su hermoso culo, se lo empiezo a acariciar, ella sigue preparando la comida, le subo despacio, muy lentamente la falda, mientras hago esto, la acaricio suavemente los muslos y su entrepierna, llego a sus glúteos, duros, tersos, respingones, noto el elástico de sus braguitas, deslizo uno de mis dedos por debajo de estas, delicadamente introduzco mi mano entera por debajo de sus braguitas, ahora tengo mi mano entre su piel y sus braguitas, ella se estremece, siente que me acerco a su sexo, noto que su respiración se altera, noto como ralentiza su manipulación de los alimentos, ahora mi manos, mis dedos, se abren camino hacia su sexo, ella responde abriéndose de piernas, ambos permanecemos de pie en la cocina, aproximo mi cara a la suya, le mordisqueo débilmente la oreja, ella respira hondo, gime muy levemente. Mi mano sigue su camino, llego a su sexo, que delicia, está mojado, ella responde echando más atrás su culito, ofreciéndomelo mejor, gime de nuevo muy bajito, yo le digo:
Hermanita veo que te alegras de tenerme de nuevo en tu casa
Sí, te he echado mucho de menos, pero en mis fantasías siempre estás conmigo
Me alegra oír esto, hermanita, ¿sigues siendo mi putita si te lo ordeno? Si no quieres lo dejo de inmediato. Si quieres seguir con nuestro juego me tienes que demostrar que estas deseosa de volver a jugar, si es que sí, putita, ahora mismo te tienes que bajar las braguitas hasta las rodillas, para que yo sepa que no te importa que nos vea tu maridito o mi mujercita que están en el salón, ten en cuenta que papá o mamá también pueden venir, así que piensatelo bien.
En este momento pasa por mi cabeza como mi hermana y yo empezamos con este jueguecito, jueguecito que hace unos años empezó siendo un juego sensual, morboso, para terminar con sesiones de sexo intenso entre nosotros, pero que muchos años atrás, en nuestra infancia, era un juego de niños, en el que uno debía de hacer lo que dice el otro, así, jugando, pasábamos tardes enteras, sin enterarnos casi, de cómo transcurría el tiempo. Que momentos más divertidos, juntos, ella y yo, sin pensar en nada más que poder jugar a las órdenes, así llamábamos a esta distracción infantil. Nos divertía ordenar al otro hacer algo, al principio eran órdenes simples, de niños, pero a medida que íbamos creciendo, nos divertía más mandar realizar acciones más arriesgadas, hasta que estos mandatos llegaron a tocar los actos prohibidos, actos como practicar sexo entre nosotros, empezamos con leves tocamientos de nuestros respetivos sexos, tocamientos que debían terminar siempre cuando uno de los dos alcanzase el orgasmo. En nuestra juventud el orgasmo lo alcanzábamos con relativa facilidad, pero a medida que íbamos creciendo, teníamos que hacer durar mucho al otro antes de que llegase a alcanzar el gozo pleno, el orgasmo. Recuerdo también, como gracias a este jueguecito conseguí controlar y aguantar mucho en mis relaciones sexuales, veo a mi hermana masturbándome y diciéndome,
te ordeno que cuando notes que te vas a correr me digas para.
Si, hermanita lo que tu ordenes
Ella empezaba a tocarme el rabo, lo manoseaba y al ratito empezaba a realizar los movimientos de arriba abajo, recorriendo con ellos toda la longitud de mi rabo erecto, cuando yo notaba que no podía más, decía para, y ella paraba de inmediato, se divertía viéndome la cara que ponía cuando hacía esto, al ratito empezaba otra vez, así estaba un rato largo, siendo a veces sesiones de más de 20 minutos hasta que ella accedía a que yo la regalase mi leche, así me lo decía ella
Venga hermanito ahora ya dejo que me regales tu leche calentita
Pues, hermanita, adelante sigue y no pares ya
Yo le regalaba una corrida espectacular, con grandes chorros de leche, ella estaba satisfecha, la gustaba controlar mi placer, se sentía poderosa cuando me hacía esto. Así aprendí a controlar la eyaculación, que bien me ha venido este juego, jejejejeje.
Ahora recuerdo, que gracias al trabajo de mi padre, nos teníamos que cambiar de lugar de residencia cada dos o tres años, ahora estábamos en Madrid, luego nos mudábamos a Sevilla, otra vez maletas y ahora a Tenerife, de ahí a Murcia, bueno no parábamos quietos en un mismo sitio. Cada vez que mi hermanita y yo hacíamos amigos nos cambiábamos de sitio, que fastidio, otra vez empezar en el lugar nuevo a relacionarnos en el colegio, a hacer amigos nuevos, así, en esos días en los que todavía no teníamos amigos, ideamos este jueguecito.
Pienso muchas veces, que esta gran relación entre mi hermana Marta y yo, José, se debe a que somos gemelos, si, somos lo que llaman gemelos idénticos, pero además somos de esos pocos que nacemos con distinto sexo, por no se que de los cromosomas o lo que llaman el «Síndrome de Turner», bueno, el caso es que mi hermanita y yo, nos entendemos a la perfección, sabemos lo que nos gusta y eso nos ha llevado a practicar este juego en completa complicidad.
Complicidad, que a mi prima Eva, le gustaba y siempre quería jugar como nosotros, sin problemas sin vergüenzas, yo quiero ser una más con vosotros dos – nos decía ella, siempre que venía esas temporadas a casa en verano, empezó a venir desde muy niña, es un año mayor que nosotros dos, y siguió viniendo a medida que crecía, gracias a que ella quería mantener esa complicidad.
Ahora me viene a la mente, el recuerdo más vivo, el que me produce una evocación especial, realmente es el que más me gusta rememorar, sí, ahora lo veo como si acabase de suceder, Marta y yo, llevamos un año y medio casi sin jugar a las «órdenes», era cuando estábamos entre los 16 y 18 años, ahí estábamos preocupados por nuestros novios y novias, pero cierto día, al medio día, ya había pasado nuestro dieciochavo cumpleaños, cuando Marta entra en mi habitación, tumbándose a mi lado en la cama, yo estudiaba inglés, ella me dice
Hermanito, hace mucho que no jugamos a las órdenes.
Pues sí, pero ya somos mayores,¿no crees? Hermanita.
Sí, pero ahora lo podemos complicar mucho más, que pasa, ¿no te atreves?
Ya sabes que me encanta jugar, venga, empiezas tú, para que veas que no tengo miedo
Vale, pues venga, te ordeno que seas mi esclavo, mi siervo, y como siervo me vas a dar un rico baño de agua caliente.
Yo acepté sin rechistar, ambos nos dirigimos al baño de la casa, no estaban nuestros padres, llegamos al baño, yo, como buen siervo, abro el grifo del agua caliente, y el del agua fría, compruebo que sale templada para que no queme, y pongo el tapón en la bañera, esta se empieza a llenar, mientras miro a mi hermana, ella está expectante al pensar cual será mi siguiente paso, ya lo sabe, me espera, sí, espera mi siguiente acción, ahora me toca desnudarla, ella me sonríe, yo la quito la camiseta, uf, sus preciosos pechos están ahora al aire, que duros y tersos, que morenitos, tiene un pezón de lo más goloso y apetecible, mi mano va hacia ellos, ella, me para, me dice:
No sirviente, ahora toca desnudarme, ya vendrá eso luego, cuando me bañes.
Yo asentí y seguí con mi trabajo, ahora me agacho y me dispongo a quitarle los pantaloncitos cortos y ajustados que lleva, los quito con sumo cuidado evitando llevarme las braguitas a la vez, pues quiero deleitarme en ese momento, tiro de ellos hacia el suelo, ellos caen, ahora han quedado al descubierto las diminutas braguitas blancas que lleva puestas, uf, que rica está mi hermana, mi miembro empieza a salir de su letargo, se empieza a acomodar, a abrirse paso entre mis slip, me acerco a quitarle las braguitas, según hago esto acaricio levemente sus muslo, duros, suaves, cálidos, agarro estas por el elástico superior y tiro despacio, muy despacio hacia abajo, dejándome ver poco a poco su sexo, veo su depilación de ingles y veo el escaso vello que se ha dejado justo encima de su sexo, que sexy y apetecible se la ve ahora. Ya está desnuda, luce un bonito y escultural cuerpo, moreno, un tono caoba precioso, brillante, la tomo por la mano y la ayudo a meterse en la bañera, acto seguido tomo una esponja, suave y delicada, le añado un gel hidratante con un perfume agradable y empiezo a restregar suavemente la esponja jabonosa por todo el cuerpo de mi hermanita, ella disfruta, se relaja, al momento decido dejar la esponja y actuar con mi mano enjabonada directamente sobre el cuerpo de mi adorable hermanita, ella al sentir mi mano sobre su piel húmeda lo agradece y me dice:
Así siervo, muy bien, hazme disfrutar del roce suave de tus manos, no dejes ni un palmo de mi piel sin recorrer
Así lo haré, mi señora
Ahora tomo los pechos en mis manos, los masajeo suavemente, les doy jabón con mis manos, acaricio débilmente los pezones, estos reaccionan poniéndose duros al instante, a mi hermana se le escapa un gemido ahogado, débil, aprovecho y digo:
¿Lo hago bien? Mi señora
Lo haces maravillosamente bien, sirviente, me tienes que excitar, me tienes que hacer gozar con tus caricias.
Que así sea, mi señora.
Sigo recorriendo cada centímetro del cuerpo desnudo de mi hermana, ella está gozando, disfrutando mucho con ello, ahora deslizo mis manos hacia su abdomen, juego con su ombligo, noto como ella se estremece, nos miramos, sonreímos, sigo mi camino, llego al sexo, ella lo nota y al momento se abre todo lo que puede de piernas, para favorecer que se lo limpie y acaricie bien, empiezo a tocar muy suavemente el clítoris, lo hago con movimientos circulares, sin apenas ejercer presión sobre el, con la otra mano toco entre los labios vaginales, se estremece más mi hermana, yo estoy disfrutando mucho, mi pene está súper duro, la erección es tremenda, noto como empieza a palpitar dentro de mi slip, sigo con mi hermana, la introduzco un poquito un dedo dentro de la vagina, no quiero hacerla daño, ella sigue gozando
Siervo, ahora quiero que me trates como si fuera tu puta, una zorrita para ti que haré todo lo que digas, pero yo también diré lo que me gusta.
Lo que usted desee señora.
Ahora mi hermana se pone en pie y quiere que la aclare el jabón y la seque para comenzar con esta segunda parte, así lo hago, muy dulcemente la seco, tomo sus delicados, duros, y firmes pechos entre mis manos, los seco con una toalla, ahora bajo hacia las piernas, la seco también el sexo, cuando me pongo en pie, frente a ella, nos miramos, ella acerca su cara a la mía, me ofrece su boquita, quiere un beso profundo, yo la satisfago y le doy ese beso, nos agarramos y besamos muy profundamente.
Me toma de la mano y me lleva hacia su habitación, allí me dice:
¿Me vas a hacer tu putita?
Si hermanita, quiero que seas mi putita no veas las ganas que tengo de follarte
Yo también tengo ganas de sentirte dentro de mi, quiero saber lo que se siente siendo penetrada
¿Eres virgen todavía?
Sí, ¿y tú?
Yo también, pero entonces, no juguemos a ser putita y macho, juguemos a ser novios enamorados que se desvirgan juntos, después de este momento si quieres ya podremos jugar a puta y amo.
Vale cielo, empieza ya.
Dicho esto, mi hermanita me da otro beso, mientras con sus manos se apresuraba a desnudarme, en cuanto me tiene totalmente desnudo me hace tumbar en la cama y me empieza a besar en mi rabo, besos cálidos, sus manos manosean y estrujan mis huevos, cuando siente que mi excitación va en aumento, agarra firmemente mi polla y con su lengua juega en mi capullo, lo hace genial, después de un ratito dándome este goce se introduce toda la polla en la boca y ya sí, ya empieza a regalarme una profunda mamada, yo la miro, se la ve muy hermosa, muy apetecible con sus pechos colgando, con ese vaivén continuo provocado por los movimientos de su rica felación, me gusta, me excita, alargo mi brazo para poder llegar a tocar su sexo, así lo hago, empiezo a acariciar su clítoris, ella responde con un gemido ahogado por mi rabo en su boca, se abre más de piernas, me deja libre el camino, para que mi mano acuda a satisfacer el ansia de deseo, la toco y con un dedo juego en la entrada de su sexo, gime de nuevo, ahora se para de darme la mamada, ahora se tumba ella en la cama, se abre bien de piernas y
Lámeme el coñito hermanito, que caliente me tienes
Sí, ahora mismo, que rico tiene que estar
Y sin perder un segundo me lanzo a saborear el delicioso manjar que mi hermana me está ofreciendo, um, que mojada está ya, como noto su sabor, el sabor ligeramente salado de su sexo, oigo como gime, siento sus manos acariciándome el pelo, me gustan todas estas sensaciones juntas, me animo y mi lengua la introduzco suave mente en su vagina, que rica, que cálida, juego son sus labios vaginales, mordisqueo muy suavemente uno de ellos, ahora la arranco un gemido más alto, más profundo, levanto la cara de su sexo, me cuadro encima de ella, ella está expectante, me mira a los ojos, veo su excitación, siento su ligero temor, aproximo mi boca a la suya, nos regalamos otro profundo beso, mientras, yo voy aproximando mi rabo, duro como una piedra, a la entrada de su vagina, ella nota el calor de mi capullo en su vagina, yo noto el contacto de la entrada de su coñito en mi capullo, ahora nos dejamos de besar, nos miramos de nuevo como pidiéndonos permiso, mi hermana me agarra los glúteos y empujándome hacia su interior con la voz acelerada por la excitación dice:
Desvírgame hermanito, dame mucho placer
Vale, pero tu también me desvirgarás a mi hermanita, disfrutemos juntos
Diciendo esto, mi hermana me atrae hacia ella, yo introduzco el capullo en su coño, noto como se abre camino, sí, que deliciosa sensación, que placer, mi hermana siente lo mismo, la veo estremecerse y gemir, un gemido profundo de placer, sigo penetrándola suave y delicadamente, quiero sentir cada centímetro de penetración, quiero disfrutar y hacer que mi hermanita disfrute conmigo de cada segundo de ese momento, ambos estamos gozando de todas las sensaciones de un momento como este, sentimos la respiración alterada del otro, sentimos como se estremece el cuerpo del otro, oímos los gemidos del otro, el jadeo, disfrutamos de nuestras lenguas de nuevo abrazándose dentro de nuestras bocas, sentimos cuando mi rabo ha llegado ya al fin del recorrido, momento de excitación máxima, nuestras lenguas enloquecen en nuestras bocas unidas, yo me detengo me separo y miro a mi hermanita debajo de mi, veo sus pechos hermosos, tersos y con los pezones duros y congestionados, veo las piernas abiertas de mi hermana y veo a mi cuerpo encima de ella, veo que mi sexo se ha perdido en el interior del suyo, me gusta lo que veo y ahora empiezo a moverme, ahora toca la follada, así lo hago, en cada movimiento ambos gemimos de placer, yo me levanto un poco para liberar una de mis manos de sujetar el peso de mi cuerpo dejando sólo a una mano haciendo esta función, y con la mano libre acaricio un pecho de mi hermana, ella me está acariciando la espalda, me aprieta contra ella, me agacho un poco y lamo y chupeteo el duro pezón de uno de sus duros y recios seños, logro arrancarla otro gemido profundo, ahora es ella la que con sus manos me agarra la cabeza y me atrae hacia su cara, me aproxima a su cara y empieza a darme el beso más caliente que nunca me había dado, yo ante tal excitación acelero mis movimientos de penetración, ambos gozamos mucho ahora, pero ella no deja que me separe de su boca, siento como aumenta el calor y la presión sobre mi capullo, ahora más hinchado, siento mucho placer, ella también nota como gozo extremadamente y me agarra la cabeza con más fuerza, ahora noto yo, como ella se moja mucho, como aumenta su calido flujo, me separa la cabeza de la suya me mira, me sonríe y
Hermanito me corro no pares, sigue, me has desvirgado, que rico, sigue así
Hermanita me voy a correr, sí, me gusta, como gozo, me corro
Y al momento sentí como mi hermanita gritaba, gemía, se estremecía y diciendo – me corro – note una perfecta corrida que humedecía más su coñito, mi polla deslizaba ahora mucho mas libremente, esto hizo que mi placer y mi goce explotase y noté como mi grueso capullo expulsaba violentamente varios chorros de mi leche en el coñito de mi preciosa hermana, ahora era yo el que gritaba – me corro -, ahora jadeábamos los dos al mismo tiempo, ahora nos fundíamos en un beso profundo, de placer, de goce, yo poco a poco fui parando en mis movimientos de penetración, y cuando paré del todo estaba sudando por todos los poros de mi cara, ahora, miro otra vez a mi hermana, ella está espléndida, me está mirando alucinada por las nuevas sensaciones, disfrutando del placer recibido y del placer que me ha otorgado, ahora está embebida por el final de nuestro osado juego, me mira y ve en mi rostro la misma sensación, me ve embelesado mirándola, yo me siento fascinado por la manera de gozar y por ese placer recibido que me ha transportado a unos niveles de goce, de placer y de sentimientos extremos, como de otra dimensión, ahora la doy un beso en la frente a mi hermana, me quito de encima de ella, me tumbo a su lado
¿Te ha gustado hermanita?
Muchísimo hermanito, he gozado como nunca pensé que se podía llegar a gozar, y tú, ¿has gozado, has disfrutado conmigo?
Hermanita, ha sido la mejor experiencia que he tenido, ha sido grandioso, me ha gustado follarte, pero, más me ha gustado que me entregases a mi, tu virginidad y también me ha gustado entregarte a mi la mía.
Yo he disfrutado mucho pensando que nos estábamos desvirgando ambos.
Una vez hubimos finalizado de ducharnos, nos miramos y con una sonrisa pícara mi hermana me dice, – creo que vamos a disfrutar mucho juntos tu yo, hermanito – yo asentí con la cabeza, y ahora veo que así ha sido durante estos años. Mi hermana Marta yo, hemos estado, desde entonces, muy unidos.
Rápidamente acude a mi recuerdo otra fantástica experiencia, esta vez participaba en nuestro juego nuestra querida prima Eva, sí, a ella le encantaba jugar con nosotros. Era verano, nosotros en ese año estábamos viviendo en Tenerife, ya habíamos pasado la mayoría de edad, ya nos habíamos desvirgado mi hermanita y yo, cuando nos dicen nuestros padres que viene nuestra primita a pasar unos días de sus vacaciones con nosotros, nosotros encantados, nos lo pasábamos genial con ella, era muy igual a nosotros, y les decimos a nuestros padres que iremos nosotros a buscarla al aeropuerto, ellos acceden sin problema.
Ya en la zona de llegadas del aeropuerto de Tenerife Sur, la vemos salir, gritamos su nombre para que nos vea, ella busca, mira para saber quien la llama y zas, nos ve, nos saluda enérgicamente con su mano, da saltos de alegría, corre hacía nosotros y nos abrazamos los tres. Nos dirigimos a tomar el coche, hablando de trivialidades, yo me encargo de cargar la maleta en el maletero, ellas se han acomodado dentro del vehículo, mi hermana detrás y mi prima Eva en el asiento delantero, yo tomo mi posición a su lado para conducir, miro de reojo a mi primita, como esta de buena, que bien la sienta la minifalda, que piernas más hermosas, la miro a la cara está preciosa, radiante, lleva el pelo muy cortito, me ve mirándola y me sonríe diciendo:
Que ganas tenía de estar con vosotros otra vez, os añoro mucho.
Nosotros también te añoramos primita, sabes que nos encanta estar contigo – contesto yo.
En casa la ayudamos a acomodarse en su habitación, mientras ella nos dice que la apetece ir a la playita a tomar una cerveza y un poco el sol, nosotros accedemos, también tenemos ganas. Ya en el chiringuito de la playa ella nos dice:
Primitos, ¿ya no jugáis a las órdenes?
Sí, además hace bien poquito que hemos traspasado una barrera muy prohibida y delicada – contesta mi hermana Marta, con una sonrisa picara.
Que ¿os masturbáis? Eso ya lo hacíamos los tres hace años, eso no tiene problemas ya. – responde nuestra prima Eva para sonsacar algún detalle más escabroso y morboso.
Mi hermana, sonríe de nuevo, me mira, yo asiento, y acto seguido mira a Eva, nuestra prima espera expectante, Marta por fin se arranca y dice:
Sabes, mi hermano y yo hemos perdido la virginidad uno con el otro, fue hace un par de meses, fue fantástico y ahora hacemos sexo cada vez que uno se lo ordena al otro, pero cada vez arriesgamos más en las situaciones. – dice muy decidida mi hermanita Marta –
¡No, no me lo puedo creer!, que bien, eso es maravilloso primitos, me gusta y excita esa idea, – acierta a decir nuestra prima –
Sigue la conversación en el chiringuito y en un momento mi primita nos mira, nos sonríe y nos dice:
Quiero jugar ahora, sí, quiero que hagáis lo que os ordene, ¿os apetece seguir?
Mi hermana y yo nos miramos algo sorprendidos, pero no mucho la verdad, sabíamos que esto llegaría tarde o temprano, nuestra primita nos había practicado masturbaciones en otras ocasiones y ahora estaba decidida a llegar más lejos, o tal vez se ¿cortaría?, nos miramos Marta y yo, de nuevo y asentimos sonriendo, Eva nos dice:
Pues bien, os ordeno que os comportéis como si fueseis novios, pero unos novios muy calientes, quiero que os beséis aquí y os toquéis fugazmente.
Asentimos, y para demostrarle nuestra decisión de jugar, nos dimos un beso profundo yo acompañé este gesto tocando un pecho a mi hermanita, cuando nos separamos, miramos a Eva y ella estaba alucinada mirándonos, nosotros estuvimos toda la mañana así comportándonos como novios, hasta que miramos la hora y decidimos volver a casa para comer. Ya en casa, terminada la comida, de nuevo nos quedamos solos los tres, yo muy pícaro de mi propuse jugar de nuevo, ellas se rieron y aceptaron, sabían o intuían lo que yo iba a proponer:
Quiero que os enrolléis en un lesbico perfecto, quiero que me excitéis
Ambas, me miraron, cambiaron el rostro, ahora se pusieron serias, pero para mi sorpresa, Eva se lanza a por mi hermana, la toma por la cabeza y empieza a besarla muy delicadamente, con movimientos de cabeza leves, se lamían muy finamente los labios, se los mordisqueaban, lo hacían con pasión, mi hermana ahora esta tocando los pechos a mi primita, ésta reaccionó y actuó de la misma manera, sobando a mi hermana, los besos eran cada vez más encendidos, metían sus manos por debajo de la camiseta, para tocar mejor los pechos de cada una, yo sentía una erección tremenda, que espectáculo estaba presenciando, ellas seguían, se paran y empiezan a desnudarse la una a la otra, con delicadeza, parecía como si casi no se rozasen, que sutileza de movimientos, mi prima, cuando quita las tanguita a mi hermana, empieza a lamer la pelvis, antes la había recostado en la cama, Eva juega lamiendo la pelvis de mi hermana, da pequeños y sutiles besos, lamiendo al mismo tiempo, lo hace en círculos, haciendo que el goce de mi hermana vaya en aumento, viéndolas actuar, me dije que no hay hombre capaz de tal delicadeza en el acto sexual como dos mujeres teniendo sexo lésbico, Eva ya había llegado al sexo de mi hermana, ésta con las piernas bien abiertas gemía, disfrutaba, acariciaba el cuerpo desnudo de Eva, ésta al sentir las caricias de Marta,, besaba las manos que la acariciaban, lamía los dedos, para volver a lamer el coñito de Marta, ahora lamía los labios vaginales, con una delicadeza extrema los separa y lame dentro y con sutileza y pasión introduce dos dedos en el coñito de Marta, ésta al sentirlo gime, grita, solloza, musita su nombre – Eva que zorrita me pones primita – le dice mi hermana, yo no aguanto más y dejo al aire mi rabo, duro como el mármol y empiezo a acariciármelo, Eva me ve, me mira con cara de calentona, pícara, pero sigue lamiendo, ahora los pezones de mi hermana, de nuevo la sutileza, la delicadeza, la dulzura son el arma que Eva emplea para mordisquear, besar, succionar los ricos y duros pezones de Marta, ésta ya muy próxima a alcanzar su pleno placer, el total goce, y así se lo hizo sabes a mi prima
Eva cielo quiero correrme lámeme toda, que puta eres y que zorrita me haces ser
¿Te gusta primita?, me encanta comerte el coñito y las tetitas que ricas las tienes zorrita.
Y al decir esto de nuevo se puso a lamer más el coño de Marta, hasta que mi hermana evidenció que ya era el momento de soltar su goce y gritando me -corro, síiii- empezó con sus movimientos de pelvis, de caderas y gritó, gimió, sollozo, disfruto mientras se vaciaba en la boquita de nuestra prima Eva.
Yo seguía masturbándome y al ver la tremenda corrida de mi hermana me dejé llevar y solté unos grandes y fuertes chorros de leche, mi prima al ver esto se acercó a mi y lamió los resto de corrida de mi polla y se dirigió con ellos en la boca para darle un beso a mi hermana, ella, mi hermana, la besó y notó como la pasaba mi leche, ambas de nuevo se fundieron en un beso largo, sensual y excitante, para en cuanto separaron sus bocas y mi hermana pudo articular palabra, dijo – ahora te toca a ti gozar primita, túmbate cielo – y diciendo esto, Eva se tumbó, abrió sus piernas finas, morenas y tersas y dejó ver su sexo, que preciosidad, totalmente depilado y mi hermana empezó a devorar todo su cuerpo, de nuevo la delicadeza hizo su aparición, que hermoso es ver como se aman dos mujeres, como tienen sexo entre ambas, yo, ahora más desahogado, disfruté más con esta nueva sesión de sexo entre mi hermana y mi prima, ahora era mi hermana la que daba un placer extremo a Eva, ésta gemía, sollozaba también, y cuando la respiración se lo permitía musitaba el nombre de Marta, diciendo -que rico me lo haces primita, que rico- y en un tiempo no muy largo, Eva regaló una buena corrida a mi hermana, la regaló unos buenos chorros de su flujo que mi hermana se apresuraba en lamer, al finalizar, ambas se besaron y me miraron, yo había gozado mucho viendo este espectáculo.
Que recuerdos me vienen ahora a mi mente, que grandes ratos he pasado con mi hermana y también, a veces, con mi prima, y ahora estoy en casa de mi querida hermana, que me ha preparado una reunión familiar para celebrar mi regreso a Madrid des pues de estar fuera un año y medio, si me fui junto con mi mujer e hijos a Dubai, allí me mandó mi empresa para realizar unas obras, me mandó a dirigirlas. En este tiempo he echado de menos a mi hermana mucho, he añorado nuestro juego, nuestras experiencias sexuales y me consta que mi hermana también se ha sentido triste por no tenerme, y en alguna conversación telefónica me confesó que como conmigo no goza haciendo el amor con su esposo, yo no se lo reconocí, pero a mi me pasa lo mismo, yo disfruto más del sexo con mi hermana que con mi mujer, y no es que mi mujer no folle bien, no, dado que mi esposa es viciosilla y morbosa, no es por eso, es porque me siento más unido a mi hermanita, no se explicarlo, pero el caso que cuando estoy con mi hermana teniendo sexo siento como si a veces, la cabeza se me fuera, es una sensación maravillosa, no me lo puedo explicar, pero el caso es que así es, creo que jugar con mi hermana Marta es mi droga y a ella le pasa lo mismo.
Mi prima, Eva, mi querida prima también está esta tarde aquí, en casa de mi hermana, también ha venido a la pequeña fiesta familiar para darme la bienvenida, con ella hace más tiempo todavía que no he jugado, que no he tenido sexo, pero creo que a partir de ahora las cosas cambiarán, sí, pues ahora veo que ellas, mi hermana y mi prima me han echado mucho de menos, siento que me quieren y que me necesitan, igual que yo las necesito a ellas, si no, no estaría aquí con mi hermana, ahora mi cabeza vuelve a la realidad, los recuerdos han dejado paso, de nuevo al momento de ahora mismo, ya me veo de nuevo, siento de nuevo lo que sucede:
Entro en la cocina, me dirijo hacia mi hermana, está de espaldas a mí, ella sabe que me acerco, veo como echa el culo hacia atrás, hacia mí, me aproximo hasta que nuestros cuerpos se rozan, mi mano va rápidamente a su hermoso culo, se lo empiezo a acariciar, ella sigue preparando la comida, le subo despacio, muy lentamente la falda, mientras hago esto, la acaricio suavemente los muslos y su entrepierna, llego a sus glúteos, duros, tersos, respingones, noto el elástico de sus braguitas, deslizo uno de mis dedos por debajo de estas, delicadamente introduzco mi mano entera por debajo de sus braguitas, ahora tengo mi mano entre su piel y sus braguitas, ella se estremece, siente que me acerco a su sexo, noto que su respiración se altera, noto como ralentiza su manipulación de los alimentos, ahora mi manos, mis dedos, se abren camino hacia su sexo, ella responde abriéndose de piernas, ambos permanecemos de pie en la cocina, aproximo mi cara a la suya, le mordisqueo débilmente la oreja, ella respira hondo, gime muy levemente. Mi mano sigue su camino, llego a su sexo, que delicia, está mojado, ella responde echando más atrás su culito, ofreciéndomelo mejor, gime de nuevo muy bajito, yo le digo:
Hermanita veo que te alegras de tenerme de nuevo en tu casa
Sí, te he echado mucho de menos, pero en mis fantasías siempre estás conmigo
Me alegra oír esto, hermanita, ¿sigues siendo mi putita si te lo ordeno? Si no quieres lo dejo de inmediato. Si quieres seguir con nuestro juego me tienes que demostrar que estas deseosa de volver a jugar, si es que sí, putita, ahora mismo te tienes que bajar las braguitas hasta las rodillas, para que yo sepa que no te importa que nos vea tu maridito o mi mujercita que están en el salón, ten en cuenta que papá o mamá también pueden venir, así que piensatelo bien.
Mi hermana parece dubitativa, no responde con la misma celeridad que antes, puf, creo que nuestro juego llega a su fin, pero mi hermana me mira sonríe y desliza sus braguitas hasta dejarlas a la altura de las rodillas, ahora la veo más hermosa que nunca, ahora con sus 44 años está impresionante, deliciosa, me gusta, de nuevo vuelvo a sentir que nos lo vamos a pasar muy bien, mi hermana está ahora mismo con sus braguitas por las rodillas, cualquiera puede entrar en la cocina y verla de esta guisa, ella me mira, pero nuestro corazón se altera cuando sentimos unos pasos que se dirigen hacia nosotros, hacia la cocina, mi hermana no hace intención de subirse las braguitas, no sin mi permiso, yo me callo, no digo nada, ambos esperamos, quien sea ha pasado de largo, iba al cuarto de baño, nos miramos de nuevo, ya respiramos con normalidad, y le digo:
Hermanita si quieres que mañana venga a jugar contigo, para que seas mi putita, me tienes que meter las braguitas en mi bolsillo cuando esté en el salón con todos, tienes que hacerlo sin que nadie sepa lo que me estás metiendo, si así lo haces mañana a las diez estaré aquí para follarte, putita mía.
Vale hermanito, ve al salón, verás como lo hago, me muero de ganas por jugar contigo, me muero de ganas por ser tu putita y tú mi amo.
Ya en el salón estoy expectante, ¿lo hará mi hermana?, la veo entrar, lleva una sonrisa picarona en la cara y dice:
Familia la comida está lista, venga pongan la mesa.
Todos nos levantamos para ayudar a poner la mesa, estamos todos en pie, vamos de un lado a otro, no nos fijamos en los demás, y mi hermana aprovecha este pequeño barullo para meterme en el bolsillo sus braguitas diciéndome –te espero mañana cielo, quiero ser tu putita- dicho esto se marchó a la cocina.
Ya son las diez de la mañana del día siguiente, mi hermana me estará esperando, yo sigo sentado en mi coche estacionado a la puerta del portal de mi hermanita, la quiero hacer esperar, quiero que se ponga nerviosa, pero no pasan ni cinco minutos cuando suena mi teléfono móvil, miro y es una llamada de mi hermana, descuelgo
Diga
Hola hermanito que pasa no subes a follarme, te estoy esperando como un zorra, estoy caliente, quiero que subas ya, se que estas abajo en tu coche
Vale Martita, ahora mismo voy para tu casa
Subo, llamo al timbre, se abre la puerta, entro y veo a mi hermana con una sonrisa en la cara y se acerca a mi para darme un beso profundo, caliente, morboso, yo cuando nos separamos me doy cuenta de que lleva puesto, lleva un liguero negro donde se enganchan unas medias negras brillantes con costura, unos botas altas negras de tacón fino y arriba lleva un camisón cortito, transparente que deja ver sus preciosos y duros pechos, me fijo en sus pezones y los veo duritos, que rica se la ve. Ahora soy yo quien la tomo por los glúteos y la aproximo a mi, con fuerza, ella sonríe, sabe que me ha excitado, nos besamos de nuevo, ahora yo la sobo con gusto, con decisión su culito respingón y gracioso, ella me toca la polla por encima de mis pantalones, ya la tengo muy dura, con otra mano la toco un pecho, se la deslizo por debajo del camisón, la pellizco el pezón, gime, ella me toma de la mano y me lleva a la cocina, apoya sus brazos en la encimera y me dice:
Fóllame hermanito, ayer me moría de ganas de que me follases aquí, en mi cocina, y ahora quiero que me penetres, dame ya polla.
Yo no hablé, pero raudo y veloz saqué mi miembro, duro, recio, el capullo estaba a punto de estallar, se la acerco a la entrada de su rico coñito y empiezo a empujar, entra de maravilla mi hermanita está muy mojada, gime al sentir mi rabo dentro, se incorpora un poco y da la vuelta a su cabeza lo suficiente para ofrecerme sus labios, nos besamos, jugamos con nuestras lenguas, sigo moviéndome con la rica follada que la estaba dando
Hermanita, a puta no te gana nadie
Sólo tu hermanito consigue ponerme tan zorra, me encanta como me follas amorcito
Y diciendo esto echo más aun su culito atrás, para recibir más profunda la follada, yo quería tratarla como una zorra y paré en seco mis movimientos y saqué mi rabo de su coño, ahora la ordené hacerme una rica mamada, ella sin dudarlo se pone de rodillas y se la mete en la boca, juega con mi polla en su boca, con la lengua lame mis jugos y sus jugos, disfruta mucho, joder, que puta está hoy mi hermana, cuando mi hermana piensa que ya es suficiente de chuparme el rabo, se incorpora y me toma de la mano, ahora me lleva a su habitación, ella me tumba en la cama y me pone el coño en la boca, yo empiezo a lamer su coñito, tiene un rico sabor a sus jugos y mi polla, ella gime, con mis manos la toco los pechos, pellizco delicadamente sus pezones, sigue gimiendo más alto, de nuevo ella toma la iniciativa, me quita el coño de la boca y se pone justo encima de mi rabo, se lo dirige a su coñito y de un solo golpe se lo mete gimiendo, yo de nuevo, la agarro los pechos mientras ella se mueve metiéndose y sacándose mi rabo, la gimo, me gusta, siento mucho placer, me incorporo un poco par lamer sus pezones, los mordisqueo, los succiono, gemimos ambos,, mis manos ahora están en su culo, se lo toco, se lo abro para que entre mejor aun mi polla, ella goza, yo gozo, ambos disfrutamos de la tremenda follada, se agacha, acerca su boca a la mía, quiere mi lengua, mis labios y yo, yo se los doy, juega con mi lengua, juega con mis labios, me los mordisquea muy suavemente, me excita mucho, yo aprovecho y la meto un dedo en su culito, ella al sentirlo aprieta hacia abajo para que entre todo el dedo, grita cuando siente como está su culito y su coñito lleno, se siente bien follada, que puta es, me tiene cachondo, ahora se para, se levanta, se pone a cuatro patas y me dice – fóllame el culo -, yo sin dudarlo así lo hago, me cuesta un poco que entre, pero al final logro que mi capullo traspase el círculo inicial de su ano, momento en el que ella lanza un grito de dolor y de gozo, yo veo el cielo, las nubes, las estrellas, que placer estaba recibiendo, empiezo a follarme ese culito glotón, ella con una mano se acaricia su clítoris, está muy excitada, ahora yo la digo date la vuelta y túmbate, ella así lo hace yo me pongo encima y muy lentamente la introduzco mi rabo en su coñito, quiero sentir cada milímetro de su vagina, sí, como me gusta, a ella también la gusta así despacio, cuando ya noto que tiene todo mi miembro dentro, me acerco la miro, nos miramos y a continuación nos damos otro profundo beso y yo al momento empiezo a moverme para darle una rica follada, ella quiere gemir gritar yo también, pero no podemos hacerlo pues tenemos las bocas unidas por un profundo beso, sólo podemos alterar nuestra respiración, sigo con movimientos salvajes de penetración, mi capullo se hincha en el momento en el que mi hermana acierta a gritar gimiendo –me corro- yo noto su coñito más caliente más resbaladizo, noto que se está corriendo y noto el calor que se cierne sobre mi capullo, calor que aumenta mi placer, mi gozo y siento que mi momento cumbre se aproxima, sí, ya me voy a correr y así se lo digo a mi hermanita, en un grito de placer profundo digo –me corro hermanita- y al instante mi rabo toma fuerza, se hincha para lanzar dentro de mi hermana unos violentos chorros de leche, de mi leche calentita, ella los siente, me gime, me grita, sí. Ya hemos terminado, me tumbo al lado de mí hermana la acaricio delicadamente, la digo:
Hermanita te quiero
Y yo a ti hermanito, como me haces gozar.