Un simple intercambio de tetas, una fantasía que jamás imagine que algún día podría llegar a cumplir
Mi experiencia como autora de relatos me ha dejado un gran sabor de boca el poder contar mis fantasías y vivencias sin dudas fue una de las razones porque decidí ponerme a escribir, además un resultado de esto ha sido ganar seguidores que disfrutan de mis historias y gracias a eso me ha tocado compartir experiencias con alguno de mis lectores así me paso con mi gran amiga Nuria que desde el primer momento en que leí su primer correo me sentí completamente identificada con ella, y es que curiosamente hasta en el físico somos tan parecidas ya que ella también posee un gran par de tetas. Nuestros intercambios de correos comenzaron a ser más frecuentes y con cada cosa que ella me contaba me sentía más en sintonía, me confeso que uno de mis relatos le había sucedido tal cual lo narre en ese momento me di cuenta que nos entenderíamos muy bien. Con el paso del tiempo y una gran confianza de por medio logramos consolidar una gran amistad a tal grado que sin que yo me lo esperara Nuria me propuso conocerla en persona a ella y a su esposo Tony del cual ya sabía muchas cosas y me supongo que de igual manera él ya sabía sobre mí. Debo reconocer que Tony y mi marido Sergio compartían al igual que nosotras los mismos gustos, obviamente esa fascinación excesiva por las tetas grandes y sobre todo esa fantasía por vernos ser manoseadas por las manos de otros hombres y disfrutar de ese proceso. Gracias a eso mi marido también sintió entusiasmó por conocer a nuestra amistosa pareja y así lo planeamos.
Faltaban tan solo unas semanas para las vacaciones de verano Sergio se encargó de coordinar todo lo respectivo al viaje (boletos de avión, hospedaje etc.) por mi parte me apresure a sacar todo los pendientes que teníamos en casa y me las ingenie para convencer a mi hermano para que se hiciera cargo de los niños por su parte los niños aceptaron con la condición de que nuestro viaje seria breve y que al regreso organizaríamos un viaje en familia para desfrutar del resto de las vacaciones. Era nuestro primer viaje a España la ansiedad y los nervios eran más que evidente no solo por el viaje sino también por el hecho de por fin conocer a mi gran amiga. Durante la semanas previas a l viaje Nuria y yo estuvimos de lo más comunicativas hablando de lugares que tal vez podríamos visitar pero también me estuvo contando sobre su gran amigo Juan el cual también juega un gran papel en esta historia ya que él es la persona con la cual Nuria y su esposo Toni mantienen una relación muy especial en la intimidad. El punto es que durante esas platicas me entere de cosas que despertaron mi curiosidad y de alguna manera dentro de mi quería conocer al tal Juan la probabilidad era poca pero existía una mínima probabilidad de poder tenerlo frente a frente Nuria me comento que todo dependería de que tan en confianza se sintiera su marido con nuestra compañía. El día del viaje llego una vez que nos encontrábamos rumbo a España me percate de algo inconscientemente en esas semanas que tuvimos organizando todo ni siquiera tuvimos oportunidad de tener sexo no sé si eso era bueno o malo lo cierto es que llevábamos la pila muy puesta. Las horas pasaron y antes de darme cuenta estábamos llegando a nuestro destino nos encontrábamos entrando al aeropuerto cuando divisamos una pareja con un cartel en las manos que decía bienvenidos Paty y Sergio fue entonces que sucedió lo tan esperado al fin nos conoceríamos. Al tenerlos frente a frente me di cuenta que Nuria no había omitido ningún detalle incluso se había quedado corta en su descripción. Ella es una mujer 1.58 de estatura cabello moreno y rellenita, un culo redondito y sobre todo unas tetas grandes y muy bien puestas. Por su parte Toni era un tipo de 1.70 de estatura delgado y muy velludo creo que esto último lo hacía lucir muy varonil. Nos tomamos el tiempo para presentarnos debidamente Nuria y yo no cabíamos de tanta emoción era un gusto enorme conocer a mi gran amiga.
– ¿Qué les pareció el viaje?
– Sí que ha sido largo y cansado pero ante todo ha valido la pena
– Les aseguro que España les gustara mucho.
Pocos minutos después Toni nos sugirió que nos fuéramos al hotel para poder instalarnos y así descansar un poco y así poder empezar al día siguiente todas nuestras aventuras.
A la mañana siguiente Nuria y Toni nos recogieron muy temprano en el hotel, empezamos recorriendo los sitios de mayor interés. Ellos eran una pareja normal, simpática y muy agradable.
La situación entre nosotros paso a ser distendida, nos caímos muy bien, hasta el punto de entrar en unos grandes almacenes y es aquí donde Sergio y Toni se quedaron esperando más de tres horas, mientras nosotras hacíamos compras, este tiempo sirvió para que nuestros hombres hicieran posiciones. Y según se hablaron de tetas, de nuestros principales atributos.
– ¿Paty las tiene más grandes que Nuria?
– No creas que se diferencian mucho. Además, tu mujer es más nalgona que la mía. Me encantan los culos respingones. Una buena combinación con un buen par de tetas.
Ambos reían. Se habían caído bien en muy poco tiempo, así que Toni le pregunto por la experiencia cuando dejo que le tocaran las tetas a su mujer delante de él.
– ¿Que sentiste aquella tarde mientras le metían mano a tu chica? Tuvo que ser la caña.
– En eso creo que tenemos gustos iguales ¿verdad?
– Pues aquel día fue muy bueno, ya me apetecía ver a otro sobarla. Ver lo que otro haría con ese par de melones, y al tipo le encantaban las tetas de Paty desde hacía tiempo y su mujer las tiene más bien pequeñas. Las agarraba con una obsesión brutal, mareándolas, chupándolas. Me puso a mil estar de espectador mientras el tipo se lo pasaba bien; la miraba a ella y le encantaba sentirse poseída por otro, o esa es la sensación que me daba.
– ¿Era amigo tuyo? ¿No te importo?
– No. Sé que este iba a estar bien callado, también conozco a su mujer y fue un secreto entre los tres ¿Y tú?
– A mí me gusto más el momento en que ella se quitó la ropa, y se quedó desnuda delante de nuestro amigo. El alucinaba al ver esas tetazas. Me encanta exhibirla. Luego ver sus manos sobando los melonazos de Nuria, me puso el rabo muy tieso. No se lo digas pero me encanto pasar de una situación normal a una totalmente morbosa, aprovechando que las tetas eran gratis.
– La verdad que pienso que estamos enfermos, a quien le puede gustar que soben a su mujer.
Volvieron a reír a carcajadas.
No habían acabado la conversación cuando aparecimos por sorpresa con un montón de bolsas, contentas y muertas de risa al encontrarnos. Les enseñaron un montón de ropa, faldas, camisetas, sujetadores y tanguitas. Habíamos disfrutado de lo lindo.
Era hora de irse a comer, Nuria y Toni nos llevaron a un restaurante del cual ellos son clientes habituales, y sinceramente nos encantó.
La conversación durante la comida fue increíblemente cordial, parecíamos amigos de toda la vida, con todas esas cosas en común y todos los secretos compartidos, de alguna manera habíamos conectado y cada copa de vino nos hacía ahondar en temas cada vez más sexuales, nuestras primeras relaciones, situaciones graciosas y morbosas. Yo les conté que cuando era más joven me sentía acomplejada por tener un abundante pecho y les explique cómo poco a poco aquel complejo lo convertí en mi mayor orgullo. Nuria por su parte compartía detalles de sus primeras experiencias como pareja cuando aún eran novios. Tocamos también el tema de cuando ambas nos dejamos sobar por otros.
– Yo lo hice porque a ti te apetecía, dijo Nuria a su marido, yo supongo que ya le has contado a Sergio el trabajo que te costó convencerme, desde que me lo plantío provoco morbo en mi pero aun no me sentía segura de llevar eso a la práctica, pero reconozco que no me arrepiento de haberlo hecho.
– ¿Acaso no te gusto?
– No estuvo mal.
– Pues a mí me dio un poco de vergüenza al principio, pero luego estuvo bien, quizá algo agobiante el primer encuentro más aún porque no me sentía confiada, pero no me puedo quejar al final si lo disfrute.
– Mujer, es que tu no quisiste conocer a mi amigo antes de nuestro primer encuentro dijo Sergio.
– Si tienes razón eso fue cosa mía, aunque en aquella experiencia lo mío no solo fueron tocamientos también hice una cubana. Pero a mi parecer no me importaría que me las tocaran varios al mismo tiempo.
– Eso lo solucionamos enseguida, exclamo Toni. Si tu marido esta dispuesto, ya tienes a dos.
Todos reímos a carcajadas.
– ¿Y si hacemos un intercambio de tetas? propuso Sergio
– Nosotros no hacemos intercambio de parejas, le interrumpió Nuria.
– No, un intercambio de parejas no. Un intercambio de tetas. Yo te las toco a ti y tú marido a Paty.
Tuve que intervenir. – eso significa que si ustedes intercambian tetas nosotras intercambiaremos instrumentos.
Nosotras nos miramos y se sonreímos.
– Y después cada uno a coger con su pareja.
Yo mire a Nuria que picaronamente desvió la mirada hacia Sergio, mordiéndose los labios.
– Pues no es mala idea, añadí yo. ¿Tú que dices?
– Por mi vale, dijo Nuria
– Bien. Sera divertido dijo su marido.
– Por lo pronto podemos ir tomando un adelanto. Sin que Toni se lo esperara yo lleve mi mano a su paquete, cosa que lo sorprendió mucho pero sin dudas le agrado. Nuria no quiso quedarse atrás así que ella hiso lo mismo solo que Sergio lejos de sorprenderse discretamente metió las manos en sus tetas cosa que ya había estado deseando desde que nos vimos en el aeropuerto.
Tomamos el postre y pedimos rápido la cuenta. Estaba lloviendo en la calle, y llegamos empapados a la puerta del hotel. Subimos con sigilo al elevador, intentando no llamar mucho la atención. Nosotras estábamos vueltas locas, creo que aquellos tragos habían hecho muy bien su trabajo. Yo sin pensarlo mucho me arrodille y me dispuse a chupársela a Toni. Nuria por su lado jalo a Sergio hacia sus tetas quien le faltaban manos para tocarlas. Vaya combinación habían hecho, Yo chupándosela a Toni mientras el observaba como mi marido disfrutaba de las tetas de su mujer. La magia duro poco pues la puerta del elevador se abrió.
– Habrá que quitarse esta ropa húmeda.
– Yo tengo algo húmedo a parte de la ropa, dije yo mientras me tocaba la entrepierna.
Mientras nosotras fuimos al aseo Sergio y Toni se quedaron en pelotas con rapidez, ambos con las pijas morcillonas dispuestas a todo. Unos minutos después Salí yo, solo me deje puestos los tacones y el tanga, mis pechos colgaban con completa naturalidad.
– ¡wooo! Exclamo Toni. Sí que son enormes.
– Son mi vicio, dijo mi marido.
Se vino de inmediato a si a mí comenzó a sobármelas, suaves, duras, espectaculares, fue lo que salió de su boca su verga se hinchaba con rapidez. Mi marido hizo lo mismo y se colocaron cada uno sujetando una teta. Paty estas muy buena decía Toni.
– Que tenemos por aquí detrás, me dijo mientras le sonreía
– Mi cola. dije sonriendo.
Fue ahí donde me lanzo la mano que me quedaba libre, mi marido me lamia el pezón agarrándome la teta izquierda con dos manos. El prefería mirar mientras me pellizcaba con abundancia trasero y pecho, con energía y pasión. Sergio me acariciaba la entrepierna y yo suspiraba, ya tenían lo que querían dos tipos sobándome a la vez.
Nuria irrumpió en la habitación al igual que yo entro con tanga y tacones, espectacular moviendo sus melones de un lado a otro y sujetándolos con ambas manos. Sergio se dirigió hacia ella de inmediato dejándome a total disposición de Toni, Él se lanzó con fuerza hacia las de la Nuria con fuerza, con la boca directa al pezón y la mano al inmenso pecho derecho.
Amos tipos tenían las Vergas tiesas como barras de hierro y nosotras empezamos a acariciarlas. Toni Me sobaba los pechos con las dos manos de pie cuando vimos que Marido hacia que se sentara Nuria en la cama y le metía la verga en medio de las tetas.
-Que listo salió me maridito pensaba, que decisión.
Creí que iba cada uno con su pareja ya y este se pajea con los melones de mi Nuria, nos soy celosa así que no me importo, Así que tome también la iniciativa, me puse de espaldas contra Toni y me agarro por detrás, puso su rabo entre mis nalgas y yo comencé moverme contra él. Él lo consentía y creo que le gustaba, así que el bajo su mano hasta mi coño y puso la otra sobre mis tetas. mientras continuaba subiendo y bajando sus manos por todo mi cuerpo, mis tetas se movían exageradamente, todo esto mientras veíamos como mi marido se hacia la gran cubana con mi amiga Nuria facilitándolo agarrando sus tetas y resistiendo sus cada vez más intensas embestidas.
Ya olía a sexo, Nuria se cansó de recibir embestidas sobre sus tetas y tumbo a Sergio en la cama lanzándose a comerle la verga, mientras él le alcanzaba las tetas y se las tocaba y movía al ritmo de los lametones.
– Cómo se pasan. ¿no? Estamos aquí delante y mira lo que hacen. Nosotros no podemos quedarnos a tras jeje aunque ellos nos han ganado la cama para lo que te espera no la necesitaremos.
Tome de la mano a Toni y lo lleve hasta el sofá. Me senté sobre el ante la atenta mirada de Nuria que seguía concentrada dándole una mamada épica a mi marido. Comencé a restregarme sobre su entrepierna mientras le ponía las tetas ante las narices que no se podía creer lo que pasaba, lo apreté contra mi busto, metiéndole la cara entre ellas.
– Chúpamelas le decía. Chúpamelas. Lame mis pezones
Enseguida Nuria cambio de posición con Sergio ahora ella le ordenaba que le comiera el coño a lo que mi marido obedecía como si fuera un niño.
La verdad estaba disfrutando de este espectáculo todos gozábamos pero había llegado la hora de lucirme con Toni tenía que darle un regalo difícil de olvidar y a sabiendas de sus gustos sabía muy bien lo que seria.
– Voy a hacerte una cosa que no vas a olvidar en la vida.
Él continuaba sentado cómodamente en el sofá cuando moje con los restos de un vaso de licor mi canalillo, me arrodille y atrape su rabo entre mis tetas. Sin preámbulos comencé un movimiento lento apretando con mis manos los senos subiendo y bajando mis tetas, envolviendo la verga de Toni que suavemente resbalaba entre ellos, para él era algo inaudito, fijaba su vista en el movimiento de mis melones y se excitaba cada vez más viéndome a mí de rodillas dándole placer.
Nuria y Sergio estaban anonadados, con la vista fija en nosotros, como si no hubiera otra cosa en la habitación. Aunque lo toleraban no estaban especialmente contentos de presenciar la actividad frenética de nosotros.
Toni se volvió a mirar a su mujer que en ese momento se dedicaba a observarnos mientras masturbaba a Sergio.
Por mi parte puse mis manos presionado mis tetas atrapando la verga de Toni que dejaba solo sobresalir el prepucio. Comencé a lamerlo despacio. Toni por primera vez probaba unas tetas diferentes nunca había experimentado ese sublime placer, el notaba mi húmeda lengua desplazarse por la punta de su pene mientras mi maravilloso busto lo masturbaba.
Alce la cara, le sonreí y le dije
– Quiero tu leche.
– Dame a probar tu leche. Báñame entera
Nuria al oír esas palabras, también desato su libido, dejo de masturbar a Sergio, lo beso, y casi sin pensarlo se subió sobre su rabo de espaldas a mí para no perderse ni un segundo de la actuación de su marido. Hábilmente y con suavidad acoplo su verga en su vagina y con suaves movimientos comenzó una cabalgada maravillosa.
Escuchaba los contantes gemidos de Nuria me parecía inusual su comportamiento pues ella jamás había hecho un intercambio y mucho menos se había dejado penetrar por alguien que no fuera su marido, a pesar de eso ninguno había marcado un límite antes de comenzar esta aventura.
Comencé a sentir los espasmos de la verga de Toni que comenzó a derramar un abundante chorro de semen sobre mí, me había llenado el canal que separa mis grandes pechos, y me había salpicado cara y pelo.
– Que rica cuanta leche para mí sola.
Lo guarra me gano y saque la lengua para saborearla, esto era algo común para mi marido y quería que Toni también lo experimentara
– Que cachonda estoy méteme el dedo, le pedí a Toni.
Me introdujo dos dedos en la vagina, mientras seguía tocándome las tetas. La presencia de los fluidos facilitó la penetración en la cavidad, estaba abierta, jugosa, brillante. Me senté como espectadora, esperando la culminación de Nuria y Sergio
La habitación se llenó de gemidos de unos y otros, Nuria y Sergio cambiamos de postura varias veces más, nosotros en el sofá y ellos en la cama. Nosotros fuimos los primeros en corrernos. Lo cierto es que cuando llego el turno de ellos fue algo Grandioso, especialmente para mi marido, ya que Nuria si ponerle peros a Sergio accedió a tragarse todo su semen, debo decir que no desperdicio ni sola gota. Nunca habíamos tenido una experiencia como esta y esto tan solo fue el principio de aquellas anheladas vacaciones ya después de esto nuestros anfitriones nos propusieron una cosa mas.
CONTIUNUARA…