sinfonía de otoño

SINFONIA DE OTOÑO

Hola Ariel: ¿Cómo estás?, es mi saludo al amigo que hace un tiempo no veo.
No demasiado bien, escucho su respuesta, ando a las patadas con mi señora.
Mi curiosidad me lleva a preguntar:¿Qué pasó, después de tantos años de casado y una fenomenal convivencia?
A veces, me contesta, hay cosas íntimas que no son fáciles de contar, pero vos sos alguien con quien puedo confidenciarme, porque preservarás mi secreto y comprenderás, por tu edad parecida a la mía, las justificaciones de mi actitud.
Como supondrás, mi esposa ya hace bastante tiempo que entró en su período menopáusico. Ese cambio hormonal que se produce en la mujer, origina entre otras cosas, y por diversas causas, en su caso particular, una disminución en sus apetencias sexuales.
De pronto encontrás que cuando uno por razones de edad, necesita mas estímulos para relacionarse, las respuestas de la pareja son cada vez menos estimulantes y tienden a desaparecer.
Es el momento que la relación se va desgastando y a menos estímulo, menos deseo y a menos deseo menor relación. En verdad, no me resigno a perder algo tan importante, todavía.
No conversamos con mi esposa lo suficiente sobre toda ésta situación que se sospecha, por lo que me propuse probar mis capacidades amatorias con alguien que supiera lo que yo necesitaba, justamente: una profesional.había hablado por teléfono, y una muchacha salió a recibirme.
Observó mi rostro afectado por los nervios y mientras subíamos en el ascensor, trató de calmarme, diciéndome que ella era solamente la recepcionista.
No voy a detallar mi «debut» sexual, pues no es el objetivo de mi relato, pero destaco que mi ocasional “pareja” aparte de contenerme, con palabras amables y tranquilizadoras, no usaba pinturas, maquillajes o perfumes delatadores, tampoco fumaba.
En un ambiente con luces rojas y poca claridad, cuidé el detalle de colocar los pantalones de manera que no se cayera nada de los bolsillos, y dejé que ella me sacara los calzoncillos.
Te puedo asegurar que todo fue de acuerdo a las imágenes mentales que mis fantasías tenían grabadas en mi cerebro, funcioné como en mis mejores tiempos y lamenté no poder tener con mi esposa la magnífica relación sexual que tuve con ésta fantástica muchacha desconocida.
Recogí mis pilchas en ése ambiente demasiado oscuro para mi gusto, me vestí rápidamente, me despedí y me fui, con promesa de volver aunque con una gran sensación de culpabilidad.
En éste tramo del relato, que yo escuchaba con atención y calculaba con final feliz me dijo: se me paró el corazón,
Con muchas dudas e incertidumbres, opté por una muchacha que me recomendó un amigo que vive una situación parecida a la mía. Comprenderás mis temores al concurrir a una cita con una mujer desconocida, después de tantos años de fidelidad.
Estacioné en una cochera, y caminé un par de cuadras. Toqué timbre en un edificio de departamentos donde previamente cuando escuche a mi señora preguntarme en el momento que me fui a acostar: Ariel, ¿Porque tenés puesto los calzoncillos al revés? Me los habré puesto mal dije, intentando un excusa desesperada. “ No querido” me contestó,¿Te acordás que me los pediste hoy a la mañana antes de bañarte, y te los alcancé planchados y al derecho?. No pude justificarlo, no pude. “No es lo que vos pensás”,le dije, pero no fue suficiente.
Consolé a mi amigo o al menos lo intenté, nos despedimos y mientras recapacitaba en los problemas conyugales de Ariel fui pensando que si alguien le hiciera llegar a su señora éste cuento, estaría mas cerca de perdonarlo. No obstante, intenté sacarle dramatismo a la situación recordando ésta sexteta, escuchada alguna vez:

SÍ BUSCÁS ALGÚN ENCUENTRO CLANDESTINO
PRECAUCIONES TENDRÁS EN GRADO SUMO
Y ÉSTE CONSEJO DEBERÁS TOMAR A PECHO:
NO CONFÍES EN LA SUERTE DEL DESTINO.
IMPORTANTE ES TAMBIÉN SEGÚN PRESUMO
USAR LOS CALZONCILLOS AL DERECHO

Colaborador: Ariel

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